Capítulo 3-Momentos robados en una escalera
Mientras esperaba a entrar en la consulta consulta me dediqué a ojear las revistas que había en la sala de espera. La mayoría eran de cotilleos sobre famosos, decoración de casas o alguna de crucigramas, ninguna especialmente interesante. la sala era un espacio pequeño, estaba decorado con varias sillas, una mesa de madera en el centro y alguna planta para darle un toque de color. Las paredes eran blancas y al fondo resaltaba una puerta de madera oscura que conectaba la sala de espera con la sala donde Maggie atendía a sus pacientes.
-Hoy ha sido una hora muy productiva, Jeremy. Espero que continúes haciendo tus trabajos igual de bien y nos vemos la semana que viene.- Al abrirse la puerta de madera pude ver a la doctora acompañando hacia la salida a un señor de unos sesenta y algo.- Jill, pasa.
Me levanté de la silla siguiendo sus ordenes y tomé asiento en mi lugar habitual. Ya había pasado el suficiente tiempo allí para que todo el nerviosismo del primer día quedase enterrado en un simple recuerdo.
-¿Qué tal la semana?-Como siempre las preguntas sobre como pasaba el tiempo me resultaban incómodas... Era difícil hablar del tiempo sin sentirme culpable.
-La semana bien, supongo. Tuve un encargo para hacer las fotos de una boda, eso me ha mantenido ocupada.
-Genial, mantener la mente ocupada es lo más importante.- Abrió su cuaderno como en cada una de las sesiones anteriores apretando el bolígrafo para poder sacale la punta. Ya preparada para sus puntuales anotaciones.-¿Y de que quieres que hablemos hoy?.
-Lo dejamos en como huí del hotel cuando apareció Sophie por sorpresa.
-Por favor, continua.
-Bien, después de esa noche tardé muchísimo en saber de nuevo algo de Shage...
Como me temía, comenzaron las clases y yo tuve que dejar el trabajo en la cafetería. Era mi último año de instituto, las solicitudes a las universidades estaban a la vuelta de la esquina y tener un expediente perfecto era vital para poder entrar en la NYU o en cualquier universidad que me aceptase.
-¡Buenos días!- Mer era ese tipo de persona que le fascinaba ir a clase, esa gente rara que había encontrado su sitio obteniendo conocimiento en unas aulas llenas de adolescentes hormonados. Era presidenta del club de ajedrez, del comité de alumnos, miembro del club de debate y encargada del anuario...vamos, el kit completo.
-Buenos días, Mer. Te veo animada.
-¡Lo estoy!. Este año me he matriculado en un montón de optativas. -A mi solo con escuchar la palabra matrícula me entra un escalofrío por todo el cuerpo. Nunca entendí la obsesión por no tener tiempo libre. Con lo bonito que es llegar a casa, quitarte los zapatos y tirarte en el sofá a mirar la tele durante horas y horas.
-Genial, yo no se ni en que aula tengo clase. ¿Me ayudas?
-¡Claro!
Las horas pasaron lentísimas hasta que llegó el parón para la comida. Me reuní en la cafetería con mi grupo de amigos. Mer y Jules de las que ya te he hablado. Kate, Bobby y el novio de Mer, Tom.
-Madre mía, la cola del bufete es interminable... Me he pasado dos horas esperando a que Nelly eligiera postre y al final se los ha llevado todos porque no podía decidirse...- Tomé asiento en la mesa mientras posaba la bandeja de comida con desesperación.
-¿Qué haréis este finde? - Preguntó Bobby removiendo la masa amarillenta que hacían llamar puré. Siempre he tenido la teoría que las comidas de cafetería son un experimento del gobierno para ver que cantidad de basura es capaz de soportar un cuerpo humano.
-Estudiar, el año pasado no fui todo lo holgada que quise y este me gustaría ir llevando las cosas al día. -Mi vida era bastante poco interesante desde el día de la piscina.
