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Want to stay by your side por SangoChama

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Notas del capitulo:

N/A: Los diálogos en cursiva es cuando hablan desde el otro lado del teléfono. Y bueno, las frases en cursiva normales, sin estar en un diálogo, se refiere a los pensamientos de Kyon, que sucede muy a menudo en el anime si lo han visto.

 

Aquí les traigo el segundo capítulo. Espero que les guste y se animen a comentar.

No recuerdo nunca haber corrido tan rápido como ahora. Corría sin pensar en nada más. Me dirigía hacia la estación de tren para llegar cuanto antes al hospital. Ni siquiera me ha dado tiempo a cambiarme de ropa, así que llevo puesto el uniforme desde esta mañana. No llevo nada de repuesto, se me olvidó traer una mochila por los nervios, tan sólo llevo el móvil por si me intentan contactar.

La estación estaba a unos veinte minutos de mi casa, y el hospital de Amagasaki a unos cuarenta minutos en tren.

 

Sólo… sólo quiero llegar cuanto antes y comprobar que se han equivocado, o incluso que me han gastado una broma, aunque sea de muy mal gusto. Después de que me dijesen que era una broma incluso podría perdonarlo, después de haberles pegado una paliza antes. Quería que esto fuese una pesadilla.

 

Kyon tomó el tren a las nueve de la noche y llegó al hospital a las diez menos cuarto. La estación de Amagasaki quedaba cerca del hospital, lo que alivió a Kyon, ya que no conocía la ciudad vecina.

Entró corriendo al hospital y se apresuró a preguntar en información y a las enfermeras que estaban allí por su familia, pero lo único que consiguió fue amables invitaciones a que esperase en la sala de espera que había al lado de la entrada del hospital.

 

Estaba harto de no recibir ninguna respuesta a mis preguntas, así que decidí hacer caso y me fui a la sala de espera.

Cuando entré no había nadie, apenas un anciano roncando y babeando en uno de los asientos, ni siquiera sé si contaba como “persona” en ese momento.

Decidí sentarme en un asiento y esperar pacientemente, aunque mi paciencia en ese momento no era precisamente la del Santo Job.

 

No sé si habrían pasado diez minutos desde que estaba allí, cuando de repente sonó mi móvil. Rogué porque fuera alguno de mis padres o mi hermana diciendo que estaban bien, pero no fue así.

 

Kyon hizo un gesto de desagrado cuando vio parpadear en la pantalla de su móvil el mensaje “Suzumiya Haruhi llamando”.

 

—Lo que faltaba… —Murmuró Kyon.

 

Casi al segundo después de descolgar, se escuchó a Haruhi por el otro lado.

 

Kyon, ¿ya encontraste algún lugar bueno para patinar? —Preguntó al igual que un sargento.

 

Como si me importase eso ahora.

 

—Bueno, se podría decir que más o menos —Dijo Kyon evadiendo la pregunta.

 

¿Cómo que más o menos? Te dije que te quedases en el club hasta que encontrases algo bueno, ¿para qué te doy órdenes entonces? —El tono de Haruhi comenzaba a ser altanero, lo que estaba irritando a Kyon.

 

—Escucha, Haruhi… —Iba a inventarse una buena excusa, cuando de repente ésta le cortó.

 

—Oye Kyon, ¿dónde estás? Estoy escuchando mucho ruido —Preguntó más calmada.

 

—Estoy… viendo la tele.

 

No quería preocupar a nadie, y menos a Haruhi, que seguro que era capaz de armar algún lío con tal de salirse con la suya.

 

—Qué mierda vas a estar viendo la tele, estoy escuchando personas alrededor y tacones de mujeres de un lado a otro. Oye Kyon… ¿estás en algún club de gente adulta? O a lo mejor… ¿estás en algún club de travestis, Kyon? —Inquirió Haruhi en tono burlón y curioso a la vez.

 

Esta tía es idiota desde que nació. Creo que le ha debido afectar la revista de yaoi que estaba leyendo esta mañana.

 

—¿Pero qué clase de persona crees que soy? ¿Me crees capaz de ir a esos sitios? —Se quejó Kyon.

 

De repente, se escuchó a una enfermera decir algo sobre un paciente y Haruhi habló de nuevo.

 

—Así que estás en un hospital… ¿qué estás haciendo ahí?, ¿por qué no me has avisado? ¡Soy tu líder y debo saber esta clase de cosas! —Dijo incrementando el tono de su voz conforme hablaba.

