Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Desde el principio por Cucuxumusu

[Reviews - 193]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Weno muchisiiimas gracias por lo reviews wap@s.

Aqui os dejo otro cap, espero que os guste.

 

 

Se encontraban los tres en el ”salón” del barco, si es que a esa habitación abarrotada de muebles se le podía llamar salón. Había mas sillas y sofás allí metidas que tripulantes en el maldito barco, los cuadros de las paredes estaban tan pintados que los dibujos originales eran prácticamente irreconocibles y la, en su tiempo, imponente alfombre donde se encontraban sentados Vergo y Law, era ahora de un color entre verde y marrón mugriento.



Simplemente asqueroso.

 

Girándose totalmente hundido en uno de los sofás, intentó alcanzar una de las botellas desparramadas por el suelo donde había creído ver que quedaba algo de alcohol.


—Verigo— murmuro Law en su decimo octavo intento de pronunciar bien la palabra.

—Vergo-san— le corrigió vocalizando con paciencia el moreno, añadiendo el sufijo.


Doflamingo simplemente les miro cansado. Llevaban cinco días de viaje y sus hombres y él mismo se aburrían inmensamente, asique Vergo había decidido enseñar a hablar de una vez al pequeño Law de dos años.



Y es que desde que el menor había pronunciado su nombre por primera vez, no había parado de hablar y pululaba por su barco repitiendo todo cuanto escuchaba, pero sin poder formar todavía una frase decente.

 

 —Verrrgo— susurro otra vez Law haciendo una mueca con su cara intentando pronunciar la extraña letra.

 

Otro de sus hombres paso por el lugar con otra pesada caja en sus manos y miró a la pareja entretenido.

 

—Jaja, parece usted su mama Vergo-san— comento divertido.



—Cállate— siseo el moreno con una mirada asesina. El hombre desapareció de la habitación al instante.

 

Pero Law sentado en el regazo de Vergo simplemente se quedo mirando por donde el hombre se había ido.

—Mama—pronuncio para sí mismo, luego al ver que era una palabra fácil y no le costaba pronunciarla sonrió. Entonces miro a Vergo que le tenía suavemente cogido en brazos con una gran sonrisa en su cara. El mayor también le devolvió la mirada preguntándose que se le estaba pasando al menor por la cabeza.

 

 —Mami— le llamó Law dándole un suave golpe en el pecho al hombre con sus manitas.

 

El silencio inundo la habitación durante un buen minuto.



Luego Vergo empalideció.



Doflamingo por su parte comenzó a partirse el culo de risa al instante cayéndose del sofá y agarrándose la tripa entre espasmos histericos. La botella en su mano rodó por el suelo hasta desaparecer bajo una de las sillas.

 

 —No, no, Vergo-san— intento volver a corregirle el moreno en estado de pánico agudo sacudiendo ligeramente al niño, pero Law solo sonreía divertido.



 —Mami, mami— canturreaba feliz totalmente convencido de que aquel era un mejor nombre.



 —Jajajajaja— reía aun mas fuerte el rubio mientras las lagrimas caían por su cara. No podía respirar, dios, necesitaba aire.



 —Esto no tiene gracia señor—le recriminó Vergo aun con cara de desesperación.



 —Lo siento, lo siento—murmuró intentando contenerse, pero todavía soltando alguna risilla por lo bajo— es que ha sido demasiado patético—



—Patético— repitió Law por lo bajo. Aquella también era fácil. Luego miró al moreno que parecía estar enfadado todavía por lo que había dicho antes— Verigo patético—dijo esperando que aquella nueva palabra complaciese de una vez al moreno y le dejase irse a jugar.

 

—Pffff…jajajaja—Doflamingo volvió a estallar en carcajadas retorciéndose por el suelo. Dios le dolía demasiado la tripa y otra vez se estaba quedando sin aire, aquello iba a acabar matándolo.

