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Desde el principio por Cucuxumusu

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El rubio se mordió el labio inferior y lo apretó fuertemente intentando contener cualquier movimiento de su cuerpo o sonido que pudiese producir. Tapado por las gruesas mantas permaneció totalmente inmóvil fingiendo que dormía y que no se enteraba de absolutamente nada de lo que pasaba en la habitación.


 


A su espalda en la enorme cama Law gemía sonoramente dándose placer. No sabía si gemía tan alto para que él se enterase o si simplemente era así siempre en la cama, pero realmente aquellos sugerentes y necesitados sonidos no le estaban haciendo ningún bien a su persona. Llevaban así dos semanas, más de lo que jamás había pensado que aguantaría. Se despertaba aturdido y cansado a las tantas de la madrugada para encontrarse justo a su espalda, la escena más caliente y excitante que jamás habría imaginado.


 


Law masturbándose era algo que debería estar prohibido. Era demasiado erótico, demasiado tentador y totalmente intoxicarte para el poco autocontrol que tenía el rubio. Con sus normalmente vacíos ojos llenos ahora con aquel oscuro placer y necesidad brillando mágicamente, con sus boca entreabierta, y los labios rojos y húmedos de relamérselos, como si estuviese ansioso por un beso contra su boca. Y luego estaban aquellos sonoros pero ligeramente tímidos gemidos que escapaban de sus labios y que le mandaban escalofríos por su columna, directamente a su entrepierna. Parecía que Law lo estuviese haciendo aposta, gritando a su espalda, provocándole y supuestamente desagradándole, para conseguir la endemoniada habitación, pero aun así, ligeramente avergonzado por el espectáculo que estaba montando.


 


—Ah...ah—


 


Dios. Aquello no era justo. Law llevaba una hora entera haciendo aquello a su espalda y Doflamingo podía sentir perfectamente la caliente y mojada espalda del otro contra la suya, podía sentir los precisos movimientos del otro sobre su necesidad a través del colchón que crujía y se balanceaba con cada movimiento del otro, o como las caderas del menor coreaban su mano cada vez más frenéticamente pidiendo por más contacto.


 


—aah...no...nng...por favor...ah...voy a....AAAH—


 


No sabía en lo que el menor estaría pensando, pero la forma en que parecía estarse perdiendo en su fantasía realmente le estaba poniendo los pelos de punta. Aquella forma de rogar, aquella forma de pedir el ansiado final a su amante con aquella voz totalmente suplicante y con el ligero llanto en su voz...


 


El propio Doflamingo quería llorar. Su entrepierna palpitaba más dura de lo que jamás había estado. A punto de estallar entre sus pantalones sin que él pudiese hacer nada más que esperar a que el otro terminase rápido, saliese de la habitación y se quedase solo, para que entonces pudiese dedicarse a satisfacerse como el otro había hecho momentos antes.


 


Sabía que las duchas frías no funcionarían con el monstruo que tenia entre las piernas. Ya lo había intentado a lo largo de otros días y sabia que lo único que funcionaria seria imaginarse al otro gimiendo bajo suyo con aquel pedazo palpitante de carne enterrado hasta la garganta, o torturándole el trasero hasta que no pudiese ni recordar su nombre.


 


—aah...AAH...noo—la voz del menor se alzó en los últimos momentos hasta casi convertirse en un grito desesperado y Doflamingo suspiró ligeramente aliviado por el final de la tortura, pero sin perderse detalle de cada cosa que hacia el otro. Más atento de lo que jamás había estado en su vida.


 


—nnng...nooo...nnngaaah....Noo— seguía el otro— Doffla...no más...—


 


Y Doflamingo abrió los ojos de golpe como si le hubiesen dado una patada en los huevos.


 


Todo su cuerpo tembló suavemente alcanzando de repente el anhelado orgasmo y su miembro palpito tan...oh dios, tan placenteramente que casi quiso gritar. Tensó su cuerpo y cerró los ojos con fuerza frunciendo el ceño molesto. Se negaba a acabar así, simplemente por escuchar su nombre saliendo entre suspiros de los labios del otro en semejante situación.


 


Sobre todo en semejante situación.


