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Demonios por knaxzerim

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Notas del capitulo:

kana.- hola?

zerim.- hay alguien?

kana.- bueno esperemos que si, como ven les traemos un nuevo capitulo, y al parecer no esta tan macuarro como el anterior, XD 

zerim.- lo mas curioso es que ya tenemos escrito el fina de esta historia y aun nos falta un rato para llegar ahi LOL

kana.- en fin, si sos nueva en esta historia seas bienvenida y esperamos no te hayas aburrido al llegar a este punto 

zerim.- y si sos veterana seguidora nuestra, al menos no nos tardamos un año 

Estaba preparado para iniciar la noche como alguna vez quizo hacerlo con su hermanito menor, Yami le había comentado que se encontraría con él en el bar a eso de las 9 de la noche, decidio llegar elegantemente tarde, cinco minutos después simplemente para ver la actitud del pelirrojo ante la nueva vida que tenia enfrente.

Como lo había advertido, el joven llego acompañado por un alto joven castaño, ambos vestidos de forma casual, no llamaban la atención de nadie, el lugar estaba lleno por personas normales que acudían al sitio para distraerse de su ajetreada vida, odiaba de cierta forma la simpleza de la raza japonesa acostumbrada a no destacar en nada que no fuera honorable, racional o ambas, su trabajo le había orillado a no conservar ninguna clase de sentimiento por nadie, no se vinculaba con las personas de mundo por que para ellos no existía, había una partida de nacimiento en el registro civil, había un acta de estudios adelantados por parte de la universidad nacional de Estambul y había un pasaporte que le garantizaba el acceso a cualquier país, sin importar cual.

Sus únicos centros de atención eran su familia y lamentablemente eso le había orillado a acosar de forma poco apropiada a alguien a quien debía proteger. Aun asi acercarse al profesor y escritor no era algo completamente desinteresado, sabia que de alguna forma el hombre alteraba a su hermanito y quería saber exactamente por qué, su parecido pasaba a segundo termino cuando lo que Yugi siempre mencionaba de este sujeto era su capacidad para encontrarlo en sus misiones y lo peor era que lo reconocia a pesar de sus disfraces.

Se acerco como un camarada haciendo ruido al caminar y pavoneándose de su estilo punk, su peinado era peculiar en un lugar quasi elegante como ese, pero pasaba desapersibido cuando los meseros   y metres miraban su ropa.

_lamento la demora, el estacionamiento es un desastre

_no te preocupes, Seto, el es Ducke el hermano mayor de mi alumno Yugi Motto

_un placer mi nombre es Seto Kaiba

El castaño hizo una reverncia y le extendió su tarjeta de visita Ducke la acepto, extendiendo la propia como señal de buena educación, en ella se presentaba como un especialista informatico, sólo ponía su nombre y su trabajo, nunca un numero de contacto, para las personas correctas el grabado de la tarjeta les daría la información suficiente para contactarle y solicitar sus servicios.

_reserve una mesa, tomemos algo y después quizá deseen ir a un club

Comento mientras sus ojos verdes se encontraban con la fría mirada de Seto, el hombre era regio y atractivo a su manera, lo que logró llamar la atención del pelinegro, ambos hombres eran figuras publicas, pero habían sabido mantenerse fuera del radar publico, y ahora que la mas incidiosa periodista de espectáculos estaba fuera de circulación podían descansar de la presión de sus constantes ataques.

Iniciaron la velada un poco incomodos, especialmente por que Seto no hablaba mas que lo necesario, mientras que Yami se notaba algo cohibido por la situación.

_¿ocurre algo?

Se animo a preguntar ante las fallas de sus intentos de conversar, el tricolor soltó un suspiro profundo y se espatarro en la banca donde se habían sentado.

_lamento esto, soy un patoso social, no se que se hace en esta clase de situaciones, y cómo puedes notarlo, Seto tampoco es muy hábil.

Entendio la actitud de ambos, él tampoco era un experto, sabia fingir, sabia convertirse en quien fuera, pero el comportarse de forma normal en presencia de personas normales, solo por querer hacerlo lo ponía tenso, así que siguiendo el ejemplo del escritor, estiro los hombros y se espatarró.

_no necesitamos un manual para esto, tomemos unos tragos y charlemos de lo que sea.

Un mesero se acerco y tomo su libreta de notas, Yami giro el rostro hacia abajo ocultando su rostro en la boina que había traido, Ducke asintió y pidió por los tres, unas cervezas y algunas tapas para empezar, el mesero asintió y en unos minutos su pedido estaba en la mesa.

_soy ignorante acerca de ti, ¿Trabajas para alguna compañía?

