Capítulo 22
Era un día normal en el que recibí la llamada . La noche anterior me quede en casa de Liss. Al despertamos hicimos tortitas y desayunamos tiradas en la cama, ajenas a todo lo que estaba pasando.
Recuerdo que ese día nos habíamos levantado tarde. Pasamos una noche muy atareada y estábamos perezosas.
Cuando terminamos el desayuno fui a fregar los platos, después planeaba darme una ducha y ponerme a terminar los trabajos para clase. Como un día cualquiera.
Cuando terminé de fregar Liss se tomó la delantera para ir a la ducha, eso me dio tiempo para ordenar unas cosas en el ordenador.
Así que en ese momento tan normal, impenetrablemente cotidiano. Sonó mi teléfono móvil.
-¿Jill?-Casi no reconocía la voz. Era Kate, pero no le salían muy bien las palabras.
-¿Kate? ¿Qué pasa?- Me preocupó mucho este tono en ella. Por lo que le he contado otras veces ya sabe que Kate es una mujer muy dicharachera.
-¿Estas viendo las noticias?.
-No. ¿Qué pasa?.
-Pon la televisión.
Obedecí con cierto miedo. No podía imaginarme lo que era, pero algo serio seguro.
Busqué el telediario por todos los canales. Lo malo de tener tele por cable es que hay una cantidad de programas basura inmensa.
Cuando dí con un informativo, el mando se deslizó de mis manos para caer contra el suelo. Abrí los ojos como platos, no podía creer lo que estaba viendo.
Releí el titular una y otra vez intentando creérmelo.
“Tiroteo en la firma de discos del grupo Black box , 239 Bleecker st.”
Levanté de nuevo el teléfono para colocarlo en mi oreja.
-¿Q-qué?- Es lo único que pude pronunciar.
-Lo siento.
En el informativo decían más. Había habido un disparo antes de que la seguridad detuviese al atacante.
Un único disparo, un tiro certero acabó con la vida de uno de los miembros del grupo.
-¿Cómo ha podido pasar?- No podía creérmelo
-¿Estas en casa de Liss? ¿Quieres que vaya a buscarte?.
-Si...
-Estaré allí lo antes posible.
-Vale...
Apoyé el teléfono en la mesa, sin poder apartar la mirada del televisor.
-¿Qué estas viendo?-Lissa se secaba el pelo con la toalla. Ajena a toda esta historia y todavía con una sonrisa en la cara.
Yo no había reaccionado, no era capaz de pensar. Ella se sentó a mi lado preocupada. Mi cara debía ser un poema.
En las noticias habían cambiado de drama. Simplemente le habían dedicado unos minutos y paso de página. Es curioso ver como las agresiones con armas de fuego se han vuelto tan rutinarias en este país, da tanto miedo.
Liss cogía mi mano preocupada.
-¿Estas bien?- Me preguntaba. Yo solo miraba el televisor sin pestañear. Nadie podía penetrar mi pequeño mundo.
No sé cuanto tiempo había pasado cuando sonó el telefonillo. Seguí con la mirada a Lissa y pude ver en su cara al contestar que ya sabía que estaba pasando.
-Dios, lo siento mucho.- Es lo último que me dijo.
Al rato recuerdo estar sentada en el asiento del copiloto del coche de Kate, y al instante estaba cruzando las puertas de un hospital.
Puede que estuviese en algún estado catatónico, otra vez me volví a perder el paso entre la recepción y los pasillos del hospital.
Había una chica sentada esperando. Tenía una mirada que enseguida reconocí porque era exactamente la misma que la mía. Su camisa blanca estaba llena de salpicaduras de sangre, y sus manos...
Reconocí a Sophie desde la distancia, y fue lo único que me pudo sacar del estado en el que me encontraba.
Corrí para ponerme a su altura. Ella levanto la vista para mirarme. Era como si no hubiese nadie detrás de esos ojos.
No pude evitar abrazarla.
-¿Qué pasó?- La pregunté al oído todavía sin creérmelo del todo.
Ella negó con la cabeza. No estaba segura de si iba a ser capaz de pronunciar palabra.
-E-estábamos- mantenía sus manos estiradas en la misma posición, como si fuese una estatua- Y-yo...
Terminé mi abrazo para dejarle espacio. Seguía mirándole a los ojos esperando una respuesta clara... una explicación a toda esta pesadilla.
Temblaba como un flan, su maquillaje estaba corrido por las lágrimas. Y no solo su camisa estaba manchada, su cara, sus manos, sus brazos... hasta en el pelo tenía manchas.
Me limité a tomar el asiento de al lado. Acompañándola en su mirada perdida.
Kate y Lissa hicieron los mismo. Todas esperamos en aquel pasillo. No teníamos claro que estábamos esperando, quizás era todo un sueño...un mal sueño.
Kit apareció desde una de las habitaciones. Nada más verme vino a abrazarme, tenía la cara descompuesta.
-¿Cómo ha pasado esto?-Esperaba que por fin él resolvería mis dudas.
