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Los obsequios de Navidad. por Isa no Tenshi

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Notas del capitulo:

Este si es mio mio mio :3 es la continuacion del one que mi nee me regalo! :3 espero les guste

Fullmetal Alchemist no me pertenece ni ninguno de sus integrantes.

Bien, aqui esta:

¿Qué mejor regalo de navidad había que aquella azabache-tu compañera de trabajo-por fin hubiera cedido como el resto?... a decir verdad, aguanto más que cualquier otra, un mes, quizás el hecho de estar casada la había detenido por tanto tiempo, para ti, no había duda de que cualquier mujer caería en tus garras sin dudarlo un momento.

Sabias que ella debía estar ahora con su familia, celebrando aquella importante ocasión, pero aun así no se negó cuando la invitaste a tu departamento e incluso fue ella quien comenzó la ronda de besos que terminaron en lo que ahora era… un simple juego de adultos donde el que diera mas placer al otro ganaba… claramente tu victoria estaba asegurada.

Definitivamente no eras discriminador, estabas dispuesto a darle placer  a cualquier chica que –inconsciente o conscientemente-lo deseara y sabias que ella lo deseo desde el momento en el que sus ojos se cruzaron… pero la simple “decencia” con la que contaba-y brutalmente le quitaste-se lo impedía… pero mírala, gimiendo y susurrando tu nombre exigiéndote velocidad… las mujeres eran predecibles…

Acabado el juego, la miraste sonreírte y abrazarse de ti para recostar su cabeza en tu pecho… a los pocos segundos sabias que dormida, giraste tu cabeza y estiraste tu brazo para alcanzar tu teléfono, de fondo de pantalla estaba el… tu juguete favorito

Y entonces vino a ti de modo agobiante, te levantaste de golpe no importándote que la mujer a tu lado se despertara, ella te miro con clara confusión y tu solo te levantaste.

—Creo que es momento de que te vayas—le dijiste mientras te ponías la ropa tan rápido como podías, ella te miraba cubriendo su pecho con las sabanas.

— ¿Qué sucede Roy?—

—recordé algo importante y tú debes ir con tu familia, es mejor que te vistas rápido—le informaste sin mirarla, cuando levantaste la vista ella te veía claramente ofendida.

—… ¿acaso crees que soy una puta?—sonreíste de lado, tentado a responder.

—Querida Katherine, la respuesta de eso, no te la daré por ser un caballero, por favor vete—le sonreíste y ella se levanto claramente ofendida y tomo su ropa vistiéndose para irse, reíste al verla marchar.

Pasaste tus dedos por tu cabello en un claro e inútil intento de peinarte, sin preocuparte por el desorden, tomaste tu chamarra y una bufanda y corriste hasta tu auto y sin preocuparte arrancaste a toda velocidad… lo habías olvidado.

—Te prometo que no se me hará tarde—su cuerpo se encontraba entre tus brazos, el te miraba incrédulo.

— ¿acaso me crees imbécil? Tú no eres de la clase de persona que cumple esas promesas—reíste—júramelo por tu vida—te pidió seriamente, sonreíste de lado.

—lo jurare por tu vida… la mía no es suficiente—después de detallar su sonrojo lo besaste sin más, cerrando la promesa que romperías después…

Golpeaste el volante de tu auto maldiciendo a lo alto el estúpido festival navideño. Mirarse a todos lados buscando un lugar para estacionar, y seguiste conduciendo hasta hallarlo, para después comenzar a correr, miraste tu reloj 9:30, definitivamente para este punto estaría furioso.

Sacaste tu teléfono y marcaste de memoria su número mientras corrías y trababas de no golpear con alguien y caer… el tono de llamada… uno… dos…—hola—su voz era seca y parecía claramente molesto.

—me obligaron a quedarme para la posada del trabajo, sinceramente lo siento, estoy en camino—tu respiración era agitada y pensabas en lo que diría y en lo que responderías… aunque después de tanto tiempo, el era tan predecible como un terremoto e igual de destructivo.

Deja de mentir ¿Quieres? Basta con que me digas que se te olvido—a diferencia de Katherine, que su voz denotara dolor, te dolía… y quizás el no saber porque era lo que te mantenía a su lado.

—No lo olvide—soltaste como suspiro apenas audible.

¿no lo olvidaste?—su voz sonaba incrédula y antes de que regresaras a tu usual mentira el añadió—entonces dime  ¿qué día es hoy?-detuviste tu paso, pensando en cada posibilidad, no era tu cumpleaños… tu cumpleaños era en septiembre, tampoco era el de Edward, ese era en noviembre… levanto la vista y vio su posible respuesta.

—… ¿navidad?—soltaste no muy seguro.

Jaja… así que realmente lo olvidaste… ¡No me vengas con eso! Lo olvidaste, olvidaste que hoy es nuestro aniversario, incluso olvidaste que me habías citado ¿Verdad?—golpeaste tu cara y mentalmente te burlabas de tu incompetencia…

El tono de tu celular te decía que había colgado, tu solo pensabas en lo estúpido que era esto, sabias a donde iba así que regresaste sobre tus pasos y seguiste corriendo en dirección a tu auto, tomaste tu celular y volviste a marcar su número… uno… dos… tres… cuatro… clic… soy Edward, por el mo… maldijiste a lo alto y volviste a llamarlo, una dos, tres… perdiste la cuenta después de 15, conducías tan rápido como corrías, delante de ti habían personas deseosas de llegar a sus casas y disfrutar de su familia… tu deseabas mentir una vez más para tenerlo de nuevo ante ti…

¿Pero lo notaste verdad?... el no contestaba, solía hacerlo después de cansarse de que lo llamaras, para que insultarte y luego tu le digieras que lo amabas, el quedarse callado y luego le juraras que no volvería a pasar… aunque ambos sabían que pasaría… una y otra vez, como un ciclo insaciable que tu no querías jamás parar.

