Esa noche al llegar al departamento no escucho ruido, no sintió la presencia de nadie y supo que esa noche estaba solo, no había nadie, y entonces después de mucho tiempo respiró tranquilo, dejó la mochila en el suelo y caminó por el departamento con los zapatos puestos, sintiendo en la oscuridad la sensación de estar en completo control de lo que iniciaba a ser su vida; él a sus escasos 17 años sabia que quería matar a alguien, ue había arruinado la vida de dos de las tres personas que le arruinaron la vida mucho antes de que él fuera consciente de su propia vida, y todo por una fortuna de la cual no quería nada y que le importaba bien poco.
Tras varios minutos, cuando se animó a encender las luces, vio la nota colocada en el espejo de retoque que hacia las veces de adorno y de apoyo visual en caso de algun ataque inesperado en el departamento.
“Queridos hijos, Raphael vino por mi. Espero verlos pronto”
Al final el anciano había tomado la oferta del medico, la moneda estaba en el aire y dentro de un tiempo sabrían si su padre volveria a caminar o se quedaría postrado en la silla de ruedas para siempre, una insipiente sonrisa afloro en sus labios, si su padre volvia a caminar podría ayudarle a matar al vegete Atem, con el juez y con el ejecutivo había sido metódico y técnico, los había herido en las zonas mas vulnerables de su vida, los había convertido en títeres de sus deseos, ellos no obtendrían nada de el, no sabrían que sus elucubraciones y deseos de poder se verían vulnerados por un jovencito simplon y sin chiste.
Entonces recordó la fotografía de su profesor, la fotografía de esa mujer que había sido la causa de su desgracia, una victima que cedió ante el dolor y renunció a él, ¿Que ocurriría si él fuera esa mujer? Sabia por la fotografía que ambos compartían una caracterisitica muy importante, el color de sus ojos, un defecto genético que solo alcanzaba a una porción de la población y en especial a una porción del país mas conservador del mundo.
Pensó en Tea y en lo mucho que la chica había logrado significar para él, ella era su mejor y única amiga, a pesar de haber sido participe en la desgracia de su madre la chica no era nada que impactara sus planes, había sido una consecuencia inesperada del inicio de su venganza. Una venganza que no sabia que iniciaría hasta que su tutor le conto acerca de sus padres, y en especifico de su muerte.
Mas temprano esa noche se había topado con su hermano en el vestíbulo, usaba su ropa de paseo y con una sonrisa le confirmo lo que ya sospechaba: esa noche saldría con Yami Atemu; imagino que su hermano se acercaría a su profesor con sus típicos coqueteos y armas de seducción utilizadas en algunas de las mas extrañas misiones asignadas al moreno, esperaba que el profesor fuera lo suficientemente experimentado como para deducir las intenciones de Ducke y no caer en ellas.
Había escuchado de parte de Joey las expectativas de la nueva novela de Yami, sabia que el hombre quería deshacerse del recuerdo de su antiguo amor matando a la protagonista de forma epica, una confesión realizada en medio de una de esas charlas que compartían últimamente, sonrió, el conocía muchas formas de acabar con la vida de alguien, desde las piadosas hasta las mas crueles y a pesar de ello, no disfrutaba de ninguna de ellas.
Sólo era su trabajo, una rutina que cumplia desde que era muy joven y lo único que conocía hasta hace unos cuantos meses, lamentaba su falta de conocimiento al respecto de la normalidad de la vida, a menudo miraba a sus compañeros de clase y se preguntaba si ellos en realidad no se preocupaban por algo mas que su próxima carrera, de si sus padres se divorciarían o si su novio o novia les era fieles; sus canones de pensamento le confundían y le hacían añorar el ser como ellos.
Tal vez por eso fue que opto por seguir a su hermano, por espiar su comportamiento con su profesor y vigilar que no se pasara de listo, dentro de sus ajuares encontró lo que necesitaba, el convertirse en Beatriz fue lo mas fácil de todo, ella era una joven típica, cabello lacio y negro, cuerpo menudo y sencillez en su forma de vestir, usaba el mismo parámetro que usaba siempre para sus asignaciones, ser uno mas con el entorno, formar parte de la multitud a tal grado que si alguien preguntaba o lo veía él fuera tan común que nadie lo tendría en cuenta.
Con algo de dificultad encontró a los tres adultos, se unio a ellos en la fiesta y bebio a gusto sin que su hermano se percatara que estaba ahí, nuevamente fue su profesor quien lo notó y quien le llamó para unirse al grupo de oficinistas que celebraban alguna clase de fiesta, habían bebido tanto que incluso Ducke arrastraba las palabras; a pesar de ellos supo que Yami no estaba ebrio, que se había mantenido alegre por el simple echo de formar parte de un grupo tan animado, su amigo castaño por el contrario se veía bastante afectado por el alcohol.
