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Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

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Notas del capitulo:

Hola! Ah, gracias a kami esta vez no tardé un mes en actualizar. Bueno, antes que cualquier otra cosa, el fanfic.

 


Las dos semanas que habían sido dedicadas a las vacaciones de primavera, transcurrieron casi con normalidad. Y lo "normal" para aquella familia, era lo de siempre: Peleas entre Chris y Mello, las bromas entre ambos muchachos, las noches que casi ni dormían, y la amabilidad de Angie. Todo "normal". Los meses pasaban con rapidez, tanto, que ya estaban en Junio y comenzaba a hacer calor, sin contar que al día siguiente habría un 'deportivo' en la escuela donde estudiaban ambos adolescentes. Era lunes, y a partir de ese día, se comenzaría a utilizar el uniforme de verano. Constaba de un short color azul marino de un tono casi negro, y una camisa blanca con su respectivo escudo de la escuela.

Mello, como se había vuelto normal casi todos los días, pasó por la casa de Matt a esperarlo afuera. El pelirrojo al ver que su 'amigo' ya lo estaba esperando, se apresuró a salir, y una vez estando ya con él, éste le dio un rápido beso en los labios en forma de 'saludo', sin importar que hubiera gente cerca, a diferencia de otras veces. Y es que, verdaderamente, ya le daba igual lo que pensara la gente.

—Matt... Una pregunta, ¿Cómo soportas desvelarte cuando al siguiente día tienes que levantarte temprano? –Preguntó, con cansancio y sin demasiados ánimos.

—Es la costumbre, supongo. Después de un tiempo así, se vuelve 'normal'. –Le dedicó una de sus típicas costumbres al rubio, y seguido formuló una pregunta. – ¿Por qué? ¿Te desvelaste ayer?

—Algo así... No podía dormir. –Mintió.

—Oh... –El pelirrojo iba a decir otra cosa, sin embargo, una niña de aproximadamente cinco años se acercó corriendo a ambos muchachos, o más bien, al gamer, quien seguidamente la abrazó, observando a Mello, quien tenía cara de confusión.

—¡Lena! ¿Qué haces aquí? –Le revolvió el cabello suavemente a la niña, mientras el rubio seguía examinándola. Tenía el cabello café claro atado en dos coletas, ojos verde esmeralda, parecidos a los de Matt, llevaba unos lentes rojos y tenía algunas pecas en la cara.

—¡Mail! Tengo una pregunta para ti... Lo siento, es que no podía esperar... –Mello miró a ambos con aún más confusión, nadie llamaba a Matt "Mail", excepto sus abuelos y algunas veces sus padres. ¿De dónde conocería a la niña?

—Claro, pero caminemos a la escuela mientras preguntas, que se hace tarde, ¿De acuerdo? –La niña le sonrió y asintió. Los tres siguieron caminando, hasta que la menor volvió a hablar.

—Quería saber, ¿Qué significa tener 'sekso' y ser 'virgen'? –Preguntó con inocencia, mirando a ambos mayores, quienes se detuvieron en seco por un instante e instintivamente voltearon a verse abriendo los ojos sorpresivamente.

—Ah... Eso... Tú... Lo sabrás cuando seas mayor, ¿De acuerdo? –Le contestó Matt, sonriéndole con nerviosismo y el ceño fruncido.

—¿Y tú has tenido 'sekso'? ¿Eres virgen? –Mello casi estalla a carcajadas al oír la pregunta formulada por la menor que los acompañaba, en cambio, el pelirrojo tenía una cara que decía claramente "Trágame tierra", con un intenso sonrojo acompañado.

—Sí, ha tenido, y no, no es virgen. –Contestó Mello, soltando algunas risas y tapándose la boca para no reírse a carcajadas.

—Ohhhh... ¿Eres a amigo de Mail? ¿Tú si me explicarás que es, cierto? –Le sonrió tiernamente a Mello, y este asintió.

—Verás, cuando dos personas se quieren mucho demuestran su cariño poniendo su– La mano de Matt, quien por fin había reaccionado, interrumpió la explicación del rubio, a la vez que la menor hacía un puchero.

