Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Desde el principio por Cucuxumusu

[Reviews - 193]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenaaas n_n

Hoy he sobrevivido a mi primera case practica de conducir y no he matado a nadie asique estoy contenta y os dejo un cap nuevo.

Bueno como os prometi aqui cambia la historia y se acabo la ternura y la adorabilidad, a partie de ahora Law-chan va a madurar y Doffy tambien.

No os va a gustar pero leerlo por favor U_U

 

 

Doflamingo volvió a esquivar otra de los cañonazos que amenazaban su barco. La pesada bala de cañón pasó silbando a centímetros de su cabeza dejándole atontado durante un momento y luego se estrelló contra su palo mayor haciéndolo estallar por los aires en una nube de astillas.

 

Chasqueó la lengua.


Aquello les quitaba toda oportunidad de huir. Tampoco es como si lo fuesen a hacer, pero siempre era tranquilizador tener la opción. Con los oídos aun pitándole por la explosión y con un tremendo dolor de cabeza, saltó hasta su cubierta donde sus hombres peleaban contra la tripulación enemiga.


Les habían pillado por sorpresa emergiendo repentinamente del mar con uno de aquellos recubrimientos de Sabondy. Les superaban en número y en organización, y parecía que habían estado planeando aquello durante bastante tiempo.


—Doflamingo vas a morir—oyó chillar por entre la confusión en la cubierta.


Lo ignoró por completo.


Tenia que hacer algo con los cañonazos o su querido barco acabaría en el fondo del mar con él sumergiéndose hasta las profundidades por el resto de la historia. Y aquello le aterrorizaba. Morir ahogado era una de las peores formas de abandonar este mundo, sobre todo cuando eras un usuario de frutas del diablo que hacía que tu cuerpo se volviese de plomo al entrar en el agua. Todo el mundo lo sabía. Y no parecía muy divertido.


Situándose en el centro de la cubierta el rubio alzo las manos y tomo aire.


Luego, cerró los ojos, hizo un plano mental del espacio que le rodeaba y con cuidado comenzó a trazar la red. Solo tuvo que tirar de uno de los minúsculos hilos y los cañones del barco enemigo se partieron por la mitad como si fuesen de mantequilla estallando con las balas de cañón en su interior y haciendo que cundiese el caos entre el enemigo.


Pero aun no era suficiente.


Frunciendo el entrecejo con concentración volvió a mover sus dedos, la madera bajo sus pies crujió peligrosamente y el gimió fatigado por el esfuerzo de levantar algo de semejante peso. El palo mayor volvió a erguirse imponente sobre la cubierta con su bandera en lo alto ondeando sin rendirse. Aquello les daba de nuevo la oportunidad de huir, pero tendría que mantenerlo sujeto con sus hilos hasta que consiguiesen arreglarlo.

 

Tembló por el esfuerzo que le estaba suponiendo mantener todo aquello.


Y aun asi no había acabado. Abriendo los ojos miró a lo que quedaba de su tripulación. Todos los hombres corrían de un lado a otro desesperados intentando salvar sus vidas en aquel caos y sin hacer nada para arreglarlo.


—¿Pero que estáis haciendo idiotas?—chilló encolerizado ante la falta de disciplina entre sus hombres— tú baja abajo y comienza a usar nuestros malditos cañones. Tú pliega la vela mayor antes de que se rompa más si no quieres que te descuartice por incompetente. Y el resto ¿Es que no sabéis ya ni como se aborda un barco?—


Sus hombres le miraron ligeramente asustados y aturdidos, pero al rato ya estaban acatando sus ordenes y devolviendo el ataque al oponente en un orden totalmente estudiado de sus anteriores batallas.


Los que les estaban atacando era una pandilla de tarados, al igual que ellos novatos, a los que se les habían subido una serie de victorias a la cabeza y que creían que podían hacer lo que les diese la gana.


Al parecer no habían atendido a la recompensa que pesaba sobre su cabeza.


Idiotas desafortunados.


Corriendo se alzó sobre la barandilla del  barco y aun teniendo que hacer el esfuerzo de mantener el maldito palo mayor recto, saltó a la cubierta enemiga.


