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Zatión y Zalión. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Escribí un capítulo de Zatión y he decidido subirlo, así que a leer, porque este es un poco más largo ^^

Después de aquello tuve que tomar una pastilla para poder dormir, porque iba a ser imposible poder hacerlo sin ella.

A la mañana siguiente salí de mi casa dispuesto a irme cuando Zalión se interpuso en mi camino, como iba mirando al suelo no me percaté y me topé con él. Y antes de caer me cogió de la muñeca y evitó la caída.

-         ¡Zalión! ¿Q-Qué estás haciendo? – dije asustado. Él me lanzó contra su pecho y me abrazó. - ¿Por qué...?

-         Lo siento, ayer me pasé, he venido por ti para irnos al instituto juntos, como de costumbre... – dijo con lo que parecía una sonrisa en su cara.

-         Suéltame, aquí nos pueden ver los vecinos, no quiero malos comentarios que luego llegan a mi madre y me la cargo. – Así que me soltó y me dio un beso en la mejilla, yo lo aparté de un empujón. – Te dije que me dejaras. De repente salió una vecina.

-         ¡Buenos días señora Loren! – exclamé alegremente.

-         Oh, Rayne... Te quería comentar que ayer vi un perro enorme en tu balcón a altas horas de la noche... – me informó, aunque yo ya sabía a quien se refería.

-         No se preocupe, hace poco adopté a dos hermosos perros-lobo, es una mezcla de ambos, son hermanos, los dos tienen los ojos azules pero uno es blanco como la nieve y el otro negro como el carbón, y no se asuste si los ve pasear por aquí, no hacen nada, son sumisos. – le expliqué con detalle.

-         Si usted encontrara lo puede matar de un tiro – soltó Zalión.

-         ¡No! N-No le haga caso señora Loren, a mi amigo no le gustan los animales, los detesta... Bueno que le vaya bien... ¡Hasta luego! – exclamé adelantándome.

-         O-Oye Rayne, espérame...

-         Anda más rápido – le sugerí.

 

Al llegar al instituto todos nos observaban, yo llamaba mucho la atención al lado del capitán del equipo de baloncesto, es decir Zalión. Él era demasiado ‘popular’ como para ir andando a mi lado, así que decidí separarme de él, pero me cogió del brazo y no me soltó hasta que la sirena sonó para ir a la primera clase ahí nos separamos.

Conseguí no volver a verlo esquivando los lugares donde él frecuentaba pero a la salida nos volvimos a topar.

-         Rayne, para disculparme quiero llevarte a un lugar muy especial para mí, quiero que lo veas. ¿Qué te parece? – preguntó, con la misma risa pícara de siempre, en la boca.

-         ¿Qué es ese lugar? ¿Un parque? ¿Tu casa? – pregunté irónicamente. – No me voy a acostar contigo si eso es lo que estás pensando Zalión, no voy a caer en tus juegos.

-         ¡Para nada! E-Es que no te quiero decir a dónde te quiero llevar...

-         En ese caso no iré.

-         ¡Rayne! ¿No entiendes que quiero que me perdones? He sido un imbécil, y quiero recuperarte... El otro día te hice mucho daño, pero no hay segundo en el que no me arrepienta de eso. – dijo intentando darme pena.

-         Z-Zalión..., yo... Está bien, iré.

-         Me alegro de que accedas, eso me hace muy feliz... – Dijo acercándose para besarme, pero yo esquivé aquel beso girando la cabeza.

-         Todavía no lo he olvidado Zalión, no creas que puedes besarme cuando quieras después de lo que pasó anoche. – reproché serio.

-         L-Lo entiendo... Como quieras. No quiero obligarte a nada. Bien, cambiando de tema, te acompaño a que lleves la cartera a tu casa, no quiero que eso sea una cargar durante el día, y así puedes decirle a tu madre que ya vendrás más tarde.

 

Yo obedecí al llegar a casa, le dije a mi madre que me iba a casa de Seine que ya volvería más tarde y dejé mi cartera en la entrada y seguí a Zalión.

Cuando llevábamos alrededor de media hora andando se paró en la entrada de un callejón antiguo, se giró de repente, cogió mi mano y me dio un pequeño mordisco en la punta del dedo índice. Recuerdo que me dijo: ‘No te preocupes, ese mordisco te dormirá, no quiero que veas mi sorpresa’. Lo último que recuerdo es ver cómo una gota de sangre caída desde aquella pequeña perforación que me había hecho.

 

Desperté con dolor de cabeza y algo mareado. Estaba en un lugar muy oscuro, y hacía frío. Al mover mis brazos me dí cuenta de que tenía cadenas en las muñecas, una que me rodeaba el cuello y otras dos en los tobillos, estaba encadenado, apenas podía moverme, tan solo levantarme. Intenté dar algunos pasos, pero al dar el primero las cadenas que ataban mis tobillos me impidieron avanzar y caí al suelo. Decidí encogerme y esperar a que alguien apareciera por allí, pero enseguida las luces comenzaron a encenderse, yo me asusté. Las luces hacían daño a mis ojos, pero no tardé en acostumbrarme a aquel dolor que desapareció en cuestión de segundos. Pude contemplar que estaba en una especie de ‘palacio’ porque estaba todo realmente colorido, a cada lado una fila de columnas de mármol, y a lo lejos en frente de mí, había un trono situado en el centro, había también una alfombra roja debajo de aquel trono que a penas lo pude reconocer. Y en la pared que había detrás del enorme sillón estaba dibujado en grande el símbolo que tenían los gemelos en el cuello y Sharmin en la muñeca.