—¡Quiero saber! –Reclamó, cruzando sus brazos.

—Eh... Pero mira, ya llegamos a tu escuela, anda, ve, seguro te esperan tus amigas adentro. –El pelirrojo le sonrió nerviosamente, y como si por arte de magia a la menor se le hubiera olvidado su pregunta anterior, se despidió con un abrazo de Matt y salió corriendo en dirección al jardín de niños que estaba justo a unas cuantas cuadras de la escuela de ambos. "¿Desde cuando habíamos seguido caminando?" Se preguntó Matt.

Cuando la niña por fin se alejó, Matt quitó su mano de la boca de Mello y suspiró con alivio.

—¿Quién era esa niña? –Y sin poder evitarlo, el rubio adicto al chocolate estalló en carcajadas.

—¡No me pareció gracioso! –El pelirrojo se cruzó de brazos fingiendo estar enojado y prosiguió. – Es mi prima, Lena. Suele preguntar muchas cosas, pero en esta ocasión, creo que se pasó de 'curiosa'.

—Bueno, por lo menos gracias a ella se me fue el sueño. Interesantes preguntas las suyas, ¿He?

—No serán las últimas veces que pregunte algo así... –Suspiró.

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El día avanzaba con tanta tranquilidad que parecía más largo de lo normal. Había llegado la hora de receso, y ambos muchachos se encontraban sentados donde siempre solían comer. Ese lugar era la terraza, pues a pesar de estar 'prohibido' subir ahí, ellos siempre iban. Era mucho más tranquilo que en el patio, normalmente sólo eran ellos dos, y de vez en cuando Alice, que los acompañaba. Podían hablar sin preocuparse por el hecho de que alguien los escuchara.

—¿Como está Ailyn? ¿Ya está mejor? ¿Sigues hablando con ella, cierto? –Preguntó el pelirrojo.

—Claro que sí, no iba a dejar ese asunto así como así. Y ya está mejor, dice que quisiera volver a verte pronto, al parecer, le caíste bien. –Mello comía un chocolate con tranquilidad, recargado sobre una pared y con una mano sobre la nuca.

—Que bien. –Sonrió.

—Con que no llegues a gustarle estará bien. –Frunció el ceño y siguió comiendo su chocolate con los ojos cerrados.

—¿Estás celoso, acaso? –Arqueó una ceja mientras le sonreía socarronamente a el rubio, quien inmediatamente abrió sorpresivamente los ojos y se sonrojó de forma que muy rara vez lo hacía.

—¡No digas estupideces! —Se defendió, a pesar de saber que lo que decía su 'amigo' era verdad.

Pero como no estarlo, porque a pesar de saber que a Ailyn le gustaba él y no el gamer, nunca se sabía con las mujeres. Un día podían decir que 'amaban' a alguien, y al siguiente ya por ver a alguien más, olvidaron al otro. No las comprendía.

—No las digo, pero es que eso es claro...~ Además casi nunca te sonrojas de esa forma, ni cuando...-Mello reaccionó antes de que Matt terminara la frase. Sabía a que se refería. Por lo mismo, le tapó la boca, evitando así que terminara de hablar.

—Ya entendí, no es necesario que lo digas. –Aún con el sonrojo y los ojos entrecerrados por la vergüenza, retiró su mano levemente de la boca de su 'amigo'.

"Que adorable" Pensó Matt, y sin embargo, prefirió guardarse esa opinión.

—Hm. Y creí que yo era el que se avergonzaba. –Se cruzó de brazos y soltó una leve carcajada, haciendo enojar levemente al rubio.

—¡No es gracioso!

—No dices eso cuando eres tú el que...–Una vez más, Mello lo interrumpió. Sin embargo, de forma distinta: Lo calló con un beso. Lo necesitaba, inevitablemente, necesitaba sentir sus labios. Si ya era una tortura tener que estar en clases fingiendo ser sólo amigos, mucho más lo era el tener que aguantar las ganas de besarlo en las ocasiones donde no podía.

