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Zatión y Zalión. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Si no os acordáis de que iba el anterior, os aconsejo que os lo volváis a leer para evitar confusiones :)

-         Esa voz.... ¡Z-Zatión! ¿Qué estás haciendo aquí?

-         Pensaba que estabas durmiendo... He venido a verte. – soltó.

-         Es que..., acaso, ¿vienes a verme todas las noches? – pregunté.

-         Puede que sí y puede que no. – Bajó del tejado. Yo me quedé observándolo, estaba esperando un ‘sí’ rotundo, no aquella respuesta que había dicho. - ¿Rayne? ¿Hola, estás por ahí o estás vagando por las nubes?

-         ¡P-Perdona! Estaba pensando que llevaba mucho tiempo sin tenerte tan cerca... Puedo oír hasta tu respiración... Todavía tengo este sentimiento, tan cálido cuando estás cerca...

-         Como me alegra oír eso. – dijo abrazándome con todas sus ganas.

-         Z-Zatión... – murmuré. En ese momento mi corazón comenzó a latir muy fuerte. Mi cara enrojeció. Aparté a Zatión de un empujón y yo retrocedí. La cara que tenía él en ese momento de desconcierto no puedo expresarlo con palabras, pero enseguida cambió a un rostro de aceptación, como si comprendiera la situación. – Pensaba que te había olvidado, que todo lo que tenía que ver contigo ya era pasado, pero con tan solo tocarme todo ha vuelto a lo que solía ser, no he avanzado ni siquiera un paso.  

-         Ya veo, querías olvidarme... Perdona mi intromisión, ya no volveré a pasar por aquí, no quiero que lo malos recuerdos vengan a ti. – murmuró acariciando mi cara. – Nunca conseguiré olvidarte, pequeño. – Se dio la vuelta, con intención de irse de mi lado pero me aferré a su cintura.

-         No he dicho que esté arrepentido de no haber podido olvidarte. – añadí. – Perdí la confianza en ti el día que me dejaste para irte con Sharmin. – Él se agachó y levantó mi cabeza.

-         Me fui con ella porque quería destruirla desde dentro, quería hacerme amigo suyo y luego clavársela por detrás. Pero el tiempo se pasó volando, no creí que fuera a durar tanto, pero mereció la pena. No llegué a matarla por pena pero la dejé muy herida no creo que vuelva a molestarnos. Como quería que la relación que teníamos ella y yo se viera lo más real posible no te quise contar nada. Le hice pagar todo lo que te hizo a ti. – Yo me quedé sin habla, no sabía qué responderle, hasta que se me ocurrió qué preguntarle.

-         ¿Robbie lo sabe? – Él asintió con la cabeza. Hubo un silencio. Se nos había acabado la conversación, ya no sabíamos qué decir. Aunque no siempre necesitábamos palabras para expresar algo.

-         Cuanto te he extrañado... – susurró en mi oído. Sin darme cuenta volvía a estar entre sus brazos. – Por fin puedo... – Iba a besarme, se estaba acercando a mi boca, yo como acto reflejo abrí mi boca para recibirlo. Pero un grito nos interrumpió.

-         ¿¡Qué crees que estás haciendo!? – gritó Zalión, había aparecido de la nada y estaba delante de nosotros. Parecía muy enfadado incluso nos estaba enseñando los dientes.

-         Recuperar lo que es mío – respondió Zatión poniéndome detrás suya.

-         Tú lo abandonaste, yo estuve con él mientras tú lo dejaste tirado sin nadie, y aún así vuelves a por él. ¿¡Cómo puedes tener tanta cara!?

-         ¡Zalión, basta! – exclamé. – Acompáñame. – Me siguió hasta la habitación y cerré el ventanal para que Zatión no nos escuchara.

-         Te volverá a hacer daño, ¿es que no lo ves?

-         ¡Tan solo estaba hablando con él!

-         Te iba a besar, ¿¡te crees que soy estúpido!? – Me puso contra la pared, estaba nervioso, lo noté en su forma de hablar. – Ahora eres mío, ¿por qué sigues hablando con él?

-         Porque quiero saber lo que pasó. Tranquilo, no va a pasar nada, puedes apartar esos celos.

-         ¿Lo dices en serio?

-         Muy en serio. – Después de eso me besó con ternura.

