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Cuando la normalidad falla por Mai_Kusakabe

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Notas del capitulo:

Aquí vamos con el capítulo 4 ^-^ Desde luego, menuda acogida está teniendo esta historia *-*

Capítulo editado.

 

Capítulo 4: Juegos matutinos

 

Eustass Kid despertó al sentir cómo le zarandeaban un hombro. Farfulló algo incoherente y abrió los ojos, volviendo a cerrarlos de inmediato por culpa de la intensa luz, para pasar a tratar de abrirlos poco a poco.

 

Escuchó una risa.

 

-¿De qué coño te ríes? –Gruñó, aún con los ojos demasiado cerrados para poder ver quién más había en la habitación con él.

 

-Ese vocabulario… -lo amonestó una voz de mujer, divertida. Le sonaba. Ah, Nico Robin, claro, la mujer que los había atendido a él y a su madre al llegar a aquel jodido lugar.

 

Entonces el que se había reído debía haber sido su compañero de habitación. Robin no le parecía la clase de persona que se burlaría de alguien por ser un zombi nada más despertarse.

 

Cuando por fin pudo abrir los ojos comprobó que Robin estaba en pie junto a su cama y, sentado en la suya propia al otro lado de la habitación, estaba su compañero de cuarto, con el edredón de la cama tirado en el suelo tal como debía estar el de Kid, la sábana recogida en la cintura y el pecho completamente al descubierto.

 

Oh, jodeeeer…

 

Kid se movió, sentándose en la cama y colocándose de tal forma que, esperaba, disimulara su erección matutina, a la que la escena no estaba ayudando precisamente. Él llevaba pijama, por mucho que le jodiera ponérselo y más en verano, y no se había esperado que alguien fuese a dormir aparentemente desnudo allí.

 

Claro que no se había esperado compartir habitación con alguien como Trafalgar Law.

 

-¿Ya estás despierto? –Preguntó Robin, haciendo que su atención volviera a ella de nuevo.

 

-Sí, ¿qué quieres? –Preguntó él de mala gana. Cualquiera que lo conociera mínimamente sabía que no era una persona a la que le gustasen las mañanas. Al menos se había abstenido de insultarla.

 

-He venido a traerte varias cosas que no tuve tiempo de darte ayer –dijo la mujer, y Kid se fijó por primera vez en la carpeta que llevaba en una mano. Robin la abrió y sacó varios papeles, comenzando a dejárselos sobre la cama a medida que hablaba-. Este es tu horario de terapias obligatorias: tienes tres terapias individuales con el doctor Crocus por semana y una revisión al mes con el doctor Clown. Estos son los horarios de las diferentes terapias de grupo opcionales; encontrarás desde grupos de ayuda para adicciones de todo tipo hasta terapia de relajación. Te recomiendo que les eches una ojeada. Esto son las actividades que se ofertan en el centro: hay yoga, natación, dibujo, música, un club de lectura… Por si te interesan. Y aquí tienes los horarios de las comidas y de cuándo está permitido salir.

 

Kid miró los papeles que ahora estaban sobre la sábana.

 

-¿Y esto es todo?

 

-Exactamente. Si hay algo que quieras saber puedes venir a preguntarme, aunque creo que Law podrá resolver cualquier duda que te surja.

 

Robin sonrió y, tras desearles que tuvieran un buen día, se marchó de la habitación.

 

-Bueno, bienvenido a tu vida como paciente –habló Law en cuanto la puerta se hubo cerrado, sarcasmo evidente en su voz.

 

-Si no estuviera medio zombi aún te partiría la cara –gruñó Kid, pasándose una mano sobre los ojos.

 

Law se rio de nuevo.

 

-Me alegra ver que tengo un compañero de habitación tan agradable.

 

-Que te follen –volvió a gruñir Kid, apartando los papeles y poniéndolos en la mesita de noche.

 

-Mh, si insistes…

 

Kid levantó la cabeza tan deprisa que casi le dio un tirón en el cuello.

 

Law se había puesto en pie y, aunque llevaba calzoncillos, el pelirrojo pudo ver sin problemas la erección que se apretaba contra la prenda. El hecho de que Law, a pesar de lo delgado que estaba, tuviese un cuerpo tan bien formado era otra cosa que atraía su atención. Su propio miembro le hizo notar su aprobación.

 

-¿Ves algo que te guste? –Preguntó el moreno, sonriendo lascivamente.

 

-¿Y si digo que sí? –Le devolvió la pregunta Kid, apartando la sábana y poniéndose en pie. Los ojos grises de Law bajaron inmediatamente a su más que obvia erección.

 

-Entonces tenemos un problema –comenzó, yendo al armario y sacando un montón de ropa-, porque va a ser hora de desayunar y yo antes quiero una ducha –dijo, echándose el albornoz de la silla por encima.

 

Kid lo fulminó con la mirada.

 

-Ni se te ocurra.

 

Como toda respuesta, Law sonrió y salió de la habitación.

 

Kid se apresuró a seguirlo, la puerta cerrándose sola detrás de él tras rebotar en la pared por la fuerza con que la había abierto.

 

-¡Vuelve aquí, cabronazo! –Gritó el pelirrojo, siguiéndolo a toda prisa por el desierto pasillo.

 

Lo alcanzó ya dentro de la estancia en la que se había metido Law, que resultó ser un enorme baño comunal, con una zona llena de bancos y taquillas y, alineados al fondo, una larga fila de cubículos separados por paredes de azulejos que debían ser las duchas. A esa hora de la mañana, parecía que nadie iba a ducharse aparte de Law.

