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Man o´ war por sleeping god

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Notas del capitulo:

Cumplido Fiixenot como hombre de palabra.

Último capítulo, aunque andaba entre hacer 1 o 2 pero finalmente el final llega en una parte en mi caso.

Gracias a todos por leer.

Solitario y mal acomodado en un árbol no puedo parar de llorar

¿Qué planea Grimmjow que no es capaz de avisarme para que no termine sintiendo mal?

Una cosa fue que no dijera que planeaba llevarme con él pero ahora qué es. Porque venía con esa chica y si me vio ¿Por qué no vino a explicarme? Sabe lo que puedo llegar a pensar.

Y aunque reconozco que confió en su fidelidad eso no impide que los celos me coman y me salgan por los ojos.

Ya más relajado entro a casa donde mi padre habla con un hombre a su servicio llamado Kempachi.

Me pongo a escuchar la conversación que parece seria.

-no sé qué planean pero se ven muy organizados y en el mercado corre el rumor que compraron gran cantidad de armas.

-no quiero pensar que sea algo malo-responde mi padre-son compañeros de Grimmjow y ha demostrado su valía ante muchos.

-Kurosaki, son soldados, no confió en ellos.

-son pocos, no serían tan idiotas.

-creo que los idiotas somos nosotros al dejar entrar una brigada de nazis. Haga lo que quiera, por mi parte estaré al pendiente de ellos. Quizá den algo interesante que hacer después de tantos años de aburrimiento-dicho ello se marcha y le pregunto a papá que ocurre.

-son los amigos de Grimmjow, al parecer están poniendo nerviosos a los trabajadores.

-tal vez debería ir-le digo, a la vez para aclarar mis propias dudas.

-solo por precaución. Ve cuando anochezca y directamente con Grimmjow. Será bueno aclarar todo esto.

Salgo de casa pero en el camino encuentro a un chico pálido de grandes ojos verdes vestido con kimono blanco y negro y una katana verde. No logro recordar su nombre pero si le reconozco.

-hola ¿Qué haces aquí?-cuestiono al no quitarme la mirada.

-tú y tu familia deben tomarse esto con calma. No deseamos hacerles daño.

No entiendo… ¿Qué ocurre?

-habrá una transición de poder ¿entiendes?

-¿transición?

-cambio-¿cam…bio?-ahora somos los dueños-saca el arma y amenazándome con ella me hace retroceder-vuelve a tu casa y que nadie salga.

Así lo hago, entrando pálido a lo que mis hermanas y padre me socorren.

-¿Qué pasa, Ichigo?

-Kempachi tenía razón. Ahí uno afuera-con enojo sale mi padre con su propia espada. Voy tras el pero parece reducir al chico fácilmente hasta que… este saca una pistola. Lo obliga a regresar a partir de señas.

Entrando golpea un pared.

-¡que desagradecidos…! ¿Cuántos son, Ichigo?

-son… creo que unos 20… pero, papá, son soldados.

Camina en círculos, realmente furioso. Finalmente se calma.

-agarra una katana y lleva a tus hermanas a tu habitación, quédate con ellas.

-no, no puedes siquiera entenderles.

-Ichigo…

-no, yo me quedaré aquí.

Me mira un tiempo y parece que quisiera ver a ese pequeño que lloraba la muerte de su madre otra vez, más suspira viendo que ya crecí.

-no salgas de la casa-dicho eso se marcha él con las niñas.

Me quedo en la puerta. Esperando. Escuchando el silencio de la noche y el de una guitarra con una melodía que jamás había oído. Si no fuera por eso estaría aún más nervioso.

Pasan las horas y hasta la guitarra se calló.

Empiezo a dormitar pero… un ruido detrás me hace levantarme rápidamente a ver a un niño con el mismo uniforme blanco y aun por ser joven me ataca sin miramientos. En mi sorpresa y al estreches del pasillo se atora mi arma al primer golpe, lo que aprovecha para ir directo a mí.

En ese momento es cuando trato de pensar en mi vida… ni tiempo me da de ello por ver Grimmjow alejándolo de mí, perdiendo su propia espada pero… matándolo con su propio brazo, en un golpe terriblemente fuerte al estómago que logra atravesarlo. Mira su mano llena de sangre, cubriéndole también una manga del traje blanco con negro.

-no hay tiempo de explicaciones. Hay que irnos-dice jalándome pero negándome para ir por mi familia.

