CAPITULO DOS Howard Stark
Cuando el beso terminó se encontraban en un viejo sótano, y suave música resonaban encima.
—Tony…—habló separándose para mirar a todos lados.— ¿No me dirás que…?— se volteó viéndole con inseguridad.
—Mil novecientos cuarenta y seis, la guerra termino hace un año… más o menos, Nueva York va prosperando y estamos a dos años de convertirnos en la ciudad más poblada del mundo… ah y en algún lugar esta por nacer Freddy Mercury … Increíble, ¿verdad?
—¿Qué hiciste Stark?— preguntó con una mezcla de enfado y confusión.
—Dar el mejor regalo de aniversario jamás visto…—contestó.
El rubio se recargó en una pared, llevándose una mano a la cara— ¿No nos quedaremos a vivir aquí… bueno ahora…en este año…?
—Ah, no… no de ninguna manera…— Miró su reloj— Nos quedan nueve días, veintitrés horas, y cincuentaicinco minutos para estar aquí.
—¿Por qué hiciste esto? — le preguntó parándose frente a él.
—Es solo un regalo— pronunció como si nada encogiéndose de hombros— Solo me gusta ver feliz al museo andante que tengo por novio. — El rubio ante esto sonrió poniéndole su mano en la mejilla para darle un suave beso.
En ese momento escucharon ruidos provenientes de unas escaleras que estaban a su lado— Capi, no te vayas a poner tan efusivo aquí… en este año, nuestra relación no sería…la gente tiene la misma opinión que tú tenías antes de que te llevara a la cama.
—Si… lo entiendo muy bien — contestó mordiéndose el labio inferior. —¿Y qué haremos? — preguntó viéndole caminar hacia las tres maletas que habían traído con ellos.
—Localizar al único hombre que entenderá quienes somos sin que nos llame locos…— habló parándose en medio de las maletas, tomando una. — Vamos, carga las otras.
—2012 o 1946 sigues siendo el mismo— agregó el rubio caminando para tomar las otras maletas.
—Igual de inteligente y genial, si de eso hablas…— habló subiendo las escaleras saliendo a lo que parecía un club nocturno de aquellas épocas. – Es como entrar a una vieja película, y en cualquier momento veré a Rick Blaine o a Ilsa Lund.*
—Esa referencia si la entendí…— habló el rubio pasando entre la gente que les dirigían miradas curiosas.
—Estamos en tu época, yo soy el que no entenderé muchas de estas cosas— se quejó encontrando por fin la puerta a la calle.
Cuando salieron, el castaño casi pudo jurar que su sub consciente le hacía ver las cosas en blanco y negro, el aspecto de la calle, la gente que paseaba, los autos…sin contar la nieve que lo llenaba todo al ser principios de diciembre.
—Estoy en los recuerdos de un anciano— se quejó, mientras el otro observaba fascinado todo aquello.
—Estando allá, al recordar esto, me parecía un sueño…— habló sonriendo.
—Si, como sea… solo esperemos que mi padre no este por allí buscándote como siempre…— se quejó.
—¿Hablas de Howard?
—¿Tengo otro padre? Además, me imagino que quieres ver a tus viejos… muy viejos amigos y no conozco a otra persona que pueda ayudarnos a movernos lo suficientemente rápido en esta época.
—Entonces tomemos un taxi…— habló levantando la mano, para que uno de los autos grandes y amarillos de aquella época se detuviera frente a ellos.
—Buenas noches— saludó el anciano conductor de color.
—Buenas noches— respondió el rubio.
—¿A dónde los llevo?
—¿Hay algún lugar aquí que lleve el nombre Stark? — preguntó el genio.
—Infinidad de lugares señor…— le contestó. — ¿Son de fuera?
—Algo así, ¿Algunas oficinas centrales?
—Creo que sé a dónde quieren dirigirse— pronunció el taxista avanzando a un paso que al castaño le pareció de tortuga. Pero no dijo nada, al observar encantado como el soldado miraba por la ventana con ojos brillantes.
—No puedo creer que esté pasando esto… Tony… de verdad muchas gracias…
—Feliz aniversario— fue todo lo que pudo responder, volteando su vista al cristal.