 


Bajando su mano ya sin preocuparse por que el otro se diese cuenta de que estaba despierto o no, agarro su propia erección y apretó furioso la base negándose el último momento y la anhelada liberación. Torturándose a sí mismo. Sintiendo su miembro totalmente sensible y dolorido mientras intentaba contener la sensación tensando los músculos del abdomen y muslos fuertemente, y aguantando la tensión que comenzaba a formarse dolorosamente.


 


A su espalda los gemidos habían cesado, como si Law se hubiese asustado al verle moverse y hubiese roto el encantamiento, como si no hubiese esperado aquello. O como si se hubiese dado cuenta de lo que acababa de decir y de que el rubio le había escuchado.


 


Girándose de golpe una vez hubo controlado su cuerpo, el rubio encaró al chico que le dedicaba una mirada de total pánico. Aun deliciosamente desnudo y con sus manos rodeando su sonrosada erección. Law retrocedió temeroso y Doflamingo le cazó rápidamente sin darle tiempo de huir. Luego pasando un brazo alrededor de los hombros del otro, apretó sus cuerpos juntos cómo si intentase exprimirlos.


 


Sus erecciones se rozaron juntas en un ardiente toque, aun atrapadas cada una en las manos de sus respectivos dueños, y ambos gimieron profundamente con tono de anhelo.


 


Law temblaba bajo los brazos del mayor totalmente tenso y con los ojos aun desorbitados sin atreverse a mirarle a la cara. Como si lo que acabase de decir no fuese realmente algo que hubiese querido decir y se avergonzase totalmente de haberlo dicho o siquiera pensarlo. Como si acabase de darse cuenta de lo que significaba.


 


Tan adorable.


 


—Esto no tiene que significar nada—murmuró el rubio hundiendo su nariz en el oscuro y suave pelo del otro y aspirando su aroma—tú tienes una erección, yo tengo una erección, que nos ayudemos mutuamente no tiene porque significar nada— le intentó tranquilizar el mayor evitando el tema.


 


Law asintió aun temblando, sin moverse ni siquiera un ápice y Doflamingo no perdió ni un momento. Apretando la mano que envolvía su propio miembro lo movió ligeramente haciendo que la sensible punta se rozase casi imperceptiblemente contra la punta del de Law. Ambos gimieron sonoramente de nuevo y se apretaron más el uno contra el otro sin darse ni cuenta. Law apoyando su frente firmemente contra el pecho del otro y Doflamingo comprimiendo su abrazo asfixiantemente.


 


Dios, ambos estaban tan calientes, tan necesitados, que aquello era más una tortura que un real alivio. Necesitaban más, más contacto, más fricción y velocidad, más calor, más piel. Avanzando ligeramente sus caderas colocó su miembro al lado de el del chico y entrelazo sus dedos con los de Law, haciendo que al final ambas manos rodeasen ambas erecciones.


 


Paró durante un momento sin hacer nada, simplemente con la respiración acelerada al igual que la de Law, sabiendo lo que venía a continuación y disfrutando del pequeño momento de quietud antes de la tormenta. Se deleitó con el suave tacto  del miembro del otro bajo sus yemas totalmente a su merced, y de la mano del otro rodando a la vez la suya tímidamente. Ambos totalmente juntos, palpitantes y calientes contra el otro.


 


Doflamingo se movió, subiendo y bajando la mano a lo largo de ambas longitudes y arrastrando a la vez la mano del otro que prolongo la caricia. Gimieron.


 


Y el encantamiento se rompió.


 


Frenéticamente comenzaron a envestir el uno contra la mano del otro famélicos por más contacto. Casi como animales en celo.


 


Doflamingo introdujo entonces una pierna entre las del menor abriéndole sin brusquedad, queriendo sentir el calor y necesidad del menor contra él egoístamente. El moreno comenzó al instante a montarla desesperado, restregándose contra aquella dura firmeza entre sus piernas una y otra y otra vez, moviendo sus caderas con movimientos firmes y lánguidos, y haciendo que el contacto entre sus atrapados miembros y su ardiente piel fuese casi total. Doflamingo extasiado con aquel oscuro baile le apretó a su vez rápidamente los testículos, queriendo verle deshacerse entre sus brazos presa del placer que le estaba dando, quería verle suyo, rendido y suplicante.


 


El gemido que arrancó del menor con aquel movimiento se quedó grabado en su memoria para volver a hacérselo repetir la próxima vez. Y la siguiente y la siguiente. Por que no pensaba parar.


