Capítulo 16
-No sé que hacer, Kate. De verdad que no lo sé.-Me tumbo en su cama buscando algo de confort o descanso.
-La verdad es que estás en una situación delicada.
-¿Delicada? Es una pesadilla.
-Quien está en peor posición es Liss. Deberías hablar con ella. Si no sabes con quien quedarte, no la tengas esperando.
-No intento hacerle daño. Pero tampoco se si quiero apartarla. Me gusta de verdad. Y mucho.
-¿Entonces?. ¿Cuál es el problema?.
-Shage.- Me quedo callada mirando el techo de la habitación de Kate.
-Ya...-Kate se tumba a mi lado y juntas nos mantenemos en silencio durante un rato. -¿Qué te ofrece cada una?.
Giro la cabeza para mirar a mi amiga antes de volver a ese yeso blanco que nos cubre la cabeza.
-Son diferentes.
-Dime que te gusta de cada una.
Suspiro profundamente e intento centrarme en todas esas cosas que me parecen adorables de Lissa.
-Liss, es inteligente, comprensiva, divertida...Con ella es paz. Estoy en calma, como si llevásemos una vida juntas.
-Suena bonito.
-Puede. Sin embargo...Shage es improvisación, pasión, incertidumbre, celos. Nunca se que esperar, ni cuando.
-¿Y eso te parece bueno?- Kate me mira intrigada, como si estuviese loca.
-Supongo que no en exceso. Pero una vida sin pasión tampoco lo es. No sabría decirte que prefiero.
-Bueno, una no te ha hecho daño. Todavía.
Me incorporo de la cama ofendida por el comentario de Kate. Parece que ella lo tiene bien decidido.
-Me he pasado mucho tiempo estancada. Esperando algo que no podía tener, algo que me habían arrebatado. Con Shage lo tuve todo y no tuve nada. Luego apareció Lissa, y volví a ver que el mundo es mucho más amplio de lo que nosotros mismos lo limitamos.
Salto de la cama para pasear mientras reflexiono mis palabras.
-Pero no podría decirte si me veo teniendo un futuro con Liss.
-¿Por qué?. A mi me parece la mejor opción.
-Porque también tiene miedos y fantasmas contra los que luchar. Para ella todo esto es nuevo. Y créeme que se necesita mucha fuerza para afrontar tantas verdades....Y yo no se si soy tan fuerte.- Vuelvo a sentarme en la cama.- Sin embargo Shage. Lo tiene todo tan claro. Con ella siempre es fácil estar, solo tienes que dejarte llevar.
-Pues parece que lo tienes claro.
-¡Para nada!-Reposo mi cabeza contra el colchón.- Kate...
Me contesta y volvemos a otra pausa mientras planteo mi pregunta.
-¿Qué vida preferías tener?. ¿Una vida sin miedo, o una sin pasión?.
Kate se toma su tiempo para contestar, es una difícil pregunta.
-Una vida con amor.
Vuelvo a mi casa con la cabeza igual de liada que antes de mi conversación con Kate.
Últimamente me lo replanteo todo, cada instante. ¿Debería fiarme de Shage? ¿Por qué?. ¿Es Liss lo mejor para mí? ¿La quiero?.
Supongo que es complicado. Tendría que definir lo que siento por cada una....Pero hace mucho que se me olvidó lo que es querer a alguien... al menos de manera íntima.
El anterior día de consulta quedé con reunirme hoy con Liss. Así que debo despejar mi cabeza de toda duda para centrarme en ella.
Una vida con amor...Amor era la palabra.
Lissa me había llamado un rato antes para citarme en su apartamento. Tenía el plan de cocinarme y ver una película. Se la escuchaba muy entusiasmada.
Consigo llegar puntual a la hora y golpeo la puerta de su apartamento.
La puerta se abre casi al segundo. Lissa está al otro lado, sonriendo radiante con un vestido negro que le queda precioso.
-Hola- Acompaña el saludo con un beso- ¡Pasa!. Ya está casi la cena.
Entro en el apartamento tras cerrar la puerta de la entrada.
-Huele muy bien. ¿Qué es?- Camino a la cocina para intentar prestar algo de ayuda.
-¡No!- Lissa me empuja con cuidado para que salga de la habitación- Es secreto. Tú espera en el salón sentadita. Acabo enseguida.
No puedo evitar reírme.
-Vale,vale.
Tomo asiento como Liss me había pedido. Estaba todo preparado y me siento mal por no ayudar en nada... menudo trabajo se habrá dado cocinando.
-¡Dios!, espero que te guste.
Me pone un bol enfrente mía, del cual puedo distinguir arroz, huevo, pollo, soja y múltiples verduras y especias.
-Vaya. ¿Qué es?.-Pregunto con suma curiosidad.
Lissa se sirve el mismo plato a la vez que toma asiento.
-Es un plato Japonés. Me lo enseñó una compañera de clase. Se llama Kakiage Don.
