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Había una vez un Rey bajo la Montaña que se encariñó demasiado con su Saqueador por YamilSarqueloth

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Notas del capitulo:

Les debo una gran disculpa por no haber avisado que subiría el capítulo después de lo que dije. De verdad, lo siento. Pero a modo de compensación subiré dos capítulos en una semana ^^

 

Muchísimas Gracias a todos quienes han leído, pero en especial a quienes me han enviado Reviews!!!

GRACIAS!!!!!

 

Este capítulo está dedicado a Quer. Una gran amiga que me ha apoyado en esto de los Fanfics. 

 

Espero les guste!!!

 

Oh, el hermoso valle de Imladris. Todos, sin excepción sintieron su corazón latir más fuerte al estar en su presencia. Obviamente ningún Enano lo admitió, de hecho, Thorin II * mostró una mueca de desagrado y enojo. Gandalf parecía bastante satisfecho de amargarle el día a Escudo de Roble y de ver esa adorable expresión de asombro en la cara de Bilbo. Thorin también había notado lo fascinado que lucía el Hobbit y esto no paraba de molestarle aun más. ¡Ahg! ¿Cómo era posible que ese tipo le molestara con solo sonreír?

 

La recepción en el ridículamente hermoso valle, había sido muy buena (para desgracia de los Enanos, que no tuvieron ningún motivo por el cual pelear con los Elfos). Música en vivo y buena comida, porque las verduras son buenas aunque a los fornidos presentes les agradara más la carne (o por último, las papas). Lord Elrond fue muy amable al acogerlos e invitarles a su mesa. Reconoció las espadas y sus nombres y nuevamente Escudo de Roble pensó que aunque su espada era Élfica, valía la pena. La verdad, Thorin no estaba molesto por estar entre los Elfos, estaba molesto porque había un Elfo que hablaba demasiado con Bilbo y el muy infame no paraba de maravillarse con las palabras del Eldar. El hijo de Thrain bufó con una idea en su mente: ¡¡¡Si tanto le gustaba Rivendel, que el estúpido Hobbit se quedara en Rivendel!!!  

 

Gandalf notó lo tenso que estaba el Rey Enano y creyendo que la causa era su impaciencia, convenció a Lord Elrond de darles una audiencia esa noche para analizar un viejo artilugio alias “Mapa para entrar a la perdida ciudad de Erebor por un pasadizo invisible y recuperar el tesoro de las garras de un dragón belicoso”.

 .

 .

 .

Thorin no paraba de preguntarse por qué Gandalf había llevado a Bilbo con ellos, el asunto del mapa le concernía sólo a los Enanos, y a Gandalf por ser el mago buena gente que les ayudaba y guiaba. Lord Elrond había puesto una cara de tres metros al descubrir (sin tener que meditarlo mucho) las intenciones de Thorin y compañía, había reprendido al Enano sin lograr un mínimo de turbación en el objetivo de este. Así que para retrasarlos “raptó” a Gandalf el Gris diciendo que alguien debía hablarles. El hijo de Train quería coger sus cosas e irse de Imladris lo antes posible, pero al llegar junto a su compañía, los descubrió comiendo y tomando y festejando. Simplemente no pudo aguar la fiesta. Mañana al alba les reuniría a todos y partiri—

 

–¿Sabes, Bilbo? – Preguntó el Elfo de hacía un rato.

 

¡¿Bilbo?! ¿Apenas y si le conocía y ya le llamaba por su nombre de pila?

 

–Dime, Aeweel. – ¡Y él le contestaba! ¿Y qué tipo de nombre era Aeweel? Sonaba horrible.

–Hay unas aguas termales exquisitas aquí en Rivendel. No puedes irte sin conocerlas.

–¡¿De veras?! ¡Siempre he querido ir a una! – Admitió inocentemente, Bilbo.

–Podríamos ir ahora. Juntos. – Flirteó el Elfo y Thorin sintió su sangre hervir y un incontrolable deseo de partirle la cara al marica Eldar.