-papá, hay que irnos-me siguen y les cubro los ojos a mis hermanas para no vean el cadáver. Saliendo de casa Grimmjow parece muy diferente, mirando a todos lados y caminando con un silencio mortal.

-¿Qué ocurre?-pregunta mi padre.

-resulta que jamás dejaremos de ser asesinos y superiores… lo siento, Isshin. No hay nada que pueda hacer excepto sacarlos de aquí. Los demás trabajadores… hay algunos que logré avisarles y decidieron pelear, espero que puedan con ellos.

- ¿y tú?

-me quedo. Sacaré a los más posibles. Escuchen, deje a Sombra atada a donde los llevaré. Tiene todo mi dinero, no es mucho pero sobrevivirán-gira y me mira a mí-váyase lo más lejos posible, den aviso rápido, nos buscan los ingleses y los americanos por crímenes de guerra, eso bastara para que se marchen… pero no vuelvan hasta que eso ocurra.

Nos lleva en la oscuridad hasta el bosque donde Sombra parece igual de nerviosa que su amo.

Subimos a mis hermanas pero voy con Grimmjow.

-me quedaré…

-no. Se supone que estoy cuidando otra salida y Luppi debería seguir con ustedes. Pronto sabrán que lo maté así que no tengo tiempo que perder para ir con más gente. Ichigo, nos veremos luego.

Me suelta y se aleja.

-vámonos, Ichi-nii-pide Yuzu casi llorando.

Afirmo.

En unas horas llegamos al siguiente pueblo.

-avisa, papá-me doy la vuelta.

-ten cuidado-me dice comprendiendo que no puedo dejarlo. Tomo a Sombra para ir más rápido.

Mi corazón parece morir y luego acelerarse a la carrera del caballo.

Estoy muy asustado… por Grimmjow, ese idiota que no puede dejar la maldita guerra ni por un tiempo de su vida.

Es sorprendente, en solo unas horas… hay fuego, muertos y gritos.

-Kurosaki Ichigo-escucho detrás al que saque de la cárcel-bienvenido-sonríe apuntándome-baja de ahí-así lo hago mientras sonríe con malicia-lo siento, pero corrompiste uno de mis mejores soldados así que tendré que matar…-se mueve al esquivar el ataque de un amigo de papá, Shunsui Kyouraku.

-dile que pelee como se debe-me pide que le traduzca.

-dice que te derrotará si peleas con espada.

-dile que-saca un otra pistola igual-con gusto pelearé, pero a mi estilo.

-está bien, Ichigo-me dice Kyouraku con su par de espadas-estaré bien. Vete.

Se quedan los dos en su pelea, ambos con un par de armas que parecen dominar.

Sigo mi recorrido donde logro visibilizar a Byakuya entablando una pelea con Yammy, siendo ayudado por Kempachi, el compañero más grande de Grimmjow, insultándolo al punto de que comprendo que él fue el responsable de la muerte de Rukia.

Hay varias batallas contra los nazis que llevan un uniforme blanco… no me detengo a ayudar a ninguno porque solo busco a mi pareja. Cerca de la salida del pueblo puedo verlo caminando casi arrastrándose.

-¡Grimmjow!-me escucha y levanta la cabeza, logro ver que tiene sangre en la cara, en el pecho y que sostiene su mano izquierda con mucha fuerza.

Sonríe.

Le pido al caballo que corra.

Se recuperará, ya sobrevivió a muchas cosas.

Frente a mí, ya teniéndolo a un metro, una enorme guadaña impacta contra su cuello, lo derriba y… no se mueve.

El arma es jalada devuelta a un sujeto enorme con una sonrisa como de piano.

-maldito…-susurro con la voz atorada y con lágrimas acumulándose en mis ojos.

-no sabes hace cuanto quería acabar con ese idiota creído-me dice pero no le prestó atención, desenvaino el arma y ataco, tal como me enseñó Grimmjow, con fuerza pero sin bajar la guardia, mirando a mi oponente a los ojos para saber su próximo movimiento, adelantarme a este, aprovechar mi estatura y velocidad, y divertirme… pero eso ahora no me sirve, estoy furioso.

Logro cortarle en varias ocasiones, segado de frustración a estar a un 1 metro de salvarle y no hacerlo.

Lo odio.

Me estoy tardando. Es fuerte… demonios, demonios ¡demonios!

