Capítulo 2- Pasado por agua:
La historia que le voy a contar es de las más divertidas que recuerdo... o al menos a mi me lo parecía. A veces, todavía me sorprendo soltando una sonrisa cuando la recuerdo. Puede sonar estúpido, pero atesoro estos momentos dentro de mi memoria.
Después de la última noche en el café, pasaron varios días hasta que volví a ver a Shage. Quedaba poco tiempo para que el verano terminase y yo dejaría el trabajo para volver a mis clases. Mi forma de contactar con ella era aquel sitio, así que estaba deseando que volviera a dejarse caer por allí y así quizás darle mi número de teléfono.
Aquel era un día horrible. Llovía terriblemente y la cafetería estaba atestada de gente buscando refugio. Estábamos desbordados a pedidos y encima una de las cafeteras se había estropeado. Ya sabe que si algo tiene que ir mal, seguramente irá mal.
-Jill, mesa cuatro- Mi jefe era un señor afroamericano de unos cuarenta años. En su juventud fue jugador de béisbol profesional y se mantenía bastante bien. Tuvo la mala suerte de lesionarse la rodilla en uno de los partidos, acabando aquello con su carrera. Pero supo como seguir con su vida montando la cafetería.
-Voy- Los días como aquel eran lo más parecido al infierno que uno puede imaginar. El establecimiento no es que fuera muy grande y eso hacía que cuando se llenaba apenas pudieras abrirte paso con las bandejas. Casi lloro cuando por fin llegó la hora de mi descanso
Salí a la calle para despejarme un poco de todo lo que estaba ocurriendo dentro. Llovía mucho, pero no me importaba. Mientras pudiese alejarme de ese caos me daba lo mismo mojarme un poco.
Las carreteras estaban casi inundadas por un mal funcionamiento del alcantarillado. Lo cual dificultaba el movimiento. Me aparté debajo de la cornisa del edificio contiguo donde había un bordillo lo suficientemente alto para no mojarme.
-¿No crees que no hace muy buen día para estar en la calle?- Allí estaba la guitarrista, con un piti en la mano y un paraguas en la otra.
-Necesitaba alejarme de eso- Señalaba la lata de sardinas que parecía la cafetería con un poco de desesperación-¿Qué tal?
Shage cerró el paraguas para sentarse a mi lado.
-Bien, la verdad es que muy bien...- Tiró el cigarrillo a una papelera al darse cuenta de que yo no fumaba- ¿Puedo contarte algo?
-Claro, tengo unos treinta minutos libres que están a tu entera disposición - Estaba deseosa de averiguar que quería contarme. A lo mejor tenía suerte y era que Sophie se había mudado a Australia o había sido quemada en una hoguera por bruja... aunque no suelo tener tanta suerte.
-Genial,treinta minutos son muchos minutos- Me miró con esa sonrisa que me parecía del todo irresistible-Vamos a firmar con un sello discográfico- Tomó una pausa intentando controlar la emoción, había peleado tanto por ese momento que no quería gafarlo- Nos vio una especie de caza talentos en el último concierto que dimos y parece ser que le hemos gustado.
-Vaya, eso es genial. ¡Felicidades!-Me alegraba mucho por ella y eso que apenas la conocía-Debéis haberlo celebrado por todo lo alto, ¿no?- Al final lo de música famosa no iba muy desencaminado.
-Pues acabamos de saberlo-Soltó una risa incrédula- Ahora están todos en una habitación de hotel bañándose en champán con nuestra maqueta a todo volumen. Yo me he escapado para dar un pequeño paseo y poder asimilarlo.
-¿Por qué? ¿No te alegras?- No entendía porque alguien deja a su grupo en el momento más importante de su carrera para ir a dar un paseo bajo la lluvia.
-No lo sé, necesitaba aclarar las ideas... hablar con alguien que no esté metido en este mundo. Se que desde fuera todo suena genial. Y por favor, se que es una gran oportunidad, no me malinterpretes. Estoy muy contenta porque esto significa que lo he conseguido, voy a poder vivir de esto...pero hay peros.
Entrecerré los ojos y me coloqué ladeada hacia ella para mirarla más detenidamente.
-Cuéntame.
-Cuando firmas con una discográfica es como vender una parte de tu esencia, o tu alma. Empiezan los problemas, no eres dueño de tu jodida imagen. Y hasta se meten en tu música. Esa parte no me gusta.