Cuando el taxista les bajó delante de un edificio que parecía nuevo, le pagaron y bajaron, notando como las luces del lugar se encontraban totalmente apagadas.
—Así que en su juventud mi padre no trabajaba hasta tarde... que gran decepción—murmuró el genio.
—Allí esta… —sonrió el capitán, hablando en un tono bajo y de nostalgia, viendo al mayor de los Stark, con una gran gabardina negra caminando a un auto mientras lo que parecía su chofer le abría la puerta a él y a dos señoritas que le acompañaban.
—Ya decía yo que lo mío era de familia…—habló el genio observando a su joven padre.
—¡Señor Stark! — Gritó entusiasmado Steve corriendo hacia a él, al estar frente a Howard dejo caer las maletas mientras este le veía totalmente sorprendido, al escuchar que le llamaban, la voz le pareció familiar, pero ahora, solo podía mirar absorto al rubio parado enfrente de él… Su ropa era totalmente diferente a la habitual, al igual que su cabello y ciertos gestos en su rostro… pero era él…
Enseguida Howard le abrazó con efusividad, abrazo que fue correspondido.
—Estas vivo— dijo separándose un poco para verlo— Todos perdieron la esperanza… pero yo no amigo… yo sabía que sobrevivirías — hablaba mientras Tony se acercaba despacio a la escena que los otros dos protagonizaban— Daniels…— llamó al que parecía su chofer – Consígueles un taxi a las señoritas y acompáñalas a tomarlo…
—Enseguida señor— respondió este, tomando de los brazos a las mujeres para llevarlos a una calle de enfrente y subirlas en un taxi, ante las miradas sorprendidas de estas.
—Sí, me entere que me seguiste buscando por mucho tiempo… muchas gracias Howard.— Pronunció el capitán una vez se habían separado.
—Discúlpenme por interrumpir el tan conmovedor recuerdo… pero necesitamos un lugar privado para hablar— dijo Tony viéndolos a ambos. —Que gusto verte joven, Howard….—Pronunció con cierto deje de curiosidad mirando al otro de arriba abajo.
— Disculpa ¿te conozco…? — correspondió— Capitán… ¿Quién es su amigo?
—Tony… llámame Tony— extendió su mano hacia su padre, gesto que este correspondió sin dejar de analizarle detenidamente – Tony Stark…
—¿Qué? — preguntó enseguida soltándole.
—Hay tantas cosas que tienes que saber ancestro— dijo— pero aquí no…— El aludido fijó su vista en Steve que solo se encogió de hombros.
—Muy bien… vamos a mi casa— asintió por fin. Señalando su auto, a lo que los tres se dispusieron a abordarlo.— A mi casa Daniels – pidió una vez estuvieron arriba.
—¿Cómo sobreviste? ¿Qué pasó?— preguntó confuso el castaño mayor al capitán— ¿y por qué te ves así?
—Por mi loca asesora de imagen…— respondió Stark Junior por él. – ya sabrás todo Howard solo espera… y te sorprenderás.
Apenas un rato después, ya se encontraban los tres sentados en una lujosa sala de una enorme casa.
Steve y Tony estaban sentados en un amplio sofá mientras Howard servía algo de beber de una pequeña mesilla que había en una esquina de la sala.
—¿Entonces ya puedo saber qué pasó?, ¿Cómo sobreviviste y llegaste aquí?
—La verdad es que no te sé decir exactamente eso…
—Mande varios equipos de rescate, pero ninguno me dio señas de ti.
—Bueno en este siglo no lo encuentran. — habló Tony con soltura— No tienen la tecnología adecuada.
—Claro tu… — le miró de manera inquisidora dando un trago a su bebida— ¿Me puedes decir quién eres y de dónde demonios vienes?
—No de donde Howard…— le corrigió el genio poniéndose de pie para tomar el vaso que el otro bebía y darle un trago— de cuando…
—Explícate…
—Año dos mil doce… en el año dos mil diez, sacaron a Steve de su estado de Capi paleta— comenzó volteándole a ver— Ocasión muy oportuna, dada la invasión extraterrestre que tuvimos, pero no te quiero asustar… además la logramos vencer.
