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Desde el principio por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Bueno aqui os dejo el segundo cap, espero que os guste n.n

 

Si algo no le gustaba a Donquixote Doflamingo de su barco era el reducido espacio que tenían. No era porque el barco no fuese grande, en realidad era de los más grandes que había visto. No, el problema era la innumerable cantidad de trastos que se acumulaban en las salas y hacían de caminar por la cubierta una verdadera carrera de obstáculos: Las alfombras cubrían los desgastados tablones de madera empapándose molestamente cada vez que le levantaba una pequeña tormenta, los armarios intentaban contener a duras penas los innumerables trastos metidos a presión en su interior, los arcones se apilaban sobre los barriles...



Y es que, como piratas, tanto él como su tripulación tenían la costumbre de robar todo objeto que valiese más de dos berris y les gustase mínimamente, llegando a convertirse la costumbre más bien en una muestra de poder e ingenio. Quien no robaba era porque no podía o no sabia y se le consideraba como alguien débil e inepto.

 

Y él no permitía débiles entre su tripulación.

 

Bueno, o no los permitía, se corrigió pensando en el nuevo miembro del barco de menos de dos palmos de alto.

 

Pero el niño no contaba.

 

Bufó molesto al acordarse de cómo cuando había presentado al niño a sus camaradas,  estos lo habían aceptado felizmente, llegando a convertirse el niño a las pocas horas en la nueva mascota de sus hombres, como si tener un crio en el barco fuese lo más normal del mundo.

 

Pero ese no era el problema, se recordó.

 

El problema era tanto trasto inútil apiñado en las salas que no dejaba tener ni una sola habitación libre en el gigantesco barco.



Era idiota. Como capitán del buque tenía que haber visto venir aquello.



El enano que se habían encontrado esa mañana estaba sentado en su cama del enorme camarote y le miraba con un cierto aire aburrido, pero sin despegar su vista de él. Totalmente quieto. Como intuyendo el mal humor del que estaba, pero temiendo que pudiese desvanecerse o alejarse de él si dejaba de mirarle durante más de dos segundos.

 

Suspiró de nuevo pasándose una mano por el pelo rubio de forma trágica y teatral.



¿Y cuál era la razón de todo aquel dramatismo y exasperación? pues una muy simple y lógica

 

Tenía que dormir con el enano.



No había ni un mísero cajón, sofá o agujero donde pudiesen meter al niño, y además, este parecía haber desarrollado por el rubio cierto lazo afectivo que hacía que cada vez que se alejaban más de tres metros estallase en llanto histérico.



Si, definitivamente tenía que haberlo visto venir.



Suspirando por decimoctava vez en media hora y dándose cuenta de que no podía hacer nada por resolver aquello, se quitó la ropa preparándose para dormir, aun sintiendo la mirada del niño fija sobre él. Normalmente dormía desnudo cómodamente, pero con el niño pululando por su cama se dejó por lo menos puestos los bóxers. A saber lo que podia pasar.

 

Aunque realmente no le importaba mucho.

 

Se acercó a la cama levantando las mantas con cara de molestia y se metió en ella dándole la espalda al enano sobre el colchón. Sin dirigirle ni una palabra o mísera mirada siquiera.



El silencio inundó la habitación en la ligera penumbra, invitándole dulcemente a sumergirse en el sueño. Y entonces, como no, comenzó a notar movimiento a su espalda mientras Law gateaba hacia él y empezaba a tironear de las mantas intentando llamar su atención.

 

Doflamingo le ignoró sin siquiera moverse, negándose a prestarle la más mínima atención al crio y deseando que se cansase en algún momento y le dejase dormir.



El niño, como respuesta a sus pensamientos, bufo a sus espaldas sin rendirse y tiró aun más fuerte comenzando a tocarle las narices.



El adolescente entonces, agarró a su vez su lado de la sabana y se tapó con ella hasta el cuello en una clara indirecta de que le dejase en paz.

 

Law dejó de tirar de la manta y miró al rubio enfurruñado, comprendiendo por fin, que con aquello no iba a conseguir mucho.

 

Sin preocuparse decidió cambiar la estrategia.

 

Rebuscando entre las mantas encontró un hueco lo suficientemente grande y rápidamente se metió por él, consiguiendo quedar al fin debajo de las pesadas sabanas. Acto seguido comenzó a gatear buscando su objetivo.

 

Doflamingo siseó al sentir como el niño se pegaba a él por debajo de la manta y se acurrucaba contra su espalda en búsqueda de calor. Intentando a ñla vez aferrarse a su cuerpo con sus manitas y pegando su frente suavemente contra su desnuda espalda.