-         Dime que eso que se está pasando por mis pies no son los gatos... – Y sí, si eran los gatos bueno mejor dicho, era Tom. Me agaché y cogí a Tom entre mis brazos.

-         Está bien, te diré que no son los gatos, pero eso es así.

-         Que asco, que asco, que asco, esas bestias me han tocado, aléjalos de mi.

-         No sé donde están Ukio y Sorata, así que lleva cuidado con ellos. Bueno, voy a seguir hablando con él – dije señalando a Zatión que seguía fuera esperando, Zalión se fue a la ducha mirando por donde pisaba por si estaban los gatos.

-         Siento hacerte esperar, no le gusta que hable contigo.

-         Que bonito, que gatito más hermoso. ¿Cómo se llama?

-         Tom, se llama Tom.

-         Admiro a los gatos, siempre quise tener uno. Oh, Rayne, perdona, es que me gustan mucho los gatos.

 

Dejó al gatito en el suelo y se abalanzó sobre mí yo retrocedí pero la barandilla de mi balcón no me dejaron seguir hacia atrás. Pensé que si iba a besarlo tendría que ser lo antes posible antes de que Zalión regresara y nos pillara. Así que en vez de hecharme hacia atrás me incliné y nos besamos con ganas. Lengua hacia la derecha, luego a la izquierda, giros de cabeza, respiración agitada. Si aquello no eran ganas no sabía lo que era, después de haber esperado tanto...

Mordiscos en los labios, noté como Zatión me agarraba más fuerte de la cintura. Yo lo tenía agarrado del cabello. Él paseaba su lengua por mis labios y yo la mordía a veces.

Nunca había disfrutado tanto de un beso, pero Zatión no se podía queda y él lo entendió y se fue. Yo me quedé en el balcón observando como se alejaba. Al rato de que se fuera pasó una niña por debajo de mi balcón llamando a Zatión por su nombre. Esa niña no tendría más de 7 años, ¿conocía al lobo o al humano? Del lobo se habría asustado, así que sería del humano. Vi como Zatión se daba la vuelta, se agachaba para hablar con la niña, le revolvía el pelo como hacía conmigo, y le besaba la frente; no me gustó en absoluto. Después se subió a los hombros a los hombros y se la llevó. ¿Quién era aquella niña? ¿Qué tenía que ver con él? ¿Me estaba poniendo celoso de una niña pequeña?

Me acosté en la cama pensando en la posible relación que podrían tener ellos. Y entre tanto pensamiento me dormí. Al día siguiente Zalión no estaba en mi casa, se habría ido temprano. Solo se quedaba a dormir y venía por las tardes a verme. Era como una rutina. Pero yo no me molestaba en él solo quería saber cosas de la niña.

Tuve que salir al mercado a comprar la comida, ya me lo había dejado por escrito mi madre. En un parque cerca de mi destino estaba la niña jugando en el arenal. Me acerqué y le hablé.

-         Hola pequeña, ¿cuál es tu nombre? – pregunté con amabilidad.

-         No puedo hablar con desconocidos.

-         P-Pero yo no soy un desconocido, soy amigo de Zatión, ¿sabes quien es?

-         ¿Tú eres amigo de Zatión?

-         Sí es muy buen amigo mío. – Más que amigo era mi novio, pero eso no se lo iba a decir a la niña. - ¿Entonces cuál es tu nombre?

-         Me llamo María, ¿cómo te llamas tú?

-         Soy Rayne, encantado. ¿Qué estás construyendo con la arena, María?

-         Estoy haciendo un castillo, donde vive una princesa y el príncipe Zati tiene que venir a rescatarla, por eso el castillo tiene que ser bonito. ¿Me ayudarás?

-         Así que Zatión es un príncipe. Claro que te ayudaré, pero tienes que guiarme. – Le ayudé a terminar el castillo y ya se estaba haciendo tarde. Mientras hacíamos el castillo me contó que sus padres trabajaban durante el día y se quedaba con su abuela. Conoció a Zatión un día que se cayó de un columpio y él la ayudó a levantarse. Desde ese momento, la visita por las noches, pero como anoche estuvo conmigo la niña salió de su casa en busca de él. Y al final lo encontró. Ahora tenía muchas ganas de hablar con Zatión y no dude en buscarlo, pero no fue a quien encontré precisamente.

Notas finales:

¡No os olvidéis del review! :D

 Un beso! 

- Keiko.


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