—¿Logramos?— inquirió el castaño que analizaba con cuidado cada palabra que el “menor” pronunciaba.
—Tony, es un gran soldado… y un gran súper héroe— intervino por fin el capitán.
—Me imagino. Pero déjame ver si entiendo esto; vienes aquí, dices que vienes del futuro, y te presentas con mi apellido, eso quiere decir que…
—Soy tu hijo… pero no esperes que ahora te llame papi… nuestra relación nunca fue buena y esta visita no será la diferencia.— habló el castaño, sirviéndose un poco más de alcohol para caminar de regreso al sillón mientras su padre se encargaba de procesar toda la información.
—Tienes que decirme como lo lograste…—fue lo primero que dijo Howard al terminar de analizar todos los datos que su hijo le había dado.
—No— negó enseguida— esos conocimientos tienen un único propósito e incluso cuando volvamos, la maquina será destruida.
—No puedes hacer eso. Antes, dime, ¿Cómo lo lograste? No para ponerlo en funcionamiento solo…— preguntó insistentemente el mayor de los Stark.
—Con ayuda de un amigo muy querido, pero ya te dije Howard que no te diré nada, ya que si lo pondrías en funcionamiento, además no estoy aquí para verte o revelarte el futuro… fuiste al primero que localizamos porque eres el único que creería nuestra historia, y nos podría ayudar a localizar a ciertas personas…
—Ya veo… — asintió por fin al ver que no conseguiría saberlo. Sentándose en un sofá frente a ellos.— ¿A quién quieren que localice?
—A mi antiguo equipo, me gustaría verlo…al Coronel Phillips…
—A la señorita Carter también me imagino— completó el mayor de los Stark.
—Y de ser posible rápidamente— Contestó Tony, sin esperar a ver la reacción del rubio ante la mención de la chica.— Solo tenemos diez días aquí…
—Muy bien… — asintió Howard— Te ayudare amigo— sonrió mirándole con ojos brillantes.— hare unas llamadas… enseguida vuelvo.— dijo parándose para después salir de la habitación.
—No me gusta cómo te mira el viejo— agregó Tony apenas el otro salió de la habitación.
—¿Enserio Stark?— cuestionó el rubio— ¿Estas celoso de tu padre?
—Sí, y es raro. — dijo desviando la vista— Al parecer tenemos los mismos gustos…
—Tony estas alucinando, Howard nunca pensaría en mí de ese modo…
—En este tiempo se tienen costumbres muy conservadoras, algo tontas si me lo preguntan… aun como es él. Pero créeme que si ustedes hubieran vivido en otra época, no habría dudado en hacer lo que yo hice contigo… me conozco… lo conozco…— Su voz era segura, mientras miraba con los ojos entrecerrados la puerta.
—Tony, vamos sé que no llevaron la mejor de las relaciones, pero no puedes decírselo y portarte así, ¿Qué tal si decide no tenerte?
—Es lo suficientemente inteligente para saber qué es lo que debe hacer y por seguridad… no le diré quién es mi madre— dijo recargándose contra el soldado. A lo que este le respondió quitándole el sombrero y acariciándole el cabello.
—¿Se lo dirás?— preguntó Steve atento a la puerta, por si el otro regresaba.
—¿Quieres que se lo diga?
—Te conozco Stark, tú decidirás si decírselo o no…o en uno de tus arranques se te saldrá.
—Quizá… así te dejaría en paz…— pronunció y en ese instante escucharon ruido en el pasillo a lo que se separaron.
—Todo listo… — exclamó Howard al entrar con una cara de felicidad— Todos estarán aquí para pasado mañana…
—Que maravilloso— sonrió Steve— Muchas gracias Howard
—No es nada, ya me agradeciste mucho por el día de hoy Capitán— dijo tomando asiento. — Ahora solo necesito que me respondas una duda…
—Claro…
—Mi… Tony, dijo que la maquina solo fue construida con un propósito, lo cual era esta visita, pero, ¿Cuál es el verdadero propósito de ella?
—Que yo visitara a mis amigos…es un regalo… — explicó, no sabiendo que decir exactamente.
—¿Regalo?— cuestionó— ¿por tu cumpleaños o algo así?