Inicio la conversación Seto al mirar de nuevo su tarjeta de visita, el moreno esperando eso negó con la cabeza y tomo un bocado de sushi de la charola que les habían traido.

_no, trabajo por mi cuenta, mi padre cuenta con una subencion de la empresa donde trabajo antes del accidente así que me conecto con algunos clientes que desean que les ayude con problemas específicos.

_¿Problemas?

_si, cuestiones de espionaje y hackeo de redes, les sorprendería saber cuantos novatos y aspirantes a programadores generan chascos con los sistemas de respaldo empresariales.

_Seto sabe de eso, la editorial tiene esa clase de problemas constantemente

_¿En serio?

Pregunto como si le sorprendiera, a menudo los clientes mas novatos pedían inflitraciones a cuentas de correo especificas con la intensión de obtener información importante y exclusiva de tal o cual autor de novelas o manga, tuvo hace algunos años una solicitud de robo de información acerca de la ultima novela que Yami publicaría, simplemente para adelantar la critica y volver la novela un fracaso.

El precio pactado por ello le parecio al cliente demasiado alto como para hacerlo, asi que simplemente no acepto el contrato; entre tapa y cerveza los tres comenzaron a congeniar, hablando entre negocios, novelas y aficiones acerca de sus vidas, supo que Yami estuvo comprometido y que realmente no se llevaba muy bien con su abuelo, Seto le conto acerca de su familia muerta y de lo insoportable que era Noa a veces y de lo mucho que extrañaba a Mokuba, caerca de la media noche sugirió acudir a un club cercano dónde podían continuar con la fiesta, abordando un taxi, el trio llego al club “Vintage Ever Edge” dónde el anfitrión de la puerta les ofrecio una sonrisa, el lugar era pequeño y había un grupo reducido de personas cantando karaoke, tomaron asiento y participaron de algunas payasadas por parte de los asistentes.

Cuando el grupo de congregados les adoptó en la fiesta el lugar se lleno de un ruido estruendoso, había risas y chocar de copas con extraños licores, una chica de ropa seria pero con la blusa desabotonada hasta mostrar el inicio de su sostén se acerco a Yami y le extendió el micrófono, el tricolor se negó al principio, para acceder con algo de vergüenza a cantar una canción melosa y cursi, acerca de lo doloroso que era amar.

Las chicas aplaudieron su entusiasmo, aunque en realidad había desafinado, Seto se negó a participar pero Ducke lo hizo con gusto, una chica algo timida se escondia en uno de los rincones de la habitación cosa que aparentemente sólo Yami notó.

Tenia el cabello negro, como la mayoría de las chicas japonesas, pero lo llevaba en un corte algo extraño, era familiar y a la vez diferente, dedico miradas vagas a la joven la vió beber un poco mientras ellos hacían el ridículo.

Casí una hora después ella se había incluido en la fiesta y palmoteaba a los anteriores ocupantes mientras cantaban y bailaban en la mesa, que ahora tenia una gran cantidad de envolturas y botellas de licor tiradas en ella, con un gesto Yami fue llamado nuevamente a cantar y al girar el rostro a los asistentes le parecio ver a Beatriz entre ellos.

La situación le hizo tirar el micrófono y caer de culo en medio de la duela, al parpadear para aclararse ya no estaba y en su lugar solo se encontraba la chica, le miraba con unos preciosos ojos color violeta y le sonreía cómo avergonzada de lo que le había pasado.

Ducke siguió la mirada del escritor pero al buscar el objeto de su atención sólo encontró a las chicas medio ebrias que se reian como tontas por la torpesa del pelirrojo; intentó levantarse para ayudarle, pero Seto se le había adelantado, negando con la cabeza por las acciones del otro, entrando en su modo protector, alcanzo a leer en los labios del castaño si se encontraba bien, y si quería irse.

El tricolor asintió, y desestimo lo ocurrido, estaba sonrojado por la exitación y parecía que explotaría su cara ante tal alegría contenida, sin embargo en lo profundo de su mirada Ducke vio tristeza, los juerguistas comenzaron a retirarse así que los tres tomaron su camino de vuelta a casa, caminaron a una estación de taxis y los tres subieron, el primero en bajar fue Seto, su departamento se encontraba más cerca, Ducke tomó la cartera de Yami y le dio la dirección al chofer.

Al llegar le despidió y llevó al ebrio Yami hasta la puerta de su casa, estaba esperando poder avanzar con el tricolor, pero a pesar de haber bebido como cosacos, el joven escritor apenas se notaba sonrojado, tambaleándose le pidió ayuda para encontrar sus llaves y le miró.