 


—Ah...espera...no...ah—Law se apretaba contra su cuerpo temblando adorablemente e intentando seguir el frenético ritmo de su mano a duras penas, mientras, sus caderas coreaban sus propias envestidas. Chocando contra su mano cada vez que volvía a acercársele mínimamente, rozándose contra su pierna ávidamente en búsqueda de placer.


 


Doflamingo también estaba al borde del abismo. Unas pocas envestidas más y seguramente acabase sobre el otro. Ambos miembros bajo su agarre palpitaban ansiosos en el tramo final de aquella maratón.


 


Moviendo el brazo con el que rodeaba a Law lo subió hasta la nuca del chico hundiendo los dedos en su corto y oscuro pelo, y luego tiró de él hasta que el menor alzo la cabeza. Con la mente comenzando a alejársele hacia el orgasmo, busco a tientas los preciosos labios del otro. Esos con los que llevaba dos malditos años soñado, aquellos que habían sido su perdición desde el mismo momento en el que los había tocado, aquellos labios que ahora volvían a estar a escasos centímetros de los suyos totalmente preparados y expuestos para él.


 


Los rozó casi con reverencia, recreándose en la sensación pero perdiéndola levemente en el orgasmo que ya comenzaba a recorrer su cuerpo. Y entonces Law se tensó en su agarre y giró la cabeza esquivando sus labios velozmente. Huyendo de él y su contacto.


 


Doflamingo cerró los ojos intentando controlarse y se enfocó simplemente en apretar sus doloridas erecciones en el último momento. Law gimió fuertemente en lo que sonó más como un pequeño grito, y volvió a hundir su cabeza en su pecho mientras la mano del rubio se mojaba con algo caliente. Pero aun así no paró y siguió bombeando ambas erecciones queriendo obtener egoístamente todo lo que el menor podía ofrecerle. Law se revolvió bajo su agarre arqueándose contra su cuerpo y soltando un pequeño sollozo de placer.


 


—Dofla..aah...go—un suplica, un pequeño susurro contra su pecho, para que le dejase en paz y no le torturase más.


 


Y Doflamingo sintió la conocida tensión estallar en su estomago y subir por su columna hasta explotar en su cabeza. Sintió su propio semen golpear su mano y apretó fuertemente el aun tenso cuerpo del menor contra el suyo. Posesivo. Pero ligeramente insatisfecho.


 


Ambos jadeaban pesadamente en la blanca habitación donde comenzaba a amanecer y fue entonces cuando Doflamingo se dio cuenta de que casi estaba cubriendo el cuerpo del otro con el suyo propio, aplastándole, clavándole en la cama como si buscase más, asique aun ligeramente entumecido, se apartó hacia su lado de la cama con un placentero suspiro.


 


Law salió disparado de entre las sabanas y corriendo se encerró en el baño sin dedicarle siquiera una mirada.


 


El rubio parpadeo aturdido por aquello y luego suspiró completamente de mal humor.


 


Se había percatado de la forma en que el cuerpo del otro se tensaba cuando le tocaba, o de cómo había rechazado el beso casi con pánico. Law todavía no quería aquello. No había rechazado directamente su ayuda con el problema entre sus piernas, eso estaba claro, había sido más bien al contrario, había comenzado también a explorar dudoso el cuerpo del rubio con sus temblorosas manos mientras él atendía con gusto sus erecciones. Solo unos roces, una tímida caricia contra sus abdominales o su cadera, como si aun no se pudiese creer lo que estaba pasando o que pudiese tocarle, pero demasiado temerosa para su gusto.


 


Law estaba aterrorizado por aquello.


 


No porque no quisiese el contacto. No porque temiese que el rubio le violase dolorosamente hasta que no pudiese ni andar. Era algo más, algo psicológico que el rubio no entendía. Como si temiese que su relación cambiase con aquello...


 


Mierda. Se tenía que haber dado cuenta antes. Doflamingo se odio a sí mismo.


 


Iba a tener que ir muy, muy lento con Law, se había dado cuenta. Que fuese explorando poco a poco todo aquello, que le aceptase, que fuese perdiendo el miedo a su relación.


 


Porque era una relación.