—Algo así…— asintió a lo que Howard miro a su hijo.
—Si eres mi hijo, te pareces a mí, si te pareces a mí, sé que no darías un regalo así, de buenas a primeras… aunque fuera al capitán… y menos un regalo que de seguro costó mucho dinero y trabajo…
—Bueno, allí te equivocas. Si me parezco mucho a ti, pero no en todo.
—¿Entonces quieres que te crea que hiciste todo esto solo para que el Capitán visitara su época por un par de días?— cuestionó con una ligera risa.— No mientas hijo… ¿Cuál es la verdad?
—¿La verdad?— cuestionó acomodándose mejor en el sillón y Steve lo miro presintiendo lo que venía a continuación.— La verdad es que me gusta ver feliz a la persona que amo, por eso decidí darle un enorme regalo por nuestro aniversario de un año juntos… y debo decírtelo… tu contribución, la que ayudo a que él llegara a mis días… es algo que te agradezco mucho… gracias papá— dijo lo último con un poco de sarcasmo poniéndose de pie para sacar su celular— Ahora si me permiten tengo que checar las posibles alteraciones lineales— Habló saliendo de la habitación, satisfecho por la cara de Howard — Capi, te dejo que tú le expliques a tu “suegro” lo de nuestra relación…— sonrió antes de cerrar la puerta tras de sí.
Decir que el rubio estaba rojo era poco, desde sus mejillas hasta sus orejas, se encontraban del color de la grana, e incluso sentía un poco de calor… se sacó la chaqueta, sin despegar la vista del mayor, que parecía algo ida.
—Creo…— pronunció despacio— Que no escuche bien, pero el sujeto que dice ser mi hijo, y que de cierta manera si lo parece, me ha dicho que…
—Que estamos saliendo.
—Pero, ¿Cómo puede ser?— exigió saber mirando fijamente al rubio que por dentro no dejaba de maldecir a Tony, por dejarlo allí solo.
—Bueno, después de terminar la guerra contra el ejercito de Loki…— comenzó a explicar al hombre que parecía mirarlo de manera analítica y severa, raro, dado que en el tiempo que lo conoció siempre se mostró; juguetón, bromista, muy Stark, sin embargo, y si se parecía a su hijo, esa mirada no era nada buena— Loki es el dios de la mentira hermano de Thor— intento darse a entender.
—¿Hablas de mitología nórdica?
—Ah… creo que si…
—Pues no me interesa en estos momentos, explícame por qué el Capitán América sale con Tony Stark.
—De hecho si dices Capitán América tiene que decir Iron man o eso dice la gente en el internet… porque…— No sabía ni por que contaba aquello, pero salir con el hijo de un amigo tampoco estaba en sus planes.
—¿Iron man? ¿Internet?
—Así le llaman a Tony… mira bueno, sé que eso no importa, después de que termino la batalla, yo quise viajar por el país, conocer todo lo que había pasado y me había perdido el tiempo que estuve congelado. El viaje me duro tres meses o menos, solo porque Tony fue, y bueno es bastante persistente cuando se propone algo. Deberías verlo molestando a Bruce…pero, hizo que me enamorara de él…— su voz se volvía algo más suave— Es…es como tú, diría que peor, mas mujeriego, mas pervertido y ególatra…
—Amigo, esos no son atributos.— le hizo notar.
—Pero, en el sí lo son.— aclaro— Lo amo Howard, Señor Stark. — se dejó caer cerrando los ojos— Estúpido Stark, siempre me hace esto— hablo entre dientes.—Disculpa… no tú… tu hijo…—agrego rápido enderezándose de nuevo— Por dios, te consideraba un buen amigo y lo hecho a perder.
Una pequeña sonrisa apareció en la cara de Howard Stark, quien negó con la cabeza, riendo al ver la confusión y vergüenza en la cara del capitán.
—Ya veo, así que mi hijo hizo lo que nunca ya pude— dijo por fin causando una cara de sorpresa en el capitán. — No me malinterpretes no estoy enamorado de ti ni nada por el estilo, pero he… salido con un par de chicos, en cubierta claro… pero siempre me dio curiosidad… ya sabes al verte salir de la cámara que te convirtió en lo que eres ahora bueno quise… llevarte a la cama—confesó como si no fuera nada.