 

¿Cómo puede tener un oído tan agudo? Para lo que quiere, claro.

 

—Ni siquiera me ha dado tiempo avisar a nadie, me llamaron en cuanto llegué a mi casa porque me dijeron que mi familia tuvo un accidente de tráfico, y vine corriendo a comprobarlo. Sólo espero que sea mentira.

 

—¿Eh? ¿Cómo que tuvieron un accidente? Pero, ¿están bien? —Haruhi parecía preocupada.

 

—No lo sé, no me han dicho nada, lo único que hicieron fue mandarme a la sala de espera —Kyon se extrañó al escuchar a Haruhi preocupada, ya que por lo único que se preocupa es por fastidiar a los demás.

 

—Está bien, entonces voy a avisar al resto de la brigada e iremos todos a visitarte —Dijo recuperando su tono mandón.

 

—¿Cómo vais a venir todos? Son las diez de la noche. Escucha Haruhi, seguro que se trata de una broma y mi familia ya está en casa, no hace falta que te molestes ni molestes a los demás.

 

—Me da igual, como si son las tres de la madrugada, como líder de la brigada debo mantenerme al tanto de lo que sucede también en vuestro entorno, así que no se hable más, en una hora estamos allí, adiós.

 

Haruhi colgó el teléfono sin dejar responder a Kyon.

 

Era la conversación más larga que habían tenido por teléfono, ya que ella siempre suele hablar deprisa y colgar rápido sin ni siquiera dejarle hablar, sólo para no gastar saldo.

 

Kyon suspiró y se guardó el móvil después de quedarse un rato mirando la pantalla.

 

Espera, ¿no se ha olvidado de preguntarme algo?

 

Segundos después Kyon volvió a notar el móvil vibrando y comprobó mirando la pantalla que se trataba de Haruhi otra vez.

 

—Oye Kyon, ¿en qué hospital estás? Con tantas estupideces se me olvidó preguntarte —Dijo algo irritada.

 

Cúlpate a ti misma, podrías ser un poco más modesta, aunque para ti sea imposible.

 

—En Amagasaki —Suspiró Kyon algo cansado.

 

—Bien, nos vemos luego —Respondió Haruhi, y colgó sin más.

 

Kyon se apretó el puente de la nariz.

 

Me sorprendió que el anciano que tenía enfrente no se hubiese despertado con los gritos de Haruhi, yo me tenía que apartar el móvil del oído para que no me dejase sordo.

 

Un rato después, el hombre que dormía en el asiento de enfrente despertó algo atolondrado y miró la hora en su reloj de muñeca, hizo una mueca algo extraña, y con una reverencia se despidió de Kyon marchándose de la sala con paso ligero.

 

Al poco, una enfermera entró en la sala de espera y se acercó a Kyon. Él sólo esperaba que fuese un error y poder volver a casa tranquilo. Pero no fue eso lo que escuchó.

La enfermera le confirmó que sí se trataba de sus padres y su hermana, y que estaban gravemente heridos. Aunque los heridos graves eran sólo sus padres.

Recibió una noticia que no querría haber escuchado nunca. Su hermana había quedado en estado de coma indefinido.

Le dijo que tendría que esperar a mañana para poder ir a visitarles a la habitación.

 

Realmente tengo que estar en una pesadilla. Me senté en el asiento de la sala porque me sentía mareado y cubrí mi cara con mis manos. Esto no me puede estar pasando. Quería llorar. La enfermera me intentó calmar y me ofreció agua, pero lo rechacé. Comprendió que quería estar sólo, y abandonó la sala. No quería nada en ese momento, sólo quería despertar.

 

“Un coma otra vez no, por favor…” Murmuré sin poder casi hablar.

 

Después de un rato con los codos clavados en mis piernas y las manos tapando mi cara, me calmé. Estar en ese estado no me favorecería en nada, sólo me pondría peor. Además Haruhi y los demás iban a llegar de un momento a otro, y no quería preocuparles. No demasiado.

 

Unos diez minutos después, la brigada al completo apareció por la puerta.

 

Todos parecían tener cara de preocupados cuando llegaron donde me encontraba. Bueno, todos menos Nagato, que como siempre su cara era inexpresiva, aunque se veía diferente que esta mañana.

 

—Y bien, ¿cómo está tu familia? ¿Eran tus padres? —Aunque el tono de Haruhi parecía serio, se notaba preocupada.

 

—Mis padres están en estado grave, pero me dijeron que están estables —Kyon intentaba mantenerse sereno.