Los músicos son gente muy sensible con su arte. Entiendo como se podía sentir Shage en ese momento porque era el corazón y el cerebro de aquella banda. Había dado absolutamente todo lo que tenía por cada canción, cada concierto. Ceder aunque solo fuera una parte de todo aquello debía ser inimaginablemente doloroso. Ella tenía miedo a convertirse en algo prefabricado, algo mecánico sin sentido.
-Pero tendrá cosas buenas, ¿no?. Podrás vivir de la música e imagino que eso es una gran recompensa. Si os quieren es porque les gusta lo que sois...igual merece la pena.
-¿A cualquier precio?- No sabía muy bien que decirle nunca he firmado un contrato discográfico. Ni tenía la menor idea de música... Lo máximo que había tocado era la flauta dulce en el colegio. Y la vida quiso que dejara ese mundo en lo más alto de mi carrera... La vida o mi madre que la lanzó a la chimenea unas navidades cuando me dio por tocar jingle bells hasta la saciedad.
-¿Cuándo tienes que firmar el contrato?
-Mañana por la mañana tenemos que ir a la agencia.
-Pues medítalo esta noche. Piensa que sentido tiene todo esto para ti. Piensa en por qué te metiste en esto y si te compensa el precio. Mañana tienes que firmar convencida o si no te vas a arrepentir toda tu vida..aunque siempre puedes huir del país -No quería para nada dejarla allí sola, pero tenía que volver al trabajo. Levantarme era como si me arrancasen una banda de cera del labio superior- Yo debo volver a dentro... espero haberte ayudado.
-Mucho... Gracias por escucharme-Era encantadora.
-Un placer, espero que me cuentes que has decidido- Con toda la fuerza de voluntad del mundo me levante para arrastrarme de vuelta al interior de la cafetería.
Pasaron tres larguísimas horas de tortura hasta que terminé mi turno. Los pies me dolían a rabiar y solo pensaba en tirarme en mi cama y ponerme algún capitulo de Modern family hasta quedarme dormid. Al salir vi como Shage seguía en el mismo sitio donde la había dejado. Estaba esperando a que terminara de trabajar.
-¿Te has quedado ahí todo el rato?
-Si... resulta que no es un mal sitio para pensar. Aunque también tenía la esperanza de poder disfrutar un rato más de tu compañía.
-¿Qué tienes en mente?- Estaba tan contenta que iba a reventar o abrazar a alguien. Lo hubiese hecho si no me hiciera parecer rarita.
-No lo sé... pero soy música. Se supone que se me da bien improvisar- Sonreí mientras abría mi paraguas.
-Con una condición. Si vamos a divertirnos necesito pasar antes por mi casa a por una cosa- Shage se había abierto a mi aquella tarde. Era algo peculiar, no nos conocíamos de nada pero sentíamos que podíamos hablar la una con la otra... nunca me ha pasado nada parecido a lo que tuvimos.
Shage soltó una pequeña risa ante mi propuesta. La veía mucho menos agobiada, como si ese rato pasando frío le hubiese aligerado la mente.
-Eres muy fácil de convencer. ¿Te vas siempre con cualquier desconocido que te ofrezca un plan?
-Cada una de las veces.
No tardamos mucho en llegar a mi casa. Como seguía siendo estudiante todavía vivía con mis padres y no me apetecía mucho subir a una chica a mi casa. Y menos una chica como ella, con su pelo rosa y sus pendientes...Mi madre habría entrado en cólera.
-¿Puedes esperar aquí? Mis padres no se toman muy bien que lleve gente sin avisar- Creo que la base de mis problemas se deben en parte a las manías familiares... ¿Hace bonos para consultas?
-No pasa nada, te espero aquí.
Me puse en marcha. Entré en casa, saludé a mi madre , cogí lo que buscaba y corrí para no hacerle esperar demasiado. No tardamos en ponernos en marcha hacia aquel plan improvisado que mágicamente había salido de la nada.
-¿Qué llevas en esa mochila?- Shage me miraba con incertidumbre. Era bastante curiosa y necesitaba tenerlo todo bajo control.
-Tú me has hablado de tu pasión en la vida, incluso te he visto viviendola... Ahora quiero enseñarte la mía- De esta manera solo conseguí aumentar su curiosidad.