Escucho una risa e inmediatamente ese moreno con cara de demente entrar en mi pelea.

-Zaraki…

-creo que tienes algo que hacer-me dice quedándose con mi pelea.

Es increíble, creo que por algo fue expulsado del ejército.

Me alejo y voy con Grimmjow.

-mierda…-digo al verlo… su cuello… pero, diablos…

Pongo mi frente en su pecho con una enorme cortada horizontal y lloro. No solo lo que acaba de ocurrirle sino que perdió… un brazo…

¡Basta, debo ayudarlo! Al alzar la cara tiene los ojos abiertos y eso me tranquiliza.

-Grimm…

Me pongo frente a él más parece no mirarme.

Sus ojos están apagados.

-todo tiene… un final…-sonríe, se ríe, sus ojos sin verme y sin brillo-menos la salchicha… que tiene dos…-se ríe con sangre en la boca.

Lloró corriendo por el caballo, por ayuda, temblando… sabiendo que mi Grimmjow se fue como debía, como un hombre de guerra.

 

Hace frio pero es lindo estar en el parque para variar, además jugar Tempelhuepfen con los otros niños se me quita el frio.

-Grimm, hijo.

-ya voy, mamá-le digo y me despido de mis amigos.

Corro con ella y le agarra lo mano.

Le sonrió porque ella hace lo mismo. Tiene los labios rojos como la nariz, claro, es muy pálida porque dice que los japoneses así lo son, pero el cabello muy negro. Mi mamá es muy bonita.

-¿y papá?

-te he dicho que hables así solo en la casa y conmigo.

-ya sé, pero tengo que practicar.

-eres un buen niño-me da un beso en la frente hasta salir del parque y caminar por la calles casi vacías.

-vamos con tu padre.

-¿de verdad? –salto de la emoción y lo veo a una cuadra con su uniforme. Nos saluda y me deja corren a abrazarlo, mientras me alza y me pone sobre sus hombros, dejándome jugar con su cabello azul.

-hola, amor-le dice a mi mamá, besándola-¿Cómo te portaste?

-bien, siempre me porto bien.

Se ríe mientras camina.

-eso no me dijo tu maestra cuando le pegaste a tu compañero-me callo para no volver a ser castigado.

-¿Qué quieren de comer?

-quiero una salchicha-pido primero y mamá accede.

Me bajan para poder comerla.

-dice el general que si las cosas siguen así el final está cerca… no lo sé, eso no es nada seguro.

Lo miro y me sonríe.

-¿Qué piensas?-pregunta.

-que si dice que es el final debe serlo.

Se agacha a verme a los ojos.

-sabes, tienes razón. Todo tiene un final, excepto la salchicha que tiene dos.

Mamá se ríe y me pregunta.

-¿me extrañas?

-sí…-mi voz cambio, mi cuerpo también… todo…-los extraño.

-nosotros a ti-me dicen.

-¿eres feliz?-cuestiona ella.

-sí, soy muy feliz.

-¿hiciste todo lo que querías?-ahora mi padre. Me puedo acercar cada vez más a ellos y el frio comienza a irse.

-sí… no…-agacho la cabeza-quería casarme con mi novio, verle crecer y… tantas cosas.

Sonríen.

 

No me puedo mover, me siento tan débil, hambriento, sucio y muerto. Logro abrir los ojos para tener enfrente solo negro.

Ya quiero que esto acabe.

Me rindo.

No quiero… pelear más…

-¡Grimmjow!

Ichigo…

Vuelvo a abrirlo y me doy cuenta que veo borroso pero ahí está, llorando porque puedo sentir sus lágrimas caer sobre mi rostro.

Debo despedirme.

Muevo la lengua para saborear el metal de la sangre… pero no hay sabor, ni dolor, ni cansancio.

Parece que todo se ha ido.

-Ichigo.

-estás bien. Te daré agua-me da un trago en la boca que… suponiendo que me rebanaron la garganta no debería ser tan fácil pasarla.

Enfoco mejor un techo, siento mi cuerpo cálido, sabanas sobre mí. Giro la cabeza y estoy en una habitación. Ichigo ha cambiado, parece un poco más alto y con el cabello más largo pero su cara aun es de un lindo ángel.