 


Doflamingo había tomado la decisión. Le daba igual si el moreno lo quería o no, o si estaba bien o no. El quería a Law y iba a hacer lo imposible porque Law también le quisiese a él de aquella manera. Law era suyo y no había marcha atrás, no iba a dejar que nadie se lo quitase. Nunca.


 


Cansado se levanto de la cama y ignorando el liquido blanquecino que corría por sus piernas, se vistió con lo primero que pilló y salió de la habitación.


 


.


.


.


Una vez que empezaron con aquello ninguno de los dos pudo parar. Todas las mañanas se repetía aquella escena, alguno se levantaba con un problema entre las piernas y automáticamente busca al otro en la cama ansioso.


 


Sin besos y sin palabras empalagosas, simplemente duro y placentero sexo. Doflamingo intentaba avanzar un poco más cada mañana, una suave caricia en sitios comprometidos, un roce de labios por accidente, una postura que les permitía mirarse a los ojos cuando alcanzaban el final...pero nada más.


 


No quería asustar al otro, no quería que le negase cada pequeño avance, asique en cambio se contenía y dejaba que fuese el otro el que fuese avanzando, el que buscase ansioso su piel, su agarre, o simplemente sus besos. La cosa iba lenta y el menor dudaba de cada cosa que hacía, como si no se atreviese del todo a tocarle y tuviese miedo de lo que el mayor fuera a decir. El mayor simplemente le alentaba con satisfechos gemidos y le animaba a aumentar cada pequeño contacto.


 


Pero la cosa seguía sin avanzar en lo más mínimo, solo unas insatisfactorias pajas y toqueteos. Doflamingo quería más, quería sentirle completamente suyo, sin vergüenza ni sin temor, simplemente disfrutando de lo que sea que le hiciese.


 


Suspirando volvió a lanzar un dardo contra la diana que había mandado colgar hacia unos días como nueva forma de entretenimiento en aquel desolado lugar. El dardo surcó el aire en una trayectoria perfecta y se clavó a unos pocos milímetros del centro.


 


Law a su lado sentado en el suelo leía una serie de informes que parecían médicos, con cara de absoluta concentración. Doflamingo tumbado cuan largo era en el sofá, volvió a enfocarse en la diana aburrido, dispuesto a lanzar el segundo dardo e interrumpir el silencio que reinaba en la sala, solo interrumpido por el crepitar del fuego y sus certeros dardos. No hablaban. Absolutamente nada. Como si el mero hecho de hacerlo pudiese romper el encantamiento y la extraña rutina que tenían. Y aquello le desesperaba.


 


Zhuum. El segundo dardo se clavó en la diana rozando al primero de un golpe seco.


 


Observó de nuevo a Law mordisquear un lápiz con aire concentrado y fruncir el ceño molesto por algo. Estaba tan jodidamente sexy cuando volvía de trabajar. Con aquel ajustado pantalón vaquero delineando sus piernas perfectamente, pero lo suficientemente holgado para ser fáciles de sacar si se necesitaba. Con la ligera sudadera debajo de la cual sabía que no llevaba absolutamente nada más que aquella todavía prohibida piel, y con aquella bata blanca que le daba un aire inteligente pero pícaro, completando el sublime conjunto. Sip, realmente estaba de miedo cuando volvía de trabajar.


 


Pero lo mejor de aquello eran aquellas oscuras gafas que se ponía Law para leer y que caían descuidadamente sobre su nariz. Juraba que su miembro se había alzado en toda su gloria en meros segundos la primera vez que le había visto con ellas.


 


Adoraba aquel conjunto de ropa, pero a la vez lo odiaba, ya que pensaba que en el pueblo todo el mundo iría detrás del culo del menor al verle así. Pero lo que el mayor no sabía era que un medico que llevase tatuado la palabra “muerte” en los nudillos o portase un espada kilométrica junto con pircings y tatuajes, disuadía a muchos de acercarse por muy bueno que estuviese.


 


Aun así Doflamingo seguía disfrutando de aquel atuendo.


 


Preparó el tercer y último dardo. Se concentró ligeramente y el trasto voló el aire veloz fallando en la diana por un buen trecho. Doflamingo tragó saliva.


 


Law había empezado a relamer el lápiz distraído, pasando su rosada lengua por la parte de atrás mientras sus ojos grises con aire cansado pero concentrados, seguían fijos sobre el informe. Law jugó con el lápiz entre sus labios introduciéndolo un poco más en su boca y volviendo a mordisquear la punta sin dejar de lamerlo.