 

Vergo, por su parte se había puesto rojo, no sabía si de rabia o de vergüenza asique dejando a Law en el suelo, salió de la habitación murmurando algo entre dientes y dando un fuerte portazo.

Doflamingo intentó recomponerse y tomar aire en sus pulmones o aquello iba a acabar mal. Se sentó con las piernas cruzadas sobre la mugrienta alfombra, frotándose las lagrimas de risa.

 

Law se acercó a él con cara de preocupación.


  —¿Mami enfadado?— le preguntó inocentemente.

 

Otra carcajada divertida nació en el estomago del rubio, pero la contuvo antes de que saliese. Dios, hacia demasiado que no se reía tanto. Luego tomo a Law en brazos y lo sentó entre sus piernas, el menor seguía mirándole con sus ojos grises fijos en él en búsqueda de una explicación.

 —Solo un poco— le contestó revolviéndole el pelo cariñosamente—pero si te disculpas te perdonara—le aseguró


Law le miró procesando las palabras serio y cuando las entendió le dedico una sonrisa feliz. Luego se levanto de su regazo y se dirigió a la puerta  para perseguir a Vergo. Intentaba andar torpemente, pero fracasaba tristemente al no poder mantener el equilibrio durante más de dos segundos, asique finalmente acabó gateando como siempre hacia.


Tal vez debería enseñarle a andar, pensó aburrido Doflamingo mirando al enano.


De repente Law se volvió desde la puerta a la que había llegado, como acordándose de algo sumamente importante. Luego sonriéndole desde la otra punta de la habitación, con una sonrisa que se parecía sospechosamente a una de las suyas, le murmuro:

 

—Gacias papi— y salió de la habitación feliz y contento.

 

Doflamingo se quedo paralizado durante un momento aun incapaz de procesar la información.

 

Luego fue su turno de empalidecer.

 

Ooooh, mierda.

———————————————

Doflamingo se pregunto por decimoctava vez porque estaba haciendo aquello. A sí, no tenía nada más que hacer. Inclinándose un poco más apretó las manitas de Law entre las suyas evitando que se cayese otra vez.

 

—Mieda— maldijo Law intentando dar otro vacilante paso.

 

¿Quien había enseñado al niño a hablar de aquella manera?, pensó horrorizado. Ah, si también había sido él. El niño le imitaba en todo lo que hacía y realmente no es que el rubio tuviese un buen vocabulario. Tal vez como decía Vergo era una mala influencia para el chaval.

 

Suspiro.

 

 Bueno, qué más daba, ya era demasiado tarde como para arreglarlo.

 

—Joded— volvió a maldecir Law al volver a tropezarse con sus propios pies.

 

Doflamingo simplemente le miro aburrido. Estaba enseñando a  andar al enano a falta de otra fuente de diversión. Llevaban toda la mañana recorriendo de arriba a abajo el pasillo más largo de su barco, pero parecía que aquello iba a ser eterno.

 

—Tranquilo enano, que no hay prisa— susurró sarcástico— ¿Qué te he dicho de la espalda?—

 

—Ya lo ze—protesto Law, enderezándose— y no zoy un enano, viejo— contraatacó.

 

A Doflamingo le empezó a aparecer un tic nervioso en el ojo. Desde que Law había aprendido mínimamente a hablar, su único entretenimiento parecía ser sacar de quicio a la tripulación con dos simples palabras.

 

 La verdad, no sabía como el chaval seguía vivo y no había intentado ya alguien asesinarlo por bocazas.

 

—¿A sí que no eres un enano?—se burlo de él, recalcando la última palabra.

 

—No— respondió Law fulminándole con la mirada.

 

—Entonces supongo que como un niño mayor podrás caminar tu solo ¿Verdad?—comentó sonriendo malévolamente.

 

—Zi— murmuró Law aunque esta vez Doflamingo reconoció con regocijo la duda en su voz.