Me esfuerzo en sentarme y me ayuda. Uso mi mano derecha para tallarme los ojos. Ahora veo mi pecho cicatrizado, siento mi cuello con solo una leve marca y… la falta de mi brazo izquierdo cortado por Tousen cuando trate de atacar a Aizen, que jamás imaginé estuviera vivo.

¿Qué pasó?

-¿Qué pasó?-mejor le pregunto aunque me siento torpe al hablar.

-Grimm- sonríe tanto. No entiendo-fuiste herido de gravedad.

-lo sé.

-eso fue hace dos años.

¿Qué… que mierda?

¿Dos años?

Dios mío… me tiembla la mano. La paso por mi cabello  crecido hasta la cintura. Mínimo me han rasurado.

-no puede ser…

-estuviste en coma. Ahora todo está bien-me abraza fuertemente y ahora me siento frágil y débil-sabía que despertarías-llora gravemente y le rodeo con mi brazo.

-me cuidaste-le beso la frente-dime qué ha pasado.

Se seca las lágrimas.

No ha cambiado mucho. Aunque parece feliz y dolido. Se recupera y me responde.

-salvaste a muchos. Algunos fueron derrotados por los habitantes pero no fue hasta que entró el ejército cuando los arrestaron, están encerrados y son juzgados por crímenes de guerra. Yo y todos te escondimos… aunque-vuelve a llorar-… juraba que habías muerto.

Yo también.

-Grimmjow-alzo la vista que había clavado en el suelo-tienes un hijo.

-dios, Ichigo, es eso imposible-amonesto con enojo a su mala broma, no puede seguir con esa estupidez.

-no es mío. Es de Hallibel.

Joder…

-puedo…

-no trates de explicarlo. Tuve suficiente tiempo para averiguar que pasó y por qué.

-¿Dónde… esta?

Qué manera de despertar de tal letargo.

-Lo cuidan los ingleses. No me permitieron traerlo.

Hago mi cabello atrás, extrañándome de que no puedo con la otra mano hasta recordarlo.

-al menos… ¿cómo se llama?

-después de que Hallibel se diera cuenta que solo la usaste no quiso llamarlo pero… le llamé Zangetsu.

-¿Por qué?

-recuerdo-se ríe con nostalgia-que cuando me contaste de Nell había una luna que parecía atarte, así que quise romper tu pasado con él. Significa “luna cortante”.

Me levanto con su ayuda.

-¿Qué planeas?

-por el momento, recuperarme y después… ya veré-siempre, un mal planeador.

Con un par de días doy con que donde me encuentro es en una habitación de Kuchiki que, agradecido con mi aviso de la inminente guerra, me acogió, a la vez que no hallaba como pagar el que encontrara el conejo de su hermana.

Mi casa fue quemada.

Perdí mi trabajo.

Ichigo es distante.

Pero con esos días, teniéndolo en mi cuarto, lo enfrento.

-estás enojado por lo de mi hijo.

-sí.

-lo siento. Debía hacerlo para…

-lo pensé mucho-gira con sonrisa melancólica-me puse celoso también y volví a caer en la estupidez de antes pero… yo sé que no lo hiciste para lastimarme por eso me molesta… estar molesto-baja la cabeza y voy a abrazarlo, levanto su barbilla y le beso.

De verdad que ahora recobro dos años de él que mi cuerpo parece haber resentido.

-te amo-le digo agarrando su mano que… lleva el anillo.

Me quita la ropa, me recuesto en la cama y dejo que me chupe la verga…

Antes de venirme le pido se coloque.

-no puedo, haremos ruido.

-ya no me importa. Que lo sepan.

Lo acomodo y empiezo a entrar.

Es difícil la falta de mi mano.

Pero extrañaba esto.

Es bastante ruido con las paredes tan delgadas empezar a golpear, lentamente. Me mira y me besa, acaricio su cara.

-te amo, te extrañaba tanto-confiesa entre llanto. Se acomoda de frente para podernos besar, llegando al punto que me detengo para besarlo calmadamente, hasta volver a empezar, levantándole una pierna en hombro y masturbar su pene.

Gime  rápidamente, parece que maduró pero sigue siendo muy sensible y fácil de excitar.

-no soy quien para decirlo pero ¿sigues siendo totalmente mío?

Se ríe.

-¿celoso…ah… Grimm?

-un poco… jeje… sí, mucho. Dos años sin sexo es bastante después de hacerlo… mmm… diario.

-solo contigo.

