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El deber de un líder por ShinyOdaya

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa...... :D

¿Como estan? Espero que muy bien ^^

Lo siento de veras, pero sabeis que no puedo actualizar mas seguido, examenes y eso, estoy en la recta final. y no puedo despistarme. 

Muchisimas gracias a tod@s los que hacen posible este proyecto jejeje se os quiere muchisimo 

Aqui les dejo el cap 24 de EDUL ^^

Espero que disfruten leyendolo, de la misma forma que disfrte yo escribiendolo

*///*

Miraba atónito la espalda de Minho moverse, la actividad del hospital ya se estaba palpando y los primeros ruidos de la mañana se hacían presentes. Los enfermeros y enfermeras tiraban de carritos con medicinas y algunos objetos que no sabía identificar.

Los pasillos olían a antisépticos y jarabe. Arrugaba mi nariz intentando impedir que la esencia entrara en mis pulmones, pero como todo, sin ninguna novedad, me salió mal.

No recibimos ni una sola queja, o era el horario pactado para visitas o éramos “especiales”

La habitación de Key no se nos hizo muy lejana, yo paseaba sin enterarme muy bien a donde me dirigía y mis pasos eran regulares y ligeros, algo extraño en mi. Un dolor de cabeza se presento algo cobarde en mi cerebro. Pero sabía que a lo largo del día se acentuaría aun más.

Minho toco fuertemente le puerta de la habitación tras de la cual, se encontraba Key. Un débil sonido pregunto nuestra identidad y Minho se aclaro la voz antes de contestar, se le veía también nervioso.

-Somos Minho y Onew hyung…- Un momento de silencio antes de volver a escuchar a Key.

Pasar

El moreno abrió la puerta y dejo que entrara una brisa en la habitación, que pude jurar, que movió débilmente los cabellos rubios de Key.

El rostro del rubio estaba cubierto por una fina capa de sudor y junto a la expresión de confusión extrema que se alzaba en su rostro, también estaba presente una mueca de malestar y casi imperceptible, agradecimiento.

Ambos nos dimos cuenta pero fue Minho quien habló.

-¿Has pasado una mala noche?- Se sentó en la cama junto al rubio, este primero le miro a él y acto seguido a mí.

-Sí- Confeso- Se me está haciendo muy largo.

Las comisuras de mis labios descendieron alarmantemente, pero no quería que el viera mi tristeza, Key no soportaría dar pena.

-De todas maneras el doctor no tardara en pasar…- Sonrió observándome con una mirada tímida- ¿Qué hacéis aquí? Es muy pronto, creo

Entonces Minho se tenso y me lanzo una mirada de auxilio, yo tampoco sabía ni cómo empezar.

-Queríamos ver como estabas- Dije yo, susurrando lo suficientemente alto para que me oyese.

-¿Y qué más?- El rubio alzo una de sus cejas, intensificando la mirada cuando Minho sacó la preciada revista de Taemin.

-Esto nos preocupa, y pensé que tú podrías ayudarnos- Le tomo su tiempo entregarle la revista.

Key no supo como de importante  era ese montón de papel brillante hasta que ojeo un par de páginas. Su rostro pálido y demacrado cambio al abrir su boca y sus ojos en demasía. Llegó incluso a taparte la boca con la mano libre unos segundos.

-¿Qué es esto?- Nos pregunto en un tono que se parecía al típico tono de madre loca.

Levantó una de las hojas donde el pequeño Taemin había jugado con las tijeras y había roto su cara.

-¿Es alguna amenaza?- Preguntó dudoso mientras Minho acababa de tensarse y ponerse nervioso- ¿Os la han enviado? ¿Van a por Taemin?

Minho negó con la cabeza.

-Eso lo ha hecho Taemin…

-Ah entonces, bueno… espera ¿Qué?- Todas las sabanas que cubrían el colcho y sus piernas se tensaron.

El rostro de Key se torno rojo, y por el tiemble de sus labios apretados, adivine que lo causante era una ira profunda.

