Desperté en la cama de Zatión, había soñado que estaba con mi madre tranquilamente en mi casa, en cuanto abrí los ojos supe donde estaba. Me dolían las muñecas, tenía unas marcas enrojecidas, no sabía cómo habían salido aquellas marcas. Parecía estar solo, no se escuchaba ningún ruido a mi alrededor, así que decidí bajar a investigar algo a mis alrededores, pero no recordaba que Zatión vivía a 5 metros del suelo, así que me hice una liana para poder bajar al sueño con sábanas que había en aquella pequeña habitación.
Cuando quedaba poco para tocar el suelo me dejé caer, me dolían las manos de agarrarme con fuerza a aquella cuerda que me había hecho, y no tenía la suficiente fuerza como para aguantar.
Fui al lago y me di un baño, lo necesitaba, mi cerebro me pedía algo de relax y agua fría. Al salir, vi a Robbie apoyado en un árbol, parecía vigilarme.
- R-Robbie... ¿Desde cuándo estás ahí? – pregunté confuso.
- Desde que te he visto bajar, ¿no te has dado cuenta de que a la izquierda de la casa hay una escalera? Podrías haber bajado por ahí, en vez de tener que utilizar las sábanas de Zatión – sugirió.
- ¿¡Eh!? No me había dado cuenta, por las mañana siempre estoy algo perdido.
- Dime... ¿Recuerdas algo de ayer? – preguntó directamente.
- ¿Ayer? ¿Pasó algo ayer? N-No recuerdo nada, tan solo tengo estas marcas tan raras en las muñecas, no sé de donde han salido...
- Malditas cadenas – murmuró, pero aun así yo lo escuché.
- ¿Cadenas? ¿Estas marcas son de cadenas? No puede ser... Si ayer estuve..., con mamá- Las terribles imágenes de la tarde anterior empezaron a invadir mi cabeza. Fotografías y palabras se mezclaban en mi mente, de Zatión peleando con su gemelo, y yo siendo arrastrado hacia el bosque por Robbie, alejándome de la mansión de Sharmin. – Z-Zatión, ¿dónde está? ¿Ha regresado? ¿Está en tu casa, verdad? Dime que está allí...
- Veo que ya has empezado a recordar... No quería que lo hicieras, estás mejor si esas imágenes desaparecieran de tus recuerdos, así serías feliz viviendo en la ignorancia, pero por lo que veo no quieres ser un ignorante. Eres fuerte, chico. Sobre Zatión... Todavía no ha regresado.
- ¿¡Cómo que no ha regresado!? ¿Sigue peleando? No puede ser... Le matarán. ¡Tengo que encontrarlo! – exclamé corriendo pero Robbie me agarró del brazo impidiendo que me pudiera mover.
- Rayne... Él me pidió que te alejara de aquel lugar. Él me mandó vigilarte y protegerte. Tan solo obedezco lo que él me insistió rogándome. Fui un idiota al dejarlo allí solo, pero tenía miedo... Ahora tengo que protegerte como él me pidió.
- ¡Tengo que ir a buscarlo! ¡Suéltame Robbie! ¡No pienso dejar que muera, me niego! – exclamé llorando.
- ¡No entiendes que a estas alturas es muy probable que esté muerto! –vociferó. –Rayne, has dormido casi dos días, y en esos dos días no ha habido rastro de él, lo busqué, intenté comunicarme con él, pero no ha servido de nada.
- N-No puede estar muerto, no puede haber pasado eso, él no puede morir así Robbie – dije abrazándolo con fuerza.
- Tranquilo chico, llora cuanto desees, es la única forma de calmarnos en este momento. Por ahora tienes que descansar, tu cuerpo está débil debido a tu descanso en esos dos días, recupérate y cuando te encuentres mejor, lo buscaremos, te lo prometo. – dijo con seguridad.
- Pero no podemos perder tiempo Robbie, no puedo estar sin hacer nada.
- Tú intenta comunicarte con él, sé que no tienes telepatía, pero como anteriormente has hablado con él, a lo mejor puede escucharte. – sugirió. Yo asentí. - Yo haré una patrulla por las noches para ver si encuentro algo nuevo...
Y eso hicimos durante una semana. Pero no encontremos nada nuevo sobre él. Solamente averigüé que si intentaba hablar con él mediante telepatía me entraban unos terribles pinchazos en la cabeza, pero aun así yo no dejaba de intentarlo. Robbie no descubrió nada nuevo por las noches.