Una vez que todos tomaron el taxi para llegar a casa, tomo camino a casa, sin embargo no pudo llegar a su departamento, se acerco igual con un taxi al viejo barrio donde había vivido su primera infancia, se acercó al edificio y vislumbro los desvencijados jardines desde la reja de afuera, y con melancolía trato de entrar por la puerta principal, no consebia por que alguien haría lo que le hicieron, cómo es que una persona sería capaz de dañar a un niño indefenso, él en todos los años que había trabajado para Datz no lo había hecho, ni él ni su hermano o tutor, sin embargo sabia que en el “mercado” en que se movían era cuestión de precios y de necesidades.
Había sicarios que por menos de lo que él cobraba era capaz de hacer un trabajo, eliminar a alguien, robar información clasificada, tomar de rehén a una chica indefensa, tal vez por que en algun momento necesitaran el efectivo y era la forma mas fácil de conseguirlo; según las reglas de la universidad del homicidio, una vez que eras parte del “gremio” devias tener en cuenta ciertas reglas, la mayoría de ellas se referia a no dejar huella acerca de lo que hacias o eras, podias ser una sombra al margen en la sociedad, o formar parte de ella con una careta que estuviera muy bien estructurada, no había forma de alejarse del “oficio” a menos que lo anunciaras a los canales adecuados para que si en algun momento alguien necesitaba de tus servicios supiera que ya no podía contar con ellos.
La universidad había obtenido ese mote hace mas de cuarenta años, había sido un refugio para aquellos dafnificados de los conflictos armados en africa y tras la caída de la dictadura prosperaba gracias a sus graduados, así también era una especie de directorio infraestructurado que prestaba servicios especiales a los gobiernos mas extremistas e incluso a los servicios de seguridad mas prestigiosos del mundo, la CIA, el FBI, la interpol todos sabían acerca de la UH, y de que conactarlos era necesario cuando había un objetivo que no debía ser vinculado con el gobierno que alguno de ellos representara, por eso las agencias de seguridad privada no declaraban los servicios de los graduados mas especializados, y llegando al caso especifico de su madre, ella solo era una transacción al fondo beneficiario de alguna institución IAP que figuraba en las listas de la UNICEF y la ONU que brindaba atención a niños dafnificados de algun desastre natural.
Su hermano había decodificado algunos de los mensajes que su madre había dejado en el frasco de pastillas, códigos de programación que lograban maravillas en los computadores de Ducke y que le daban acceso a servidores tan seguros que incluso a él le habían costado trabajo, su madre era ina gran incognita, pero en ese momento él también.
Sabia que sentía atracción por las mujeres, y también por algunos hombres, aun asi no pensaba que pudiera llegar a enamorarse, no había ese algo que le impulsara a querer proteger a alguien al punto de arriesgar su fachada de estudiante. Una luz llamo su atención, un auto pasaba por la calle frente a su vieja casa; desde que había encontrado los archivos la había llamado así, era suya, con todo y la desgracia que la acompañaba.
El hombre al volante bajó del vehiculo y camino con velocidad hasta donde se encontraba de pie, era un sujeto alto y fornido, usaba un auricular de comunicación en el oído derecho y al acercarse le miro como si se hubiera topado con un fantasma.
_señorita…Beatriz
Interiormente sonrio, había logrado asemejarse tanto a esa mujer que ahora lo habían confundido con ella, curioso que su profesor no lo hubiera llamado como su difunta prometida. Aun así debía fingir en ese momento; se encogio como si temiera por su seguridad, pero no dijo nada, era bastante tarde y el que una chica estuviera sola en la calle daba mucho a que pensar.
_no, disculpe, la confundí
_ya me voy, solo me perdi
Respondio con su voz mas monocorde para pasar desapercivido y no dejar en claro su género.
_es muy peligroso que usted ande sola por la calle, es un país seguro, pero aun así los Yakuza andan rondando por esta zona
_el taxi me dejó aquí, no se donde estoy
El hombre le miro con algo de preocupación, elucubraba algo en su mente y al final con algo de nerviosismo le pregunto.
_¿dónde vive? Mi jefe me pidió ir a su casa por que sale temprano en la mañana, podría llevarla.
_no lo conozco, me da miedo
_debería tenerlo estando sola en la calle a estas horas
_Sali con unos amigos
_¿y que fue de ellos?