 

—¿Y tu hermana? ¿Estaba con ellos o no? —Preguntó Haruhi algo nerviosa.

 

—Mi hermana… —No pudo evitar hacer un gesto de dolor— Está en coma.

 

La cara de todos se tornó en horror, excepto la de Yuki, que seguía hierática.

 

—K-Kyon-kun, yo… l-lo siento mucho… —Sollozó Mikuru con las manos en la cara.

 

Asahina-san… eres lo único que necesito para reconfortarme. Su sola presencia ya me hace sentir mejor.

 

—No te disculpes Asahina-san —Respondió Kyon con una sonrisa forzada, visiblemente triste.

 

—¡Ya basta de caras largas! —Gritó Haruhi—. ¡No permitiré que ningún miembro de la brigada se encuentre triste! ¡Ya sé que es una situación complicada, pero no podemos decaer!

 

Bueno, era de las pocas veces que tenía algo de razón. Aunque seguía siendo altanera.

 

—¡Vayamos todos a cenar a un restaurante de sushi! No podemos quedarnos aquí y simplemente estar tristes —Propuso Haruhi.

 

—¿Eh? Son las once de la noche, ¿no es un poco tarde ya? —Se quejó Kyon.

 

—¿Por qué te importa tanto la hora? Eres casi mayor de edad y te quejas como un viejo amargado —Le reprochó.

 

Al escuchar eso, Mikuru se secó las lágrimas y sonrió tapándose la boca con la mano. Koizumi también pareció sonreír por este hecho.

 

—En fin, vayámonos ya antes de que se haga tarde —Dijo Haruhi firmemente.

 

Ni siquiera preguntó si querían ir, simplemente se giró y se dirigió hacia la salida del hospital, haciendo que los demás la siguieran irremediablemente.

 

Cuando Haruhi dijo “restaurante de sushi”, no se refería a un restaurante de moda, ni siquiera grande y espacioso. Exacto, nos llevó a un bar de sushi bastante cutre, medio escondido en un callejón cerca del hospital.

Era bastante raro en ella, ya que como nunca pagaba, se permitía llevarnos a los sitios más caros, para que yo me dejase todo mi dinero. Supongo que por lo menos sería acogedor, o eso creo.

 

—¡Bien, ya llegamos! —Gritó Haruhi al entrar, dando un golpe al correr la puerta.

 

Eso ya lo habrán notado.

 

—Ah, bienvenidos, enseguida les atiendo —Dijo una chica desde el interior.

 

Los miembros de la brigada se disponían a sentarse, pero la líder los dispuso a su manera.

 

—Mikuru-chan, Yuki-chan, nosotras nos sentaremos juntas, tú Kyon siéntate al lado de Koizumi-kun —Ordenó.

 

—¿Por qué nos sientas como te da la gana?

 

—Los chicos están mejor juntos. Lo leí esta mañana en la revista de yaoi —Sonrió Haruhi algo malévola.

 

Dime que no es verdad…

 

Kyon suspiró y dejó su abrigo y bufanda en el respaldo de la silla, sentándose en el sitio ordenado por la líder.

 

Al momento apareció la camarera. Era una chica de nuestra edad más o menos, de estatura baja. Tenía un delantal por la cintura y un pañuelo en la cabeza como cualquier camarero de sushi. Era bastante mona, pero ninguna chica supera la belleza de Asahina-san.

 

—¿Sí? ¿Qué desean? —Preguntó.

 

—Bueno, esto es un bar de sushi ¿no? Tráenos sushi —Ordenó Haruhi.

 

Qué lógica tan aplastante, Haruhi.

 

—Bueno, hay muchos tipos de sushi. Aparte, tenemos ramen y más cosas, ¿qué desean? —Preguntó de nuevo la camarera.

 

—¡Qué más da, lo va a pagar Kyon! ¡Trae de todo un poco! —Dijo como si nada.

 

—¿¡Qué!? ¡Ni se te ocurra! —Gritó Kyon.

 

—P-por favor… n-no os peleéis… —Sollozó Mikuru.

 

La camarera miraba atónita la pelea.

 

—Si queréis puedo pagar yo.

 

Una voz masculina sacó a Haruhi y Kyon de su pelea y a Mikuru de su sollozo. Era Koizumi. Todos se quedaron mirándole atónitos.

 

—No sé para qué traje tanto dinero, de todas formas no lo iba a utilizar —Sonrió Koizumi.

 

—¿Eh? ¿Estás seguro Koizumi-kun? —Preguntó Haruhi atónita.

 

—Claro —Volvió a sonreír.