-¿No vas a quedar con la chica del concierto?- No les había contado nada más desde lo de la noche en cuestión...aunque tampoco había nada que contar.
-No sé si volveré a verla, no nos dimos los teléfonos y ya no trabajo a en la cafetería... además está lo de la chica con la que se lía y parece una modelo...no creó que tenga mucho interés en mi.-No olvidaré la cara que me pusieron cuando dije esto ultimo. Era una mezcla entre desconfianza y sorpresa.
-Si hay otra chica olvídate. Eso no termina bien, están jugando contigo y al final la que acaba jodida eres tú.- Jules fue la primera en responder con uno de esos buenos consejos que evidentemente ignoras porque te tienes que dar la hostia tú solita.
Pasó un mes cuando prácticamente me había olvidado de todo lo del tema de Shage. Pensé que no iba a volver a verla y había hecho las paces con eso...Pero una noche volviendo de un curso de fotografía, me la encontré sentada en las escaleras del porche de mi casa. Recuerdo como la miré y de la sensación que tuve, fue como si se me saliera el corazón por la garganta.
-H-hola- Saludé más impresionada que otra cosa.
-¿Qué tal?- Sacó una de su perfecta sonrisa que tanto me gustaban.
-Vaya...Sigues viva.- Apoyé la mochila con la cámara en el suelo y tomé asiento a su lado.
-Perdona, Se que he estado desaparecida. He tenido unas semanas muy atareadas con eso de la firma... Pero no vengo con las manos vacías, traigo algo -Alargó su mano hacía mi para ofrecerme un CD.
-¿Y esto?
-Es nuestro primer Single-Esto último lo acompañó con una risita incómoda, como si le diera vergüenza enseñármelo- Básicamente hemos estado encerrados grabando esto, quería que lo escuchases.
Me tomé unos minutos para analizarlo de arriba a abajo. Era una caratula de cartón bastante simple, la portada era la foto de unos labios rojos con el nombre del grupo... Así creo que no se lo he dicho todavía... El grupo de Shage era Black box, si los muy famosos Black box.
-¡Wow! ¡Enhorabuena!¡Esto es genial! Muchas gracias por regalarmelo, en cuanto entre lo escucho.- Guardé el CD en la mochila muy feliz por el detalle y me puse de pié dispuesta a irme... Si ella quería algo más iba a tener que currárselo un poco...
-¿Te vas?
-Pensaba que ya habías terminado- Contesté con voz tímida. En realidad no se me daba muy bien eso de hacerme la duda...mira que lo intentaba, pero nada, no le cogía yo el truco.
-Pensaba hablar un rato contigo, e incluso dar una vuelta.
Siempre he pensado que es lo que Shage había visto en mi. Osea, ella era preciosa, talentosa, amable, divertida, inteligente, famosa... y yo era una chica normalita con una cámara de fotos y nada destacable. Siempre fue un misterio que se fijara en mí.
-Perdona-Volví a sentarme esperando que desapareciese mi vergüenza.-El otro día...
-¿Si?
-¿Se enfadaron mucho contigo? El día de la piscina digo...- Shage tenía su mirada clavada en mis ojos. Era de esas personas que te miraban sin parpadear, fijaba la mirada haciendo que me resultase tremendamente difícil apartar la vista
-¿Por qué lo dices? ¿Por Sophie?- Seguía enfocándome con sus ojos marrones...pero tuve que desviar la mirada para poder responder.
-Si, no se la veía muy contenta- Y eso por decirlo de una forma suave. Ese día Sophie me habría arrancado los miembros de uno a uno y de una forma violenta para luego diluir mi cadáver en la bañera del hotel.
-Sophie tiene un carácter complicado. Está acostumbrada a ser el centro de atención o si no se pone algo tensa. Pero en el fondo es buena chica, no se lo tengas en cuenta.
