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AMOR SALVAJE por FINE

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Notas del capitulo:

Bueno aqui les traigo el siguiente cap, espero lo disfruten!!

Al salir del pozo Sesshoumaru dio un gran suspiro de alivio al sentirse nuevamente en casa con su amado Inuyasha a quien tuvo que desmayar nuevamente, temía que en esta ocasión el quisiera escapar por lo que tuvo que asegurarse de que el no viese el camino que tomaron una vez fuera del pozo.

Tras haber caminado durante horas llego a una colina en la que reposaba en lo más alto un gran y hermoso palacio, al llegar las puertas de la muralla que lo rodeaba se abrieron de inmediato. Al llegar a las habitaciones dejo a Inuyasha en un futón mientras buscaba ropa que ponerle, toda la ropa que había conseguido para él durante todo ese tiempo era obviamente para una persona más grande, ya que él jamás se imagino que ahora su amado tuviese el cuerpo de un niñito, tomo la yukata más pequeña que pudo encontrar y se la puso, aun así le quedaba grande, tuvo que ajustársela lo mas que pudo, al final lo observo ahí durmiendo, con una yukata holgada y sus piernas descubiertas, era para él una obvia invitación, mas sin embargo no tenía tiempo que perder, tenía que asegurarse de que Inuyasha no volviese a dejarlo.

Se dirigió rápidamente hacia el pozo, tomo una inmensa roca y dejo caer en el cubriendo por completo todo rastro de su existencia, supuso que no tendría que hacerse cargo de todo esto si aun tuviera a su servicio a Jaken mas sin embargo ahora que el ya no estaba más…recordó entonces como tuvo que dejar morir a Jaken para ir en rescate de Inuyasha cuando una gran ejercito de caza yōkai fueron en su búsqueda por todos los destrozos y masacres que había ocasionado, le llego algo de nostalgia al recordarlo, siempre corriendo detrás suyo, diciéndole “amo bonito”, esas palabras que en ese entonces no le producían sentimiento alguno, hoy le dejaban solo eso, nostalgia.

Cubrió todo el rastro del camino mientras recorría antiguas aldeas, para recolectar ropa más pequeña para Inuyasha, observo como la mayoría de las casas estaban por completo destruidas, Inuyasha no dejo sobrevivientes, en algunos sitios a pesar de que ya se había librado de los cadáveres seguía oliendo a mortura humana, no había ni una sola aldea habitada en cientos de miles de kilómetros, aquellas que no fueron destruidas por Inuyasha fueron abandonadas por temor a él, ni siquiera los bandidos o saqueadores eran tan valientes como para acercarse a esas tierras, fue así como el palacio en lo alto de aquella colina fue también abandonado, durante todo este tiempo pensando en que un día traería de vuelta a Inuyasha limpio cuanto pudo de su desastre, incluso sepulto a esos humanos, al monje, a la exterminadora con su gata de dos colas, la chica de la otra época, incluso al insignificante del demonio zorro, por supuesto a él no le interesaba que sus cuerpos se convirtieran en carroña de otros yōkais inferiores o que fueran el alimento de animales, pero pensó en la reacción de Inuyasha si los llegara a ver ahí muertos o tan solo si llegara a percibir su olor, eso en verdad lo hubiera destruido.

De regreso al palacio, noto que Inuyasha ya había despertado, al ver la puerta corrediza de la habitación destrozada al no haberla podido abrir, lo busco inmediatamente donde localizo su olor, estaba en la cocina desesperado buscando algo de comer, era lógico, desde la mañana no había comido más que un tazón de cereal en la época moderna, de seguro todo lo que observaba le resultaba en extremo extraño.

Al verlo ahí de pie recargado en la pared observándolo Inuyasha entro en pánico, quiso salir corriendo de la habitación pero como siempre Sesshoumaru estaba frente a él en un santiamén, de inmediato Inuyasha comenzó a temblar, nuevamente se vio atrapado por ese hombre, más que consciente de que cualquier intento de escapar de ese hombre era inútil con vos temblorosa le pregunto…

-¿don…donde esta mi papa?

Sesshoumaru no quiso responder a esa pregunta, se sintió molesto al escucharla, ya había tenido suficiente de él, ahora solo eran ellos dos, ¿porque tenía que seguir siendo una molestia?

-el no está aquí.

-¿Dónde está?

-muy lejos, demasiado lejos y ya no lo veras mas.

Estas palabras provocaron en Inuyasha un mar de lágrimas y gritos suplicando que le dejara ir, que quería ver a su padre, Sesshoumaru sintió un dolor punzante en su pecho al verlo llorar así, daría lo que fuera por calamar su sufrimiento pero eso implicaría llevarlo de regreso y alejarse de él, y era lo único que no estaba dispuesto a hacer. Lo alzo en sus brazos y le lo abrazo fuertemente mientras le acariciaba su cabeza, pensó que si debía hacerlo volver, tendría que hacerlo sin usar la violencia.