–¿Ahora? – Preguntó Bolsón, nervioso. ¿Cómo podía ser TAN ingenuo?

–Claro – Contestó Aeweel y le cogió la mano al Hobbit.

 

¡El colmo! Thorin apresuró sus pasos hacia ambos hombres para reventarle la cara al Elfo (sin saber realmente por qué, más que mal, eso era asunto del mediano) cuando Bilbo anunció.

 

–¡Oigan! Aquí hay aguas termales. No podemos irnos sin bañarnos en ellas ¿o sí?

 

Toda la compañía reaccionó al unísono. Todos querían ir. Y el plan del Elfo se había ido al diablo, Aeweel soltó la mano de Bilbo con delicadeza y guió a los impacientes invitados hacía las termas. Todos avanzaron por un pasillo hasta dejar atrás a Bilbo y a Thorin, quien se había quedado quieto al ver cómo el inocente Hobbit había cortado todas las posibilidades de Aeweel de manera tan certera. Hasta sintió un poco de pena por el sujeto.

 

Bilbo pronto notó que era observado y al girarse se topó frente a frente con los ojos del Rey bajo la Montaña. El Sr. Bolsón se puso muy nervioso y el Enano lo notó, y esto le hizo sentir muy feliz. ¿Acaso su presencia ponía tan nervioso al Hobbit? Thorin le sonrió a Bilbo y este le devolvió la sonrisa de manera algo tímida, el moreno sintió un extraño calor en el cuerpo que nunca había sentido, bajó su mirada desde los ojos del Mediano hasta sus labios y se estremeció. ¡¿Qué mierda estaba haciendo?!  ¡¿Qué puta madre le estaba pasando?! Su sonrisa pronto se desvaneció y su expresión cambió a preocupación.

 

–¿Te sucede algo, Hijo de Thrain? – Preguntó preocupado, Bilbo.

–Nada. Odio este lugar, eso es todo.

–¡Pero si es tan hermoso!

–Está lleno de Elfos.

–Valla. Si que les tienes manía. Deberías darte un tiempo para conocerles.

–Ya les conozco y no necesito más.

–¿Por qué eres tan testarudo?

–¿Y tú porque no te metes en tus problemas, Maese Bolsón?

 

Bilbo no dijo nada más, podía haberlo hecho, pero no. Odiaba ver a Thorin molesto, no obstante, también odiaba ese maldito carácter que el líder Escudo de Roble mostraba ante él y no tenía ganas de aguantarle ni un poco más. ¡Disfrutaría de Rivendel aunque se le fuera la vida en ello! ¿Qué había pasado con esa tierna sonrisa que el Enano exhibía hacía unos momentos? ¡Bah! ¡¡¡Al carajo con su altísima Majestad Trasero de Roble!!! Bilbo dio media vuelta y se encaminó a las termas siguiendo a la compañía, dejando a Thorin solo.

 

¡¡Maldito saqueador y malditos Elfos!! ¡Qué un mal rayo los parta a todos!

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 .

 .

Fili y Kili notaron al instante la pared que Thorin II y Bilbo Bolsón se habían puesto el uno al otro. Ni siquiera se miraban ¿Qué había pasado?

 

–¡Te apuesto un decimo de mi parte del tesoro a que el tío Thorin la cagó con ganas! – Se lamentó Kili.

–¿Qué habrá sucedido? Digo, no es que sean los más animados el uno junto al otro, pero esas miradas que se lanzaban eran… Eran… Tú sabes. Ahora son sólo enojo. Yo también creo que Thorin la cagó. – Expuso Fili metiéndose a una de las fuentes termales justo a su hermano.

