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Cuando la normalidad falla por Mai_Kusakabe

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Notas del capitulo:

Tal como dije en “Cartas desde el mundo” y en “En las sombras”, decidí tomarme un descanso al principio del verano para solucionar el bloqueo (eso me pasa por dejarme una parte esencial de la trama sin decidir u.uU), y ahora ya he vuelto.

Voy a ser sincera, llega a ser el año pasado y no habría actualizado esta historia. Por qué, os preguntaréis. Pues muy sencillo: hace poco menos de un mes apareció una persona, que nunca antes había comentado, exigiendo actualizaciones, y se puso MUY desagradable. Me tocó bastante los ovarios, más o menos hasta que me di cuenta de que no entendía que escribir una historia entabla mucho más trabajo que simplemente juntar las palabras y decidí que era alguien patético sin vida y ya está. Igualmente, el año pasado habría tardado tres meses en actualizar solo por lo que me tocó los ovarios. No sería la primera vez que lo hago. Pero decidí no hacerlo porque esta historia tiene un montón de lectores encantadores que no se lo merecen. Aún así, quería que lo supierais, porque la verdad es que me lo pasé fatal (y aprovecho para darle las gracias a CarisMai por salir en mi defensa :D)

Bueno, aquí vamos. No sé si recordáis lo que tocaba ahora ¬w¬

Capítulo 19: Una noche para dos

Eustass Kid mentiría si dijera que no estaba nervioso. No es que fuera virgen en ese aspecto o algo por el estilo, ya había estado abajo en el pasado, pero de eso hacía más de un año y la experiencia, siendo un adolescente borracho con otro adolescente borracho, no había ido demasiado bien.

Aún así no se arrepentía de haber sugerido la idea. No solo porque durante el último mes Law había demostrado ser rápido aprendiendo además de muy hábil, sino porque quería hacerlo. Incluso aunque fuera a ser una experiencia incómoda era algo que tenía ganas de compartir con Law

Y las manos y la boca que se paseaban ahora mismo por su cuerpo solo servían para convencerlo de que esta experiencia iba a ser mucho más placentera que la última que había tenido.

Kid levantó el brazo y buscó a tientas el bote de lubricante que había dejado preparado antes,  tendiéndoselo a Law, que lo aceptó sin decir nada.

Una vez se había desahogado un poco con lo que había pasado en el despacho de Caesar, Law lo había besado y se había colocado sobre él en la cama, diciendo que no tenía hambre para salir al comedor a cenar y que pasaría a recoger directamente su premio. Kid, viendo que seguía estando de mal humor, había accedido sin problemas, pensando que si después tenían hambre siempre podían comer algo de lo que el pelirrojo tenía guardado por la habitación.

Kid se tensó involuntariamente al sentir uno de los dedos embadurnados de Law contra su entrada.

-¿Estás bien? –Preguntó el moreno, deteniéndose.

-Sí, sigue -se apresuró a asegurarle Kid.

Pero Law no siguió, y en vez de eso volvió a preguntar:

-¿Habías hecho esto antes?

-Hace tiempo –respondió Kid, cada vez más molesto, y estaba a punto de decirle que siguiera cuando Law apartó los dedos.

El pelirrojo se sintió desconcertado cuando Law rodeó su polla con una mano y entonces, en un fluido movimiento, bajó hasta ella y comenzó a recorrerla con la lengua.

Sintiéndose molesto y ofendido por lo que aquello implicaba, Kid prácticamente rugió:

-¡Ni se te ocurra cambiar de opinión ahora, imbécil!

Law le apoyó la mano libre en la cadera para evitar que se levantara y, mirándolo desde abajo, le aseguró:

-No voy a hacerlo, así que tranquilo.

-¿Entonces?

-Ya verás.

Con eso, Law volvió de nuevo a su polla y Kid tenía que admitir que su novio, y lo raro que le seguía resultando a veces utilizar esa palabra, había adquirido una gran habilidad con ella.

No pasó mucho tiempo antes de que las atenciones de Law hicieran que Kid se olvidase de lo que deberían haber estado haciendo. Kid se corrió con la boca de Law todavía envolviéndolo y, en el relajado estado que siguió al orgasmo, apenas sintió el dedo que se abrió paso dentro de él cubierto en lubricante.

Fue cuando entró el segundo que Kid comprendió lo que Law había pretendido, y para entonces el rostro del moreno ya volvía a estar frente al suyo. Law lo besó y Kid correspondió con avidez, ignorando el hecho de que debería resultarle raro que disfrutase besando a Law cuando aún sabía a su semen, aprovechando el momento al máximo y apenas haciendo un ruido de protesta cuando el tercer dedo entró.

Law se separó y retiró los dedos y se colocó en posición entre sus piernas abiertas, llevando ambas manos a los muslos de Kid.

Sin apartar la mirada del rostro de su pareja, el moreno comenzó a entrar, atento a las expresiones en el rostro del pelirrojo y, Kid pensó al fijarse en su expresión, conteniéndose para no entrar en una sola embestida. Podía entenderlo, a él le había costado mucho no hacerlo la primera vez que se había follado a Law y tenía que admitir que, aunque tenerlo dentro no dolía tanto como recordaba, su culo se resentiría bastante si Law se dejaba llevar.

Pero no lo hizo, y cuando hubo entrado por completo se detuvo.

Kid levantó un brazo y le rodeó el cuello al moreno con él, atrayéndolo para otro beso, intentando no pensar que debía relajarse porque sabía que si se concentraba en ello se pondría aún más tenso.

Law pareció entender lo que estaba pensando y movió las manos por sus muslos hasta el todavía flácido miembro de Kid. Cuando sus dedos lo encontraron, el moreno rompió el beso.