 

Soltando al chico se alejo de él y se apoyo sobre una de las paredes del oscuro pasillo sin quitarle los ojos de encima.

 

—Pues enséñamelo entonces—

 

Law le miro parado en medio del pasillo sosteniéndose solo sobre sus dos pies por primera vez en su vida. Su cara demostraba un ligero pánico y sorpresa, pero cambio rápidamente a una de enfado y decisión.

 

“Estúpido niño cabezota”, pensó el rubio.

 

Law girándose encaró entonces el final del pasillo y comenzó a andar decidido.

 

Solo consiguió dar cinco pasos antes de caerse aparatosamente.

 

Doflamingo solo le miro serio sin acercarse a ayudarlo, solo mirándole y esperándole pacientemente. Law se sentó en el suelo, en sus ojos grises se acumulaban las lagrimas, pero las contuvo al instante y volvió a levantarse sin rendirse ni reconocer que no podía hacerlo solo.

 

Doflamingo sonrió de lado, aquello estaba siendo divertido.

 

Esta vez cuando Law comenzó a andar lo hizo con cuidado, controlando cada paso que daba, la posición, la fuerza, la duración y antes de que se diese cuenta había llegado al final del pasillo.

 

Sonriendo se volvió al rubio con una de las sonrisas arrogantes y orgullosas que había copiado del rubio.

 

—Vez, no zoy un enano— le dijo desde la otra punta del pasillo.

 

El rubio simplemente le miro devolviéndole la misma sonrisa arrogante y divertida, ¿Cómo podía ser un crio tan orgulloso y toca pelotas?

 

Acercándose al muchacho con dos largos pasos le tomo en brazos y comenzó a revolverle el pelo salvajemente.

 

—Lo que tu digas chaval— Law intentaba apartar sus grandes manos de su pelo ligeramente molesto, pero al estar ente los brazos del otro no le sirvió de mucho— Bueno y ahora que ¿Nos vamos a comer?—

 

Law le miro al principio enfurruñado y con el pelo totalmente hecho un desastre, pero al entender sus palabras sonrió con una de sus inmensas e inocentes sonrisas.

 

—Ziii—chillo feliz envolviendo a duras penas el cuello del rubio con sus bracitos y estrujándole en un fuerte abrazo.

 

Doflamingo entonces se tenso ante el contacto.

 

 Y entonces se dio cuenta.

 

Estaba siendo demasiado blando con el enano y aquello tenía que acabar. No podía encariñarse. Ni siquiera con un niño, ya debería de saberlo, la traición luego dolía demasiado y la venganza aun más.

 

—Law suéltame— siseó bajo.

 

El chico lo hizo al instante, notando el tono peligroso en su voz y intuyendo que si no lo hacía aquello podría salir mal. Doflamingo volvió a dejar al chico en el suelo y sin siquiera dedicarle una mirada comenzó a caminar rumbo a la cocina.

 

Law miro al mayor sin comprender aun que había hecho mal. Toda su alegría momentánea por haber conseguido aprender a andar se desvaneció en aquel instante dejándole una sensación amarga en la boca.

 

Mirando al otro mientras este se alejaba, con sus enormes ojos metálicos ligeramente dolidos se convenció de que aquello no tenía importancia y que solamente era culpa del rubio idiota.

 

 Volviendo a intentar caminar siguió al rubio a la cocina dejando una prudente distancia de separación entre ambos y frotándose con rabia los ojos ligeramente humedecidos.

 

Después de todo tenía hambre.

 

 

 

Notas finales:

Weno pues ya esta n.n no iba a ser todo rosa, tenia que pasar algo que rompiese el ambiente.

A partir de ahora empezaran a confiar más el uno en el otro poco a poco, y luego saldra el bombazo, pero para eso todabia queda mucho XD

¿Que os a parecido?

¿Que creeis que pasara?

Dejadme reviews wapos nos vemos en el proximo capitulooo

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).