-solo contigo, lo prometo-me agacho a juntar mi frente a la suya, golpear fuertemente, unir nuestros gritos y corrernos al mismo tiempo.

Lo abrazo por el cuerpo, recargando mi cabeza en su pecho y acaricia mi cabello hasta quedarse dormido.

No duermo aun.

Me pregunto si las palabras y juntar nuestros cuerpos será suficientes para transmitirle cuanto lo amo, que eso nunca dejará de hacer y que todo lo que hice, hago y haré siempre estará él en ese acto.

No creo que sea suficiente pero para los mortales es todo lo que tenemos.

 

Por la mañana salgo habiéndome vestido, dejando a mi Ichigo en la habitación durmiendo.

-buenos días, Byakuya-le saludo mientras anudo mi manga izquierda.

-¿el padre de Kurosaki lo sabe?

-no, pero se lo diré hoy. Además-le sonrió y parece confundido-iré por mi hijo.

-¿Qué…? ¡Estás demente! ¡Sabes por lo que pasamos para que no te atraparan!

-no lo sé, pero ¿Qué esperas de mí?

-que simplemente te quedes aquí, dejaré que andes con ese muchacho y…

-sabes, los espadas me propusieron eso.

Permanece callado.

-creo que lo mío es lo complicado, ya sabes, hacerlo yo mismo.

Salgo a casa de Kurosaki que con alegría me abraza demasiado fuerte.

-Kurosaki-sama venía a pedirle a su hijo.

Su sonrisa se borra.

-le amo, se lo aseguro.

Pasa en silencio.

Sus hijas detrás también.

Ellas sonríen primero.

Y él después.

-cuídalo.

Festejan pero le pido paré.

-en realidad venía a pedirle que lo cuide porque me voy.

La misma reacción de Byakuya.

-planeo ir por mi hijo.

-pero, Grimmjow, aquí tu…

-lo sé. Lo siento-alzo los hombros-soy estúpido, supongo. No me conformo.

Voy a su establo para encontrar a Sombra más vieja pero se muestra alegre a mi presencia.

-vámonos, linda.

Con ello me marcho a Tokio, donde dicen están instalados los Ingleses y Americanos para juzgar crímenes de guerra.

Es un viaje largo.

Sin embargo llego.

Una mujer detrás del escritorio me pregunta algo, pero en inglés por lo que no comprendo.

-quiero saber de alguien-le digo y sencillamente decide ignorarme.

¿Qué hago ahora?

Miro a todos lados y por casualidad en su escritorio hay fotos de quienes buscan.

Saco el papel le señalo a uno: a mí.

Se levanta como resorte y todos se movilizan a apresarme.

Podría ser peor, además no deben usar las esposas y al no oponer resistencia me llevan con calma.

-¿Grimmjow Jeagerjaquez?

Cuestiona un sujeto en un cuarto para interrogarme.

-¿Qué idioma habla?

-What?

-¿Qué idioma habla?

-nos comunicaremos en japonés.

-bien. Soy yo.

-vamos a…

-vengo a ver a mi hijo.

Frunce el ceño.

-hice seguramente todo lo que tienen en sus registros asi que concédame el placer de ver una vez a mi hijo.

-¿Quién es su hijo?

-he de suponer que le dio a luz una mujer llamada Tia Hallibel dentro de prisión, se llama Zangetsu.

Sale.

Espero.

 

Más tarde aparece un inglés.

Dice algo y entra una chica, una criada con un niño de cabello negro y ojos azules.

Me levanto y él se esconde tras la mujer, casi cayéndose.

-hola-digo ancándome.

Lo empujan a mí y lo alzo con mi único brazo.

Mi corazón late muy rápido y me siento muy cálido.

-me llamo Grimmjow-no dice nada pero no parece asustado-soy tu papá.

-papá…-dice y sonrió-sí, Zangetsu.

Me lo quitan y parece que se llevaran algo dentro de mí… realmente me hizo olvidar todo ese tiempo que me identifique con la luna en cuarto menguante al morir Nell.

Con que eso es la paternidad.

Los días siguientes me informa de mi juicio  frente al juez.

El día llega y admito que hice todo lo que debía hacer, como si eso me faltara para morir.

Escucho sin atención esperando las palabras que el juez retrasa leyendo un papel que le entregan.

De una vez.

Ahora es como si pudiera partir.