-Mierda.

Extrañado, Kid preguntó:

-¿Qué pasa?

Law le dedicó una mirada de alguien que acaba de darse cuenta de que se dejó un grifo abierto antes de irse de vacaciones.

-Debería haber buscado la próstata, ¿verdad?

Y Kid estalló en carcajadas, sin poder evitarlo, al escucharlo, entendiendo que aquello para alguien tan perfeccionista como Law debía ser una falta imperdonable.

Molesto, el moreno movió las caderas, embistiendo en él y consiguiendo que dejara de reírse.

Aún así, Kid siguió sonriendo divertido.

-Solo tienes que buscarla ahora y ya. Anda, muévete.

Law sonrió ligeramente y aceptó el permiso para comenzar a entrar y salir de él lentamente, aunque técnicamente ya había comenzado antes. La mano, que se había quedado quieta sobre su polla al encontrarla, también comenzó a moverse, siguiendo sobre esta el ritmo que las caderas de Law marcaban y haciendo que Kid comenzase a reaccionar.

El moreno cambiaba el ángulo de cada embestida, tratando de encontrar el punto que haría ver las estrellas a Kid, y cuando lo halló el pelirrojo se lo hizo saber con un fuerte gemido y el brazo alrededor de sus hombros apretándose, clavándole las uñas al otro en el brazo.

Law sonrió satisfecho, y trató de dirigir las siguientes embestidas a ese punto, Kid moviéndose también y sin tratar de contener sus gemidos, sabiendo que a Law debía gustarle escucharlos tanto como él disfrutaba escuchando los del moreno.

-Quiero que termines tú primero –susurró roncamente Law, que no había dejado de mirarlo en ningún momento, su mano arrastrándolo de nuevo al orgasmo más deprisa de lo que a Kid le habría gustado.

Apenas fijándose en la expresión hipnotizada de Law, Kid apretó el brazo alrededor de sus hombros en medio del orgasmo, atrayéndolo contra su cuerpo, sus pechos rozándose momentos antes de que los espasmos que lo recorrían hiciesen que Law se corriera en su interior poco después, el gemido que el moreno dejó salir contra su oído de las pocas cosas que Kid registró realmente en ese momento.

Jadeando, Law dejado caer sobre Kid con este aún abrazándolo, una mano apoyada en el pecho del pelirrojo y la otra aún atrapada entre sus cuerpos junto a la polla de Kid, las piernas del pelirrojo aún separadas y levantadas a pesar del cansancio porque Law seguía dentro de él, se quedaron en la misma posición durante un buen rato después de haber recuperado la respiración, Kid levantando la mano para enredarla en el pelo de Law.

Finalmente, el pelirrojo se rio por lo bajo.

-Mucho mejo que la última vez.

Sin moverse, Law sonrió.

-Eso espero.

-Aunque aún te queda mucho que aprender.

Law le pellizcó el pezón que tenía más cerca y Kid gimió en protesta.

-Vete a la mierda, Eustass-ya.

-Paso, estoy muy a gusto aquí.

Volvieron a quedarse en silencio y, al cabo de un rato, Kid preguntó:

-¿Vas a salir un año de estos?

Law tardó un poco en responder.

-No creo, estoy muy a gusto.

Dándole un puñetazo en el hombro, Kid gruñó:

-Sal, quiero poder caminar mañana.

Apoyándose en sus brazos para levantarse, Law le dedicó una sonrisa divertida antes de, con cuidado, finalmente salir de él y volver a dejarse caer sobre él en la cama.

-Eustass-ya –volvió a hablar Law al cabo de un rato.

-¿Qué?

-Tengo hambre.

Kid resopló.

-Tú eres el que no ha querido salir a cenar.

-Porque antes no tenía hambre, ahora sí.

-Podemos ir a la cafetería, aún es hora de cenar –sugirió Kid, mirando el reloj de la mesita de noche y comprobando que aún quedaba más de una hora antes de que cerrasen.

Law rodó hacia la derecha, apartándose de encima de Kid y dejándose caer sobre el colchón.

-No me apetece. Están todos o deprimidos o de mala hostia, y yo ahora estoy de buen humor.

Recordando que sí, desde el día anterior el ambiente en el grupo estaba bastante deprimido, Kid tuvo que darle la razón. Law no tenía ni rastro del mal humor de antes, y, aunque fuese totalmente egoísta y desconsiderado con los demás, Kid quería que siguiera así por tanto tiempo como fuera posible. Ver a amigos preocupados, un Ace depresivo o, peor aún aunque dudaba que estuvieran, a Zoro o a Sanji enfadados, era seguro que se cargaría el ambiente relajado que tenían ahora.

Poniéndose de pie de un salto, Kid fue hacia el armario y, seguido por los ojos curiosos de Law, se agachó para rebuscar en el cajón inferior, del que sacó una bolsa de patatas fritas y un paquete de donuts de chocolate.

Se levantó de nuevo y se giró a mirar a Law con ambas cosas en la mano.

-Espero que no te importe comer mierda, porque no tengo nada más.

Sentándose en la cama, Law sonrió divertido.

-Para nada.

En el camino de vuelta, Kid recogió una de las garrafas de agua del suelo para no tener que levantarse a rellenar la botella que tenía en la mesita de noche si se quedaban sin y lo tiró todo en la cama antes de sentarse junto a Law.

El moreno cogió la bolsa de patatas y rompió el plástico para abrirla.

-¿Sabes, Eustass-ya? Creo que esta es nuestra primera cena solos.

Kid se rio.

-Pues no es muy romántica que digamos.

Continuará


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