—Son iguales…— se lamentó el rubio.
—Yo nunca intente nada, era la guerra, y además, estaba la Señorita Peggy, por cierto, ¿Qué pasa con ella? Creí que estabas enamorado de ella.
—Bueno eso…
—Al parecer todo está bien…— interrumpió Tony entrando— Hable con Bruce y exceptuando al pirata que estaba detrás de él en la pantalla mirándome… — se paró un momento— … con su único ojo… eso es raro, como sea, exceptuando eso… todo va bien.
—¿Puedes comunicarte con tu época?— preguntó su padre.
—Solo diez minutos al día… no más… y solo a una computadora en específico… — contestó sentándose de nuevo al lado del rubio.
—¿Por qué Fury estaba allí? – cuestionó el capitán mirándole como se le mira a un niño que hizo una travesura.
—¿Platicaban de algo interesante?— veía a su padre intentando ignorar la pregunta del Capitán.
—Stark…
—¿Si?— contestaron al unisón los otros dos.
—Stark hijo...— agregó Steve.
—Quizá alguien debió decirle a Fury que había tomado investigaciones prestadas… y quizá alguien debió informarle que entró a su sistema… y quizá… le debieron informar sobre un viaje en el tiempo efectuado por dos personas… miembros de… los vengadores…
— ¡Tony!
—Nunca le informo nada… esta no iba a ser la excepción.— se excusó— Además… no pasara de que me regañe, según él me saque de los vengadores, y luego me vuelva a pedir entrar… otra vez…
—¿Vengadores?, ¿De que hablan?— Preguntó Howard que ya sentía muy fuera de la conversación.
—Así nos hacemos llamar… es una larga historia Howard… — negó meneando la cabeza.
—Lo que digan… — sonrió— ¿Quieren cenar?— invitó.
—La verdad es que si… tengo mucha hambre…
—Bueno cenaremos mientras mando a que te consigan ropa decente… con esa pareces… vagabundo.
— ¿Vagabundo?— increpó Stark— Yo mismo le regale esa ropa y mi gusto en moda es impecable…— se paró un momento— Que gay me escuche— se maldijo— En fin… en todo caso si quieres conseguirle ropa, yo pagare por ella.
—No es necesario— negó su padre.
—Oh, claro que lo es… para algo traje dinero.
—Si eres mi hijo supongo que es como si fuera el mío…así que…
—Yo ya tengo hambre, ¿Podemos ir a comer?— preguntó con cara inocente el rubio mirándolos a ambos.
Después de eso los tres se dispusieron a cenar en un enorme comedor, Howard y Steve conversaban animadamente, mientras Stark solo los observaba y rumiaba repitiendo varias veces “Aburridas pláticas de ancianos”
—Casi lo olvido…— pronunció el mayor de los Stark— Pediré que les preparen… ¿Dos habitaciones…?
—Eres mi padre… — respondió Tony.
—Bertha…— llamó a una sirvienta que rápido apareció— Prepara una habitación de huéspedes y que lleven allí la ropa que pedí hace rato…
—Enseguida señor…— le contestó la empleada para luego abandonar rápidamente el salón.
Después de cenar, los dos viajeros subieron a su habitación.
—Una sola habitación… ¿Stark?— preguntó cuando ya estuvieron dentro.
—Sabes que no me gusta dormir solo en lugares extraños… o mas exactamente, sin ti…
—Claro… ¿Tu repentino insomnio que solo se resuelve conmigo?
—Exacto…— asintió el genio despojándose de la ropa para acomodarse en la cama y quedar solo en bóxer.— Vamos…— palmeó a su lado, Steve lo imito, sintiendo al genio acurrucarse con él.— ¿Ves? Ya hasta me dio sueño.
—Por dios Tony, ¿Qué harías sin mí?— Habló risueño el soldado abrazándole.
—No lo sé…— respondió en el mismo tono para luego dar un suspiro— De verdad que no lo sé— repitió de nuevo, pero esta vez en voz baja.
*Rick Blaine e Ilsa Lund son los famosos personajes de la cinta "Casa Blanca" de 1942