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Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

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Notas del capitulo:

¡Ah! No sé como me digno a aparecer después de UN MES sin actualizar. No me maten, por favor, que ya reaparecí. Trataré de volver a mi rutina de publicar semanalmente, pero ahora sí que con la escuela no puedo prometer nada, ¿de acuerdo?

Sólo... No me maten... Aquí está el capítulo, por favor, disfrútenlo.

Y es que pasaron taaaantas cosas en mi vida últimamente con esto de la escuela... Dx

ah, pero no creo que les interese escuchar de qué xD

¡A leer! (?

—Auuch... –Matt soltó un quejido mientras se sentaba sobre la cama que había estado compartiendo en los últimos días con su "amigo-novio", era de mañana, y al parecer, ya bastante tarde. Estaban por dar las 12 y los dos chicos apenas se iban levantando. O más bien, Matt, pues Mello seguía plácidamente dormido al lado del pelirrojo, con la respiración calmada y tranquila.

Se levantó con cuidado para no despertar al rubio, y una vez estuvo de pie, cayó en cuenta de algo: Estaba desnudo y con unas "sospechosas" marcas rojas por todo su cuerpo. Con las mejillas ardiéndole, observó al blondo, quien tampoco traía nada puesto. Cinco segundos después reaccionó completamente.

¿¡Qué tal si alguien había entrado por la noche y los había visto "así"!? Como cayeron completamente rendidos después de aproximadamente las tres y media de la madrugada, no se percataron de nada más. Si su padre los había visto, ambos estaban muertos.

Antes de que a alguien se le ocurriera entrar a la habitación, se duchó de la manera más veloz posible, aún quejándose del dolor que seguía en su parte trasera. Pero ese dolor le agradaba. Y lo repetiría cuando sea. ¿Masoquista, acaso? No, era diferente, pues ese dolor se lo había dejado Mello. Pero sólo a él y a nadie más.

Salió de la ducha con tan sólo una toalla en su cintura que cubría por lo menos "lo necesario". Se agachó para buscar la ropa que se pondría, sin notar los ojos azulados de su compañero ya despierto que lo observaban con... Bastante curiosidad. Mello por su parte estaba sentado sobre la cama, cubriéndose de la cintura para abajo, mientras observaba atentamente el trasero del pelirrojo, con un sonrojo en sus mejillas bastante visible para cualquiera que lo estuviera observando.

Matt volteó, encontrándose con el blondo observando su parte trasera con un sonrojo en las mejillas, lo que le provocó a él sonrojarse más que su cabello.

—¿Q-qué pasa? –Preguntó con temor, observando los ojos azulados del rubio, quien ahora lo miraba a los ojos aún más sonrojado que antes.

—¡N-nada! –Se cubrió nuevamente con las sábanas, esta vez hasta la cabeza.

Matt arqueó una ceja con el rostro todavía ardiéndole, sin embargo, aprovechó el que Mello no estuviera observándolo para poder cambiarse.

Si bien el gamer conocía a Mello mejor que la mayoría de las demás personas, seguía sin entender del todo algunas de sus extrañas actitudes. Es decir, a veces parecía que la palabra "vergüenza" no estaba en su vocabulario, pero había otras donde, por ejemplo, si lo descubrían haciendo algo a escondidas –en este caso, observar el trasero de su compañero.– se avergonzaba extremadamente y negaba rotundamente, por más obvia que fuera la situación.

En el fondo, le parecía tierno aquello, aunque las demás personas dijeran que tenía una actitud de los mil demonios, para él siempre todo lo que hiciera Mello sería "lindo" o "tierno". Claro, odiaba que le dijeran eso, pero él de todas formas se lo repetía algunas veces.

Una vez terminó de cambiarse, caminó hacia la cama, y observó al blondo aún tapado con la sábana. Suspiró mientras trataba de destaparlo, aunque éste no se dejara.