 

  — Lo que hay que aguantar— murmuró intentando conciliar el sueño con el pequeño cuerpo del otro en su cama. Iba a tener que irse acostumbrando al enano o aquello podría acabar con él.



..................................



Doflamingo definitivamente no se consideraba una persona afectiva, es más, era más bien lo contrario. Había perdido la cuenta de las personas a las que había partido la cara de un puñetazo cuando habían intentado abrazarle o darle un cariñoso beso.

 

Aunque tampoco es como sí le abrazasen y besasen con mucha frecuencia, pensó sarcástico.

 

Si, definitivamente era un bastardo malcriado y sin corazón al que todo el mundo odiaba y quería a tres metro bajo tierra. Por eso es que no entendía porque al chaval parecía gustarle tanto.

 

Continuó su recorrido por la cubierta en dirección a la cocina, mientras sentía el ya conocido sonido de alguien gateando a sus espaldas. Paró de golpe y el gateo también se detuvo, volvió a caminar y los suaves golpecitos contra el suelo volvieron a sonar a sus espaldas, torció a la derecha y el sonido le siguió sin dudar.

 

Joder.

 

  —Crio del demonio— murmuró viendo como un miembro de su tripulación que limpiaba la cubierta miraba la escena enternecido. —Di algo y te destripo vivo— le amenazó y el hombre empalideció retomando con desesperación su tarea.



Se froto el puente de la nariz pensando en qué hacer con el problema. Aunque se había propuesto intentar aguantar al chaval, las escasas dos semanas que llevaba con él, habían acabado por ponerle de los nervios y arruinar su ya de por si escasa paciencia. Saltaba a la más mínima provocación haciendo que la mitad de su tripulación intentase mantenerse lo más alejados posible de él. Incluso Vergo parecía evitarle.

 

Y es que el enano le seguía a todas partes para su desespero y frustración.

 

 “Te ve como una figura paterna” le había dicho Vergo en uno de sus ataques de ansiedad en el que casi destroza la cocina del barco después de que el niño arruinase su ropa con sus babas.

 

 ¿Figura paterna? ¿Él? ¿Es que el niño tenía un problema mental?

 

Girándose encaró al infante y motivo de sus problemas que le miraba curioso.

 

  —Deja de seguirme —ordenó.

 

Y como si con aquello se arreglase todo volvió a intentar llegar a la cocina en busca de comida. El gateo le siguió rápidamente. Se paró y volvió a mirar al niño con cara de asesino en serie.

 

  —Te he dicho que dejes de seguirme— murmuró ya al borde de cometer homicidio. Pero cuando volvió a intentar andar el niño le acompaño aun sin enterarse de lo que le decía el mayor.

 

  —Como quieras— anunció agarrando del babi a Law y levantándole en el aire—así aprenderás a escucharme y a no confiar tan a la ligera en la gente—

 

Dirigiéndose a la barandilla saco al niño fuera del barco dejándole suspendido sobre el agua azul. Law miró el océano bajo el y abrió los ojos sorprendido por su belleza.

 

Doflamingo miró al niño enfadado y el niño alzo su mirada del mar devolviéndole una mirada totalmente confiada y tranquila. Aun así estaba quietó, sin moverse, como intentando comprender que iba a hacer el rubio y porque parecía enfadado.

 

  —Señor no creo que....— comenzó el tipo de antes a sus espaldas entendiendo lo que pretendía.

 

  —Cállate— ordenó demasiado calmadamente, sin apartar la mirada del niño que comenzaba a comprender la situación pero seguía mirándole totalmente confiado, sin una ligera muestra de miedo o preocupación en su mirada.

 

Sonrió malignamente, aquello realmente iba a ser muy divertido.

 

  —Adiós enano— se despidió.

 

Y entonces le soltó, viendo como el niño desaparecía en el agua azul con un sordo chapoteo, mientras su tripulante soltaba un grito horrorizado asomándose por la barandilla.

 

Adiós a sus problemas, pensó satisfecho repentinamente de buen humor tras días de interminable tensión. Sonriendo volvió a dirigirse a la cocina ignorando el jaleo a sus espaldas.

 

 

 

Notas finales:

Sip, lo ha hecho, pero ¿que os esperabais? es Doflamingo, el bastardo más grande del mundo XD

Asique os aguantais ¬¬

¿Que le va a pasar a Law? ¿Sobevivira en el mar?¿ Perdonara a Doffy? ¿Que sera, sera?

 

El proximo cap lo colgare en una semana o por ahi, depende de lo ocupada que este y de si tengo tiempo para escribir entre el monton de examenes que se me viene encima U.U

Asi que si quereis que suba antes, motivadme y comentad cabrones, que se que leeis el fic ¬¬

Un besoooo


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