-Me das miedo- frunció el ceño sin dejar de mirar mi mochila- ¿No llevarás un arma? ¿eres de esa gente que le gusta disparar a latas de cerveza en el bosque?
-¡Claro que no! llevo una cámara de fotos... soy fotógrafa- Hice una pequeña pausa para aclarar las palabras antes de que salieran de mi boca- Se me ha ocurrido hacerte algunas fotos antes de que vendas tu imagen al maligno sello discográfico y ya no pueda hacerlo. ¿Te parece bien?.
Entonces va y me suelta una de esas frases de película que hacen que te tiemblen los huesitos.
-Enséñame tu magia.
Ahora imagínese una noche de verano. Una noche con la temperatura perfecta por un día entero de lluvia. Las calles de nueva york iluminadas con esas luces reflejándose en los charcos del suelo. Mientras tú te paseas con la persona que te llama la atención y la tienes para ti solita, durante unas horas solo estáis las dos... Comprenderá que perdiese la cabeza.
Encontramos un parque que nos gustó bastante para las fotos. Los edificios cercanos tenían las paredes de ladrillo y había un montón de grafities bastante chulos que pegaban muy bien con ella. Era algo natural que estaba dentro de Shage eso de posar, lo hacia como si la cámara no estuviese apuntándole y era asombrosamente fotogénica. Recuerdo como no podía apartar la mirada del objetivo y pude llenar casi la tarjeta al completo con instantáneas suyas.
-¿Te hacen muchas fotos?- Pregunté con curiosidad.
-No, Sophie suele ser la que se encarga de estas cosas. Yo me mantengo más en la distancia, no me gusta demasiado que se fijen en mi- Vaya sorpresa lo la cantante... No me parecía bien que le robasen la atención que también merecía. Vale que ella fuera la cantante y Shage la guitarrista... pero ambas merecían todas las atenciones, que para eso eran un grupo.
-Pues no deberías mantenerte a un lado. Sales realmente bien en las fotos.
En el parque había un montón de columpios para niños. Vi como ella dirigía la mirada hacia un viejo y gran carrusel que presidía el centro del lugar.
-Vamos a subir, me gustaría tener una foto en movimiento- Lo pidió muy emocionada, le faltó casi empujarme hacia el interior de la pequeña atracción.
-El día que te vi por primera vez en la cafetería pensé que eras una de esas personas frías y distantes que se saltan las clases para ir a fumar con sus colegas... Pero eres más como una niña pequeña- No paraba de tirarle fotos mientras dábamos vueltas y vueltas.
-La mayoría de la gente piensan ese tipo de cosas sobre mí. Aunque no se toman demasiado tiempo en intentar conocerme.
-Pues ellos se lo pierden porque a mi me encantas- Y ahí es cuando ese collar que te electrocuta cuando dices idioteces debería haber estado a la venta. Vaya frase cutre cortesia de Jill Nesbitt.
Nos quedamos un momento en silencio hasta que el carrusel comenzó a perder fuerza de giro y a detenerse poco a poco obligándonos a bajar
-Me apetece nadar. ¿Te gusta nadar?- A estas cosas impulsivas se refiere siempre Shage con la improvisación. Si supiese la cantidad de locuras que he hecho por ella...
-Claro que me gusta nadar...pero ya es muy tarde.
-En mi hotel hay una piscina cubierta. Lo más seguro es que esté cerrada, pero hoy hemos decidido improvisar y divertirnos- Otra vez esa sonrisa... dios esa sonrisa.
No sabía muy bien que contestar. Me limité a asentir con la cabeza y avergonzarme interiormente por decir que me encantaba. Lo paraba de darle vueltas a eso y a como había ignorado por completo mi comentario. ¿Eso quería decir que yo a ella no le gustaba? Osea, si se callaba significaba algo así, ¿no?...
-¡Genial!-Saltó a mi lado para agarrar mi mano y salir corriendo dirección su hotel.
Íbamos como locas corriendo por las calles, era muy rara la sensación de libertas que llegabas a alcanzar a su lado. Era como si la vida no pudiese tocarte.
Tardamos una media hora en llegar a su hotel y esto es difícil de explicar porque para ello tendrías que haber estado allí. Era ese que esta al lado de esa tienda enorme de M&ms con un muñecajo en la puerta, ¿sabe cual?... Bueno no es relevante. El caso es que el sitio era ultra lujoso, como los que salen en las películas. Esos lugares que nada más entrar sabes que te va a costar un riñón tan solo esperar en recepción.