—Mells, es tarde, creo que ya deberíamos de salir de aquí. –Si bien trató de decirlo de la manera más amable posible, pareciera como si aquello sólo hubiera empeorado la extraña situación.

—¿¡Qué clase de apodo es ese!? –Mello se destapó sólo la cara, con el rostro más rojo que antes, observando al gamer con el rostro fruncido.

—¿Qué? Es lindo... Vamos, debes cambiarte, es extraño que estemos aquí hasta esta hora. Después de todo es tú culpa... –Matt hizo un puchero al decir la última frase, al igual que su tono de voz había bajado.

—No te quejabas de eso anoche. Además, tú y tan sólo tú me provoca eso, así que no me eches toda la culpa. –Sonrió burlonamente al observar la cara roja y avergonzada de su "amigo". — Ya quita esa cara si no quieres provocarme nuevamente, ¿quieres? Mejor pásame algo de ropa. – Matt asintió en silencio sin saber que decir, pues estaba realmente nervioso, ¿quién diría que acabaría en ese tipo de situaciones con el chico más popular de la escuela? No se imaginaba la cara de las chicas si se enteraban de que ambos salían juntos... Con esos pensamientos en mente, se dirigió al armario que tenían en la habitación, tomó algunas prendas de Mello, y seguido se las pasó.

—¿E-eso está bien? –Balbuceó, aún algo avergonzado.

—Ahá. –Mello se levantó con una sábana envuelta en la cintura, y se dirigió al baño para cambiarse.

El pelirrojo no pudo evitar observar su espalda descubierta, para él, y seguramente para cualquiera, su figura era completamente perfecta. Seguía sin creerse que estaba enamorado de aquel chico que todos etiquetan como "perfecto",a pesar de sí tener defectos, como toda persona normal, Matt convertía aquellas pequeñas "imperfecciones" como algo bueno. Como algo que volvía único a Mello. Como algo que lo caracterizaba. Y además de eso, que fuera sólo de ÉL. Es decir, nadie más tenía la oportunidad de verlo de pies a cabeza. Y con esa frase, es COMPLETAMENTE. Ya conocía cada rincón del cuerpo del rubio, al igual que éste conocía el suyo. Se conocían completamente de forma mutua, algo que tan sólo entre ellos tenían la dicha de ya conocer como la palma de su mano.

Una vez Mello salió ya vestido, Matt por fin reaccionó, saliendo de sus pensamientos y volviendo a la realidad.

—¿Vamos? –Le sonrió, observando los ojos azules del otro, dedicándole una sonrisa, con las mejillas todavía sonrosadas.

—Espera. –Antes de que Matt caminara hasta la puerta de su cuarto, Mello lo detuvo, y le plantó un tierno beso en los labios.

A pesar de ya haberse besado miles de veces, ambos sentían como si fuera la primera vez. Se les aceleraba el corazón, y era como si existieran sólo ellos dos. Se olvidaban completamente de que alguien muy fácilmente podría entrar por la puerta y verlos, pero poco les importaba eso en aquellos momentos tan pequeños, pero que los convertían en algo tan especial.

Se separaron lentamente, y sin decir ninguna otra cosa, como si las miradas fueran suficientes, salieron de la habitación que compartían temporalmente, hacia, donde, probablemente ya se encontraran despiertos los demás.

—No puedo creer que nos hayamos despertado tan tarde... –El pelirrojo se estiró al mismo tiempo que hablaba, mientras Mello lo observaba.

—Ya te lo dije, es tú culpa. Haa... Pero ya que... Por cierto, quedé con Ailyn a las 7. –Matt abrió los ojos sorprendidos en ese instante. ¿Qué significaba eso? ¿Para qué la vería? Una sensación molesta lo invadió repentinamente, ¿celos, tal vez?

—Eh... Sí, claro, no hay problema... –Agachó la cabeza con lo que a simple vista parecería tristeza, y el rubio arqueó un ceja.