 

Sólo Thorin y Bilbo no estaban en el agua. Ninguno parecía con ganas de disfrutar de la hermosa noche reflejada en las cálidas aguas. Aeweel quiso saber qué le pasaba a Bolsón, sin embargo, el pequeño únicamente se limitó a llenar de tabaco su pipa y echar (literalmente) humo en un rincón. Thorin decidió ignorar al amante de los Elfos y sin ningún pudor se desnudó delante de todos y se metió en el agua. Bilbo tendió a atragantarse con una bocanada de humo y se puso a toser fuertemente. Thorin lo miró con cara de triunfo y se hundió en el agua para salir cerca de Balin y Dori, mientras Aeweel intentaba ayudar a Bilbo a respirar nuevamente golpeandolo levemente en la espalda.

 

Dos jóvenes Elfos (y muy buenos anfitriones) les llevaron cerveza, vino y comida (comida que era nuevamente demasiado verde para el pobre Ori), y se armó una celebración.

 

Bilbo comenzó a tomar ofuscado, y todos sabemos que esa es una PESIMA forma de tomar, pues el enojo hace parecer al licor, agua. Y las jarras se vacían muy rápido y se llenan muy rápido. Y bueno, Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado terminó bastante borracho echando humo en un rincón. Fili y Kili comenzaron entonces a corear “¡Hobbit al agua!” y antes que Bilbo pudiera entender lo que esas palabras significaban, estuvo chapoteando en el agua. El pobre Mediano despotricó en contra de todo el mundo mientras los Enanos reían a más no poder (bueno, no todos. Thorin como ya lo habrán notado, no ríe a carcajadas).

 

Aeweel ayudó a Bilbo a salir del agua, y el Rey Enano frunció el ceño. Estaba aún molesto con “el amante de los Elfos” ¡Pero esa no era razón para dejar al Saqueador a su suerte con ese maldito libidinoso que no había parado de mirar al Hobbit desde que habían llegado al valle! Ahora el Eldar lo acompañaba a los aposentos para los visitantes. Suficiente. Thorin nuevamente quiso partirle la cara al muy imbécil y ahora con más ganas pues estaba borracho también y los Enanos son conocidos por su irascibilidad, nadie tenía por qué saber que le había quebrado esa hermosa nariz a Aeweel por causa del mediano, lo más probable era que solo lo hiciera por gusto. Obviamente dejó pasar unos minutos para no levantar sospecha, pasado ese tiempo, Escudo de Roble salió de las termas argumentando ir tras Gandalf. ¿Por cierto, dónde estaba el Gris?

 

Caminó entonces, el Hijo de Thrain, por los pasillos con sólo una toalla en su cintura y un jarro de cerveza en su mano izquierda hasta que encontró al miserable elfo intentando propasarse con SU saqueador. Por suerte, Bilbo estaba tan borracho que no recordaría nada de lo que sucediera allí al día siguiente.  Thorin se quedó apoyado en el umbral de la puerta mirando a Aeweel quien intentaba robarle un beso al inconsciente Hobbit, este notó de inmediato la presencia del líder de la compañía y se giró con temor hacia él.

 

–Hijo de Thrain, no es lo que tú crees. – Se excusó.

 

Thorin sonrió de oreja a oreja y le dio un largo trago a su jarra antes de saltarle encima a Aeweel, lo tumbó en el suelo y le partió la jarra en la cabeza. Como el elfo aun se resistía, el moreno le propinó un puñetazo en plena cara, quebrándole la nariz.

 

–Mira, elfo de mierrrda. Nunca he sido muy fan de tu rrraza… ¡Hip! …Pero no es que los considere a todos ustedes unos hijos de puta. Buenop… ¡hip! … A ti sí. Dejas muy mal parada a tu raza y déjame advertirte... – Se acercó al Elfo, que lo escuchaba atento sin interrumpirle y bastante preocupado, hasta que su cara estuvo a unos escasos diez centímetros y su rostro demostró la ira que sentía. – Si vuelvo a verte cerca de Bilbo, te reventaré a tal punto que ni en los jardines de Lórien te sentirás aliviado, y aun después de muerto vendría desde los salones de Aulë a por ti. ¿Te quedó claro, Puto y marica elfo?

 

Aeweel tragó saliva y le juró al Enano nunca más volver a toparse en su camino ni en el del Hobbit. De hecho, nunca más se supo de Aeweel en Rivendel, el tipo huyó en plena noche ese día.