-Vaya. Pues tiene una pinta espléndida.
Responde a mi alago con una amplia sonrisa.
-Espero que esté igual de sabor.
Asiento con la cabeza a la ver que llevo una cucharada a mi boca. Realmente está mejor de lo que podía imaginar.
-Está riquísimo.
-¡Genial!...Temía que no te gustase.
-¿Estás de broma? ¿Por qué no he probado esto antes?. Creo que me voy a alimentar a base de como se llame esto el resto de mi vida.
Ambas reímos y continuamos comiendo.
Apoyo la cuchara un instante para comentar algo.
-Liss.- Aparta la mirada de su bol prestándome atención- Tengo que comentarte algo.
Imita mi mismo gesto y apoya la cuchara en el suyo.
-¿Qué pasa?.
-El otro día vi a Shage.- Puedo ver como su rostro palidece.-Tranquila, no pasó nada. No es eso.
-¿Entonces?.
-Quería hablar conmigo. Sigue insistiendo en tener mi perdón y en retomar el contacto.
-Mientras no sea físico ese contacto.
Me tomo un momento para seguir, se que le va a sentar mal.
-Me dijo que todavía me quiere.- Efectivamente, no le ha sentando muy bien.
-¿Qué?. ¿A qué viene eso ahora?.
-Ya.
-¿Qué le dijiste?.
-Que me tenía que ir.
La conversación se frena en seco...creo que está pensando algo.
-No sabe que existo, ¿no?.
-Todavía no ha salido esa conversación.
-Ya...-Lissa se levanta de la mesa, está bastante enfadada.
-No te enfades.- Me levanto yo también para ponerme a su lado
-No me enfado.
-Si, si te enfadas.
-No debería.-Camina para separarse de mí y tomar asiento en su sillón.
-¿Cómo que no? Estás en tu derecho de enfadarte.
-No lo estoy. Porque no somos nada. No tienes nada de que informar, lo entiendo.
Uh... esta conversación se está poniendo seria.
Me aventuro a tomar asiento a su lado. Apoyo mi mano encima de su muslo y la miro con ternura.
-Tienes derecho a enfadarte. Porque algo somos. No lo hemos definido, pero se siente. Al menos algo siento yo.
Ella me devuelve la mirada. Está nerviosa.
-¿Y quieres definirlo?
Beso su frente antes de responder.
-Antes tengo que aclarar varias cosas en mi cabeza... No quiero meterte en medio de todo esto.
La respuesta no le satisface mucho y me desvía la mirada.
-Creo que ya estoy en medio.- Afirmo con la cabeza.
-Puede ser.
Acaricio una vez más su pierna antes de levantarme.
-Creo que será mejor que me marche. Debería mantenerte al margen mientras aclaro mi cabeza. De verdad que no quiero hacerte daño.
Me dispongo a irme cuando Lissa agarra mi mano.
-No quiero que te vayas.
Me doy la vuelta asombrada.
-¿No?.- Tira de mí hacia ella.
-No.
Me posiciona encima suyo para propiciarme un beso.
-No se si es buena idea.- Digo eso, pero estoy desando quitarle al ropa.
-Deja de pensar. Aun que sea un rato.- Es lo último que dice antes de volver a los besos.
-¿Estás segura?
Liss sonríe y me regaña.
-¿Qué te he dicho de pensar?.
Antes de que me lo repita de nuevo me dejo perder entre sus caricias. Y ella en las mías.
Me despierto en un cuarto que no es el mío. Al principio estoy algo desorientada hasta que recuerdo que es el apartamento de Liss.
Estamos en su cama. ¿Cuándo fuimos al dormitorio?. Ella me abraza y puedo ver por debajo de las sábanas que estamos completamente desnudas.
-Ey- Intento despertarla con sutileza.
Ella se estira y hace un ruidito que me hace mucha gracia.
-¿Qué hora es?- Pregunta bostezando.
-Las diez...Tengo que irme.- Señalo con mi cabeza sus brazos, aun siguen rodeando mi cuerpo.
-No- Dice apretándolos más fuerte.
-No es que quiera- Río mientras beso su cabeza- Es que no he avisado a mis padres y deben estar desquiciados.
-Bueno...- Se separa de mí con mal gesto.
-No te preocupes. Podemos repetir toda la noche en otro momento.
-Eso me gusta más.- Sonríe de nuevo y nos besamos.
-Pero ahora tengo que irme.
Me levanto apresurada buscando mi ropa. Encuentro la ropa desperdigada por todo el salón.... me cuesta reunir todas mis prendas.
Liss me acompaña tapada con una especie de bata de seda.
-¿Me llamas luego?- Pregunta desde el cerco de la puerta.
-Claro.
Nos despedimos con un último beso alejándome del apartamento.
Camino a mi casa con una amplia sonrisa. Pero no puedo volver a mi contradicción de pensamientos... y a lo mucho que se ha complicado todo.