—¿Y esa expresión qué? Tú me acompañarás, ¿qué creías, que iría yo solo? –Sonrió, observando el rostro ahora rojo de Matt. –Idiota.. –Aún con la sonrisa en el rostro, tomó de la barbilla al pelirrojo, obligándolo así a verlo a los ojos. –¿Acaso estás celoso? –Sonrió burlonamente, mientras Matt intentaba bajar nuevamente el rostro sin mucho éxito, pues Mello lo tenía bien agarrado de la barbilla, pero sin llegar a lastimarlo.

—No, pero es que ella... –No pudo terminar su frase, Mello lo había tomado por sorpresa besándolo nuevamente, sólo que esta vez había sido para callarlo.

Al parecer, se habían olvidado nuevamente de que cualquiera podía verlos en cualquier momento, y, en vez de separarse rápidamente para evitar el que los tomaran por sorpresa, intensificaron más el beso, uniendo lo más posible sus cuerpos, hasta llegar al punto donde no sabían donde comenzaba el suyo. Se dejaron guiar tanto por sus emociones, sentimientos, hormonas, e impulsos, que tardaron en caer en cuanta donde se encontraban.

Se separaron sin querer hacerlo, y para sus sorpresas, estaba prácticamente toda la familia de Matt observándolos, todos con una cara de... ¿Ternura? Excepto Chris, claramente, quien parecía querer cometer un homicidio.

—¿Qué crees que le haces a mi hijo, niño? –Apretó los dientes de forma tan fuerte que rechinaron, sin embargo, Mello ni se inmutó. Ya sabía a la perfección como tratar al padre de su "amigo".

—¿Pues qué cree, "señor"? ¿Acaso no es claro? –El blondo sonrió burlonamente.

—Já, muy gracioso. –Rodó los ojos con enojo, aún observando al rubio.

—Vamos... No sea así conmigo... Después de todo, recuerde que es mi suegro... –Matt observaba con una expresión que fácilmente decía "Trágame tierra", si bien algunas veces las peleas de su padre con Mello eran divertidas, otras eran... Vergonzosas.

Mello jaló a Matt de la muñeca, y pasó por donde estaba Chris, dándole una palmada en el hombro, mientras éste lo observaba con molestia, sin embargo, en silencio.

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Después de que ambos muchachos se ducharon y comieron, habían partido hacia donde el rubio había quedado de verse con Ailyn. Era simplemente un café, algo para nada elegante.

—Y... ¿Ya pensaste que decirle para no lastimarla? –Preguntó Matt, al mismo tiempo que caminaban.

—Algo así... Pero mentiría si no estoy nervioso, ya que lo que diré no suena como algo que yo diría, probablemente sea extraño, o termine modificándolo a "mi estilo" cuando llegue la verdadera hora de decirlo.

—¿Cómo estás seguro de que aún le gustas?

—Matt, es mi "amiga" de la infancia. La conozco, sé cuando está enamorada, al igual que creo ella reconoce cuando yo lo estoy. Y cuando nos reencontramos el otro día... Bueno, ya entenderás cuando hablemos con ella.

—Entiendo...

—Es ahí. –Mello señaló un pequeño y "acogedor" local que estaba frente a ellos, divisando al instante la figura de Ailyn, sentada en una mesa para tres que se encontraba en el fondo.

Matt no lo admitía ni a él mismo, pero también estaba nervioso. ¿Qué pasaría si la amiga de Mello se enteraba de que ambos salían? No quería caerle mal por el simple echo de que esa persona fuera especial para el rubio.

Entraron sin nada más que seguir haciendo afuera, con la sorpresa de que el aire acondicionado del local extrañamente se encontraba prendido, y hacía bastante frío ahí dentro.

Fueron hasta la mesa de la chica, y se sentaron cada uno en un respectivo lugar. El primero en hablar fue Matt, para intentar "presentarse".