-Esta descontrolado hyung- Minho hablo tan suavemente que escuche simplemente un suave susurro.

Key abrió la boca, pero la cerró frunciendo el ceño, conocía esa expresión, estaba buscando palabras adecuadas para comenzar a hablar, porque tenía que decir algo, Key siempre tenía que hablar.

Le explicamos todo lo que sabíamos. La relación de esos comportamientos con el hecho de que ni siquiera durmiera un poco, o cuando le tocaba, su sobreesfuerzo y sus altas exigencias sobre sí mismo. 

-Tiene que tener algún problema de afecto a sí mismo- Miramos a Minho, sus palabras concluyentes eran nuevas para mí también.

-¿Te… te refieres a un trastorno?

-Eso tendrá que decirlo un psicólogo- Dije yo, cambiando mi peso de una pierna a otra, esta conversación, como todas las anteriores sobre Taemin me estaba empezando a poner muy nervioso.

-El problema hyung, es que él no quiere ir a ningún psicólogo- Minho me miro desde su posición en la cama.

Instintivamente busque un sitio para sentarme, ya que empezaban a temblarme las piernas.

-¿No hay alguna forma de ayudarle?- Key se apoyó contra la almohada mientras Minho terminaba de hablar, y echó su cabeza hacia atrás, se le veía cansado y enfermo- Sin médicos me refiero…

Se hizo el silencio tan solo unos segundos, tiempo que aproveché para acariciar el cabello rubio de Key, echándolo hacia atrás lentamente y observé como las hebras volvían a su sitio inicial con un grácil balanceo. La mirada felina se escabullo entre los cabellos dorados y encontró mis ojos en un parpadeo, pero bajo completamente la cabeza en un momento sin darme tiempo a captar sus pensamientos y sentimientos.

Susurro algo hacia el cuello de su camiseta azul del pijama

-¿Qué?- Inquirió Minho

-Que tal vez deberíais dejarle…- Repitió el rubio con una mueca de fastidio en el rostro.

Mino cogió algo de la gran sabana y la apretó entre sus manos, se veía furioso, y sabía exactamente por qué. Minho no dejaría solo a Taemin mientras este sufriera, no lo dejaría solo ante el peligro. Minho no podría estar de brazos cruzados mientras Taemin se consumía poco a poco. Y a decir verdad, yo, tampoco.

-Estás loco- Sentencio levantándose de la cama

-Escúchame Minho- Key intentaba igualar el tono de voz de Minho, pero le era imposible debido a su debilidad- Tal vez lo que necesita es que lo dejéis en paz, tal vez solo así, colabore.

Le devolvió la revista.

-No le presionéis, todo a su debido tiempo- Sentenció

-¿Y si empeora?- A Minho le tembló la voz

-No lo hará, tu más que ningún otro conoces a Taemin, y sabes que es fuerte…

-E inmaduro…- Terminé la frase sin pensar debidamente en mis palabras.

Minho se guardó la revista sin echarle ningún vistazo más, y termino de arreglar la mochila. Key dejo escapar un suspiro y se dejo caer completamente sobre la cama, sus brazos parecían muertos a sus costados y su pecho subía y bajaba lentamente.

-¿Necesitas algo más?- Aunque sonó realmente amable, sabía que el moreno estaba muy enfadado con el rubio

-No, me estoy empezando a sentí un poco mal, si no os importa marcharos…- Me sorprendí, si se encontraba mal, lo más sensato y moral seria quedarse por si algo le pasaba.

-Vámonos hyung…- Observé mientras nos alejábamos, a Key escondiéndose bajo sus sábanas.

Salimos de la habitación, y dejamos atrás los pasillos y la puerta trasera del hospital, con Minho tirándome del brazo.

 

Recibí una llamada de nuestro manager, teníamos ensayo vocal con la nueva canción y un par más que nos tenía que enseñar, así que la adrenalina me subió de nuevo por los costados al catarme de que probablemente Jonghyun también estaría por allí.

