Hola a todos los lectores, espero que estén bien. Por fin logro actualizar antes de que se cumpla un mes, eso ya es un avance u.uU
Capitulo once: ¿Quien fue el culpable aquí?
Al día siguiente en la clase del primer año grupo dos, los alumnos comentaban antes de iniciar la clase:
—Ya escucharon el rumor que dicen por la escuela ¿verdad?
—¿Cual? El que dice que un chico esta haciéndolo con una mujer mayor.
—¿En serio? Yo escuche que era con una mujer casada.
—¡Wou! Con una maestra.
—Es un suertudo.
—Saben, dicen que es alguien de la clase uno-tres.
—¿Uno-tres? ¿el de la maestra que tiene pechos de vaca lechera?
—¡Jajaja vaca lechera! Saben mi primo esta en su clase. Me dijo que ayer les hablo de sexo y les regalo condones ¿se imaginan? Yo no podría levantarme si escuchara a una mujer como ella hablar de eso.
—Que genial, una maestra que hable de sexo. Con alguien como ella yo también quisiera aprender de todo.
—Si. No seria tan aburrido como con la estirada de Minamino-sensei.
—Se puede saber ¿quien es la estirada, Tomoe? —regaño la maestra con rabia, apareciendo de la nada.
—M-m-minamino-sensei —el aludido tembló en su asiento mientras los otros corrían a sus lugares.
—Explicame Tomoe, ¿Que era eso que decían sobre la clase de Kurumine-sensei?
Temiendo por su vida el estudiante confeso todo lo que sabia respecto al tema.
Lo siguiente fue la estricta profesora caminando deprisa, echando culebras y maldiciones entre dientes, hasta llegar al salón de a lado.
—“Esa estupida” —penso frunciendo el ceño y abriendo de golpe la puerta.
—Minamino –sensei ¿que ocurre? —Kurumine salto en su lugar asustada.
La recién nombrada vio el escritorio y se sintió estallar, efectivamente como sus alumnos lo habían dicho, ella había puesto un frasco lleno de condones en el escritorio, a la vista de todos.
—Ven aqui —Dijo y tomo a Natsumi de la muñeca, jalando fuera del salón, mientras bajo su brazo libre cargaba el susodicho frasco.
Llegaron a la sala de profesores que se encontraba vacía, y aventó a Natsumi en una silla.
—¡Sientate! ¡Se puede sabes en que demonios pensabas! ¡Poniendo condones en un frasco como si fueran… ¡Como si fueran dulces!
—Bueno… —Kurumine la vio como niña regañada.
—¡Pero nada! —regaño de nuevo Minamino.
—¿Se puede saber por que el alboroto? —entro Kurama-sensei al salón— Ahora ¿cual es el problema? —dijo con hastio.
—Resibimos el mensaje ¿que es tan urgente? —Obata-sensei hacia su aparición.
—¡Esto! —Minamino puso el frasco en el escritorio frente a los dos hombres—. A nuestra querida Kurumine-sensei, se le ocurrió regalar esto a los estudiantes después de darles una platica constructiva— dijo con evidente sarcasmo.
Por su parte Obata se había quedado con los ojos abiertos de sobremanera, mientras Kurama se cubría la boca tratando de aguantarse la risa.
—¡Este es el colmo! ¡no es para que se ria! —regaño Minamino a Kurama con fiereza.
—Le dije que no podía hacer eso —Obata reprendio a Natsumi— ¿Que piensa hacer si los padres se enteran de todo esto?
—Bueno…
—¡Esto si que es graciosos! —exclamo Kurama sin poder contenerse mas tiempo— una mujer como usted dando clases de sexo y regalando condones jajaja.
—Kurama-sensei ese no es el asunto, comportese, por favor —Obata intervino, sabia que su compañero podía ser bastante cruel con sus compañeras, pero Kurumine se había excedido.
—Yo no hice nada malo. Leí mucho, en los libros de pedagogía dice que es bueno que los jóvenes se relacionen con esos objetos, que vean que no son motivo de burla o de vergüenza —se defendio Natsumi.
—¡¿Que tonterias son esas?! —grito Minamino apunto de explotarle una vena en la frente.
—En mi época no hacíamos tanto lío por esas cosas —comento Kurama con toda ligeresa— si te equivocabas te equivocabas y ya, después veias como le hacías.
—eso es lo que trato de evitar —Kurumine-sensei se levanto recalcando que defendía sus ideas—. Somos sus profesores tenemos que guiarlos, ser de ayuda en su educación, impedir que algo pueda dañarlos, por nuestra ignorancia, no dejar que lo nuevo nos asuste, seguir mejorando para hacer de ellos personas responsables.
—Estamos hablando de sexo. —dijo Obata.
—Eso no es diferente. Qué ¡es que acaso quieren negar algo que ocurre frente a nosotros!
—Kurumine-sensei… —los tres profesores agacharón la cabeza.