—Hola... Tú... Debes ser Ailyn, ¿Cierto? Mucho gusto, mi nombre es Matt Mail Jeevas. –Trató de sonreír amablemente como solía hacerlo siempre, pero lo único que salió fue una sonrisa nerviosa y tal vez algo insegura.

—Ah, encantada. –La chica sonrió, y seguido observó a Mello. –Ya ordené tu chocolate caliente, y como no sabía a quien traerías, ordené lo mismo... Espero esté bien eso. –Extendió a cada uno de los chicos una taza de chocolate caliente con una galleta por un lado, y les sonrió amablemente.

—Bien, ahora que ambos se conocen... –El blondo estornudó inesperadamente antes de poder decir cualquier otra cosa.

—Ten. –Matt se quitó su suéter, para después ofrecérselo a Mello, quien en esa ocasión no traía abrigo.

—¡No es necesario! ¡Te resfriarás tú! –Le replicó, levemente sonrojado.

—Vamos... Sólo tómalo... Además la otra vez tú me prestaste tu abrigo, es justo.

—Bien, bien, de acuerdo... –Mello tomó el abrigo con el ceño fruncido, y sin notarlo, sonrojándose más que antes.

—Eh... Mello... ¿Estás bien? –Preguntó la castaña.

—Sí, no es nada, Bien... y dime... Iré a... Eh, el punto de esta "reunión". ¿Recuerdas la promesa que hicimos la última vez que nos vimos antes de que te mudaras? –Ailyn asintió. –Lo que pasa es que yo... Ya no puedo seguir con eso... –Mello observó como la chica agachaba la cabeza unos instantes, y seguidamente volvía a levantarla.

—Encontraste a alguien, ¿Verdad? –Sonrió, nostálgicamente.

—¿Cómo supiste? –Mello abrió los ojos con sorpresa, ¿es que todos se daban cuenta cuando quería a alguien, acaso? ¿Tan obvio era?

—Porque lo miras como me mirabas a mí. –Sonrió nuevamente.

—¿"Lo"? ¿A qué te refieres...? –Y es que Mello realmente no entendía que quería decir con eso, ¿Acaso le estaba afirmando que en aquel entonces ambos se gustaban mutuamente?

—Que, a pesar de ser 2 años mayor a ti, siempre tuve bien claro lo que sentía por ti, y yo en el fondo sentía que tú también sentías lo mismo... Y me mirabas de esa manera "especial", pero cuando nos volvimos a encontrar, noté que "la mirada" iba dedicada para alguien más. –Mello dio un sorbo a su chocolate caliente, escuchando con atención lo que acababa de decir Ailyn.

—Disculpen que me meta... Pero realmente no entiendo nada, y no sé si incomodo, porque de ser así, mejor no hubiera venido... –Matt sonrió nerviosamente, realmente no entendía ni la mitad de lo que decían.

—No. Si viniste, es por algo. Espera un poco. –Mello lo observó con seriedad, una cara que jamás le había dedicada a él, pues era su típica "fría" expresión que usaba con todos. El gamer mentiría si dijera que eso no lo preocupó, e incluso comenzó a pesar que por la situación, las cosas podrían cambiar repentinamente.

—Lo siento, tienes razón, yo te explico. –Le sonrió Ailyn. – Lo que pasa, es que yo sabía que me mudaría pronto, pero no quería decirle a nadie, así que visité a Mello, curiosamente, un día antes de mudarme y de que murieran sus padres. Ahí, prometimos que cuando fuéramos más grandes y nos encontráramos nuevamente, si no teníamos pareja, estaríamos juntos. Yo, en estos años, nunca he tenido pareja, con la esperanza de poder estar con Mello, pero eso no es posible, ya que él tiene a otra persona importante para él... Y esa persona eres tú, Matt. –Sonrió nuevamente.

