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Zatión y Zalión. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Lectores, como compensación por haber estado 9 o 10 días sin subir nada por culpa de mi crucero por el Mediterráneo os compensaré subiendo un capítulo de Zation y de Idol y mañana uno de Guadianes porque no me ha dado tiempo a terminarlo. Espero que me disculpéis. He seguido con el trabajo mientras estaba en el barco ^^

Un beso!

- Keiko.

 

-         No lo conozco – soltó de inmediato Zalión.

-         Sí me conoces, admítelo. – dijo Andrew examinando su cuerpo. - Pero, ¿dónde te has metido? Con 18 años, y no sabes cuidarte a ti mismo, qué será de tu futura pareja...

-         ¡No hables de mi futura pareja! – exclamó lanzándose contra él y agarrándolo de la pechera.

-         ¡Za-Zalión! Suéltalo, vamos, déjalo... – dije intentando que lo soltara. Zalión lo soltó y se dirigió a mi habitación enfadado.

-         No te enfades Zali, querido. – dijo con una risa perversa. Él respondió dando un portazo. Yo estaba estupefacto, ¿qué debía hacer?

-         E-Esto... ¿Quieres tomar algo? Tengo agua, refresco...

-         ¿Desde cuándo conoces a Zalión? – me interrumpió.

-         Veamos... Desde hace... Unos sietes meses, más o menos- respondí dudoso.

-         Está bien.

-         ¿Para eso has venido? – pregunté.

-         ¡No! Veamos... ¿Quieres entrar al club de tenis? Yo soy el líder de ese grupo y estamos buscando alumnos del instituto Dearling que quieran apuntarse. Como tú perteneces a ese instituto, he decidido venir a preguntarte.

-         Lo siento Andrew, pero no me gusta el tenis. Es uno de los deportes que menos me gusta, soy un negado, lo siento...

-         No te preocupes... Tenía que intentarlo. – dijo sonriendo. Después de eso hubo un silencio incómodo entre los dos, pero los gritos de Zalión lo rompieron.

-         ¡Iros de aquí, vamos! ¡E-Eh! Tom no muerdas a Sorata, Ukio sal de debajo de la cama... ¡No te acerques a mí, vete fuera Tom! ¡Rayne, saca a los gatos de aquí! ¡Ah, me están mordiendo la mano!

-         E-Esto... Vuelvo en un momento Andrew, si me disculpas... – Subí las escaleras y vi a Zalión subido en mi cama observando a los gatos desde arriba. - ¿Q-Qué haces ahí? ¡Baja! Son unos gatitos nada más. Ya no tienes dos años para tenerles miedo a estos animalitos.

-         ¡Llévatelos! – Yo obedecí y salí de allí. Dejé a los gatos en el suelo y me senté en el sofá.

-         Perdona Andrew, parece un niño con estas tonterías.

-         Ha cambiado desde que yo lo conocí, hace seis años... Era un niño muy tímido y sensible, a penas hablaba con alguien y ahora, está viviendo contigo.

-         N-No, no está viviendo conmigo, solo está descansando un poco aquí.

-         Ah, con que es eso... Todo cambió después de que lo rechazara, aún me sigo sintiendo culpable, yo le tenía cariño, pero no quería nada con él.

-         ¿¡Cómo que le querías!? – expresé sobresaltado.

-         Fue un amor a primera vista. Pero no me apetece de hablar de eso, mejor me voy. Hasta mañana, Rayne.

-         Está bien, a- adiós Andrew, ten cuidado por el camino. – Después de cerrar la puerta me dirigí a mi habitación. Allí estaba sentado en el suelo con su espalda apoyada en la pared y una pierna semiflexionada. – Zalión, ¿te has enamorado alguna vez?

-         ¿A qué viene esa pregunta? Se ha ido el otro ya, ¿verdad?

-         Sí, se ha ido. Es tan solo curiosidad...

-         Sí me he enamorado, pero hace seis años que ya no quiero volver a enamorarme más como lo hice aquella vez.

-         ¿Te enamoraste de un chico?

-         Así es. No pensé que fuera amor, tan solo atracción sexual, pero más tarde me di cuenta de que no era así. Tardé tiempo en quitármelo de la cabeza, Sharmin me ayudó a olvidarme de él, recomponiendo mi carácter. Eso explica por qué antes era tan serio y amargo. Tú has hecho ser una persona más simpática, has recompuesto parte de mí.

-         No tenía ni idea. Lo has pasado muy mal. Tengo una pregunta más, ¿ese chico fue..., Andrew? – En su cara pude notar sorpresa y desconcierto. Me miró con los ojos muy abiertos, no se esperaba esa pregunta.

-         ¿Q-Quien te ha dicho eso?

-         Me contó que te rechazó. Será mejor que no hablemos de esto, Zalión. Esto... M-Mira que puesta de sol más bonita. – dije saliendo a la terraza. Al ver que no me respondía, me giré. Me encontré a Zalión lobo, no al humano. - ¿Cómo te has transformado? Si no podías... – Pasó de largo, saltó del balcón y lo perdí de vista.

 

Intenté encontrarle por las calles, no era difícil de encontrar, ya que el blanco de su pelaje resaltaba mucho en la noche. Busqué y busqué mas no lo encontré.

Eran tan solo las diez de la noche y no había nadie por la calle, hasta que vi a alguien un poco más mayor que yo paseando por una de las avenidas cercanas. Aquel corte de pelo me sonaba, su andar con las manos metidas en los bolsillos me era muy conocido. Le seguía alguien, más mayor aparentemente que el primer chico. Por los gestos los reconocí, Robbie y Zatión. Se pararon a hablar en una de las calles. Quería saludarlos,  pero prefería escuchar lo que decían, tenía la sensación de que estaban hablando de mí.