_lo siento, no creo que debas besarme

Ducke no entendio esto, miro a todos lados como un idiota, cuando volteo a mirar al tricolor este le sonrio y le cerró la puerta en las narices.  Yami había conocido las intenciones del moreno desde el principio, y aunque se sintió halagado por el interés del joven, no sabia si podía darle pie a esperanzas que no quería alimentar, sus palabras le parecieron innecesarias y cursis, pero no tenia experiencia en esa clase de menesteres y se le iba de las manos.

A pesar de los años, su corazón aun sangraba por el recuerdo de la joven dama que robó su corazón, y curiosamente ahora que había decidido dejar su recuerdo descansando, esa joven se aparece frente a él, hubiera querido pedirle su numero de teléfono y también su nombre, ahora sólo tenia un rostro que le atormentaría toda la noche con su mirada en ese bar.

 Sin embargo no era el mismo rostro que le atormentaba en sueños, era un poco mas redondo, y los ojos eran mas grandes, Beatriz había tenido unos preciosos ojos violetas, pero habían sido inocentes hasta antes del cáncer, cuando encontró la mirada de esa joven, parecía retarlo.

Se dejó caer en suelo con el pecho constreñido por la duda, acaso ¿Beatriz había tomado ese cuerpo para atormentarlo, o alguien se había colocado encima la piel de Beatriz?

Ducke sintió atravez de la puerta el calor del cuerpo de Yami deslizandoce al suelo, considero que  esa noche no conseguiría nada, así que caminó calle abajo, no se preocupaba si alguien trataba de asaltarle o algo mas, podía hacerles frente, le intrigaba la forma de actuar del escritor, era como si supiera desde el principio cuales habían sido sus intenciones y desde que invito a su amigo a la cita hasta el momento en que ambos terminaron solos en el taxi, podía ser alguien sin experiencia, pero realmente era inteligente.

Sintió el vello de su nuca erizarse y sin dar muestras físicas de alarma continuo con su paseo, el sujeto que lo seguía no estaba interesado en atacarlo, se notaba una persona entrenada pero no necesariamente alguien especializado, los especialistas no se dejaban notar a menos que tuvieran algo que decir.

Llego a una bocacalle y esperó a que esa persona se acercara, encendio un cigarro inhalando despacio el humo acre del tabaco rebajado. El sujeto se acercó usaba un traje oscuro de corte americano, usaba gafas de montura, aunque en ese momento no las llevaba puestas, las marcas en la nariz le delataban.

_le envian esto a usted

El hombre había extendido un paquete del tamaño de una palma completamente cuadrado, embalado de forma metódica para que su contenido no fuera dañado, podía tratarse de muchas cosas, desde un disco de computadora hasta una muestra de algún virus infeccioso, él mismo había usado esa táctica en muchas ocasiones, enviaba a un mensajero un paquete y el destinatario recibia desde pruebas incriminatorias, hasta un veneno.

_¿Quien?_ preguntó

_ Bint m22;arūf_ respondieron en un susurro

Seto llego al sofa de su casa y con cuidado dejo las llaves de la puerta en la mesa de centro, se sentía algo achispado, dada su mala costumbre de no beber en exceso, asumia que en su medio de trabajo era una desventaja ya que muchos de sus acuerdos se cerraban en cenas con vino de por medio, aflojando su camisa se despatarro en el sillón y espero que el mareo pasara.

_¿Seto?

La voz de alguien en la puerta a la habitación de invitados le hizo levantar la cabeza, Joey estaba ahí, no recordaba que tuviera que estar ahí en su departamento pero lo estaba, y le miraba extraño.

_Joey

El menor se acercó, pero al percibir el olor a alcohol algunos malos recuerdos le asaltaron, aun asi se aproximó al castaño, esperando ser de utilidad para el hombre. Sin querer recordó que su padre en los primeros años, así se comportaba, no era constante su necesidad de alcohol, incluso llegaba a ser discreto, no molestaba a nadie, una copa con los amigos después del trabajo, después una reunión por los logros de cada mes, y después cada semana.

Al final no fueron necesarios los pretextos para comprar una cerveza camino a casa, o llenar el refrigerador con las botellas de vino que ofrecerían a las visitas en medio de cenas elegantes que nunca se concretaron, miraba al hombre al que ahora ayudaba a retirar la ropa y zapatos, pero no podía distinguir si se trataba de su viejo o de Seto, el joven era fuerte, pero en esas cosas el no era experto, su padre había sido un buen viejo antes del alcohol y las cosas que fuera que hiciera con el ordenador, después se había vuelto un ser despreciable al que no reconocia de su tierna infancia.