Besó la frente de Soph, que continuaba mirando el mismo punto. No se había movido ni un centímetro.
-¿Podéis cuidarla un rato?-Preguntó a mis acompañantes señalando a su amiga.
Ellas afirmaron con la cabeza y Kit me agarró de la mano para alejarme un poco del resto.
-No sé cómo pasó...-Se tomó un minuto para llevarse las manos a la cara- Estábamos firmando discos en la Bleecker Records. Iba todo normal, como en toda las firmas... pero de repente apareció ese tipo de la nada... llevaba una pistola y fue todo tan rápido.
Tragué saliva antes de preguntar... no se sí quería conocer el resto.
-¿Qué tipo? ¿por qué haría alguien algo así?.
-Entro gritándole a Sophie. Al parecer era un acosador suyo. Estuvo meses enviándole cartas cada vez con tono más enfermizo. Hasta la semana pasado presentaron una orden de alejamiento contra él... Había una puta orden de alejamiento y no sirvió para nada.
Kit no pudo evitar echar a llorar. Golpeó una de las paredes haciéndose una herida en los nudillos.
Le abracé en un triste intento de calmarle. Él se apartó secándose los ojos.
-Entró llamándola zorra, apuntándole con el arma gritando que la iba a matar. Se había enterado de la orden y quería vengarse. Estaba rabioso sin comprender como Sophie le podía haber echado de su vida... puto enfermo de mierda .
-Dios...
-Entonces todo fue muy rápido. Él disparó y Shage...- Volvió a pararse y esta vez fui yo quien rompió a llorar.- Se puso en medio...Shage se puso en medio.
Ambos nos quedamos en silencio.
-¿Qué paso con él del arma?.
-En cuando disparó la seguridad se abalanzó sobre él...ahora está detenido a espera de juicio y sentencia...oh, como espero que se pudra en la cárcel.
Pasaron horas, interminables horas en aquel pasillo, en aquellas sillas.
Claire se unió a nosotros y todos esperábamos lo mismo. Un médico forense habló con Kit y Claire...no sé de que. Y un psiquiatra pasó varias veces para ojear a Sophie...aunque ella continuaba sin moverse.
-Creo que lo más conveniente es que ingresemos a vuestra amiga esta noche. Ha sufrido un trauma muy fuerte y no podemos medir las consecuencias ni su reacción. Me gustaría tenerla bajo vigilancia.- Pude oír que comentaba con el resto de la banda.
Ellos se miraban sin saber que decir... no tenía poder para decidir eso y sus padres no estaban en el mismo estado. Ni siquiera los de Shage... dios, pobres padres.
-Ey, Soph.- Kit se puso de rodillas en frente suya acariciándole el pelo.- ¿Te parece bien pasar la noche aquí?
Ella por un momento pareció entender lo que le decían y negó fuertemente con la cabeza.
Kit le dijo al médico que se la llevaban a casa. Y a pesar de las advertencias de éste, al final les dejó irse.
Salimos todos del hospital, ayudando a Sophie a andar sin que terminase en el suelo.
-Yo voy a quedarme a esperar a sus padres... alguien tiene que estar para contárselo.- Kit se mantenía fuertemente firme.
-¿Estás seguro?- Claire le miraba apagada mientras sujetaba a Soph.
-Alguien tiene que estar.
-Pero... ¿tú solo?.
-Alguien tiene que ocuparse de Sophie.- Pensará que no tiene sentido esto que hice...pero era algo que en ese momento necesitaba decir.
-Puedo ocuparme yo. Dejad que lo haga.- Claire me miró con asombro antes de mirar a Kit después de encontrar una salida.
-¿Estás segura?- Afirmé rápidamente.
-No está bien que Kit se quede solo... necesitáis apoyaros.
Claire me dio el bolso de la cantante y me apuntó la dirección de su casa.
-Haz que se bañe e intenta que cene...por favor cuida de ella.
Nos despedimos y montamos a Soph en el coche de Kate.
-Voy a quedarme con ella- Hablábamos como si no estuviese presente. Pero seguía con la mirada en el mismo punto y si le digo la verdad, yo creo que su mente estaba muy lejos.
-Me quedaré contigo.- Liss tenía buena intención, pero yo no podía ni quería estar con nadie.
-No, es mejor que no.
Cuando llegamos a su apartamento las chicas me ayudaron a subirla y sentarla en un sofá. Kate se despidió con una brazo. Antes de irse Liss me preguntó.
-¿Cómo estas?.
-¿Como crees?.
-Lo siento mucho, Jill.-Alzó su mano para acariciar mi mejilla y yo instintivamente me aparté.
-Lo siento...- Ella afirmó con un gesto de cabeza– Mañana te llamo.- Cerré la puerta detrás suya y me quedé sola con Sophie.
Me senté a su lado cogiéndola de la mano. Ambas mirando al infinito con un único pensamiento en la cabeza.
Una bala...Una minúscula bala. ¿Cómo un cacho tan pequeño de metal puede hacer tanto daño?