—¿¡Cómo supiste!? –Preguntó Mello, con el rostro agachado y completamente rojo.

—Ya te lo dije, y no importa, no tengo nada en contra de las parejas así, todo lo contrario... Además, se les nota a kilómetros, chicos. Quien no se diera cuenta es porque es ciego, seguramente. –Ailyn observó con una mirada tierna los rostros sonrojados de ambos adolescentes.

—Yo... Voy al baño, ya vuelvo. –Mello se levantó de su silla con la cabeza aún algo agachada, y se dirigió al baño, dejando a Matt y Ailyn solos.

—Ustedes eran muy buenos amigos, ¿verdad...? –Dijo Matt, aunque eso parecía algo dicho más bien para él mismo.

—Sí... Y... Además... –Ailyn sonreía, sin embargo, cuando el pelirrojo alzó la vista, sintió pánico al ver a la chica llorar en silencio.

—¡Ehh! Tranquila, ¿qué pasa? –Le extendió una servilleta, a lo que Ailyn la tomó inmediatamente y se limpió las lágrimas con ella.

—Realmente lo siento es que... En realidad eso no importa, pero por favor, sé feliz con Mello, Matt... –Sonrió nuevamente de esa forma nostálgica que lo había hecho anteriormente.

—No llores, estoy seguro que a Mello no le gustaría verte llorar... Para él eres alguien muy especial, e incluso estuvo todo el día pensando en qué decirte para no lastimarte... –Matt ponía todo su esfuerzo posible en sus palabras, pues a pesar de no entender completamente como se sentía Ailyn, en el fondo sentía que la comprendía, ya que no se imaginaba su mundo sin poder tener a Mello a su lado, de sólo pensarlo lograban ponérsele los pelos de punta.

—De verdad, estoy bien, muchas gracias... Yo... Sólo quiero que él sea feliz... –Terminó de limpiarse completamente las lágrimas que le habían quedado con las manos, para así volver a sonreír de la forma "alegre" que lo hacía siempre. –Lo lamento, fue sólo por el "dolor" del momento, pero de verdad no es nada. –Y aquello era verdad, pues lo que menos quería Ailyn era interponerse o preocuparlos, no quería influir en ellos.

Ambos observaron como Mello regresaba ya con su rostro "normal". Ailyn trató de poner su mejor cara posible, no quería que los ojos se le notaran llorosos, ya que Mello seguramente le preguntaría, y no quería que supiera sobre eso.

—Ailyn, ¿Estás bien? –Preguntó el rubio.

—Claro que sí, ¿Por qué lo dices? –Sonrió, a pesar de saber que ya la había descubierto.

—Estás extraña, y te conozco, lo sabes. –Matt lo único que podía hacer en aquellos momentos era esperar y observar como se desarrollaba la situación. Claramente, no podía meterse si no sabía mucho del tema, por lo que prefirió quedarse callado.

—No es nada, de verdad. Yo... –Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas nuevamente. La chica, al caer en cuenta de eso, salió corriendo del lugar, sin decir ninguna otra cosa.

—¡Ailyn! –Mello se levantó de su asiento, observando por donde la chica se había ido recién. –¿Sabes que le pasa? –Preguntó Mello, observando a Matt.

—Es claro que está triste, ella te ama, lo sabes, ¿Verdad? –El gamer también se levantó de su asiento, sacó su billetera y pagó lo de los tres.

—¿Podemos hablar de esto en la casa de tus abuelos? –Le dijo Mello, mirando al suelo.

—Claro, vamos. –Matt le dedicó una sonrisa para transmitirle confianza, y salieron del lugar.

El camino fue totalmente silencioso, si Mello no tocaba el tema, Matt tampoco lo haría, pues lo menos que quería era hacerlo sentir mal o incomodarlo.

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—Sabes... Creo que comienzo a comprenderlo un poco... –Habló por fin Mello. El chico de cabello rubio se encontraba recostado sobre la cama, al igual que Matt, sin embargo, mantenían una distancia prudente.