-Inuyasha no llores, todo está bien, yo te cuidare.

.No …yo quiero a mi papá

-Tranquilo el me dejo a tu cuidado no hay porque exaltarse.

-No es cierto…mi papá jamás me dejaría con un extraño peligroso como tú.

Estas palabras resonaron en sus oídos, extraño peligroso, eso era lo que significaba para Inuyasha ahora.

-Inuyasha yo no soy ningún extraño, yo soy –pensó detenidamente lo que estaba haciendo, sabía que al decirle verdad tras verdad podía irlo confundiendo pero que otra opción tenia, después de todo el quería que Inuyasha volviera a ser el de antes, incluso si su parte demoniaca también lo hacía, pero él lo quería de regreso, supo controlarlo en el pasado, lo volvería a hacer sin ningún problema, toma una gran bocanada de aire –yo soy tu hermano Inuyasha, por eso papá no ha dudado en dejarte a mi cuidado.

La expresión de desconcierto en el rostro de Inuyasha era de esperarse, después de todo le habían borrado sus recuerdos y no tenía la mas mínima idea de quién era el.

-Eso no es verdad, yo vi, eres malo, mataste a esas personas.

-¿Qué?

-yo te vi, eran tres personas, eran dos muchachas y un señor, tu las mataste, te vi.

¿Cómo era eso posible?, si mal no recordaba ese era el recuerdo que él le había implantado en lugar del verdadero en el que Inuyasha había asesinado a sangre fría a esos humanos, ¿sería acaso posible que el comenzara a recordar?

-Inuyasha tu.. ¿Cómo es que viste eso?

-yo –se quedo pensativo, recordando el instante en que vio a Sesshoumaru a quien creyó su adorado e inteligente perro, se percato de todo lo que había hecho, enfrento a su padre, se peleó con él, ¿y todo porque?, por un tipo que se hizo pasar por perro, esto solo le hizo llenarse de ira al verlo a los ojos, este tipo le había jugado tendido una trampa, le había puesto contra su padre y además lo alejo de él, recordó como su padre lo dejo en brazos de este tipo y se alejo, lagrimas en ese instante se sumaron a su ira, entonces Sesshoumaru se percato de que los ojos de Inuyasha se tornaron rojos que las orejeas que hasta ahora habían permanecido ocultas salieron a relucir y sus garras comenzaron a crecer, esas marcas en sus mejillas aparecieron y finalmente sucedió…Inuyasha comenzó a crecer a tomar su tamaño original, Sesshoumaru estaba estupefacto, la ira que yacía en Inuyasha logro romper el Wasureru-Reversus, este inmediatamente se abalanzo sobre Sesshoumaru con las garras preparadas, no le costó ningún trabajo evadirlo y controlarlo, apoyo su cuerpo sobre el suelo mientras le sostenía fuertemente las manos, era el nuevamente era él, su amado Inuyasha había regresado.

Sesshoumaru estaba tan feliz a pesar de que tenía al Inuyasha demonio con el que tenía que lidiar, pero eso no le impidió tomarle fuertemente del mentón y darle un gran y pasional beso, los colmillos sobresalientes de Inuyasha le cortaron los labios, le quito la yukata mientras forcejeaba con él, Inuyasha hacia gran resistencia pero como siempre Sesshoumaru era más fuerte y le termino por desnudar sin ningún problema, le comenzó a besar el cuello mientras le daba pequeños mordiscos, mientras comenzaba a acercarse a su pecho y a mordisquear y succionar sus pezones, ante esto Inuyasha solo comenzó a gemir fuertemente, entonces Sesshoumaru se percato de que su miembro se había puesto duro, comenzó a juguetear con él y le comenzó a masturbar, hacer eso más que producirle placer le trajo recuerdo de cuando solían hacer el amor hasta desfallecer.

Se trato de incorporara pero sintió una fuertes manos sosteniéndole los brazos impendéoslo, Inuyasha no lo dejaba alejarse ahora era él quien suplicaba mas placer, entonces Sesshoumaru se desnudo y le comenzó lamer su miembro, al tiempo que lo introducía en su boca jugueteando con su lengua, entonces sintió como su amante se encorvo de espalda y todo su cuerpo tembló y dejo salir todo ese néctar blanco el cual bebió hasta la última gota, Inuyasha de inmediato se incorporo le tomo del rostro acercándolo para un fuerte y salvaje beso, metiendo y sacando su lengua, mordiéndole los labios a Sesshoumaru y también su lengua, debía admitir a pesar de que era la parte demoniaca de Inuyasha la que estaba presente en lugar de su adorado y amoroso amante, igual lo estaba disfrutando.

