Capitulo 1
Una pareja común y corriente, iba caminando, tomada de la mano por los pasillos extensos de aquél fantástico barco. Uno de los jóvenes sonriendo observaba, detenidamente, cada fragmento y detalle de aquella obra de arte, los dibujos en las paredes, las luces en el techo, la alfombra tan roja y pulcra por la que caminaba.
-Es precioso- Apuntó sonriente, posando la vista en su pareja. –Gracias por traerme aquí- Le agradeció mientras se paraba en puntas de pie, para luego darle un beso en la mejilla.
El otro lo miró y sonrió levemente.
-Tú no mereces menos, dobe- Le dijo alborotándole suavemente los cabellos rubios.
-¡Mira Sasuke! ¡es nuestra habitación!- Gritó emocionado arrebatándole la llave de la puerta a su novio, y corriendo hacia ella.
-Shhh, que no somos los únicos en este barco- Le regañó el otro siguiéndolo.
-Venga ya, Sasuke…- Le comenzó a decir mientras abría la puerta ansioso. –Es nuestra luna de miel, no me regañes, ¿si?- Pidió poniendo uno de sus tan característicos pucheros.
Sasuke no contestó, sólo soltó un bufido en señal de acuerdo. Cuando pudieron entrar a la habitación se quedaron bastante sorprendidos, era preciosa, elegante, y tenía un gusto esquicito. La cocina no era tan grande, pero lo suficiente espaciosa, pulcra y fina. La habitación era grande, disponía de una cama matrimonial con tres cojines sobre ella de un color rojo casi bordó. Un aire acondicionado, una tv plasma colocada en la pared.
-¡Grandioso! el baño tiene una bañera- Festejó emocionado el rubio.
-Naruto, ven aquí- Lo llamó Sasuke desde la habitación. El menor obedeció y fue hasta donde estaba su ahora esposo. –Mira esto-
Una vista hacia al mar, hermosa, digna de una foto. La cual Naruto sonriente tomó.
-Sonríe teme-
El otro obedeció, y como muy pocas veces lo hacía, sonrió de la forma en que sus dientes blancos y perfectos se podían apreciar.
El rubio se quedó mirando unos segundos aquella foto. La primer foto de su luna de miel, como amaba a su esposo.
-Te amo- Le dijo abrazándolo y dándole besos en su mejilla. –¿Y? qué me dices?... estrenamos la cama?- Le susurró sensual en el oído.
Sasuke sólo sonrió altanero, oh, como amaba cuando su lindo esposo decía ese tipo de cosas…
*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*
Un grupo de personas miraba con fastidio a la familia que se encontraba parada en la mitad del salón.
-¿Quieren callar de una vez a ese crío?- Preguntó irrespetuoso un señor canoso con traje.
-Lo siento mucho…-Se disculpaba un muchacho de 21 años. Volteó a ver a su hijo que no paraba de llorar y gritar. –Ya… ya, Hiroki… no llores…- Le pedía mientras lo alzaba en sus brazos.
-Gaara, la gente nos mira muy feo…¿Acaso oleremos mal?- preguntó un pelinegro de ojos del mismo color a su esposo.
-No seas idiota Sai…- Respondió logrando al fin que su pequeño se calme. – Nos miran así porque fastidiamos su tranquilidad… tenía que ser tú hijo…- Suspiró agotado.
-Oye oye! es tuyo también…- Replicó ofendido. Tomó las maletas y abrazó por los hombros a Gaara. –Vamos ya a la habitación…- Ordenó besando los cabellos rojos de su esposo, y luego los de su hijo, los cuales tenían el mismo color.
-Vale-
*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*
-Conste que yo vengo aquí obligado- Apuntó un sujeto de ojos claros, muy claros y extraños, con cabello largo y un tatuaje en la frente. –Así que no pienses que me caes bien o algo por el estilo-
-Pues, el sentimiento es mutuo Neji- Le contestó enfadada una muchacha con ojos iguales a los del otro, de cabello largo y azul, y muy lacio. Una joven muy hermosa y con un gran cuerpo. –Mi padre quiere que nos casemos, pero ten por seguro que no me atrae nada de ti-
-Hinata, tu padre es un imbécil-
-Dímelo a mí, vivo con él desde que nací.- Acotó rodando sus ojos color plata y cruzándose de brazos. –Anda, acabemos con esto-
Y así ambos se dirigieron separados, hacia la habitación que tendrían que compartir hasta que el viaje en el barco terminara. Tratarían de no matarse…tratarían…
*-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*-**-*-*-*-*-*-*-*
-Si crees que esto servirá de algo, olvídalo, ¿me oyes? – Le susurró en el oído a su esposo… el cual en poco tiempo se convertiría en su EX esposo.
-No, no te oigo- Le respondió en el mismo tono. –Iruka, ya hablamos de esto… creo que compartir unos días juntos aquí, nos ayudará a remediar los problemas que tenemos…-
-¿Tenemos?- Preguntó indignado levantando la voz. -¿Por qué hablas en plural? Yo no fui el que se acostó con otra persona…-
-No empieces…-
-¡SI EMPIEZO! Tú me engañaste, tú decidiste acabar con lo nuestro, tú me mentiste…- Le gritó en medio del lugar donde se encontraban.
-Por eso quiero que estemos solos unos días, estoy arrepentido Iruka… quiero salvar esta relación….-
-Tú no lo entiendes…- Dijo Iruka. –El cornudo aquí fui yo…-
-No digas así- Pidió triste, y avergonzado por lo que hizo.
-Kakashi… en verdad… no quiero seguir contigo…- Susurró con la voz entrecortada. –De verdad… me hace daño…-
-Sólo una semana Iruka… éste viaje en barco dura solo una semana…-Le explicó tomándolo de los hombros con sus manos, las cuales fueron quitadas al momento por Iruka. –Si para entonces, no te hago cambiar de idea… firmaré el divorcio como quieres-
-…. de acuerdo- Aceptó. Y luego entraron a aquel barco. Que quizás y solo quizás, cambie su destino…. para siempre.
A unos metros de aquel barco, llamado Poseidón, en honor al gran dios Griego del mar…
Unas olas cada vez más altas y grandes, se movían en su dirección…
Olas que serían capaces de hundir a toda la gente que se encontraba en él.
Continuará.