-Grimmjow Jeagerjaquez-me pongo de pie- Usted es acusado por el crimen de lesa humanidad  

Bajo la cabeza.

-¿me ha entendido?

-sí, señor. Tengo algo que pedir.

Miro a mi abogado que me pregunta al oído que planeo.

-me declaro culpable-se arma un revuelo en la sala que es acallado por el juez.

-señoría…-argumenta nuevamente el abogado.

-cállate. Estás despedido. Quiero empezar con la sentencia.

Se hace un silencio hasta afirmar y decir cuando me dará mi sentencia.

 

En un par de días se me informa ser declarado a cadena perpetua.

No me sorprende.

La sorpresa es donde se me pide: Landsberg am Lech la prisión de Alemania.

 

Un día antes de mi traslado, me visita Ichigo con notable enojo.

-tenía que hacerlo.

-te odio por hacer eso. A nadie le importaba lo que hiciste.

-lo sé. Puedes pedir a mi hijo, di que eres mi hermano o algo así…-estando cerca de la reja recibo una bofetada.

-saldrás.

-no lo creo.

-lo harás, te digo. Has hecho cosas buenas aquí.

-ni siquiera estaré aquí. Me regresan a Alemania.

-iré contigo.

-Ichigo…

-iré contigo-reafirma y esa mirada que me enamoró vuelva a mostrarse, tan decidido.

-no, quédate aquí para que te ayuden a cuidar Zangetsu y yo… si salgo, volveré sin dudarlo a ti. Aunque…-me sincero con dolor de lo que es más que posible-… si decides continuar tu vida con alguien mas no estaré molesto.

Enfrente del guardia, quizá mandándolo al demonio o no habiéndolo notado, me besa como diciendo que aquello no sucederá.

Se acaba la hora de visita y una semana después soy trasladado.

Puedo escuchar mi idioma, hasta siento el aire diferente. Al caminar a la prisión disfruto de mi tierra.

Se siente bien.

 

Mi vida carcelaria fue… si no hubiera sido por los demás nazis, bastante humillante por los demás, triste, solitaria. Me arrepentí en muchas ocasiones de tomar mi responsabilidad, deseaba haberme callado la boca y dejar que mis crímenes murieran con los judíos. Me consolaba pensar que hice lo correcto y que mi hijo estaba con Ichigo como tutor legal, que el tenia empleo y estaba bien.

Cada noche sueño con él y con el pequeño de cabello oscuro pero ojos azules como los míos.

Me llama papá sin problema en las cartas, lo gracioso es que llame a Ichigo mamá. No le gusta pero es lindo escuchar algo así. Por obvias razones mantengo mi relación con mi novio en secreto.

-entonces entra a la casa…-les cuento a mis compañeros carcelarios que justan de oír mis interior inventadas, verdaderas o mixtas-no hay nadie, ellos lo saben, lo curioso es que escuchen ruidos en la planta alta-no me quitan la mirada, reunidos en mitad del patio en oscuridad-uno se anima, ya que iba con su novia, y sube las escaleras, con la única luz de su linterna. Les recuerdo, los dueños se fueron de vacaciones y no tenían mascotas.

-¿de verdad ahí murió una bruja?

-era solo una mujer loca, pero ustedes saben, el alma y sus pensamientos y remordimientos van más allá de la muerte-sonrió a su expresión de razonamiento-el fin, al final de las escaleras la puerta de la alcoba principal estaba abierta, entra no sin antes preguntar quién se encontraba ahí. Nadie responde. La habitación estaba oscura, con la cama matrimonial en el centro y la ventana dejando entrar luz, mira a su alrededor y no hay nadie. Se siente tranquilo y contento de mostrarse todo un hombre frente a los demás. Baja para reencontrarse pero…-vuelvo a sonreír-… no se encontraba ninguno de sus amigos y sabía que su novia no era capaz de dejarlo de esa manera. Todos saben que esa mujer adoraba a los chicos, tanto, que les permitía estar en su casa, gastar su dinero y coger con ella cuando era joven y hermosa. Bueno, al morir solo quería una cosa para que la acompañaran sus niños. ¿Saben cuál era?

Nadie responde.

Que agradable silencio de escuchas.

-tenía que quedarse con ella por siempre. Para eso debían morir. En las paredes y en el suelo encontró sangre. Quiso salir pero en la puerta había una anciana, la bruja, le impedía el paso prometiéndole diversión, lujos, sexo y demás y solo debía decir que sí. Sin embargo el grito y contesto que jamás se quedaría… el resto lo conocen.