Tenia muchos sentimientos encontrados, aun asi tenia tanta experiencia tratando con gente ebria, que sabia que no podía dejar que Seto se quedara dormido en ese estado, le abrió la camisa, retiro la corbata y zapatos; cuando le trató de acomodar la cabeza en el respaldo del sillón sus manos temblaban.

Seto había dejado que el rubio le atendiera, nunca se había visto vulnerable en las manos de nadie, y en ese momento no se sentía así, pero podía ver claramente los temores del chico en sus ojos, en ese momento la persona que necesitaba ayuda no era él. Busco la mirada del adolescente y vio el miedo en ellos el reflejo de recuerdos que no le abandonaban a pesar del tiempo transcurrido.  

Entendio que al aceptar la responsabilidad de cuidar de el chico, también había aceptado cargar con todo el equipaje del rubio fue consiente de lo mucho que su estado y el aroma del alcohol afectaba al chico, y que no fue su intención el hacerle daño.

_Joey, estoy bien

Susurro aun con las palabras arrastrándose por su lengua, sus manos torpes buscaron la cara del muchacho tratando de calmarlo, de recordarle que se encontraba con él, no con su finado padre.

_duermete

Ordeno el joven, le extendió una manta que había cargado con él en algún momento de ese intercambio y se retiró a su habitación, el castaño reacciono y fue a buscarle, antes de que el otro cerrara la puerta de la habitación, tiró de su muñeca para llamar su atención, el resultado fue completamente diferente al que esperaba.

Joey le tiró un puñetazo al rostro y le derribo en el suelo con una llave que le inmovilizaba. Lamentablemente el ajetreo le había reanimado el mareo y de la nada unas violentas arcadas le hicieron devolver el estómago hasta el desayuno.

_¡Joder!, Seto

El rubio se alejó a tiempo, y corrío al baño por unas toallas, el revoltijo de alcohol y alimento a medio digerir causaba mas arcadas al empresario, y al rubio que con molestia le tiraba de la camisa para alejarlo del encharcamiento de porquería.

_eres un borracho molesto

_no estoy borracho, tus golpes me provocaron el vomito

Contesto a la molestia del rubio con la propia, nunca había caído en esa clase de situaciones, y estaba consciente que de haber seguido el consejo del rubio de ir a la cama y dejar las cosas por la paz, en este momento no se encontraría manchado de vomito.

 _esto dice lo contrario

Respondio el rubio mientras limpiaba el suelo lo mejor posible, Seto recargado en la pared miraba como su “esposo” limpiaba su desorden y no pudo evitar sonreir con cierta socarronería, el chico se comportaba como una pareja abnegada y molesta por que su marido llegara a casa en estado inconveniente. Después de limpiar el suelo, Joey encontró el rostro del castaño y notando la cara de idiota que ponía le increpo.

_¿Que pasa?

_eres una buena esposa Joey

_idiota

Increpo mientras lanzaba las toallas al baño y le extendia la mano para levantarse.

_no puedo acostarme con esta peste encima: tomaré un baño, ve a dormir

Joey negó

_puedes caerte

_estaré bien

Respondio el castaño ante las palabras del rubio, aun así dejo que el chico le siguiera, se desnudó y dejo su ropa en el mismo monton que las toallas sucias, abrió la regadera y cuando se dio la vuelta para buscar el gel de ducha, los ojos melados de Joey le miraban desde la puerta, tenia los brazos cruzados sobre el pecho, pero no le quitaba los ojos de encima.

_¿Acostumbras espiar a la gente mientras se baña? 

Pregunto ante la actitud del rubio, el otro sonrio de lado, avergonzado por la situación pero sin dejar de observar cada pasó de su anfitrión.

_no, a menos que esté ebrio, creeme el viejo tuvo los suficientes accidentes en el baño como para durarme mil vidas mas.

Unos minutos mas tarde, Seto cerró la llave del agua y Joey le extendió una toalla seca y su brazo, le trataba como si fuera un niño y curiosamente esa actitud removio algo en el castaño, le dejo en la cama par después proceder a sacar su ropa, consideró que una camiseta de algodón y ropa interior seria suficiente, en especial por que tras beber muchas personas sudaban mientras dormían.

Una vez vestido, el adolescente se dio la vuelta para irse, antes de llegar a la puerta Seto le llamó.

_Gracias Joseph

_no hay de que_ respondio sin darse la vuelta 

_Joey_llamo nuevamente esperando que el rubio se diera la vuelta, cuando los ojos de ambos se encontraron, Seto sonrió como nunca lo había visto hacerlo.

_no soy tu padre


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