Y por el momento, eso es lo que era, una relación disfrazada de amistad. Entonces Mello pensó. ¿Y si dejaran de ocultarlo? ¿Se lo tomarían mal, acaso? Él repetía seguidamente que no le importaba, pero también estaba Matt, y su opinión le importaba, aunque no lo admitiera.

Se separó lentamente y observó a Matt a los ojos.

—¿Y si dejáramos de ocultarlo? –Por fin habló.

—Te refieres a... ¿Nosotros? –Preguntó.

—No, a que vengo del pasado y mi plan maligno funcionó. –Rodó los ojos, con sarcasmo.

—Pero podrían comenzar a decir cosas malas sobre ti, y no quiero eso... –Observó los ojos celestes que lo miraban fijamente, tenía una mirada decidida, y aquella petición era extraña.

—Sabes que me da igual.

—A mí no, no quiero que te pase nada... Tal vez más adelante, pero por el momento... Que se le va a hacer... –Agachó la cabeza con tristeza, pues la verdad le dolía ocultarlo, pero una parte de si mismo le decía que era lo mejor.

—Está bien... –Mello también agachó su cabeza, quedando así sus frentes levemente rozándose.

—¿Chicos? Eh... ¿Los interrumpo con algo? –Ambos se separaron de la forma más rápida que pudieron al escuchar la voz de Alice.

—Para nada. –Contestó Matt, con un sonrojo en las mejillas. Mello sólo rodó los ojos.

—Oh... Bueno... Es que... Hay algo que necesito decirles. –Suspiró, e hizo un gesto como de pesadez.

—¿Qué es? –Preguntó Mello, arqueando una ceja. Ambos se habían sorprendido por la forma en la que Alice dijo aquello, la conocían lo suficiente para saber que no era nada bueno.

—Lo que pasa es que... Hay alguien que sospecha sobre "ustedes"... –Mello ni se inmutó, mientras que, en cambio, Matt abrió los ojos en demasía, en señal de sorpresa.

—¿Quién? –Preguntó, todavía sin salir de esa expresión como de 'shock' en la que se encontraba.

—Un chico de 2 'A'... Víctor. Dice que pasan demasiado tiempo juntos, nunca se les ve en el recreo y Mello es muy sobreprotector con Matt... He intentado convencerlo de que no es así de forma "discreta", pero... –Agachó la cabeza, y prosiguió hablando. – Creo que levanté más sus "sospechas", porque dice que es como si yo quisiera cubrirlos... Y que como soy su amiga... Bueno...

—Me da igual. –Dijo Mello, interrumpiendo a Alice.

—Pero... Mell... –Esta vez fue a él pelirrojo a quien interrumpió.

—¿Pero qué? ¿Acaso tanto te importa que los demás lo sepan? –Miró a Matt con molestia, pues aunque no era así, Mello lo interpretaba como un: "Si los demás se enteran te dejaré, porque me dará pena estar con otro hombre."

—No, me importa lo que puedan llegar a hacer... –Mello rodó los ojos, e insatisfecho con esa respuesta, salió del lugar rumbo al salón de clases una vez más, a pesar de faltar como diez o quince minutos para el timbre.

—¿Crees que se haya enojado? –Matt miró con preocupación a su amiga, pues lo menos que quería es crear una discusión sólo por eso. Prefería que los demás se enteraran a pelearse con Mello por ese asunto.

—No te preocupes, seguramente sólo fue un impulso del momento, pero te recomiendo que vayas por él, no vaya a hacerse este asunto más grande y verdaderamente se peleen... –Le dedicó una sonrisa al gamer para transmitirle confianza, y este hizo mismo.

—Gracias. –Salió caminando rápidamente para tratar de alcanzar a Mello, sin embargo, este ya se había adelantado bastante.

Bajó las escaleras con rapidez, y se dirigió corriendo a su salón de clases, donde ya estaba Mello, sentado sobre su asiento.

Debido al esfuerzo hecho al correr, se encontraba jadeante y con algunas gotas de sudor recorriéndole por su frente.

—Yo... Mells... Lo sie– Mello lo tomó desprevenido, jalándolo de la camiseta bruscamente, y estampando sus labios con los de Matt.