-¿De verdad os hospedáis aquí?
-Excesivo, ¿cierto?. Lo ha pagado la discográfica, una noche a todo lujo para comprar nuestro favor- Al llegar a los ascensores me fijé en que todavía me tenía cogida de la mano. No pude evitar ponerme roja como un tomate, parecía una niña pequeña.
-Se habrán dejado un dineral en esto. Deben teneros en alta estima.
-Les sobra la pasta. Si lo hacen es porque planean ganar mucho más con nosotros, seguro que al final todo esto les sale rentable.
Las puertas del ascensor se abrieron y nos llevaron hasta la planta de la piscina. Como bien predijo Shage, estaba cerrada.
-¿Y ahora que hacemos? - Pregunté con cierto toque de desilusión, ya me había imaginado dando unos largos.
-Espera- Metió las manos en sus bolsillo para sacar una tarjeta de crédito. Yo pensaba que eso era cosa de las pelis, pero si que se puede abrir una puerta con una de esas. En ese momento se ganó toda esa fama de delincuente que por su aspecto le asignaban. Tras forzar la puertas entramos si mucho problema. Encendimos las luces y vimos una piscina enorme con mucha pinta de estar aclimatada a una temperatura prácticamente perfecta.
-Oye no tengo bañador -Dije avergonzada.
Shage se rió comenzando a desnudarse hasta quedarse en ropa interior. Intenté mirar disimuladamente, no quería que fuera muy evidente como estaba embobada con su cuerpo. Tenía un tatuaje de una media luna a la altura de la pelvis que siempre me ha parecido bastante sensual.
-No necesitas bañador.- Al terminar la frase se lanzó al agua.
Apoyé la mochila con la cámara en un lugar seguro y me desnudé con mucha vergüenza. Shage tenía un cuerpo perfecto, casi envidiable sin un gramo de grasa. Era muy difícil competir con un cuerpo así... Una vez estuve en paños menores me animé a zambullirme junto a ella.
Nos reímos mucho, nadamos, me hizo ahogadillas y nos salpicamos hasta que un miembro del servicio del hotel nos echó a gritos. Corrimos como locas, agarré mi cámara y mi ropa y salimos por otra de las puertas de la sala. Tenía el corazón en la garganta e iba corriendo por allí medio desnuda y empapada. Estaba claro que ella sabía muy bien como improvisar.
-Ven- Shage tiró de mí para entrar en un cuartito de la limpieza.-Aquí podremos vestirnos con calma.
-Madre mía, creo que estoy al borde de un infarto- Nos vestimos lo más deprisa que pudimos y salimos de nuevo. La ropa seca no tardo en empaparse dado que la interior continuaba mojada. continuamos chorreando los pasillos del hotel y todavía recuerdo el sonido desagradable que hacían mis zapatos con cada paso que daba.
-Creo que ya es hora de irme- Estaba incomodisima con todo completamente calado-Tengo mojadoa sitios que no sabía que podían mojarse- Dije intentando despegarme la camiseta que luchaba por unirse a mi cuerpo. Shage soltó una carcajada al verme pelear contra mi estado.
-Vale, te acompaño a la puerta.
Volvimos al ascensor pero esta vez cuando se abrió la puerta este venía con sorpresa. Dentro estaba Sophie con una cara tan larga que parecía que se le iba a caer al suelo. Me soltaba esas miradas de odio que si mataran había sido asesinada de una forma violenta y muy desagradable.
- ¿Shage? -Preguntó arqueando una ceja- Llevamos toda la noche llamándote...pero ya veo que estabas ocupada con la grupie- sus ultimas palabras tenían un desprecio que te abofeteaba. ¡Y qué manía con eso de la grupie!
-No es una grupie, es una amiga- Amiga, genial...qué ilusión- Tenia el móvil en silencio, no he visto ninguna de las llamadas. ¿A pasado algo?
Subimos al ascensor junto con la cantante para bajar juntas hasta la recepción. Fueron los minutos más tensos de toda mi vida. Los pasé tiesa como un palo, desando que se abriesen las puertas para irme a mi casa. Como quería irme a mi casa... En cuanto se abrieron las puertas metálicas del ascensor salí disparada despidiéndome con un:
-Yo me voy ya... Gracias por la noche y suerte con la firma.