Inuyasha tome el gran y duro miembro de Sesshoumaru y comenzó a masajearlo rápida y fuertemente lo que provocó que Sesshoumaru se viniera en grandes cantidades, al ver esto Inuyasha se abalanzo sobre él como un perro sediento a un tazón de agua y lo lamio absolutamente todo sin desperdiciar nada, acto seguido se dirigió al cuello de Sesshoumaru para morderlo hasta sacarle sangre y lamerla, Sesshoumaru tenía que admitir que la parte demoniaca de Inuyasha siempre había sido muy lujuriosa y tanto tiempo de haber permanecido sellada en la forma de niño a la que fue sometido le había hecho acumular frustración sexual, y ahora se estaba desquitando, consciente de que terminarían por destrozar la cocina Sesshoumaru tomo en brazos a Inuyasha quien continuo besándole y mordisqueando su cuello y se dirigió a la habitación colándole en el futón, al verlo ahí recostado totalmente sonrojado con la respiración agitada mientras relamía sus labios lo hizo arder en deseo, lo tomo de las caderas lo abrió de pierna y comenzó a lamerle y lubricar su culo, dado que había mucho tiempo sin que lo hiciera suyo sabia que de no prepararlo lo iba a lastimar aunque eso poco le importaba a Inuyasha quien se incorporo y monto encima de Sesshoumaru en cólera y por si mismo tomo el gran, duro y caliente miembro de Sesshoumaru y se lo introdujo de un solo golpe lo que lo hizo inclinar su cabeza hacia atrás y mientras un gran espasmo sacudía todo su caliente cuerpo, al ver que Inuyasha no podía si no temblar por el goce Sesshoumaru lo tomo de las cadera y comenzó las duras y salvajes envestidas.

HAAAAAAAAA……….GAAAAAAAAAAAA…………HAAAAAAA…CAAAAAGGGGGG…….HAAAA….

 

Los profundos gemidos de Inuyasha solo hacían encender aun más a Sesshoumaru, quien lo tomaba aun más fuerte de sus caderas y aumentaba el ritmo, se incorporo sobre el recostándolo en el suelo y embistiendo con mayor fuerza, le hizo encorvarse y le beso frenéticamente mientras sus lenguas se entrelazaban.

 

-HAAA…….MAS………..MAS FUERTE

 

Estas palabras más que alegrar a Sesshoumaru quien hasta ahora jamás había escuchando palabra alguna del Inuyasha demoniaco mientras tenían sexo le hizo ponerse aun mas duro, lo que provocó en Inuyasha un fuerte espasmo.

 

-Gaaaaaaa……..Sesshoumaru……….MAS!!!

 

Escucharle decir su nombre fue lo que lo hizo aumentar el ritmo y fuerza un nivel inimaginable, Inuyasha se movía tanto que no le quedo de otra más que aferrarse a la espalda de Sesshoumaru fuertemente con las uñas, lo que le hizo dar a este un pequeño gemido de dolor.

 

-Inuyasha ten cuidado con tus garras.

 

Estas palabras de alguna manera provocaron en Inuyasha una especie de lapsus quien volvió a la normalidad, al Inuyasha de siempre, al que Sesshoumaru tanto extrañaba, Sesshoumaru seso las embestidas al ver la cara de desconcierto de Inuyasha al verse en esa situación, ahí recostado en el suelo, con el gran miembro de Sesshoumaru dentro de él. Sin embargo algo paso en ese instante por su cabeza, miles de imágenes de él, asesinando a las personas inocentes a sangre fría comenzaron a hacer acto de presencia en su cabeza hasta que… entonces lo vio el asesinando a Kagome, Miroku, Sango, Kirara y Shipoo, lagrimas de desesperación recorrieron sus mejillas mientras trataba de zafarse de Sesshoumaru quien no se lo permitía.

 

-yo lo hice Sesshoumaru, yo lo hice…………!YO LOS MATE¡

 

Estas palabras pusieron en alerta a Sesshoumaru quien tomo del rostro a Inuyasha haciéndole verlo a  los ojos, tratando de borrarle esos recuerdos, pero era inútil, Inuyasha no se quedaba quieto, estaba totalmente alterado, fuera de sí, al ver que le sería imposible calmarlo Sesshoumaru opto por seguirle haciéndole el amor tan fuerte hasta que le hiciera desfallecer.

 

Continuara…………….

 

Notas finales:

nos vemos en el siguiente capitulo, no desesperen!!


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