Un día paseando por el bosque en busca de unos árboles frutales, escuché unos golpes cerca de mí. Decidí seguir el ruido, y observé que Zatión estaba muy cansado dándole cabezazos a un árbol. Yo tiré la cesta que llevaba y comencé a llorar, él se giró, su marca brillaba más de lo normal, me miró y gruñó, yo lo nombre e hizo un gesto de dolor y se fue. ¿Qué acababa de pasar? Era la primera vez que Zatión me gruñía y pasaba de mí de aquella manera. Parecía que algo le dolía, pero no vi ninguna herida física. Después de que él se fuera curioseé el árbol al que le había estado dando cabezazos, en el tronco de dicho árbol había muestras de arañazos y zarpazos, pero nada más. Cuando me encontré con Robbie se lo conté todo con pelos y señales, no me faltó ningún detalle. Él se sorprendió y salió en su busca, yo me quedé solo cerca del lago, y fui hacia la orilla, intenté comunicarme con él por telepatía, pero lo único que conseguía eran pinchazos en la cabeza, pero yo no paraba de intentarlo, en uno de los intentos caí al suelo abatido del dolor, con las manos en la cabeza y encogido estuve intentado calmar los dolores. Pero alguien se paró delante de mí a observarme.
- No vas a conseguir nada por mucho que lo intentes... – dijo Sharmin.
- ¡Sharmin! ¿¡Dónde está Zatión!? – pregunté firmemente.
- Vaya querido, después de todo lo que te he hecho y sigues sin tenerme miedo, esto es increíble. Ahora que lo recuerdo tú tienes miedo a que le pase algo a mi pequeño Zatión, ¿me equivoco? – soltó con una risa burlona. En ese momento apareció Zatión y de los árboles bajó Zalión.
- Z-Zatión... – murmuré. - ¡Sharmin, ¿qué le has hecho?!
- Tranquilo Rayne, todavía puedes dar tu vida por él. – expresó agarrándome de la barbilla.
- ¡Suéltame! Jamás te venderé mi cuerpo... – dije mirándole fijamente.
- Acabarás haciéndolo, si no quieres que mi querido gemelo sufra por ello..., y tú no quieres eso, ¿verdad? – amenazó.
- ¿P-Por qué me haces esto? – tartamudeé agachando la cabeza.
- Todo lo que he hecho por ti era para persuadirte y llevarte donde yo quería, todo ha sido una gran mentira – explicó alejándose de mí. – Por ejemplo la historia que te conté sobre la ‘S’ de mi collar, ¿recuerdas? La ‘S’ viene de ‘Siervo’ y me lo dio Sharmin. Todo lo que te conté es mentira.
- Nunca terminé de creerlo. Intentaste que perdiera todo mi amor por Zatión, que lo dejara tirado, pero lo único que has conseguido es que comprenda que sin Zatión no puedo vivir, que respiro porque él lo hace, y que me enamoré de él con tan solo verlo – afirmé mirando a Zatión.
- Bonita explicación, pero ahora es mío – dijo Sharmin acariciando el pelo de Zatión que estaba ya en forma humana. – Se ha convertido en un humano muy hermoso y fuerte, y ahora lo quiero para mí.
- ¡No voy a dejar que te lo lleves!
- No te he pedido permiso para llevármelo. Zatión, atácale, haz que te tenga miedo – mandó Sharmin. En ese momento yo retrocedí asustado, tenía algo de esperanza en que no lo iba a hacer, pero se convirtió en lobo, se abalanzó sobre mí, caí al suelo con él encima, me golpeé la cabeza, me gruñía sin parar y yo temblaba como un flan, estaba aterrorizado. Pero aun así me abracé a su cuello y le grité su nombre por miedo. Él se paralizó y tuve la oportunidad de hablarle.
- Zatión, escucha mi voz, sabes quién soy, ¿verdad? Soy Rayne, ¿me recuerdas? Sé que estás ahí Zatión, no sé lo que te ha pasado, no eres el que yo conozco y del que estoy enamorado. Sé que el Zatión que yo conozco no me haría daño. Despierta de donde estés Zatión, por favor – pedí dándole un beso en el hocico. En ese instante observé que el brillo volvía a sus ojos, el símbolo perdía brillo, pero fueron segundos, porque enseguida todo volvió a como estaba antes. Comenzó a tambalearse y a sacudir la cabeza con signo de dolor, se quitó de encima de mí y volvió al lado de Sharmin.
- Ese es tu castigo por desobedecerme, no vuelvas a hacerlo si no quieres volver a sufrir esos dolores... Y Rayne, a ti te digo lo mismo, la mente de Zatión está bloqueada, si no quieres morir por esos pinchazos que te dan cuando intentas comunicarte con él, no lo hagas más. Y dicho esto nos vamos, Zatión se ha comportado muy mal hoy, así que tengo que castigarle. – Desaparecieron por arte de magia justo en mis narices.
Lloré por impotencia, había visto a Zatión, mi Zatión, por segundos y no había hecho nada. Tenía tantas cosas en mi cabeza que al final todo se hizo un lío.
Esperé a que regresara Robbie para contarle lo sucedido. Me dijo que al ser dueña de los gemelos podía hacer con ellos lo que quisiera, e incluso manejarlos a su antojo; meterse en su cabeza y hacer todo lo que ella les pida. Cuando me dijo eso comprendí porqué Zatión se había abalanzado sobre mí para morderme. Y creí que podía escuchar mi voz y despertar de esa especie de sueño en el que Sharmin lo tenía.