Se arma un alboroto entre los que no saben darle un final y los que quieren escucharlo de mi boca.

-bien, bien, ya les digo-aclaro mi garganta-su rostro de anciana cambio y se volvió una bella mujer, tanto , que dejó de temer y se acercó, y se acercó y se acercó… sin notar que sus manos eran garras, su boca estaba llena de dientes filosos y sus pies olían a putrefacción. Al estar a un centímetro ella sonrió, cuando grito le mordió la boca entera, le enterró las manos en el pecho y la arrastro al sótano, que es donde ella murió sola y triste. Cuentan que si entras debes abstenerte de ser tentado al sexo porque si entras con esa idea ella te llevara del cielo al infierno.

Un silencio seguido de charla de insultos y aprecios a mi historia. Preguntándome donde queda el lugar y la imposibilidad de un hombre así. Finalmente confieso que acabo de inventarla y vuelven a persuadirme a seguir así para su diversión.

Después del primer año me entero que Hallibel se encuentra en  Aichach.

Dos años después supe del suicidio no solo de ella, sino que Sonmari hizo lo mismo, además de varios otros atrapados, algunos libres y… los que por sus abogados están libres, entre ellos Ulquiorra que supe me busca con razón de venganza.

Aunque con los años no ocurre nada.

 

Cuando creo que no puedo más por ver tan cerca a mi familia en las fotos que me mandan con las cartas y a la vez tan lejos, cuando pienso en seguir los pasos de otros y ponerme una sábana al cuello, todo cambia y se me llama frente a un juez.

-¿indulto?

-así es, se le otorga el indulto por su buena conducta y por pedido del gobierno japonés ante sus buenas acciones realizadas durante su estadía en dicho lugar. Aun es culpable pero su condena ha terminado.

Después de 6 años…

No puedo creerlo.

Y solo cuando estoy afuera, bajo el cielo oscuro de invierno, con las personas platicando ajenas a mí, me doy cuenta que al respirar… soy libre.

Emprendo viaje por las calles, caminado hasta correr y gritar de emoción ante las miradas de los demás.

Gracias a un sujeto de la cárcel recibo dinero de su tío y con ello en menos de una semana llego nuevamente a Karakura. Antes de ir a la casa de Ichigo paso con Byakuya que jamás lo imaginé abrazándome, aunque claro pidió jamás habla de ello bajo amenaza de cumplir sentencia de muerte, me rasuro y baño, prestándome ropa limpia para sorprender a mi familia.

Que nervios.

Me pregunto si me reconocerán.

Estoy temblando de completa emoción y felicidad.

Corro hasta cansarme, entonces sigo caminando, mirando atentamente en caso de verlos.

La casa es más grande pero… un niño de cabello negro juega fuera… ¿será?

Después un hombre delgado.

Mi Ichigo.

Sonrió al borde del llanto.

Me miran y el pequeño corre con lágrimas en los ojos y yo voy con el caminando, brinca y lo atrapo con fuerza, después Ichigo se me lanza a besarme.

Siento que estoy en unos zapatos distintos.

Claro, soy la viva imagen de mi padre. Viéndolo así… tuvo una gran vida.

Abrazo a ambos.

-¿tienen hambre?-les digo dejándoles las preguntas en la boca.

-si-responden.

-vamos traje unas salchicha de Alemania-después les contaré eso que en la muerte me dijo mi padre, pude tener un final en ese momento pero… escogí el otro lado.

En el camino les explico y, por supuesto, recibo insultos de mi pareja por no avisar.

-¿Qué?-cuestiona Ichigo por mi sonrisa.

-nada, cariño-le abrazo la cintura-listo para vivir con tu esposo.

-sí, desde hace años.

Tengo cortes en todo el cuerpo, quemaduras, estoy amputado, un hueco permanente en el estómago y un tatuaje en la espalda. Fue duro, quizá demasiado.

Me rio fuertemente tragándome que es por lo que he peleado.

Los cuerpos, el fuego, el sudor y la sangre los dejare para otro día.

Ya es hora de recoger los frutos de ser un hombre de guerra.

Notas finales:

Muchas gracias por leer otra de mis historias y desvarios.

Dedicado a victimas indirecta o directas de Holocausto.


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