_estaban demasiado ebrios como para llevarme a casa
_mire señorita, no soy peligroso, trabajo para una agencia de seguridad, y tengo una hija de su edad, me preocupa por que al verla a usted la estoy viendo a ella y temo que le pueda pasar cualquier clase de desgracia.
_siento si fui grocera
_la entiendo, creo que fui un entrometido ¿desea que la lleve a casa?
_si me deja cerca, le agradecería
_voy a cruzar el centro de la ciudad y si me espera un poco la llevo a casa
_a dónde trabaja.
_para un anciano, es presidente de varias empresas.
_debe pagarle muy bien
_no, es un anciano tacaño, aunque debo decir que no gano poco, el anciano es un cabron insufrible, y tiene unas mañas horribles.
_¿mañas?
Pregunto como si tuviera un nudo en la garganta, desde esa ocasión en la que había matado al Jeque se había dado cuenta que el anciano había tenido un hijo por puro compromiso.
_cuentan en la compañía que su secretario particular y él mantienen una relación desde hace muchos años, a mi en realidad no me consta pero siento que es algo asqueroso.
_que horror, y ¿Por que lo llama ahora?
_no lo se, creo que tiene una reunión en alguna parte y tiene que llegar al aeropuerto, no lo se, el anciano en realidad no habla mucho.
_su hija se llama Beatriz
Pregunto haciendo un cambio brusco en la conversación, por alguna razón ese hombre lo había llamado asi, lo que le causaba curiosidad.
_no, es; ella era una amiga del joven amo
_no entiendo
_el anciano tiene un nieto, el joven es completamente diferente a su abuelo, es amable y siempre que puede nos premia a todos los empleados, su abuelo le recrimina todo el tiempo que por que no ingresa a la empresa y muchas cosas, hace muchos años él y la señorita Beatriz tuvieron una relación, pero ella murió y el joven se quedó muy triste.
_¿habla de Yami Atemu y Beatriz Fitzroy? Hasta hace unos meses todos decían que él la había matado
_no, el joven amo la amaba, se culpo por su suicidio por que ella lo noqueo antes de cortarse las venas, cuando despertó, ella ya estaba más alla de la salvación.
_que horror
_usted me recordó mucho a ella, lamento si la confundí señorita
Él negó con la cabeza, era una casualidad bastante extraña. Sin embargo debía aprovecharla al máximo, charlo con el hombre unos minutos mas, obtuvo información interesante acerca de los habitos de Yuzura Atem y se enteró de la puerta secreta que se ubicaba en un lateral del edificio de oficinas que albergaba las instalaciones de la empresa Atemu, curiosamente no tuvo que preguntarlo, el hombre lo comento como algo casual, indicando que el anciano no gustaba de ser visto cuando abordaba su auto ni tampoco la hora a la que lo hacia.
Cuando llegaron a dos cuadras de su compejo de departamentos le indico al hombre que de ahí llegaría bien a casa, el hombre le insto a no volver a arriesgarse de esa forma y le pidió se cuidara mas. Él agradeció la obscuridad de la madrugada y fingió sonrojarse ante las recomendaciones del hombre; antes de llegar a su casa encontró a Ducke.
Su hermano caminaba despacio, con las manos en los bolsillos, y aparentemente distraído, sin embargo solo aquellos que no lo conocieran caerían en esa trampa, ni él ni su hermano podían ser tomados por sorpresa a menos que se tratara de algun especialista.
Se retiró la peluca, y la falda, extendió su pantalón por debajo de las rodillas y espero que su hermano no se hubiera dado cuenta de que lo había seguido a la fiesta, esperó que entrara al departamento y unos minutos después lo hizo él.
_Saliste
Afirmo Ducke, mientras veía la nota que Datz había dejado para los dos, ambos sabían acerca de la oferta del medico y de las pocas posibilidades de éxito, Dartz a pesar de haber sido un gran mentor, no sabría lo que debía hacer con sus hijos si es que la cirugía resultaba ser un éxito.
_salí a caminar, cómo te fue en tu fiesta
_tu profesor es mucho mas inocente de lo que pensé, le falta el fuego que hay en tu mirada cada vez que me acerco a ti
_eres un enfermo
_no, niego que sea un hombre apuesto, y que me atrae, pero no por las razones que piensas; justo ahora hay algo que quiero mostrarte.
El pelinegro llevo a su hermano a su centro de control, una habitación instalada para él con algunos de sus juguetes tecnológicos favoritos, en ellos recibia los mensajes de trabajos que surgieran mientras se encontraban lejos de la cabaña en el bosque, y en especial por que así rastrearían el lugar sin encontrar nada.