 

Ahora estaban solos el Rey Bajo la Montaña y Bolsón de la Comarca. Thorin aun enojado y echando humo. Pobre Lord Elrond, imbéciles como ese tipo le arruinaban el valle.

 

–¿Thorin? – Preguntó aún ebrio, Bilbo, que yacía semiacostado en la cama intentando enfocar su vista. El Enano no dijo nada, simplemente se limitó a sostenerle la mirada. –¿Eres tú?

 

El hijo de Thrain se acercó lentamente al hijo de Belladona, con ambas manos sostuvo la cabeza del Mediano y se detuvo a cinco centímetros de su cara. Bilbo se sonrojó al instante y tragó saliva.

 

–¿Tho-Thorin? – Bilbo se puso muy nervioso, pero no se alejó, no lo rechazó. Thorin sonrió algo satisfecho, el alcohol le nublaba la mente y no estaba seguro de qué diablos estaba haciendo.

–Idiota. – Dijo finalmente el moreno.

–¿Ah? – Bilbo le miró muy extrañado.

–Eres un inútil. Me estoy hartando de andar cuidándote, Bilbo. ¿Bilbo?

 

El Sr. Bolsón había caído profundamente dormido y Thorin tuvo un momento de lucidez. ¿Qué estaba haciendo? ¿Qué estuvo a punto de hacer? ¿Qué mierda? Se levantó de golpe decidido a irse, llegó hasta la puerta y volvió la vista atrás. ¿Desde cuándo el Hobbit se había vuelto tan importante? Sacó toda idea referente al Mediano y la coraza volvió a él. No tenía tiempo para estupideces, debía llegar a la Montaña Solitaria para liberar a Erebor de una vez por todas. Y ese debilucho sólo los retrasaría. Gandalf se estaba equivocando con él, y él ya no lo cuidaría más.

 .

 .

 .

Gandalf había ganado un precioso tiempo al día siguiente. Thorin, quien a duras penas recordaba qué había hecho la noche anterior (aunque recordaba muy bien cómo le había partido la cara a Aeweel y eso si que alegraba su día) tenía la suerte de no padecer resaca, de hecho ninguno la padecía. Bilbo lucía bastante triste, quería permanecer más tiempo en Rivendel y se prometió a si mismo volver algún día, sin embargo no era lo único que nublaba su mente, no podía entender porque había soñado con Thorin y le perturbaba lo raro que había sido su sueño. Cuando Thorin les había levantado a todos para irse antes del alba Bilbo se le había quedado mirando, buscando en sus ojos un atisbo de lo que sus sueños le habían mostrado, pero nada. Sólo encontró los mismos ojos azules y fríos de siempre. Que sueño más raro había tenido.

 

Fili y Kili estaban algo deprimidos, su plan por alguna razón había retrocedido bastante, de hecho hasta el principio, no obstante la esperanza es lo último que se pierde.

 

En fin, la moral estaba algo baja y había mucho camino por delante.

 

Ya habían avanzado su buen trecho y en pocas horas se encontraron subiendo las tan ansiadas Montañas. Thorin estaba no serio, sino concentrado, no quería pensar en nada que no fuera La Montaña Solitaria, Erebor o la Arkenstone. Las montañas se extendían a lo lejos y Bilbo añoró aun más el valle de Imladris. Las noches fueron cada vez más frías y el ánimo bajaba constantemente. Thorin y Bilbo estaban más distantes que nunca y por vez primera al Enano de verdad parecía no importarle que le pasaba al Hobbit. Las únicas veces que lograban hablar terminaban ambos molestos. Hasta aquella noche.

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Continuará…

Notas finales:

*Thorin Escudo de Roble = Thorin II (lo acabo de averiguar! Es fascinante *u*)

Muchísimas gracias por leer este fanfic!!!  

 

Y ojala me regalen unos Reviews!! xD

P.D: Cualquier duda o petición, siéntanse en confianza!


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