Fue un beso simple, rápido. Pero lleno de necesidad.

Mello no se separó del todo, seguía tomado de la camiseta de su 'amigo', y a escasos centímetros de su rostro. Por su parte, el cabello de Matt y sus mejillas parecía que tuvieran un concurso de cuál era más rojo.

El rubio quería volver a besar a Matt, pero antes de siquiera poder pensarlo, la puerta del salón de clases se abrió estrepitosamente. Un grupo de chicas había entrado, y entre ellas, iba Alice. Al escuchar eso, ambos muchachos se separaron lo más rápido que pudieron. Pero era demasiado tarde.

—¿Qué fue eso? –Preguntó una de las chicas, mirando a ambos arqueando una ceja.

—Eh... –Matt no sabía que decir. Estaba más que nervioso. ¿Decía la verdad? ¿Acaso tenía que arriesgarse...?

—Fue un accidente. Me tropecé. –Contestó Mello, secamente.

—Oh... Ya veo... –Dijo la chica, sin llegar a convencerse del todo.

En ese instante, para suerte de todos, el timbre acababa de sonar. Matt suspiró, "A actuar de nuevo..." Pensaba. Tal vez no era tan mala idea que los demás se enteraran.

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Las clases después de receso habían parecido eternas. El gamer no había prestado atención prácticamente a nada. Tenía "otros asuntos" más importantes que atender, como pensar que pasaría de acuerdo a la decisión que tomaran, y no era nada fácil, a decir verdad. Por un lado, si los demás se enteraran, probablemente serían los "raros" de la escuela, los molestarían -o más bien, más a él que a Mello- o en el peor de los casos, los golpearían. Tampoco quería aquello. No iba a arriesgar a Mello... Pero si eso era lo que él quería... Por otro lado, si no se enteraban, tendrían que seguir disfrazando aquello de amistad. Lo peor, era que cada vez se volvía más y más difícil.

—¿Por qué dijiste eso? Creí que te daba igual que las demás personas supieran... –Le preguntó, con curiosidad.

—Me da igual, pero lo hice porque tú no quieres, y además, creo que después de todo tienes razón. –Respondió, mientras ambos ya caminaban camino a sus hogares.

—P-pero no malentiendas... No es que le de importancia a lo que dicen los demás, ¿Pero y si te sucede algo? ¿Qué no ves como tratan e insultan a otras personas iguales que nosotros? –Lo observó.

—A mí no me pasará nada, y si te quisieran hacer algo a ti, sabes que no permitiría eso. –Al escuchar las palabras de Mello, Matt sonrió.

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Mello no había pegado ojo en toda la noche. Se iba sintiendo mal desde el día anterior, estaba cansado, y no había comido bien. Si no fuera 'obligatorio' asistir al famoso deportivo de la escuela, se hubiera quedado en casa. Pero no, tenía que ir, o no podría ganarse el derecho a examen del bimestre. Y entonces Near le ganaría una vez más. ¡No podía permitir eso! Como pudo, se levantó de la cama, y sin ganas de tomar una ducha, se limitó a enjuagarse la cara.

Sacó de su armario la ropa que debían llevar especialmente para ese evento, que consistía en un short negro que se ajustaba a su cuerpo, y una camiseta color blanca con rayas azules en el cuello, y el respectivo escudo de la escuela. No se molestó ni siquiera en llevar la mochila, pues no harían nada más en el día además de eso.

Bajó las escaleras con pereza, y sin ganas de desayunar, lo único que tomó fue un chocolate más o menos del tamaño de su pulgar, como uno de muchos que tenía en un frasco. Quitó el pequeño envoltorio y se lo echó a la boca. Seguido, salió de su casa rumbo a la de Matt.

Una vez llegó, como siempre, le había tocado esperar aproximadamente cinco minutos antes de que el pelirrojo estuviera listo.

—Haaa~ Que mal que hoy tenemos deportivo. Odio esos eventos, siempre termino con todo el cuerpo doliéndome. –Se quejó Matt, mientras ambos comenzaban a caminar hacia su escuela.