 

—Bueno, me sabe mal que tengas que pagar, pero con tal de no escuchar las estúpidas quejas de Kyon… —Ironizó Haruhi.

 

Idiota, si no fueses tan egoísta no me quejaría.

 

Koizumi sonrió de nuevo y le entregó todo el dinero que llevaba a la camarera. Le dijo que podía traerles todo lo que quisiera con ese dinero, que eran unos 7.000 yenes.

 

¿De dónde saca este tío tanto dinero? Supongo que los de la agencia le ayudarán. A mí también me gustaría trabajar para esa agencia si me diesen esa cantidad.

 

Comprobé que la camarera se había sonrojado cuando Koizumi le sonrió y le dio el dinero. De hecho creo que desde que vio a Koizumi no le quita ojo de encima.

Estúpido esper sonriente, siempre llamando la atención de todas las chicas por su atractivo, a veces entiendo porqué Taniguchi le envidia tanto. Aunque Taniguchi tampoco hace mucho para remediarlo, lo único que hace es espantarlas con sus groserías.

 

Al rato la camarera apareció de nuevo con bastantes platos de sushi y ramen de distintos tipos, y también bebidas, aunque éstas eran sólo una para cada uno.

 

Vaya, parece que por 7.000 yenes puedes comer en abundancia en este sitio. Bueno, no me extraña mucho, es un bar bastante arrinconado y difícil de ver, aparte de pequeño. Pero es bastante acogedor.

 

Haruhi se entusiasmó cuando vio en un plato el takoyaki que a ella tanto le gusta y se llevó tres brochetas para ella misma, sin importarle los demás.

 

—Ah, Yuki, ¿te gusta el sushi de salmón? No lo sabía —Dijo Haruhi masticando una bola de takoyaki.

 

—Sí —Respondió Yuki con voz robótica.

 

—Pero está mejor el takoyaki, toma, prueba —Haruhi le puso una brocheta en el plato.

 

—Está rico —Dijo Yuki dando un pequeño mordisco.

 

—¡Claro que sí! ¡Takoyaki para todos! —Gritó Haruhi repartiendo las brochetas sobrantes al resto de la brigada.

 

—¡Ten Mikuru-chan! ¡Pruébalo! Abre la boca —Gritó de nuevo, poniéndole el takoyaki en la boca y obligándola a probarlo.

 

—E-eshtá d-deliciosho Shu-shushumiya-san —Dijo Mikuru tapándose la boca con la mano e intentando masticar.

 

Kyon se quedó mirando a Haruhi con mala cara, mientras ésta daba de comer a Mikuru como si fuese una niña pequeña, pero procuró no darle importancia y disfrutar de la comida, aunque no tuviese ganas de nada en ese momento.

 

Después de la agradable cena, bueno, sin contar con las sandeces de Haruhi, salimos del bar y nos dirigimos al único sitio dónde no quería pasar la noche. Al hospital. No sin antes tener que esperar a Koizumi, ya que parece que a la camarera le agradó bastante, no entiendo porqué, y se quedó hablando con él. Seguramente para pedirle el teléfono o algo.

No sé para qué se esfuerza la pobre chica, al final la rechazará como siempre. ¿Por qué a mí no se me declaran nunca? La vida es muy poco equitativa para algunos.

 

Y cómo me temía, al rato vi desde fuera a la chica hacer un gesto de tristeza, pero con una sonrisa de Koizumi parece que se le pasó enseguida y el sonrojo volvió a su cara.

 

—¡Koizumi-kun, casi nos morimos congelados esperándote! —Se quejó Haruhi cuando éste salió del bar.

 

—Lo siento —Sonrió.

 

—Oye Koizumi-kun ¿por qué rechazas a tantas chicas? He calculado que se te declaran dos al día y siempre las rechazas —Curioseó Haruhi.

 

—Bueno, lamentablemente no puedo salir con todas las chicas que se me acercan, aparte mi trabajo no me dejaría tiempo —Sonrió de nuevo.

 

—Vaya, sí que eres complicado, con la cantidad de chicas que hay en tu club de fans de la preparatoria —Dijo Haruhi.

 

Koizumi sólo se limitó a sonreír, lo que irritaba a Kyon.

 

Siempre lo arregla todo con esa irritante sonrisa, lo malo es que a la mayoría de las chicas les da igual. Si algún día le dijera a una chica cualquiera “he matado a tu gato” con esa sonrisa estúpida, la chica sólo se limitaría a sonreír y babear mientras él se marchaba con el cadáver del animal cubierto de sangre en la mano.