Conduje alegre todo el trayecto, aunque Minho no quitó esa mueca de enfado en todo el camino hacia la compañía. Aunque estaba confundido y tocado mentalmente por la conversación con Key, sonreí a todo el personal que trabajaba a esas horas tempranas por las mañanas, Minho me seguía cabizbajo, no podía averiguar qué era lo que le pasaba por la cabeza en ese momento. Llegamos a la sala de práctica vocal y me desanime a encontrarla vacía, tan solo  el hyung que nos enseñaba cada nota, en su toque justo.

Empezamos las practicas, mi voz no salía todo lo bien que podía salir, y de vez en cuando me giraba a ver la puerta, por si Jonghyun llegaba tarde, pero al fin y al cabo llegaba.

Otra cosa que me sorprendió, fue el encontrar a Minho cantando, no es que no lo hubiera hecho antes, pero esta vez tenía más de una línea, a parte del rap que en ese momento estaban perfeccionando. Su voz era tibia y neutra, sin mucha capacidad de irse muchos tonos, arriba o abajo, a diferencia de la de Jonghyun o la mía. Pero resultaba atractiva a su modo.

En el descanso, fuimos a comer, Minho casi ni probó la comida y yo aun estaba esperando que Jonghyun apareciera, o tal vez Taemin, y que me explicara donde estaba Jonghyun en esos momentos.

También me sorprendió, que me sabía completamente la letra de la canción, hablaba de una chica ideal, la chica de los sueños, aquella que era especial para cada hombre.

Me reía en mi interior, ya que nosotros, los cinco, no mirábamos por chicas especialmente, al menos eso parecía.

Me felicitaron por mi trabajo, y en ese momento, si que estaba agotado mental y físicamente, y solo quería llegar a casa.

 

Llegamos a casa cuando la hora de cenar se marcaba perfectamente en el reloj de mi teléfono móvil. Las llaves tintinearon abriendo las puertas y segundos después Minho y yo entramos al piso.

Suspire dejando mi mochila colgada del perchero de la entrada, y dejando mis zapatillas colocadas minuciosamente.

Mi cuerpo me pedía a gritos un particular perfume, ya que no había podido disfrutar de él en todo el día.

Pero no me hizo falta preguntar en voz alta para darme cuenta de que no estaba en casa. Ya que era todo demasiado silencioso, demasiado triste.

Y al parecer Taemin tampoco estaba.

-Voy a hacer algo para cenar...- Anuncio Minho adentrándose en la cocina.

-De acuerdo...

-¿Para cuantos hago?- Comento con un tono irónico- ¿Para dos, tres? ¿O uno solo?

-No lo se

-Ni siquiera me ha dicho a donde se ha ido, ni un puñetero mensaje

-Minho, Jonghyun tampoco esta, se habrán ido juntos.

-¿A dónde?

-Están ensayando- Minho rodo los ojos.

-Genial...

Fui directo a tomar una ducha, me relaje completamente sintiendo el agua caliente recorriendo mi espalda. Cuando me vestí, me puse lo primero que pille, porque mi plan era cenar e irme a dormir pronto.

Cuando la cena estuvo lista me dedique a preparar lo necesario para cenar, mientras Minho se iba a la ducha. Mire el sofá, y sacudiéndome el pelo mojado, decidí que cenaríamos mirando la televisión, una forma diferente y más amena de compartir un momento.

Cuando ya estaba todo listo, Minho salió del cuarto de baño, y se sorprendió al verme sentado en el sofá, con palillos en mano y comiendo.

-¿En el sofá?- Asentí.

Cogió su comida y se echó a mi lado.

-Eres raro hyung- Le miré divertido y nos reímos.

 

Lavando los platos podía escuchar la televisión, aunque no le prestaba demasiada atención, ya que estaba completamente concentrado en acabar con las manchas de salsa que se habían pegado en los platos.