Allí la situación era aun peor que en su propio barco. Al parecer el enemigo no sabían que hacer cuando su presa en vez de padecer bajo sus ataques sin poder organizarse ni defenderse, les devolvía el ataque.


Sonrió malignamente con cierto aire de satisfacción.


Nadie rompía su barco y salía impune.


Comenzó a andar por la cubierta enemiga mientras todo el mundo se apartaba de su camino al ver su cara de asesino. Algunos temblaban bajo su profunda mirada, otros quedaban paralizados por su presencia, pero no les hizo mucho caso. Buscaba al capitán que había osado retarle y curiosamente lo localizo al instante.


El viejo estaba en medio de la cubierta rodeado de cadáveres enemigos y de sus propios hombre y mirando al cielo reía maniáticamente.


“Genial”, pensó Doflamingo deteniéndose enfrente de él, “otro sádico loco”.


Suspiró y sin darle más vueltas se abalanzó sobre el hombre con los hilos apuntando a su cuello.


Y la pelea empezó.


Al parecer el hombre había oído hablar de su habilidad porque sabía esquivarle perfectamente y Doflamingo sabía que si la pelea se alargaba mucho sus probabilidades de vencer se reducirían por agotamiento, asique comenzó a atacar al otro con todo lo que tenia sin darle tregua ni para respirar.


Al cabo de un rato el barco del bastardo estaba irreconocible, totalmente partido en pedazos y los únicos que quedaban sobre la maltrecha cubierta eran el estúpido capitán y él. El hombre había perdido y lo sabía, pero no se rendía y seguía riendo maniáticamente poniéndole a todo el que le oyese los pelos de punta.


Doflamingo jadeó intentando mantener el aire en sus pulmones. Su vista estaba nublada y comenzaba a dolerle el cuerpo por el esfuerzo que le estaba costando pelear y mantener los trozos de su propio barco juntos.


—Eres bueno chico—comentó el otro como si fuera su padre— pero esto solo acaba de comenzar ¿sabes? yo también soy un usuario.— comentó divertido helándole la sangre.


Doflamingo quisó golpearse mentalmente. ¿Cómo cojones no lo había visto venir? Nadie se reía feliz y contento al ver a su barco hundiéndose y a sus hombres muertos a menos que tuviese un as en la manga.

Sus piernas temblaron y cayó de rodillas sobre el suelo totalmente agotado mientras el maldito bastarlo le miraba con una maldita mueca satisfecha.


—¡¡Mingo!!— chilló una voz que conocía. Jadeando giró la cabeza encontrándose la asustada mirada de Law.


El chico en brazos de la cocinera intentaba soltarse y saltar a lo que quedaba del barco contrario. Tenía los ojos inundados de lagrimas y forcejaba contra los brazos que le retenían mientras chillaba su nombre.


“Que patético” pensó Doflamingo “¿Cuando me he vuelto tan débil que hasta un enano se tenga que preocupar por mi?”


—Vaya con el enano, parece quererte bastante ¿es familiar tuyo o algo así?— pregunto el otro capitán mirando con una extraña curiosidad a Law que seguía luchando por llegar a donde el rubio.


Doflamingo simplemente miró al hombre con cara cansada aun de rodillas, sentía el sudor bajar por entre sus hombros pegando su camisa a su piel incómodamente y le dolía al respirar. Debía de haberse roto alguna costilla en uno de los golpes con el otro y además la herida en su muslo no dejaba de sangrar preocupantemente.

 

El capitán enemigo sonrió.


—Bueno supongo que el enano me servirá como ejemplo— comento alzando una mano apuntando al crio llorica— dime Doflamingo ¿sabes lo que ocurre cuando se le quita un órgano a un hombre?—


Doflamingo abrió los ojos sorprendido comprendiendo lo que aquel hombre pretendía hacer.


—Room—


 Law seguía chillando desesperado su nombre. De la mano del hombre comenzaba a salir una especie de círculo que se extendía abarcándolo todo a su alrededor.