Obata ya se sentía muy viejo para tomarse el tiempo en educarse, se podía decir que era un ignorante en esa área educativa. Prefería pasarle la estafeta a otros ¿desde cuando los tiempos habían cambiado tanto? ¿a donde había quedado su viejo yo, emprendedor igual que la joven mujer frente a él?
Kurama-sensei por su parte, era testarudo a mas no poder, había crecido a la mala y educado a la antigua, que una mujer lo sermoneaba en ese momento solo heria su orgullo.
Por ultimo Minamino-sensei tenia una visión muy negativa respecto al tema, demasiado indecente y sucio como para ser enseñado en las aulas escolares. ¡Maldicion! Que ella no se había graduado de la mejor escuela y con los promedios mas altos, para que una maestra tonta con senos de vaca le diga como ejercer su profesión.
Repentinamente el sonido de un teléfono corto la tensión.
—Si —respondio Obata el teléfono.
—¡¿En que piensan los maestros de su escuela?! —Vociferaron enojados del otro lado de la vocina— ¡¿Saben que una maestra esta dando condones a los niños?!
—Hola, hola, ¿quien es? Espere… no mire…. Espere… —intentaba explicar Obata siendo en vano, solo consiguiendo gritos y ofensas del otro lado, reflejado en su mirada fastidiada.
—¡Mire lo que provoca! —señalo Minamino con desesperación.
Por su parte Kurumine se sentía pequeña, ¿por que todos la regañaban como si fuera estúpida?, claro que estaba consiente de lo que había hecho, aun que ahora la inseguridad la comenzaba a invadir. No, ella había echo lo correcto, tenia que seguir segura de lo que escogio hacer.
Sin embargo la situación no mejoro para medio día, el director los llamo a los cuatro, sin embargo sabia que era a ella a la que le acabarían echado la culpa, y siendo la maestra novata en el colegio, su trabajo podía estar en riesgo. Ah, sus alumnos, sus estudiantes, que estaría haciendo en este momento.
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Al mismo tiempo en todos los salones de primer año —ya que los estudiantes no habían tenido clases en todo el dia— pasaban el rumor de boca en boca como si fuera pólvora..
—En serio. Dicen, que tiene que ver con el estudiante que esta saliendo con una mujer mayor.
—Van a expulsar a alguien.
—Si. Dicen que es Kurumine-sensei la que lo esta haciendo con uno de sus estudiantes.
—¿En serio?
—Si, por eso estuvo regalando condones ayer a los chicos.
—Es logico, han visto lo corta que son sus faldas.
—Le encanta estar “enseñando”
—Y alguien sabe ¿quien es ese chico?
—Es de la clase uno-tres.
—Si, pero ¿quien?
—¿Quien?
Claro esta en la clase uno-tres, todos mascullando sobre lo mismo que todo el primer grado ya sabia.
Cody chillo la boca y levantándose súbitamente de su asiento, pidió en voz alta, muy alta:
—¡Pueden dejar de hablar así por favor!
—Hida —llamo Suzumiya pero el niño siguió diciendo.
—¿Como pueden decir eso?, ustedes saben que Kurumine-sensei es incapaz de hacer algo malo. Ella siempre es buena con nosotros, siempre trata de hacer lo mejor.
—¡Si! ¡Si, es cierto! ¡Yo apoyo a Hida! —Suzumiya secundo— ¡Ella siempre es buena! Es algo infantil y aveces habla un poco raro, pero… ¡ella siempre nos ayuda y trata de comprendernos! ¡Nos escucha a comparación de los demás maestros! ¡¿no es cierto chicas?!
—Si, es cierto.
—¡Cierto!
Poco a poco uno por uno comenzó a apoyarlos, al poco tiempo se formo un pequeño grupo que ya planeaba ir a ver al director para apoyar a su maestra y demostrar su inocencia.
Sin embargo Hida no estaba entre ellos, él se encontraba mirando afligido sus manos, se había apartado de todos.
Hitomiko se hacerlo y pregunto:
—¿Te ocurre algo malo?
—Es mi culpa que Kurumine-sensei este en problemas.
—¿He? No.
—Si, lo es. Y es por que no dije nada y me quede callado cuando los otros me insinuaban cosas sobre mi “novia”.
—¿He? No. A tal caso, seria la mía porque inicie con esto. Fui yo la que dijo en primer lugar que salías con alguien y que era mayor y eso…
—Um umm —nego Cody con la cabeza— Tenias razón, cuando me dijiste que era mi culpa por quedarme callado y que dejaran que pensaran lo que quisieran.
—Hida… no es tu culpa.
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Mientra tanto en la dirección escolar, los cuatro maestros ya estaban frente al escritorio del director.
Minamino y Kurama miraban al lado contrario del otro, completamente enojados, hastiados, estando a cada extremo; mientras que Obata al lado de Minamino miraba el piso, a su costado Kurumine-sensei completamente derechita y tensa, esperaba la llamada de atención.
El director, un viejito gordito y bonachón los miro con una sonrisa y con tono paternal y paciente pregunto:
—Quiere uno de ustedes decirme ¿por que resivimos llamadas de los padres de familia diciendo que hemos regalado cierto... objeto a sus hijos?