No escuche la puerta abrirse, ni tampoco cerrarse, ni los pasos, ni los saludos; las malditas manchas me tenían demasiado absorto. Pero si que sentí unas manos fuertes abriéndose camino desde mis costados hasta mi estomago. Entonces, el perfume que había ansiado, apareció colándose salvajemente en mi cuerpo. Me adormecí tan solo unos segundos, dejando caer mi espalda contra su pecho y descansando así mi peso. Un suave beso en mi cuello, deje de sentir mis manos, y cerré los ojos abandonándome a la sensación de su abrazo rodeándome.

Se escuchó un grito ahogado salir de su pecho, y directamente se abalanzo sobre mí, separando  sus manos de mí estomago. Quedé completamente apoyado sobre la pila, y se me ocurrió abrir los ojos, su rostro se asomaba por el hueco entre mi cuello y mi hombro derecho, y sus manos se estiraban hacia el montón de jabón cubriendo unos platos, para salvar un pequeño platillo que había dejado caer mis manos muertas.

-Eres un patoso- Se rio mientras dejaba la pequeña victima sobre el banco de mármol.

-Me sorprendiste, e-e-eso es todo- Me mordí los labios intentando dejar de lado las inmensas ganas que tenia de besarle y tomármelo con más calma.

Me tendió un trapo para que me secara y en cuanto lo hice volvió a rodearme con sus musculosos brazos.

-Te escapaste esta mañana- Canturreo con una mueca de fingida tristeza

-El deber me llamaba- Levante un puño al aire.

Su rostro se acercaba peligrosamente al mío, a una distancia en la que no podía controlarme, porque inhalar su aliento o escrutar sus pupilas de cerca, eran escusas suficientes para perder el control sobre mi mismo de nuevo.

Primero mimo mis mejillas, besándolas con tanta dulzura y cariño que pensé que podía ponerme a llorar de un momento a otro. Después se encargo de mis necesitados labios, moviendo los suyos lentamente sobre los míos, sin abusar, sin intentar forzar los movimientos. Yo solamente podía boquear pidiendo sin palabras más de sus besos.

Entrelazó nuestras manos cuando se separó, tirando de mí hacia su cuerpo y me abrazó por los hombros. Me guió fuera de la cocina, y, yo estaba dispuesto a seguir soñando en el mundo donde solo estábamos Jonghyun y yo. Pero, se rompió en miles de cristales cuando vi a Minho cojeando hacia su habitación, con la mochila que reconocía como la de Taemin.

Entonces me acorde de mis deberes.

-Tengo que ir a hacerle un masaje a Minho- Su cuerpo se tensó y su rostro pasó de la más palpable ternura, al más terrorífico mirar.

Su frente dejo ver algunas arrugas y sus labios se habían apretado en una fina línea

-¿Qué?- Punzó enfadado

-En serio tengo que hacerlo- Me separé de él y le dejé con la boca abierta, supuse que Jonghyun necesitaba aclaraciones, pero en ese momento estaba demasiado pasmado y alelado para darme cuenta.

Caminé hacia la habitación de los más pequeños y toqué la puerta. Minho abrió y se apartó para dejarme pasar.

-Va a ser bochornoso…- Comento, rodé los ojos, pensaba completamente lo mismo.

Advertí un movimiento en la cama que había más a la derecha de la habitación, un bulto envuelto en sabanas y colchas descansaba sobre el colchón. Supuse que Taemin estaba debajo de tanta tela.

-Hola Taemin- El bulto se removió un poco, pero no contesto- ¿Está durmiendo?- Le pregunte con algo de esperanza a Minho, pero negó con la cabeza.

Me tendió el bote de crema y repase mentalmente los ejercicios que me había enseñado la fisioterapeuta por la mañana. Minho se sentó al borde de la cama, esperándome.

-Quítate… los pantalones, o algo… - El moreno me hecho una mirada aturdida y pude jurar que el bulto blanco de sabanas se movió furioso.

Se levantó y prosiguió a hacer lo que le había dicho, se quito los pantalones y los dejó caer sobre una silla. Acto seguido se tumbo de nuevo sobre la cama. Me senté al borde de la misma y le eché una mirada al supuesto Taemin, este había asomado la cabeza y miraba atento mis movimientos sobre el cuerpo de su novio.