 

Cuando el pelirrojo entró, Law estaba sacando algo de una taquilla. El moreno se giró al escuchar el portazo que Kid dio al cerrar la puerta.

 

-¿Algún problema, Eustass-ya? –Law esbozó una complaciente sonrisa.

 

-¡Pues claro que sí, imbécil! ¡No puedes ponerte a flirtear conmigo y luego largarte porque quieres una puta ducha!

 

Sin dejar de sonreír, Law hizo un gesto hacia uno de los cubículos.

 

-No he dicho en ningún momento que no pudieras acompañarme.

 

Y dejando a Kid en pie, completamente estupefacto, Law se terminó de desnudar y se metió en el espacio que había señalado.

 

Reaccionando, Kid prácticamente se arrancó la ropa y la lanzó descuidadamente a los bancos de alrededor, siguiendo a toda prisa a su compañero de habitación.

 

Law había dejado sus cosas de baño en un estante que había en una de las paredes y acababa de abrir el agua caliente. Kid, ignorando todo lo demás, se abalanzó sobre él, agarrándolo de los hombros y empujándolo de espaldas contra una de las paredes, besándolo con brusquedad en el proceso. Law se quedó quieto, sorprendido por unos segundos, antes de comenzar a devolverle el beso con la misma intensidad. Una de las manos del moreno se enredó en el ahora mojado pelo de Kid y este gimió en el beso cuando la otra envolvió su erección.

 

Sonriendo contra sus labios, Law se apretó contra él, haciendo que las erecciones de ambos se rozaran y gimiendo al tiempo que Kid. Su mano se movió, colocándose para sostener ambos miembros y comenzar a masturbarlos a la vez, al tiempo en que movía sus caderas, su polla deslizándose contra la de Kid.

 

-Joder… -jadeó Kid contra los labios de Law, separándose apenas el tiempo justo para pronunciar la palabra antes de volver a besarlo, comenzando a moverse él también contra el moreno.

 

Hacía semanas que no echaba un polvo, y aunque su plan inicial había sido follarse a Trafalgar Law contra la pared de la ducha, eso también le servía por ahora. Lo otro ya vendría en otro momento, después de todo tenían mucho tiempo por delante.

 

Kid bajó las manos por la espalda del moreno hasta encontrar su trasero, que apretó con fuerza haciendo que Law se pegase más a él.

 

Pronto la mano de Law comenzó a perder el ritmo, y este se separó del beso para apretar el rostro al cuello de Kid, gimiendo contra su piel. Temblando ligeramente y apoyándose en él, Trafalgar Law se corrió entre sus brazos, gimiendo sonoramente pero sin dejar de mover la mano hasta que, poco después, Kid lo siguió con su propio orgasmo.

 

Apretando a Law contra la pared y apoyándose en él, Kid levantó una mano y cerró el chorro de agua.

 

-¿Se puede saber quién coño se ducha con agua caliente en verano?

 

Law se rio contra su garganta.

 

-Si te duchas con agua caliente, la sensación de fresco de después dura más tiempo. Además, admite que el vapor ha quedado bien.

 

Riéndose también, Kid volvió a apretarle una de las nalgas.

 

Law estiró el brazo y cogió uno de los botes del estante.

 

-¿Me echas una mano? –Preguntó, enseñándole el gel.

 

Kid le cogió el bote y se vació un poco del contenido en la mano, devolviéndoselo para que hiciera lo mismo y, con la excusa de enjabonarse el uno al otro, comenzaron a recorrer sus cuerpos con las manos, explorándose y acariciándose sin prisas, comenzando a conocer cada uno el cuerpo del otro.

 

Finalmente, tras la que había sido la ducha más larga en toda la vida de Kid, ambos salieron y Law fue de nuevo a su taquilla, donde había metido el montón de ropa que se había traído.

 

Kid recogió su ropa, tirada descuidadamente por los bancos de alrededor, y entonces preguntó:

 

-¿Qué hay que hacer aquí para que te den una taquilla?

 

-Nada –dijo Law, girándose a mirarlo-. En el armario junto a la puerta –señaló un pequeño armario plano, en alto, que debía medir medio metro por medio metro- tienes las llaves de las taquillas libres, simplemente coge la que quieras. Dentro de la taquilla encontrarás un albornoz y un par de toallas.

 

Haciendo lo que le había dicho, Kid se fue al armario, que estaba abierto, y cogió varias de las llaves que había, comenzando a abrir taquillas hasta que encontró una que tuviera un albornoz de su talla. Para cuando lo encontró y se lo puso, Law ya estaba completamente vestido, con un pantalón vaquero azul, una camiseta de manga corta negra y unas sandalias que tenían un par de centímetros de tacón. Ahora que lo pensaba, los zapatos que el moreno había llevado ayer también habían tenido un poco de tacón.

 

-Voy yendo a desayunar –dijo Law, dirigiéndose hacia la puerta.

 

Kid lo sujetó por el brazo cuando pasó por su lado y antes de que le diera tiempo a decir nada, se agachó y juntó sus labios a los del moreno en un ardiente beso, sus manos bajando de nuevo por voluntad propia al trasero de este.

 

Tenía unas ganas de disfrutarlo…

 

Continuará

 

 

Notas finales:

¿Qué? ¿Se divierten los chicos? ¬w¬


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