En ese momento me vino la frase de Jules a la cabeza “ Si hay otra olvídate, eso no termina bien”
-Supongo que luego se lo compensarías.-Quizás no debí responder eso, pero si estaba jugando conmigo debía saber que a mi no me hacía mucha ilusión el rollito ese de ir a dos bandas. Estaba claro que Sophie quería a Shage para ella y eso no era un “ simple acuerdo”
-¿De verdad quieres que hablemos de eso?
-No realmente.
-Eso pensaba...-Hubo un momento de incómodo silencio hasta que ella habló volviendo a romper el hielo-¿Desde cuando sabes que te gustan las mujeres?
-¿Eh?-la pregunta me pilló de sorpresa. Como cuando alguien le da al agua mientras te estás duchando y te cae un chorro de agua fría. Pues igual de incómodo que un chorretón no deseado de agua fría-¿Quién ha dicho que me gusten?
-No me intentes engañar, tengo un gaydar infalible-Dijo dando dos toquecitos a su nariz con el dedo índice.-Venga, respóndeme a esto. Luego tú podrás preguntarme lo que te de la gana y lo contestaré, ¿vale?
Todo este asunto de las preguntitas me sonaba un poco trampa... pero no pude perder la oportunidad de meter la naricilla un poco más en la vida de la misteriosa guitarrista.
-Desde hace un par de años...¿Desde cuando conoces a Sophie?-Shage arqueó una ceja antes de responderme.
-Me has mentido, si que quieres hablar del tema-Se tomó un minuto para recolocarse sobre las incómodas escaleras- Desde que éramos pequeñas. Nos criamos practicamente juntas y siempre hemos sido Soph y yo.
Desde luego esa respuesta no me alegró nada en absoluto.
-Me toca...¿tienes novia o te ves con alguien?- Estaba claro que las preguntas de Shage estaban enfocadas a un fin muy concreto.
-No.- Noté como se me estaba empezando a soltar la lengua y me animé a preguntarle algo que me llevaba semanas rondando por la cabeza- ¿Tienes problemas con el compromiso?
-A veces.-Contestó riéndose por la pregunta.- Ahí has ido a matar, ¿eh?-Tenía una risa casi contagiosa-Veamos...¿Te gusta como toco?
Era pregunta era fácil.
-Claro, eres muy buena-Hice una pausa antes de terminar lo que quería decirle- Me encantaría hacerte fotos mientras tocas...
-¿Te gusto yo?- Cuando escuché esas palabras me quedé como paralizada. ¿Se suponía que tenía que responder a eso? Era una tramposa.
-Eso son dos preguntas.- Dije intentando ganar tiempo.
No la conocía mucho y tampoco sabía por donde iba los tiros. A lo mejor me estaba tomando el pelo intentando sonrojarme o ponerme en evidencia... O a lo mejor lo preguntaba porque quería algo. Me limité a quedarme callada.
-¿No me quieres contestar?- No es que no quisiera, es que no sabía que decir
-Creo que es hora de irme a casa- En el momento que me levanté Shage agarró mi muñeca y me llevó hacia ella propiciándome un intenso beso.Y qué beso...Sabe ese momento fue como cuando ves ese tipo de besos empalagosos en las películas y piensas que esas cosas no pasan en la vida real, pues así. Pero con ella todo esa así, mágico, impulsivo, a veces arriesgado, extremo y otras simplemente bonito.
Me aparté mirándola con los ojos abiertos como platos. No entendía nada, pero no voy a negar que estaba contenta, contentísima.
-¿He hecho mal? -Preguntó con un cierto tono de preocupación.
-¡No! Es solo que me ha pillado de sorpresa...no me lo esperaba para nada.
Shage se rió y se puso de pié.
-Ya sabía que te gustaba.
La miré desde el suelo con un gesto de desconcierto.
-¿Me has besado para descubrir si me gustas?
-No- Volvió a agacharse a la altura de mis labios- Te he besado porque a mi me encantas.
Y así se fue dejándome plantada en aquellas escaleras. Con la mente a mil y de nuevo esa sensación de un corazón acelerado a punto de salirse del pecho