Creo que he sido demasiado macabro con ese ejemplo.

 

Llegaron al hospital sobre las doce de la noche. Las enfermeras de guardia circulaban por los alrededores mientras los demás trabajadores charlaban o tomaban café.

 

Cuándo estuvieron en la sala de espera, Haruhi les comentó algo.

 

—Bien, he decidido algo para que todos podamos acompañar a Kyon mientras está en el hospital. Uno de nosotros estará con él entre semana, después de clase y el resto vendrá el fin de semana para estar todos juntos, y por la noche se irán de nuevo a dormir a sus casas —Dijo.

 

—¿Quieres decir que alguien me va a acompañar todos los días para pasar la noche? —Preguntó Kyon.

 

—Así es —Recalcó Haruhi.

 

—¿Y no sería más fácil turnaros? —Dijo Kyon.

 

—No intentes cambiar mis decisiones, lo he decidido así y punto —Haruhi se cruzó de brazos.

 

Está bien… ya no hay nada que discutir.

 

—¿Y bien? ¿Algún voluntario para quedarse a acompañarle? —Preguntó Haruhi a modo de orden.

 

—Si quieres puedo quedarme yo, no me importa —Dijo una voz masculina.

 

Por favor, dime que eres tú Asahina-san y que te ha cambiado la voz por un resfriado.

 

—¿Eh? ¿Koizumi-kun? ¿Estás seguro? —Cuestionó Haruhi.

 

—Claro —Sonrió éste.

 

—Bien, pues si quieres quedarte me parece bien.

 

¡No aceptes como si nada!

 

—Entonces Koizumi-kun te acompañará todos los días para que no estés solo en el hospital, y punto —Concluyó—. Mikuru-chan, Yuki, es hora de irnos, mañana sábado vendremos por la mañana.

 

Kyon se quedó mirando a Haruhi con desagrado mientras ésta se dirigía con las chicas hacia la salida.

 

—¡Oye, Haruhi, espera! —Dijo Kyon mientras corría detrás de ellas.

 

—¿Y ahora qué? —Dijo molesta.

 

No sé para qué intento hablar con ella, no sirve de nada quejarme o discutir. Diga lo que le diga me dirá que no, o se pondrá a gritar, llamará la atención como siempre y la echarán del hospital.

 

Se quedó mirándola un momento algo desafiante, y después suspiró.

 

—¿Por qué me miras con esa cara? ¿Quieres discutir otra vez? —Le enfrentó.

 

—No, no es nada. Puedes irte —Dijo Kyon resignado.

 

—Entonces no me hagas perder el tiempo. Mañana vendremos las tres por la mañana y luego iremos todos a una pista de patinaje que hay por aquí cerca. Cuándo me llamaste para decirme en qué hospital estabas, me informé de ello —Explicó Haruhi.

 

¿Y para qué me haces buscarlo a mí? ¿Te gusta fastidiarme? La verdad no sé para qué me lo pregunto.

 

—En fin, adiós —Se despidió Haruhi.

 

—Buenas noches, Kyon-kun —Sonrió Mikuru dulcemente.

 

—Buenas noches —Sonrió dirigiéndose a Mikuru.

 

Se quedó en la puerta de entrada hasta que las tres chicas se marcharon y luego volvió a la sala de espera, donde Koizumi le recibió con una sonrisa algo falsa. Kyon puso cara de desagrado, aunque luego terminó sentándose a su lado.

 

¿Por qué siempre a mí? De todos los miembros de la brigada, ¿por qué él? Siempre sonriendo de esa forma estúpida e invadiendo mi espacio personal. Nagato me haría mejor compañía, aunque se confunda con un mueble o una especie de muñeco inmóvil. Haruhi lo dudo mucho, acabaría discutiendo con ella de todas formas. Ah, Asahina-san, la próxima vez te obligaré a quedarte a la fuerza.

 

El silencio se estaba haciendo demasiado incómodo, y a Koizumi parece que se le había borrado la sonrisa de la cara. Ahora estaba cabizbajo y tenía un gesto de tristeza en la cara, lo que irritaba aún más a Kyon.

 

—Bueno… y… ¿cómo van los espacios cerrados? ¿Han aparecido más? —Preguntó para romper el silencio.

 

Qué pregunta más ingeniosa Kyon.

 

Al escuchar eso, Koizumi levantó la cabeza y cambió su expresión por una de sus típicas sonrisas.

 

—De hecho, últimamente ha habido muchos menos —Sonrió.

