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Zatión y Zalión. por KeikoHikari

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-         Me has hecho sufrir tanto... – murmuré abrazándome a él.

-         Estamos igualados entonces. Ya no tienes que preocuparte más, estoy aquí y no pienso moverme, a no ser que me digas lo contrario.

-         Eres muy listo. – Cuando iba a besarle, escuché un ruido, parecido al estruendo de cuando algún objeto se cae al suelo. Pero no había sido un objeto...

-         R-Rayne... – murmuró Seine. Había dejado caer unas bolsas repletas de comida.

-         ¡¡Seine!! ¿¡C-Cuándo has llegado!? N-No te he oído entrar... – exclamé alejándome de Zatión.

-         Ya veo que estás ocupado con él... ¿Qué hace él aquí? – preguntó enfadado.

-         ¡No te enfades Seine! Ha venido a preguntar cómo me encontraba y lo dejé entrar. Enfádate conmigo, no lo hagas con él, ha sido culpa mía... Lo siento... – dije arrepentido.

-         Sal fuera de mi casa... – murmuró mirando al suelo con la cabeza agachada.

-         Seine... Yo...

-         ¡Vete! – gritó.

-         Está bien, siento si te ha molestado algo, no era mi intención. Ya me voy... – dije cerrando la puerta al salir. Zatión me siguió.

-         ¿Estás bien, Rayne? – preguntó Zatión levantándome la cabeza.

-         Ha sido todo culpa mía, por eso me ha gritado, he sido un idiota, no debí de ir a su casa y ahora....

-         No pienses más en él – interrumpió. – No es culpa tuya, hiciste lo mejor, ya se le pasará el enfado.

-         Intentaré no darle más vueltas... ¡Oh, no! ¡Tom, él sigue en el piso de Seine! Tengo que volver a por él, ¡espérame aquí!

-         ¡Rayne! – oí gritar a Zatión. No giré mi cabeza para verle, tenía por seguro que iba a volver con él. Cuando me encontraba delante de la puerta de su piso, dispuesto a traquear, mi cuerpo comenzó a temblar. Tenía miedo, por si me volvía a gritar, por si no querría volver a verme... Antes de que yo tocara, él abrió la puerta, por la bolsa de basura que llevaba en la mano deduje que se dirigía al contenedor.

-         Rayne... – musitó. Miró a mi alrededor, estaba buscando a Zatión con la mirada.

-         No te preocupes, he venido solo, Zatión no está aquí.

-         A-Ah... Esto...

-         H-He venido a por el gato...

-         ¿Gato? – preguntó desconcertado.

-         Sí, observa. Tom pequeño, ven aquí, volvamos a casa. ¿Tom? ¿Dónde estás? ¿Tom? – De repente apareció, salía de la cocina.

-         ¿De dónde ha salido ese gato?

-         Siento las molestias, ya me voy. Gracias por todo Seine. – Cuando me iba dar la vuelta me agarró de brazo.

-         Rayne, ¿de verdad te vas a quedar con él?

-         Seine... Yo...

-         ¿¡Es que no significó nada el hecho de que nos acostáramos!?

-         Estaba borracho Seine... Entiéndelo, no recuerdo lo que pasó ni cómo pasó. – Me abrazó con las lágrimas en los ojos, apunto de brotar.

-         Yo... No quiero que estés con él... Hecho de menos nuestros momentos juntos, esos en los que éramos únicamente tú y yo. Esos recuerdos son los mejores y se están perdiendo, ¡no quiero que se borren! ¿No lo entiendes?

-         Pues claro que lo entiendo... Yo tomé una decisión, y esa es Zatión. Lo siento mucho Seine, si yo hubiera sabido esto antes, nunca habría venido aquí, estoy realmente arrepentido. – En ese momento me soltó de entre sus brazos.

-         Debería de haberme expresado antes, todo es culpa mía... Es duro ver cómo te vas detrás de otro, después de haber estado siete años enamorado de ti. Rayne, espero que él cuide mucho de ti. – dijo dándome un beso en la frente.

