Me quedé sentado sobre la banquilla mientras a lo lejos se escuchaba el sonido de la alarma del celular notificando que era la hora de que me reuniera con Ji para ensayar la nueva coreografía, la ignoré por tercera vez estando ya seguro de que era muy tarde, no me interesaba para nada así se acabara el mundo. Lentamente mis ojos se llenaron de lágrimas y no pude menos que bajar la cabeza y comenzar a llorar suavemente mientras sujetaba con fuerza el teléfono entre mis manos….hay cosas que quizás nunca pueda entender sobre la vida, hay cosas que quizás jamás debieron pasar…
Miré por la ventana notando la tarde, me gustaría decir que era gris y nublada, que estaba de acuerdo con mi ánimo, pero no es verdad, era una hermosa tarde soleada en la que parecía que yo era el único ser miserable en el mundo. No entendía…en un minuto estaba bien y al siguiente estaba sobre el piso como si hubiera muerto… ¿lo iba a perder para siempre?
Conocí a DaeSung una tarde de verano mientras íbamos al colegio de la empresa, él era menor y como si fuera poco un chiquillo bastante común, la gente lo trataba como si no valiera mucho y yo no le encontré problema en tratarlo igual que el resto, en aquellos años lo único que había en mi cabeza era como mantener a Ji a salvo.
Cuando en verdad comencé a notarlo fue en el concurso de talentos de fin de año. Hay que admitir que DaeSung no era ni muy guapo, ni muy alto, ni tenía un gran estilo, tampoco era hijo de alguien famoso…pero tenía una voz que me dejó encantado…era una voz profunda, preciosa y tan completamente perfecta que me hizo estremecer por dentro.
Desde ese día deje de preocuparme un poco en con quien estaba saliendo Ji para preocuparme de cuidar que nadie nunca se atreviera a maltratar de nuevo a DaeSung….DaeSung…él venía de una familia pobre, era el hijo mayor y la esperanza de la familia, era muy reservado y la verdad es que después de como lo había tratado ya en varias ocasiones me costó mucho trabajo que él me dejara estar cerca.
Al principio me conformaba con mirarlo cuando andaba cerca suyo y cuando alguien intentaba molestarlo yo lo defendía, eso hizo que DaeSung se enojara todo el tiempo, me decía que no necesitaba un guardaespaldas…eso era cierto pero aun así yo deseaba cuidarlo. No me di por vencido hasta que me gritó que me marchara, que no me necesitaba y que me odiaba….”te odio, miserable dos caras” esas habían sido sus exactas palabras.
Me hizo sentir peor de lo que nunca jamás me sentí en la vida, me alejé, me alejé lo más que pude y nunca volví a acercarme, él tampoco me buscaba y aunque a veces seguía viéndolo por ahí ya no lo defendía, solo me guardaba la furia de ver como lo maltrataban, la canalice de nuevo en Ji protegiéndolo como siempre lo había hecho, era mi mejor amigo, casi mi hermano, nuestros padres eran socios… era mi adoración completa y no dejaba que nadie le hiriera…nada me dolía más que verle llorar.
Pasaron los años y pronto debuté con Ji, éramos felices, teníamos éxito y dinero, compramos un departamento para ambos, nos gustaba estar juntos después de todo, conseguimos fama y encontramos sus defectos juntos, lloramos abrazados al ganar nuestros primeros premios, compramos nuestros primeros autos, lloramos de rabia juntos por no conseguir las coreografías…todo sin que me olvidara de DaeSung y su voz…su perfecta voz.
Una tarde salíamos del ensayo, Ji saldría con una chica y se marchó primero, guarde mis cosas y salí de la habitación cuando me encontré con él de frente…ahí, justo frente a mí estaba DaeSung sonriéndome, mirándome y observándome con atención.
- No has cambiado nada… - me dijo
- DaeSung… - susurré yo creyendo que estaba enloqueciendo
- Soy aprendiz aquí ahora, no he debutado pero no tardó en hacerlo, no me has dejado tan atrás, SeungHyun – dijo sonriéndome
- Me alegra… - dije con sinceridad
Quizás él no se esperaba eso pues descruzó sus brazos y bajó esa actitud ególatra que había mantenido desde que me vio, me sonrió con más sinceridad y afirmó.
- Siempre me pregunté cómo sería ser Ji…contigo detrás todo el tiempo – dijo riendo
- Oh, realmente no creo que sea muy distinto… - dije yo
- ¿ustedes se van a casar o qué? – preguntó tratando de ocultar un tono amargo de voz
- ¡claro que no! Ji es solo mi amigo…jamás lo he querido en ese sentido – le dije claramente
Su sonrisa se ensanchó y a continuación fuimos a beber un café juntos, hablamos, reímos…fue como si aquel lapso de escuela nunca hubiera sucedido y nosotros fuéramos amigos de toda la vida…era perfecto
Nos separamos ese día tras intercambiar datos y prometernos mutuamente que nos llamaríamos…nos llamaríamos…eso significaba que yo le interesaba al menos como amigo y que esta vez no me alejaba, eso me agradó, por eso le llame, por eso salimos un millón de veces…por eso me duele tanto estar sentado en esta sala de hospital esperando a que uno de esos hombres de blanco se pare frente a mí y me diga si el chico que amo…si mi amado estará bien….