—También yo... Además estoy muy cansado... –Mello no quería decir que no durmió en toda la noche, y que, además, se había estado sintiendo mal desde el día anterior. ¿Por qué? No quería preocupar a Matt.

—Bueno, tal vez sea divertido. –Dijo Matt, sonriéndole a Mello mientras estiraba los brazos para quitarse un poco el cansancio.

—¡Mail, Mail, Mail! –Lena, la prima de Matt que se había cruzado con ambos anteriormente, una vez más había aparecido frente a ellos.

—¿Qué pasa ahora, Lena? –Preguntó nervioso, esperando que su prima esta vez no preguntara nada 'extraño'.

—¿Qué son 'condones'? –La niña miró a Matt inocentemente, mientras este una vez más se quedó en blanco. ¿Ahora que le decía a su pequeña prima?

—Eh... Son... Unos 'juguetes' que se utilizan a la hora de jugar cierto 'juego'... –Seguían caminando rumbo hacia la escuela, sin embargo, lo que esta vez le pareció extraño a Matt, fue que Mello no dijera nada, o no se burlara.

—¿Me compras condones para jugar con mis amigos? ¡Por favor! –Miró a su primo con los mejores ojos de inocencia que pudo hacer, sin saber en el lío que estaba metiendo a este.

—Ha...~ –Mello soltó una risilla divertida, pero después de eso, no dijo nada más.

—Eh... No, no puedo, Lena... –Matt le sonrió nerviosamente, esperando que no sijera nada más acerca de eso.

—¡POR QUÉ! ¿¡POR QUÉ NO ME QUIERES COMPRAR CONDONES!? ¡WAAAH, ERES MALO, MAIL! ¡QUIERO CONDONES, QUIERO CONDONES! –Gritó la menor, haciendo que todas las personas quienes también se encontraban al rededor, también caminando –Entre ellas varios estudiantes– voltearan a ver aquel extraño acto.

—Shh... Lena... Ya, te compro una muñeca después... Lo que pasa es que... Los condones son muy caros... –El gamer le acarició el cabello a la pequeña, haciendo que esta se tranquilizara un poco.

—¡De acuerdo! –Y como por arte de magia, era como si ya se hubiera olvidado de que quería los 'condones'. Salió corriendo, adelantándose más que los chicos, pues su jardín de niños ya quedaba cerca.

—Tu prima es... Interesante... –Opinó el rubio, con una sonrisa divertida en los labios.

—Ni lo digas... –Suspiró.

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Comenzaba a sentirse mareado. Muy mareado. La cabeza le dolía de forma horrible, sentía que en cualquier momento le explotaría. Pero ahí estaba, preparándose para una carrera de quinientos metros. Era más importante su calificación que el dolor que sentía, por lo que trató de olvidarlo y concentrarse. Retiró unos cuantos mechones rubios que le tapaban la visión, y una vez gritaron "Fuera", salió corriendo.

No iba ni bien por los cien metros cuando la visión comenzó a hacérsele borrosa. Trató de seguir corriendo, pero no pudo. Cayó al suelo con pesadez, y después de eso, no recordó nada más. Se había desmayado.

Matt, de quien aún no era turno de correr, se dio cuenta al instante de aquello. Lo que menos importaba en esos instantes era que los demás seguían corriendo, por lo que, con preocupación, se salió de su lugar en la fila y fue corriendo hasta donde estaba el rubio.

—¡Mello! –Su rostro no expresaba nada más que preocupación. Zarandeó un poco el cuerpo inmóvil de Mello, tratando de hacerlo despertar, pero fue inútil. Su preocupación crecía cada vez más, tanto, que incluso estaba conteniendo las ganas de ponerse a llorar ahí mismo.

Una maestra y varios alumnos se acercaron para ver que pasaba, la carrera y prácticamente todo el evento se habían detenido en aquel instante.

—¿Podrías llevarlo a la enfermería, Matt? –Preguntó la profesora.

Matt ni siquiera respondió, no quería perder el tiempo. Levantó a Mello con cuidado del suelo, y se lo llevó a la enfermería, caminando lo más rápido que sus piernas podían.