Al ser uno de los especialistas informáticos con un renombre alto, muchos aspirantes gustaban de atacarlo y tratar de localizarlo para desmantelar sus defensas, algo así como un examen de graduación de los bajos fondos. En algunas ocasiones Ducke les dejaba el camino abierto, sólo para después desmantelar sus propios sistemas.
Durante las ultimas semanas Ducke había estado realizando trabajos de espionaje sencillos y algo de robo de información para las paginas al estilo Wikileaks, por la simple y llana razón de que su madre había dejado un rastro de migas de pan que desvelarían su secreto mejor guardado: su historia y su vida.
_hoy uno de los guardias de la UH me encontró en el callejón de la casa de tu profesor, no me parecio que le llamaran a una caceria por nosotros, pero hay algo muy extraño que me dijo, al parecer al iniciar con la decodificación de los archivos de tu madre, desperté un viejo mensaje que ella dejo para quien encontrara sus códigos.
Yugi fruncio el ceño ante las palabras de su hermano, su madre había sido nombrada como una Shadow, la categoría de especialización mas alta en su gremio, prácticamente especialistas en todo, los Shadow tenían acceso a la información mas sofisticada del mundo, y en lo que respecta a Yugi, el entrenamiento que les proporcionaban eran tan terrible que sólo uno o dos sobrevivían mas de dos años, formando parte de la agencia que prestaba servicios a los servicios secretos de todo el mundo y cobraba grandes fortunas por cada encargo, se volvían fantasmas tenebrosos en los sótanos de las agencias gubernamentales.
Ducke encendio sus computadoras y módems, conecto algunos cables por aquí y por alla para proceder a abrir una carpeta en CMD que indicaba una gran lista de códigos de programación. Un lenguaje que era viejo para los mas nuevos en cuestiones tecnológicas, pero que para los veteranos resultaba en un mundo de posibilidades, desde el código del sistema era posible generar cualquier clase de cosas en las computadoras, las series de unos y ceros orquestaban los movimientos de los programas desde una obscuridad absoluta.
El chico punk tomó su libreta de notas donde había pegado los diminutos mensajes de su madre en la secuencia mas lógica posible, tarea que le había provocado mas de un dolor de cabeza, pero que al mismo tiempo había acrecentado su curiosidad acerca de la mujer que había engendrado a su amado hermano.
Una vez abierta la ultima referencia el ojiverde abrió el sobre que le habían entregado esa madrugada una serie de números y letras se alistaban como un galimatías incomprensible situación que resolvió en unos minutos y obteniendo lo que esperaba en esa nota: el ultimo código, al finalizar el proceso de digitalización cerró la ventana de programación y en el escritorio de la computadora apareció un icono con la extensión .exe, un virus informatico o algo más. Ducke lo abrió y la pantalla le llevó a un archivo de video que se había alojado en un servidor gubernamental.
En la pantalla se mostró un video de seguridad de baja calidad, una joven de gorro y bufanda se acercaba por la calle, era una chica común y corriente con el cabello en dos colores diferentes, rojo y negro trenzado en dos partes colgando a los costados de cada una de sus orejas, usaba lentes tintados y portaba un bolígrafo que acomodo entre sus dedos una o dos veces hasta que desaparecio entre los guantes de lana, miro el reloj un par de veces y miró por una de las ventanas del café segundos se acercó a la puerta y como si fuera una casualidad alisto la mano donde se guardaba el bolígrafo para abrir la puerta.
Yugi había utilizado un modus operandi muy similar, era una táctica romántica, estereotipada en las novelas de policías, pero útil, la chica se acercaría a su objetivo y con el bolígrafo le pincharía accidentalmente, inyectando un poderoso veneno que en unas horas le dejaría incapacitado o muerto; sin embargo lo que ocurrio acontinuacion fue completamente diferente, la puerta se abrió desde adentro distrallendo a la joven y salvado la cara por milimetros, un joven extendió las manos para detener el golpe, pero golpeó a la joven con el codo y la arrojo al suelo sobre la acera arrojando los anteojos en medio de un charco con agua sucia.
La reacción de ella fue rápida colocó las manos al frente para no lastimarse contra el suelo, el mismo joven que la había golpeado, se acerco para ayudarle a levantarse pero nuevamente la golpeó ahora cayendo él sobre la joven y haciendo que sus manos soltaran el bolígrafo. Algunos mirones que habían seguido al torpe joven alertaron a la pareja sobre algo, el joven que estaba un poco mas alerta, tiró del gorro de la joven hacia arriba y después con torpeza le acurruco contra su pecho; justo a tiempo para que un automóvil pasara por el charco con agua y los empapara con ella.