Law chilló mientras el circulo le engullía


Y entonces Doflamingo dejo de pensar. Levantándose sintiendo como sus músculos se desgarraban dolorosamente se abalanzo sobre el otro trazando con su mente la red más compleja que jamás había hecho con sus hilos.

 

Su cabeza pareció romperse por el esfuerzo.

 

Su cuerpo se interpuso entre el hombre y Law.


—Mess— escuchó de los labios del hombre.


Y entonces todo se volvió negro.



....................................

 


Lo siguiente que sintió el rubio al salir de la inconsciencia fue el descontrolado llanto de un niño y algo mojado contra su pecho.


—¿Law?— murmuró con una voz demasiado débil y pastosa para su gusto.


No veía nada y todo estaba negro. ¿Dónde estaba?¿Por qué lloraba Law? ¿Le había pasado algo? Porque juraba que iba a matar a quien se atreviese a tocar al niño. ¿Habían perdido?¿Les habían capturado? El pánico comenzó a invadirle y todo su cuerpo entro en estado de alerta.


—Donquixote, será mejor que no hables—susurró otra voz.


¿Vergo? Si, tenía que ser Vergo ¿ pero por qué estaba usando su apellido? Vergo solo usaba su apellido cuando pasaba algo grabe o se enfadaban a lo bestia.


Y no parecía enfadado.


—¿Qué ha pasado?—preguntó preocupado pero ahora con la voz firme.


—Le derrotaste—contestó al instante Vergo— y el bastardo está ahora en el fondo del mar… todo está bien, pero estas demasiado grave, asique no hables por favor—repitió Vergo con su típica voz seria.


Doflamingo se relajo débilmente aunque seguía sintiéndose incomodo.


Había algo que no cuadraba, como una tensión contenida en el ambiente, como un lamento general. Además tampoco entendía porque Law lloraba contra su pecho si todo iba bien.


Alzando una mano acaricio a tientas el suave y espeso pelo del chico. Aquel conocido gesto le relajo un poco, pero no del todo, ya que sintió como el chico temblaba aun más bajo su contacto y se apretaba contra su pecho.


—¿Qué ha pasado?— repitió intuyendo que no le estaban contando algo sumamente importante.


Law volvió a gemir retomando su llanto. Sentía su cabeza contra su pecho sin separarse ni un milímetro de él y sus manos apretando fuertemente su camisa. Cálido y suave como siempre, pero con una desesperación en su voz que nunca le había oído y le estaba partiendo el alma.


Doflamingo comenzó a preocuparse de verdad y a ponerse nervioso.


—Doflamingo...—comenzó Vergo ahora con una ligera nota de preocupación en la voz y sin acabar de terminar la frase.


—¿Que ha pasado? —chilló colérico abrazando al niño protectoramente.


Odiaba que le ocultasen cosas, odiaba no saber que había pasado, odiaba sentir a Law totalmente desesperado contra su pecho y a Vergo con aquel tono angustiado en su voz.


—Has... has perdido la visión en el ojo derecho— murmuró por fin su subordinado.


Law gimió.


El mundo de Doflamingo se paralizo mientras intentaba procesar las palabras y su significado.


¿Qué?


Aquello tenía que ser una broma.


No podía estar pasando.


Alzando una temblorosa mano se la llevo a la cara.


Una suave venda cubría sus penetrantes ojos ocultándolos del mundo y reduciendo ligeramente el dolor punzante que sentía en el ojo derecho.


Oh dios mío.


Jadeó conteniendo un gemido de pánico.


 Oh dios, oh dios.


—Lo siento...lo siento— escuchó una vocecilla débil y temblorosa contra su pecho.— es mi culpa...—sollozó Law— lo siento...—

 

 

Notas finales:

Bueno pues ya esta. Os dije que no os iba a gustar u_u pero tampoco es tan grave como parece, en serio ¬¬

En fin ¿Alguien ha reconocido la habilidad del capitan enemigo? ¿Que pensais que va a pasar ahora?¿ Que pensais que haran ambos ante semejante paliza?

No sere tan masoca como para pediros reviews pero esperare vuestras amenazas de muerte n_n

Un beso.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).