…uno… dos… tres… cuatro… clic… soy Ed… maldijiste y golpeaste tu volante a ver que el semáforo no estaba de tu parte, comenzaste a escribirle, exigirle que te contestara, que no se comportara como un niño y te escuchara… aunque el único niño aquí eras tú… te preocupaba que esta vez realmente te lo arrebataran…

Aun recordabas cuando ambos se conocieron, él era el hijo de uno de tus socios, en ese momento solo tenía 15 años y tu llegabas a los 30, le sonreíste por cortesía y el te miro molesto, pensabas que quizás era por el hecho de que no lo habías tratado como a un dios-como solía pasarte con los otros hijos de tus socios-pero al poco tiempo te enteraste que era por la mala relación que tenia con su padre… lo seguiste tratando y sin darte cuenta los años pasaron, dejaron de verse en la oficina para comenzar a comer juntos y salir en una relación amistosa, hasta que sucedió.

me gustas—susurro, tenía 21 años y tú estabas en tus 35, lo miraste sin creértelo, cuando estuvo a punto de girarse lo besaste y ambos comprendieron que había comenzado… el juego que tenían desde hace 3 años… él había sido tu regalo de navidad… el juguete que el destino te dio a cuidar pero lo maltratabas como el niño caprichoso que eras…

Te detuviste enfrente de su casa, bajaste de golpe y comenzaste de la misma manera a golpear e incluso patear la puerta gritando su nombre, al poco tiempo su hermano te abrió.

—Roy, ¿Qué sucede?—lo miraste molesto, apenas y asomaba su cabeza.

—Déjame ver a Edward—el parpadeo un par de veces cansando tu paciencia.

—Ed no está en casa, pensé que estaría contigo—bufaste molesto, el nunca había aprendido a mentir, lo empujaste y seguiste gritando su nombre mientras recorrías el ya conocido camino a su habitación. Alphonse te seguía de cerca, y te pedía que no gritaras y por favor te retiraras, cuando llegaste a su puerta la empujaste con fuerza y se abrió… su cama estaba impecable  y la ventana abierta de par en par…

— ¿Dónde está?—te giraste molesto y el te miro de la misma manera.

—Aunque supiera no te lo diría—su actitud había cambiado y te miraba con molestia—no mereces a mi Nii-san… y aun sabiéndolo eres capaz de lastimarlo—entrecerraste los ojos y el te pidió que salieras, obedeciste sin quitar de tu cara tu mueca de orgullo.

Miraste a todos lados cuando saliste, hasta que levantaste la vista directo a la luna… era el confidente de ambos y su impuro amor… era confidente de las noches donde te quedabas despierto detallando el rostro del rubio sobre tu pecho… era confidente de las sonrisas que ni siquiera tu notabas… cerraste los ojos dejando que el viento rosara tu rostro y con tranquilidad te dirigiste a tu auto y de nuevo a tu departamento, sabias que Edward haría lo que fuera solo para que no lo encontraras…

Abriste lentamente tus ojos y gemiste al notar que tu teléfono era el que osaba despertarte, te levantaste con pereza y estiraste tu brazo en su dirección contestando sin pensarlo.

—Diga…—respondiste claramente más dormido que despierto.

Estoy fuera de tu departamento—y sin más, colgó.                                 

Sonreíste y sin preocuparte el hecho de solo contar con un pantalón te levantaste de tu cama y fuiste directo a atender, el tenia su mirada baja y solo podías ver tu cabello, el cual cuando te disponías a besarlo, el entro evitando que lo hicieras.

—Buenos días—lo saludaste, el se giro y te sonrió correspondiendo tu saludo—sinceramente me disculpo por lo de ayer—su sonrisa se incremento y sin responderte se sentó en tu sofá estirando a lo largo sus brazos.

—Ya no importa, justo venia a resolver  eso—lo miraste sin comprender y el desvió su mirada al techo aun sonriendo—Dijiste que lo jurabas por mi vida—te enderezaste esperando a que continuara—y aun así no cumpliste—

—Ed, por favor, no fue mi culpa—el solo rio.

—Lo sé, fue porque Hughes te invito a saludar a Elysia, ¿verdad?—tu solo asentiste y sus ojos perdieron por un momento su brillo, pero al instante siguió sonriendo— ¿y cómo está la pequeña Elysia?—

—Igual de hermosa que siempre, vamos Ed, no evadas el tema y di que me perdonas—el solo se recostó a lo largo de tu sofá.

—Quiero terminar—susurro y te petrificaste por completo—ya no te amo—añadió y tu empezaste a reír.

—Por un momento me lo creí—él se levanto y se encamino a la salida rosando ligeramente su hombro con el tuyo, te hiso instantáneamente detenerlo. Lo abrazaste por la espalda como niño pequeño al que le quieren arrebatar su juguete, y lentamente recorriste con tus labios el largo de su cuello haciéndolo estremecer… y sonreíste—vamos Ed, yo te amo—y el aire de tus pulmones desapareció y se llevo a Edward de tu lado, cuando pudiste levantar la vista lo viste delante de ti.

—ya no te amo—la ira te inundo—adiós Roy—giro sobre sí mismo para salir y no volver… la impresión y el poco oxigeno con el que contabas te imposibilito moverte… él se había marchado… y lo sabías… lo sentías dentro de ti...no volvería…

Quizás y solo quizás… así entenderías el daño que le causaste… quizás y solo quizás… así entenderías cuanto lo amabas… pero era tarde… Edward se había ido… y aun no había amanecido…

Fin.

Notas finales:

que les parecio? espero les alla gustado! 

Cuidensen

Isa-chan!


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