El video se detenia ahí, iniciando un segundo video, en él se veía a la misma joven de cabello bicolor en una cama de hospital, estaba pálida y se veía cansada, pero la voz de quien sostenia la cámara le hizo sonreir.
_querida ya lo traen, ¿No te parece maravilloso?
_no hagas tanto escandalo, es sólo un bebé
_es nuestro bebé
Una puerta se escucho al fondo y una enfermera se acercó a la pareja con un pequeño bulto de mantas azules en mano, su padre se acercó con la cámara logrando un primer plando de su cara enrojecida y de su cabeza llena de fino cabello.
_por dios, es un bebé muy feo
Bromeó el hombre mientras la enfermera le daba el niño a la joven madre, quien lo recibió con los brazos algo temblorosos, al quitarle las mantas de la cara su rostro cansado y algo impasible cambio por completo, lagrimas copiosas brotaron de sus ojos y abrazo el pequeño bulto con todo su cuerpo. El joven padre al percatarse de lo que ocurria con su esposa, dejó la cámara en la mesa lateral, el sonido de los muelles de la cama daba la idea de que se había subido a la misma abrazando a su mujer y su recién nacido.
_no llores amor, no me gusta verte llorar
_es nuestro
Murmuró ella entre hipidos.
_ellos…ellos
Siguió llorando la joven angustiada por algo, su esposo hizo un ruido tranquilizador y después de besarla sonoramente, dijo.
_no, dejare que te hagan daño, estaremos bien
Nuevamente el video se interrumpio, dejando correr una serie de datos en la pantalla, una nueva coneccion se abrió tras el video: un contrato. En él se leia el nombre de Yuzura Atem y también el nombre de su padre, el especialista asignado a la misión había sido: Bint m22;arūf, algunos documentos después se entendía que el especialista había declinado el trabajo y tras un par de trabajos más había solicitado su baja de la agencia de servicios profesionales de la UH.
Después de descargado el ultimo archivo, la computadora dejó de decodificar y las pantallas emergentes se detuvieron, en una de las carpetas creadas por el programa de su madre estaba una copia digital de las fotografías que había encontrado en la casa, así como algunas otras que probablemente habían desaparecido con el tiempo de la casa y de la memoria del joven.
Su madre había sido la culpable de su color de ojos, su cabello era la mezcla entre ambos padres, no pudo discernir entre la mujer que miraba en esas fotografías a la asesina que se mostraba en los archivos desencriptados unos minutos antes, ¿Por qué si su madre había sido capaz de infiltrarse en organizaciones tan seguras no había evitado su muerte? y la desgracia que los había separado, ¿Acaso ella no la había previsto?.
Ducke señalo una de las fotografías en la galería, su madre y otra chica posaban afuera de un viejo centro comercial portando trajes de Maid, la fotografía era una versión diferente de la que había encontrado en casa, archivos mas abajo también había una fotografía que había sido digitalizada de una versión en papel, probablemente una amiga de la primera vida de su madre, en ella se podía apreciar a una mujer de veintitantos abrazando a una menuda chica de apenas quince o dieciséis, ambas sonerían a la cámara teniendo como fondo una vieja casona de paredes lodosas y pintadas con grafitti; por la ropa que la mujer usaba, podía entender que se trataba de una protituta o de algo parecido, y que su madre había sido bastante unida ella.
No había mas relaciones de su madre, nada antes de casarse con su padre o de darlo a luz a él, sólo esas dos fotografías y la gran cantidad de contratos que habían sido asignados a la mujer muentras fungía como una de las especialistas Shadow de la UH.
_cómo conseguiste el código
Pregunto luego de tontear un poco entre toda la información, Ducke que había estado revisando la información también, respondió.
_uno de los especialistas de la región se acercó a mi esta noche, y me dio el mensaje, sólo dijo que Bint m22;arūf se lo había pedido.
Esa noche ninguno de los dos volvió a pronunciar palabra, completamente sobrecogidos por lo que implicaba que su madre hubiera sido capaz de dejar un mensaje que se entregaría a la persona adecuada en el momento adecuado, lo último que había en el enorme paquete de información de su madre era: un código postal.
….…
Notas: normalmente no dejo esta clase de comentarios, pero creo que es necesario, si es que hace mucho que sigues esta historia, en las novelas de referencia que eh tomado, un códigopostal es un lugar donde la gente deja paquetes y que no son necesariamente la casa del destinatario y/o remitente.