Los profesores temblaron en su lugar, la excesiva amabilidad del director dada mas miedo que cualquier amenaza.
—Bueno… es que vera… —intento explicarse Obata siendo el mayor del grupo.
—Tambien se ha dicho —interrumpio el director—que un estudiante de primero ha tenido que ver con una mujer mayor —sonrrio—. Pensaron que no me daría cuenta y trataron de resolver el problema ustedes solos ¿verdad? —los maestros apartaron la mirada o la bajaron, se sentían como niños regañados—. Y también Kurumine-sensei —la nobrada tembló en su lugar—, que todo este mal entendido se debe a usted.
—Yo… ah… yo solo quería hacer lo mejor para los estudiantes —dijo agachando la mirada.
—¡Todo lo hizo ella sola! —acuso Kurama— ¡Nosotros no tenemos nada que ver!
—¡Cierto! ¡Nunca hariamos algo así! —reforzo Minamino.
Obata por su parte solo se quedo callado.
El directo los miro fijamente y les dijo:
—No me interesa de quien fue la idea —se levanto en completa seriedad—. ¿saben lo delicado que es esto? ¡Debieron acudir con sus superiores de inmediato!
—Pero yo solo… —intento decir Natsumi.
—Esto no se trata sobre las clases extras que dio sin importarle el programa escolar —interrummpio nuevamente el director, esta vez arrugando el entresejo—. Esto es sobre lo que hacen los estudiantes y como se refleja en el colegio.
Manden avisos, mañana abra junta de padres en cada salón de primer año, resolveremos esto de una vez por todas.
Los cuatro profesores afirmaron positivo e hicieron una reverencia antes de marcharse, con excepción de Kurumine-sensei, quien se quedo en el despacho por petición del director, consiguiendo las risitas burlonas de Minamino y Kurama, mientras que Obata solo le esquivaba la mirada, esta vez no podía defenderla.
Kurumine se quedo de pie, insegura suspiro, intentando que los nervios no la tomaran por sorpresa y la traicionaran.
El director miro por la ventana y dijo:
—Kurumine-sensei ¿por que lo hizo?
—Los otros profesores cuando se enteraron de aquel rumor, solo pensaron en que ese estudiante podía estar en otra clase, yo solo pensé en que iba a hacer si estaba en la mía.
—Ya veo. Supongo que aun necesitaba tiempo antes de iniciar a dar clases.
—¡No! ¡Yo estoy completamente bien!
—Kurumine-sensei —se dio la vuelta y la miro paternal—, usted mejor que nadie en este colegio sabe lo mucho que sufrió la institución, después del incidente del año pasado, respecto a Aoki-sensei. No si se decir que fue una fortuna que todo aquello pasara a final de cursos o de lo contrario… no que hubiera pasado. Aun que no sufrimos un mayor escándalo, perdimos a cinco profesores, la cuarta parte del alumnado que pasaba a segundo o tercer grado prefirieron su transferencia, apenas llenamos la matricula de este primer año. No me sorprende que los profesores estén tan aterrados por que ocurra otro escándalo que se han tomado tan enserio algo que solo podía llegar a ser un rumor, aun que también es cierto que todo rumor tiene cierto grado de verdad, las cosas se están saliendo de control. Debe de entender que con lo que hizo, provoco que todo se volviera mas grande de lo que realmente puede ser. Debió haber pedido ayuda de sus superiores. Yo no me hubiera opuesto a que diera clases de educación sexual, todo lo contrario, he pensado aplicar el curso en los primeros y segundos grados, sé que es necesario, pero es difícil convencer a los padres de eso, en especial si lo hacemos sin su permiso o su conocimiento.
—Yo solo, quería protegerlos —contesto Natsumi por lo bajo—, no quería que por un descuido nuestro, volviera a ocurrir algo parecido, con lo que paso con… con él.
—Entiendo lo que quiere decir. Sabe muchos me aconsejaron que pidiera su trasferencia por la relación tan estrecha que sostenía con él —se acerco a la mujer lentamente, esta solo sentía las palabras pesarle. El mayor continuo—, sin embargo yo me nege. Por que sabia que había sufrido por igual o mas por lo ocurrido por Aoki, que cualquiera aquí. Recuerdo que le dije que se tomara su tiempo después de ocurrido aquello, y aun así usted, se presento el primer día de clases a darle la bienvenida a los nuevos estudiantes con una gran sonrisa. Eso fue admirable, no se dejo caer como otros y demostró que sobre otra cosa quería proteger a todos los estudiantes por igual, eso habla muy bien de usted como profesora, no me arrepiento de haberla dejado con nosotros.
—Director…
—No se preocupe, lo sé —él hombre puso su mano sobre el hombro de ella.
—Señor director mañana ¿Que piensa hacer durante la junta?
—Umm…
—¿Que hara si encuentra quien es ese estudiante?
—Eso, Kurumine-sensei, lo veremos mañana.
Continuara....