—¿Sí? –Preguntó Matt, con curiosidad.

—Creo, es posible, que cuando yo y Ailyn éramos niños, sí me gustaba, sin embargo, sólo gustar. Hasta ahí. No la amaba, lo cual es muy diferente... Es por eso que podía decir con facilidad que lo que siento contigo ahora, no es lo mismo que sentía con ella antes. Sin embargo... No deja de preocuparme como amiga. Y, con el tiempo, me di cuenta de quien era la persona que realmente estaba enamorado. –Bajó la cabeza con timidez y las mejillas rojas, con la mirada atenta de Matt sobre él, observando esa actitud que no era tan común en el blondo.

—¿Eehh? ¿Te refieres a que antes estabas enamorado de otra persona? ¿Quién era? –Preguntó, aún sin entender del todo a qué se refería Mello.

—No, eso no es, pero... No lo recuerdas, ¿Cierto? –Levantó la cabeza y le dedicó una leve sonrisa a Matt.

—¿Recordar qué? –Arqueó una ceja.

—Matt, yo soy el niño al que le llevabas barras de chocolate.

—¿¡Ehhhh!? –El corazón del pelirrojo había pegado un brinco, pues siempre se había jurado que conocería a aquel niño "De ojos azules" que veía en el parque, ¡Y ahora se enteraba de que era Mello! ¡Cuanta felicidad la suya que tenía en ese momento!

Podía ser despistado, pero nunca creyó que a tal grado. ¿Cómo no se dio cuenta? Observó fijamente los ojos de Mello, recordando como eran antes, exactamente iguales. Tal vez, la razón por la que no se había dado cuenta, era porque antes tenía el cabello diferente. Pero eso ya no importaba.

—Cierto... Creo que nunca te dije mi nombre... Pero igual, eres muy olvidadizo, ¿Sabes? –Matt le sonrió con nerviosismo, mientras Mello rodaba los ojos.

—Pero ese no era el tema, Mell. ¿Qué harás con Ailyn? –Preguntó.

—¿Pues qué quieres que haga? –Mello arqueó una ceja. – No hay nada que pueda hacer, excepto esperar a que se calme, al parecer ella ya entendió como están las cosas... –Matt le asintió.

—Ah... De acuerdo... –Suspiró.

Mello se volteó, quedando dándole la espalda a Matt, lo cual no dejó muy contento al pelirrojo. Si Mello lo hacía, él podía también, ¿Cierto?

Se acercó lentamente hacia donde estaba en blondo, y lo abrazó fuertemente por detrás, causando que su "amigo" diera un pequeño brinco de sorpresa.

—¿¡Q-Qué haces!? –Volteó la cabeza, encontrándose con un Matt sonriendo de forma triunfal.

—Te abrazo. –Contestó, sonriendo y observando el sonrojo en las mejillas de Mello.

—¡Oye! Sólo yo puedo hacer y decir cosas así, no me robes mi papel. –Matt rió ante su comentario, lo que hizo enojar aún más al rubio. –Parece que después de dos días sin poderte sentar sigues sin aprender, he. Eres muy desobediente, Matt. –La actitud de Mello había cambiado repentinamente, volviendo a su tono de voz normal y actitud dominante.

La risa de Matt cesó, y la piel se le había erizado. Ya se daba una idea de lo que significaba lo que acababa de decir Mello...

Y que podía hacer... Después de todo, así era él.


 

Notas finales:

Vuelvo a disculparme por la tardanza... Ah, ¿y bien? Espero haya quedado bien. Y como dije, intenté que Ailyn no tonara protagonismo. De hecho, hasta aquí llegaron sus apariciones, sólo será mencionada en el capítulo extra XD

por cierto, ahí se aclararán lo de Mello y Matt cuand eran niños...

nos vemos~

 


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