-         Sabes que siempre estaré a tu lado, apoyaré tus decisiones, pero la que has tomado no me gusta. Vas a salir mal parado... – soltó Robbie de inmediato.

-         No estamos hablando de mí, si no de él.

-         Lo sé, pero tienes que tener en cuenta que tú también existes y que tienes que cuidarte psicológicamente. ¿Por qué no le cuentas todo? Lo ha pasado muy mal, ¡se quería matar! – exclamó Robbie.

-         Sabía que no lo iba a hacer, confiaba en él, nada más. Solo tuve que presentarme allí para decirle unas cuantas cosas...

-         Le curaste Zatión... No fue para decirle unas tonterías... – Hubo un silencio, yo también asimilaba todo lo que estaba escuchando. – Todavía lo quieres..., y mucho. – dijo Robbie cruzándose de brazos.

-         Pero eso ya no importa. – Al oír las palabras de Zatión quise responderle de inmediato, decirle todo lo que pensaba y terminar con todo, pero no lo hice y seguí escuchando.

-         Sí importa, dejará de importar cuando tu hermano ocupe tu lugar en el corazón de Rayne.

-         Si así lo quiere el destino, así será.

-         ¡Tienes que luchar por cambiarlo! – exclamó Robbie alterado.

-         No puedo cambiar algo que ya está decidido por mucho que quiera. – expresó Zatión con seriedad. – Tan solo puedo limitarme a observar.

-         ¿Y no piensas en sus sentimientos? Mira por los dos. Algún día me lo agradecerás. Estoy aquí para corregir tus errores y evitar que los cometas, pero la mejor manera de que los afrontes es tenerlos. Recuerda estas palabras; te quiero negrito. – se despidió de Zatión con un beso en su frente, después desapareció y el pequeño lobo trasformado en humano siguió con su camino.

 

Yo quería ir tras él, pero pensé que sería mejor dejarlo tranquilo, que pensara y tuviera la cabeza ordenada, sin ningún estúpido lío. Pero las ganas de tirarme sobre él aumentaban con forme Zatión se alejaba de mí. Me imaginaba abalanzándome sobre él por detrás, besando su nuca, él sujetándome del trasero mientras me lo apretaba. Como un sueño. Simples fantasías.

Todas se distorsionaron cuando Zalión se paseó por el camino que estaba en frente de mí. Su pelaje blanco relucía por la luz que provenía de las farolas más cercanas. Estaba siguiendo el mismo camino que su hermano, ¿irían al mismo lado? Lo seguí, pero desgraciadamente, Robbie me vio y me hizo parar para hablar.

-         ¡Rayne! ¿Qué haces por aquí a estas horas? – exclamó acercándose a mí.

-         R-Robbie, e-esto... Vengo de casa de un amigo, que vive por aquí cerca... – mentí.

-         Pero tu casa está un poco lejos de aquí, ¿quieres que te acompañe?

-         No, no te preocupes. ¡Puedo ir yo solo! – balbuceé.

-         ¿Estás seguro?

-         ¡Completamente! ¡Y-Ya nos veremos! – dije alejándome de él. Al girar la esquina de esa calle, alguien me cogió, me tapó la boca con la mano y pegó su espalda al edificio que hacía aquella esquina. Estaba nervioso, no sabía quien era hasta que respiré el perfume que llevaba.

-         Quédate callado – susurró. Enseguida pasó Robbie corriendo; no se dio cuenta de nuestra presencia. – No te diste cuenta de que te iba a seguir, ¿verdad?

-         Zalión... Tus heridas...

-         Han desaparecido. Volví a la normalidad. No sé lo que pasó, creo que mi cuerpo respondió solo y me transformé a lobo para curarme. Es como un sistema de autodefensa, funciona solo. Antes no podía curarme porque las heridas me las hizo Sharmin, la misma que me dio mis poderes... Así que si ella no quiere que me cure, simplemente mi cuerpo no lo hace. – me explicó.

-         ¿Cómo te has enterado de todo eso? – curioseé. Esperaba que me contara la verdad, por muy increíble que fuera.

-         Casualmente me he topado con mi hermano, él me lo ha contado todo después de chantajearme un poco

-         ¿Chantajearte? No me puedo creer que vosotros dos hayáis hablado sin mataros mutuamente.

-         Ha sido una conversación muy corta. Me ha preguntado por ti, por tu salud y tu condición psicológica. Le he respondido que estabas bien conmigo.

-         ¿P-Por qué le dijiste eso?

-         ¿Acaso es mentira? Solamente le he dicho la verdad. – respondió burlándose de mí.

-         Cambiando de tema... Es hora de que me vaya a casa, ya te he encontrado así que puedo irme tranquilo al saber que estás bien.

-         C-Como quieras... Si quieres...

-         No hace falta que me acompañes – le interrumpí. – Soy lo bastante adulto como para ir a casa solo. – Él asintió y rió; yo seguí mi camino.

 

Ya duchado y recién cenado regresé a mi habitación. Los gatitos estaban dando vueltas por debajo de mi cama. Al final mi madre me dejó quedármelos. Siempre quiso una mascota para ella. Ahora iba a tener tres gatitos.

Como me gustaba salir a ver las estrellas por la noche, decidí hechar un vistazo, se respiraba aire puro y tranquilidad hasta que alguien rompió el silencio.

-         Bonita noche, ¿no es así? – preguntó una voz desde el tejado. Y esa voz era música para mis oídos. Un sonido grave pero dulce. Una voz que más que quererla, la amaba. Siempre me daba tranquilidad cada vez que la escuchaba.

Notas finales:

Espero que este capítulo no sea tan aburrido como el anterior, lo siento de verdad -.-'

¡No os olvidéis del review!

Un beso :D

- Keiko.


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