 

—¿Eh? ¿En serio? —Preguntó de nuevo.

 

Te estas luciendo a preguntas ingeniosas. Ah, cállate, cerebro.

 

—Así es —sonrió Koizumi—. La actividad está siendo mucho menor, sobre todo durante estos últimos dos años. Los de la agencia están investigando porqué podría ser.

 

—Quién sabe, quizá Haruhi haya madurado y se haya dado cuenta de que el mundo no gira en torno a ella y que no puede hacer todo lo que le dé la gana… Oh, espera, eso no va a pasar —Dijo Kyon sarcásticamente.

 

Koizumi rió al escuchar eso.

 

El silencio incómodo se apoderó otra vez al poco rato de terminar la conversación. A Kyon le incomodaba sobremanera estar así, y de nuevo preguntó algo.

 

—Oye Koizumi…

 

—¿Sí?

 

Kyon dudó un poco antes de preguntar, pero prefería mantenerse conversando que estar en un silencio incómodo.

 

—¿Por qué antes, en el bar de sushi, has pagado tú la cuenta? Se supone que Haruhi me obligó a pagarla a mí —Indagó.

 

Koizumi sonrió antes de responder.

 

—Bueno, me sobraba el dinero, así que no me importó —Dijo.

 

—Ah, ya veo… —Dijo Kyon algo distraído.

 

—Además, no es justo que Suzumiya-san abuse de ti en los momentos que estás pasando. No me importa ayudarte siempre que lo necesites —Sonrió.

 

Vaya, es lo más sincero que le he escuchado decirme desde que nos conocemos, y eso me hace sentir incómodo.

Sentí mi cara algo más caliente de lo normal, y rogué por no estar sonrojado. Agaché la cabeza por si acaso para que Koizumi no me viera.

 

Al cabo de un rato empecé a tener sueño, debía ser tarde. Bostecé antes de buscar mi móvil para mirar la hora.

 

—¿Qué hora puede ser ya? —Se preguntó Kyon por lo bajito mientras buscaba el móvil en el bolsillo de su abrigo.

 

—Ah, no te molestes —Dijo Koizumi mirando su reloj de pulsera—. Es la una de la mañana.

 

—¿Eh? ¿Ya es tan tarde? Con razón tengo tanto sueño —Dijo Kyon antes de bostezar de nuevo.

 

—Lo más conveniente es que descanses. Pareces cansado —Sugirió Koizumi.

 

—Mira quién fue a hablar, tu cara no es precisamente un ejemplo de descanso. Tienes ojeras —Dijo Kyon frunciendo el ceño.

 

—Tienes razón —Rió Koizumi—. Debería dormir algo.

 

—Pues eso, buenas noches —Dijo algo irritado. Tenía que dormir de mala manera y encima al lado de Koizumi.

 

—Buenas noches —Dijo éste.

 

Kyon se separó un poco de Koizumi y se acomodó como pudo en aquel incómodo banco en el que estaban. Se acurrucó sobre sí mismo, metió la cara en su bufanda de rayas azules y se cruzó de brazos. Hacía frío allí, probablemente la calefacción estaba estropeada, y estando ellos dos solos y la sala prácticamente vacía, el frío era aún mayor.

 

Parece que esa sala de espera era nueva y no pasaba casi nadie por allí, ya que correspondía a las dos únicas habitaciones que había en la planta baja, probablemente en las que estaban sus padres y su hermana. Kyon maldijo esa situación, ya que tendría que estar más tiempo con Koizumi a solas y soportarle.

 

Mañana es el fatídico día, tengo que ver por primera vez a mis padres y mi hermana en ese estado. Si no he podido soportar la noticia, no sé si podré verlos así. Sólo espero que esto pase pronto.

 

El sueño fue venciendo a Kyon poco a poco, que cerraba los ojos sin poderlo evitar.

 

No sé porqué pero cuando me dormí sentía la mirada cansada de Koizumi clavarse en mí. Procuré no pensar en ese hecho, y soñar con algo bonito. Asahina-san por ejemplo. ¿Por qué nunca he soñado con ella? Es más, ¿por qué no he soñado con ella vestida con uno de esos trajes que le compra Haruhi? Ah, cállate Kyon, estar con Taniguchi te está pervirtiendo, duérmete de una vez.

Koizumi, si me sigues mirando mientras duermo, juro que mañana te mataré.

Notas finales:

Espero que les haya gustado y que se animen a comentar. 

Nos vemos en el próximo capítulo.


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