 


Doflamingo jadeo totalmente excitado sin que el otro hubiese hecho nada. Por lo menos a propósito.


 


Vale se acabó.


 


Ya había aguantado suficiente, ya le había dado a Law suficiente tiempo para adaptarse a la situación y darse cuenta de por dónde iban los tiros en todo aquello. Si tenía vergüenza que se jodiese, si no le convencía, que lo hubiese pensado antes. Doflamingo no podía más.


 


Levantándose se acercó al menor que estaba tranquilamente sentado en el suelo enfrente de la baja mesa y se detuvo a su lado. Law levantó la cabeza para mirarle curioso por su movimiento y trago saliva al leer su lenguaje corporal. El rubio estaba molesto por algo. Y cuando el rubio se cabreaba rodaban cabezas.


 


—Sígueme—y era una orden no una sugerencia.


 


Con cara de sorpresa y ligeramente alarmado Law se levantó dejando todo en la mesa y le siguió rápidamente mientras Doflamingo salía disparado hacia la habitación ¿Qué narices pasaba para que otro estuviese así?¿Por qué le hablaba después de semanas sin hacerlo?. Pero al darse cuenta de a dónde se dirigían, los pasos de Law comenzaron a hacerse más lentos, como si estuviese empezando a intuir lo que pretendía pero sin estar del todo seguro. Doflamingo no le dejo huir. Sin mirarle le agarró del brazo y tiró de él hasta llegar a la habitación.


 


Estaban absolutamente solos en el edificio habiendo todo los demás salido de fiesta para celebrar el cumpleaños de alguien. Y habiendo invadido la taberna del pueblo sabía que no volvería ninguno de sus hombres hasta la tarde del día siguiente. Como mínimo. Asique el otro podía gritar cuanto quisiese que no le iban a escuchar.


 


Entró en la habitación y sin preocuparse de que la puerta estuviese del todo cerrada, tiró al otro sobre la enorme cama, a lo que el menor le dedico una mirada de puro cabreo. Lo ignoró y antes de que el otro pudiese quejarse trepó por el colchón irguiéndose imponente sobre el menor y mirándole totalmente dominante. Vio complacido como el chico le miraba sorprendido tragando saliva duramente. Se quedo así durante un momento. Serio. Dejándole a Law darse cuenta de lo que iba a pasar y que no podría hacer nada para evitarlo. Que se sintiese atrapado completamente entre el colchón y su cuerpo suspendido a cuatro patas sobre él.


 


—Se acabó Law—susurró y su voz sonó tan oscura y segura que le sorprendió a sí mismo—se me ha acabado la paciencia—


 


Law abrió los ojos asustado y Doflamingo observó con placer como las oscuras pupilas del menor se dilataban tragándose aquellos mares grises de metal. Su cuerpo volvió a temblar impaciente ante la escena que tenia debajo.


 


Los labios del moreno se partieron ligeramente como si fuese a decir algo, invitándole inconscientemente a lamerlos y comerlos hasta dejarlos rojos y suplicantes por clemencia. Estaban tan preparados para él. Sin que nadie los hubiese probado en aquellos largos años, esperando a que el rubio volviese a reclamarlos como suyos. Estaban tan cerca de nuevo, tan jodidamente jugosos y suaves bajo su ansiosa vista, que simplemente dejo de pelear con su cerebro y se dejó caer uniéndolos, por fin.


 


 

Notas finales:

Lamento el retraso de las ultimas semanas y haberos dejado en ascuas, pero en serio, no podia escribir con el agobio que tenia encima.

Bueeenoooo llegamos a la parte interesante del fic y lo que estais deseando ¬¬ (ejem*salidos*ejem) 

¿Que os ha parecido el "lemon" de este cap? ¿Como creeis que reaccionara Law a la dominacion del otro con lo orgulloso que es?

Dejenme reviews y lo descubriraan~  xq ando un poquillo decepcionada con los pocos que medejasteis en el ultimo cap, si no os gusta como se esta desarrollando decirlo y intentare mejorarlo o cambiar el enfoque del cap. T^T

Bueno venga, hasta el proximo wapos, y gracias de todas formas por los que comentais.

Chauus~


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