Mientras cruzaba pasillos, escuchaba los cuchicheos y murmullos de otros estudiantes que se les quedaban viendo. "Probablemente ahora sospechen más que nosotros estamos juntos pero... ¡Eso es lo que menos importa ahora, maldita sea! Mello... Por favor..." Pensaba.

Abrió la puerta de la enfermería como pudo una vez llegó, y recostó a Mello sobre una de las camas que había ahí. La mujer que era la 'enfermera' se quedó observando a Matt y seguido a Mello, con curiosidad.

—¿Qué le pasó? –Preguntó.

—Yo... Yo... ¡No lo sé! ¡Estaba corriendo y de pronto se desmayó! ¿Se pondrá boen pronto, cierto? ¿¡Cierto!?

—Calma, no podemos hacer nada hasta que despierte, después veremos que le damos, ¿Sí? –Le sonrió con amabilidad a Matt, y este asintió, aún con cara de preocupación en su rostro.

—Te pediré que te quedes aquí mientras despierta, ¿Sí? Cuando despierte, necesito que me busques. Estaré en las canchas, yo le aviso a los maestros. –Sonrió, y salió del lugar.

Matt abrazó a Mello, y si poderlo evitar, soltó unas lágrimas. Sólo esperaba que no fuera nada grave...

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Se despertó con dificultad, abriendo los ojos de a poco. ¿Qué había pasado? Lo último que recordaba era que esta corriendo... Y luego... ¿Se desmayó? Intentó levantarse de la cama donde se encontraba, pero había algo que le impedía hacer eso. Matt estaba ahí, dormido, casi sobre él.

—Matt, despierta. –Mello lo zarandeó un poco, y fueron cuestiones de segundos para que el gamer reaccionara.

—¡Mello! ¿¡Estás bien!? ¿¡Qué pasó!? ¿¡Cómo te sientes!? –Se sentó sobre la cama y observó a Mello con ojos vidriosos, signo de que había estado llorando.

—Estoy bien. Sólo no he estado durmiendo bien, y hoy no he comido ni tomado agua. Creo que fue por eso, pero no es nada grave. –Sonrió levemente para tratar de tranquilizar a Matt, y seguido, con su dedo pulgar, limpió una lágrima acumulada que le había quedado en el ojo derecho.

En un impulso, Matt besó a Mello, tomando por sorpresa al rubio. Mello sintió como sus mejillas le ardían. ¿Y cómo no ponerse así? La mayoría de las veces era él quien hacía esa clase de acciones. Para él significaba mucho que esa vez hubiera sido Matt quien lo besó. El pelirrojo se separó con lentitud, y observó a Mello, sonriéndole.

—¡No sabes el susto que me diste! No vuelvas a hacer eso... Ahora ven, hay que ir a la cafetería, tienes que comer algo.

—¿Pero y el evento...?

—Eso ya está arreglado, la enfermera dijo que le explicaría a los maestros.

—De acuerdo... –Mello se levantó con cansancio y algo de dificultad de la cama, Matt lo imitó, y ambos salieron de la enfermería, rumbo a la cafetería, para que así Mello pudiera comer algo.

Lo que no sabían, era que dos personas habían estado observando todo aquello. Y una de ellas llevaba un celular. Además, sus intenciones, no eran del todo "buenas".

—¿Sabes todo lo que podemos hacer con esta foto...? –Dijo una voz femenina, hablándole a un chico que estaba parado junto a ella.

—Ya me imagino... –El chico rió, y seguido, ambos se alejaron del lugar desde donde había presenciado todos aquellos actos.


 

Notas finales:

En general, creo que me gusta este capítulo xD ¡Tiene de todo! Aunque, la verdad no sé como haya quedado, ¿por qué? ¡SON LAS 2:17 DE LA MAÑANA Y TENGO CLASES A LAS 7! Ah, ¿ven lo que hago por ustedes?

por cierto, dibujé a Lena, es que me la imaginaba demasiado tierna XD si quieren, les muestro el dibujo en el capítulo que viene.

¡muchas gracias a las o los que siguen el fic!

¡Nos vemos!

PD: LOS FICS DE REGALO LOS COMIENZO MAÑANA XD 


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