A decir verdad, estaba haciéndole un masaje a Minho ante los ojos de su novio.

-¿Quieres que te enseñe?- Pero escondió la cabeza, Minho sacudió los hombros en una carcajada.

Le reste importancia y seguí con lo mío, masajeando la piel magullada de sus rodillas, el dejaba caer algún suspiro que otro y cerraba los ojos con fuerza, además de las innumerables palabras mal sonantes que salían por esa boca. Yo no hacía más que disculparme, por el daño que le hacía y hacia las miradas penetrantes de Taemin, que cada vez aumentaban más de intensidad.

Una vez llegué al punto clave sobre su muslo, Minho empezó a sudar y a quejarse con la boca cerrada, sin decir nada, pero diciéndolo todo con esos espasmos que estaban por clavarme su puño en la cara.

-¡Ah! ¡Hyung, no aprietes!- Grito cuando no se pudo aguantar mas

-Tengo que hacerlo, así que cálmate- Volví de nuevo al masaje, pero no tardo en volver a gritar.

-¡Que duele!

-Te aguantas, solo serán un par de min…- Un almohadón se estampó contra el costado derecho de mi cara y cuando conseguí quitármelo de encima, me encontré  un Taemin, cómicamente furioso, parado sobre la cama con las sabanas sobre sus hombros.

-Te ha dicho que le duele hyung

En ese momento pensé en arrastrarme fuera de la habitación. Porque el pequeño parecía ir hablando en serio.

-Ya lo sé, pero alguien tiene que hacerlo Tae- Minho me defendió y el pequeño rendido se dejo caer sentado en el colchón.

Alargó un brazo para coger de nuevo el almohadón y apretarlo entre sus manos, no dude en ningún momento que probablemente saldría herido por almohadón otra vez.

-Ven aquí y te enseño lo que me queda- Capté su interés- Y mañana te enseño el resto.

Bajó sus piernas de la cama y camino con pasos largos hasta sentarse a mi lado, entre las piernas de Minho. Sonreí, porque pensé que si no decía nada sobre psicólogos, Taemin no parecía estar odiando a todo el mundo, incluyéndose. Tampoco parecía haber roce alguno, si es que lo había, entre los dos jóvenes.

Repetí lo que había dicho la doctora y se lo enseñe a Taemin, de rodilla para arriba, Minho era todo suyo.

-Tienes que seguir con los dedos las fibras musculares…

-¿Cómo?

-Para arriba Taemin…. Asintió acariciando con sus dedos la piel morena de Minho, me levante estirándome un poco- Tienes que hacerlo tres veces más, cuando acabes con eso, ya está

-Vale….

-Buenas noches- Me despedí saliendo por la puerta

-Buenas noches Onew hyung

-Hasta mañana hyung…

Cerré la puerta a mis espaldas y alargué un suspiro entrando a mi habitación, esperaba encontrarme a Jonghyun sentado en mi cama, pero me decepcione al ver que no estaba.

Me quité los calcetines y abrí la cama, estaba a punto de ir a buscar a Jonghyun, cuando escuche la puerta de mi cuarto cerrándose de un golpe. Me giré rápidamente por el susto, y una sonrisa apareció traidora en mi rostro.

Jonghyun estaba parado delante de mis narices, con el pelo mojado, dejando caer gotas rebeldes que bajaban viciosas por su pecho desnudo, perdiéndose en la cinturilla de su pantalón entreabierto, dejando ver la marca de sus calzoncillos y un buen tramo de piel.

-Jong…- Suspiré, podía jurar que mis pupilas se dilataron ante tal visión.

-No solo te escapaste esta mañana, sino, que también vas dando masajes a otro que no soy yo… Onew...- Tenía el rostro enfadado, pero no sonaba como tal-… Voy a tener que castigarte…

Notas finales:

Kyaaa!!

XD

¿Que les parecio?

Dejen sus reivews con sus opiniones chachis xD

Los necesito para seguir escribiendo 

Chuu~ Nos vemos en el próximo

 

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