-         Te quiero Seine... ¡Oh, n-no era lo que quería decir, yo...! – Él rió y su risa me interrumpió.

-         No te preocupes, estoy acostumbrado a eso. – respondió revolviéndome el pelo. Después de despedirme de él y coger a Tom, salí del edificio, fuera estaba Zatión esperándome, con la sorpresa de que estaba María con él.

-         Hola de nuevo Rayne. – dijo Zatión sonriendo y acariciando a Tom. – Veo que todo ha ido bien.

-         S-Sí, estupendamente, creo que Tom no ha dado problemas mientras no estaba. Por cierto, hola María, ¿cómo estás?

-         ¡Hola! Estaba buscando a Zatión y lo he encontrado. – respondió abrazándole.

-         Vaya, veo que te gusta mucho Zatión.

-         ¡Zatión ven a mi casa! – exclamó de repente la niña.

-         Y-Yo...

-         Ve Zatión, no te preocupes, tengo que ir hablar con mi madre, ven a casa cuando puedas. – solté. María tiró de su brazo y lo alejó de mí antes de que pudiera siquiera decir algo.

Yo me dirigí a casa, informé a mi madre sobre todo lo que había hecho esos días que había estado fuera, me hizo la comida y comí tranquilamente, al igual que Tom y sus  hermanos.

-         Rayne... – interrumpió mi madre. - ¿Y tu amigo? ¿Ya no viene?

-         Pues, verás, está saliendo con una chica, por eso es posible que lo veamos menos de aquí en adelante. – respondí. Obviamente me refería a María.

-         ¿En serio? ¡A ver cuando te hechas tú una novia! El amor puede ser lo más bonito y lo más triste a la vez, Rayne. Por eso tienes que aprovechar estos años, que no te lo tomas en serio.

-         Lo sé mamá....- Pero me gustan los chicos.

 

Después de comer, salí a dar una vuelta por la calle. Estuve tumbado en la hierba del parque más cercano a mi casa, sin parar de darle vueltas a mi cabeza, lo que estaría haciendo Zatión con María, que hubiera pasado si habría estado a mi lado en aquel momento o si se hubiera negado a ir con María. Comprendí que la única forma de dejar de preocuparme por esas cuestiones, era estando ocupado. Decidí ir a visitar a Robbie, quería contarle sobre la salud y mejoramiento de Zatión.

Al adentrarme en el bosque, me di cuenta de que llevaba tiempo sin entrar allí. Las ramas de los árboles habían crecido al igual que el musgo de las rocas que bordeaban el camino hacia la casa de Robbie. Una vez allí, lo escuché hablar, no estaba solo. Me acerqué a su casa para poder escuchar bien la conversación.

-         ... ¡Ya te dije que nos dejaras tranquilos! Casi lo matas... – gritó Robbie, parecía enfadado.

-         Sabes perfectamente que no lo iba a matar, y que puede curarse él solo. – respondió una chica. La voz era muy conocida, me asomé para comprobarlo y afirmé que era ella, Sharmin. ¿Otra vez estaba ella por aquí?

-         ¡Le diste un gran susto a Rayne! Estuvo llorando por mucho tiempo, si no hubiera sido por tu advertencia de que me paseara por la casa del amigo de Rayne porque iba a ocurrir algo grave. – Así que no había sido casualidad...

-         Ese era mi objetivo, le haré pasar el daño que yo pasé. – dijo Sharmin.

-         Él no tiene nada que ver en esto... – replicó Robbie.

-         Me quitó a mis pequeños, ¡puso en mi contra a Zalión, quien me ha estado sirviendo por años y que en cuestión de segundos lo apartó de mí, y aun encima lo puso en mi contra! – exclamó Sharmin. Estaba harto de escuchar cosas malas de mí, así que retrocedí pero tropecé y caí al suelo. No me dio tiempo a huir, por tanto, me pillaron.

Notas finales:

¡Review tenéis que dejar sí o sí!


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