-         ¿D-Dónde estoy? ¿Hola? ¿Hay alguien por ahí? – pregunté nervioso.

-         Rayne, cariño, ¿cómo estás? – dijo una voz inconfundible, Sharmin.

-         ¡¡Sharmin, ayúdame por favor!! ¿¡Dónde estás!? No consigo verte... – dije intentando encontrarla. Ella apareció de la nada cerca de mí.

-         V-Vaya Rayne, esas cadenas están hechas con magia, no puedo romperlas, ni soltarlas, solo las puede soltar el que te las puso, y yo no fui. Lo siento pequeño... – se excusó.

-         ¿Qué estás diciendo? No me puedes dejar aquí, ¡Sharmin! – Pero ella ya había desaparecido. Cuando dirigí mi mirada al trono, la vi sentada allí.

-         Rayne, bienvenido a mi palacio, ésta es mi casa. – Anunció levantándose de aquel trono, dio un chasquido y sus ropas cambiaron, seguía teniendo un escote muy exuberante, los hombros descubiertos, un body blanco con encaje en las puntas del escote. Una cinta rosa que empezaba desde el ombligo haciendo ‘X’ y terminaba en un hermoso lazo entre los pechos. Luego tenía una falda blanca translúcida, como un velo, que en las puntas terminaban con encaje rosa. Llevaba unos tacones de aguja blancos. Su trenza se deformó y una cinta blanca apareció detrás de su flequillo, y el pelo quedó suelto, tenía un pelo bastante largo. Yo me quedé alucinado, parecía..., una diosa con aquel traje. Realmente bonita, mis mejillas enrojecieron cuando me miró. – También quiero presentarte a mi querida mascota, es encantadora, ya verás como te caerá bien. Ven aquí amor, quiero que conozcas a alguien.- En aquel momento vi lo peor que podía haber visto en mi vida. Un lobo con un precioso pelaje blanco, y unos ojos brillantes azules a juego con el símbolo de su cuello, una placa de plata relucía en su cuello, no podía ser otro.

-          Z-Zalión... ¡Estúpido cretino! ¡Te había dado una segunda oportunidad! – grité con todas mis fuerzas. -Esto me pasa por ser tan imbécil... No tendría que haber confiado en ti... – Al final acabé llorando.

-         ¿Rayne? ¡Zalión! Te dije que no le hicieras mucho daño, lobo malo – dijo rascándole la barbilla a Zalión con el dedo índice, lo estaba diciendo con burla, estaba claro que todo había sido plan de ella. Después Zalión se acercó a mí, se transformó en humano y comenzó a hablarme.

-         A ver lo que tarda tu amante a aparecer, ¿quieres contabilizar el tiempo, Rayne? – preguntó levantándome la cabeza. Yo aparté, con un golpe, su mano de mi cara.

-         No te atrevas a tocarme desgraciado. – repliqué.

-         ¿Me estás amenazando? Qué valiente... Me ponen los tíos como tú... – dijo lamiéndose los labios.

-         Pues dile a la otra que te haga el favor de quitarte esa excitación. Me dan asco los tíos como tú.

-         Vaya, estás a la defensiva. Como eres el culpable de que yo esté excitado la vas a pagar caro. – Con un chasquido las cadenas empezaron a apretarme.

 

 

La cadena del cuello empezaba a ahogarme. Éstas por arte de magia se movieron solas hasta dejarme en suspensión. Las dos cadenas que rodeaban mis muñecas me levantaron del suelo hasta que no pudiera tocarlo con mis pies. Y las otras dos cadenas de mis tobillos se anclaron al suelo, dejando mi cuerpo tenso. Apenas podía moverme. Me quitó la cadena del cuello y respiré a gusto. Después me despojó de la camiseta de un zarpazo.

Lamió mi cuello con ansia como si fuese un helado, mientras me agarraba por detrás. Toqueteos, cosquilleos, escalofríos, humedad y por último, frío, era lo único que sentía. Preferí no hablar para no empeorar las cosas. Él continuó tocándome, se puso en frente mía y miraba mi cuerpo con deseo. Me besó con codicia sin delicadeza, yo no quería seguirle pero mi lengua actuaba por separado de mi conciencia. Mordía mis labios y mi cuerpo temblaba, mi piel comenzaba a erizarse entre el  frío y la pequeña sensación de placer que estaba teniendo en ese momento. Zalión notó el frío en mi cuerpo y me abrazó mientras que por detrás, metías sus manos por dentro del pantalón y masajeaba mis glúteos. El estaba muy cálido pero prefería seguir teniendo frío a que él me abrazara y tocara de aquella forma. Empecé a soltar pequeños gemidos que enseguida llamarían la atención de Sharmin.

 

Notas finales:

Tengo la sensación de que no os ha gustado Jajajaj ¿Por qué será?

Quiero aclarar lo que es un body: http://img.trendencias.com/2011/10/big-body-ws.jpg

Sería algo así... :)

Próxima actualización: Idol.


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