Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sexy, Naughty, Bitchy Mello por Kurumi2413

[Reviews - 229]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Vengo rápido D: 

 

A leer (?

 

Mello se encontraba recostado sobre su cama, totalmente cansado y sin saber qué hacer. Había estado ignorando a su amigo pelirrojo olímpicamente desde lo sucedido en el campamento, simplemente su grandísimo orgullo y algo parecido al temor de ser rechazado, no le permitía ni siquiera mirarlo. Pero ya no podía más con eso, estaba harto, se sentiría un cobarde si no trataba de por lo menos arreglar las cosas, tampoco podía quedarse sentado sin hacer ningún movimiento, tenía que aclarar las cosas y saber qué pensaba Matt, además, el chico podría hartarse de que lo ignorara, hasta llegar al punto de verdaderamente colmar su paciencia y enojarse. Por otra parte, hacía caso omiso a la gran confusión que se había armado su amigo durante esos días.

Suspiró pesadamente, levantándose de su cama, decidido a por fin actuar. Observó el calendario, sábado 2 de marzo... Era un día bastante helado, había estado lloviendo durante todo el día, sin embargo, le dio poca importancia.

Sacó de su armario una chaqueta de cuero con manga larga con una capucha peluda de los bordes, y tomó un paraguas, decidido que con eso era más que suficiente. Sin más rodeos, bajó las escaleras y una vez de asegurar la puerta de su departamento con llave, se dirigió a la casa de su amigo, rezando por que se encontrara ahí, aunque era lo más probable. Mientras caminaba, constantemente frotaba sus manos o trataba de calentarlas con suspiros, en busca de algo de calor.

Matt apenas y había tocado su comida ese día, no se encontraba de los mejores ánimos que se pudiera decir... Últimamente estaba algo decaído, y para su mala suerte, tanto como sus padres como Alice lo habían notado. Para su mala suerte, no podía hablar con ninguno. ¿Qué le diría a sus padres? "Oh, es que resulta que mi mejor amigo se me acaba de confesar y no puedo entender que siento, además que cuando trato de hablarle me ignora. Que buena manera de explicarlo... Que listo, Matt" pensaba, con sarcasmo. Mientras que a Alice, no podía decirle ni siquiera "hola" ,pues a cierto rubio se le había dado por hablar bastante con ella, además de ignorarlo. "¿Qué puede ser mejor...?" pensaba, sarcásticamente.

Frotó sus manos, tratando de calmar un poco el frío que tenía. De repente, cruzó por su menta la idea de que tal vez Mello seguía molesto con él por lo que había dicho. Pero ya se había disculpado... ¿Qué más quería que hiciera? Aunque en parte debía admitir que Mello tenía razón en enojarse, tampoco lo disculparía así porque sí.

Recuerdos pasaron por su mente, el beso con Alice... El accidente roce de labios que tuvo con Near... Y luego, el brusco y fugaz beso que le había plantado Mello. Un escalofrío recorrió su cuerpo y la sangre se le vino a las mejillas, sintiendo de inmediato su cara arder. Además de esas veces que estuvieron tan cerca... Cómo en la casa de acampar que podía sentir la respiración del rubio chocar con la suya, o cuando lo abrazó al notar que su nota era mayor a la de Near... ¿Por qué se había arriesgado tanto esa vez...? En todo momento fue consciente de que era arriesgado, podían incluso haberlo expulsado, pero poco le importaba. Si le decía que se tirara de un puente, lo haría, incluso si le pedía un pedazo de luna, estaba dispuesto a quién sabe cómo, conseguirlo, con tal de verlo feliz.

¿Por qué hacía eso? Y demonios, cuantas ganas tenía de besarlo de nuevo... Sentir su respiración agitada chocando contra la suya propia, abrazarlo... Sólo habían pasado unos cuantos días, y ya lo extrañaba. Quería volver a verlo hablarle, aunque fuera para decirle que se alejara y nunca volviera.

Al demonio las explicaciones lógicas, estaba harto, le gustaba Mello. Ya, lo admitía. Pero, ¿De qué forma...? No podía más, se estaba volviendo completamente loco por culpa de su amigo. A pesar de que siempre consideró la posibilidad de que tal vez le gustara el rubio, siempre terminaba intentando negarlo. Pero al diablo, estaba cansado, ya ni él mismo se creía cuando negaba que le gustaba.

¿Qué haría...? Tenía tantas ganas de verle, hablarle, aclarar las cosas, decirle que le gustaba, besarle... Sus mejillas seguían con ese tono carmín que se volvía cada vez más constante. ¿La razón? Pues era simple, Mello...

Observó por su ventana el cielo nublado y la lluvia que caía, tratando de distraer sus pensamientos, pues era casi improbable que pudiera ver a Mello sin que este le ignorara. De un momento a otro, su momento de distracción se vio fallido cuando divisó afuera de su casa esa cabellera rubia tan inconfundible y... "Oh mierda, ¿Y ahora qué hago? ¿Por qué viene?" Sintió como su corazón comenzaba a latir cada vez más fuerte, y su respiración se volvía dificultosa.

La madre del pelirrojo, Angie, salió de la casa rápidamente con un paraguas para abrirle la reja rápidamente a Mello, Matt no podía hacer nada, simplemente se dedicó a observar, sin poderse creer lo que veía.

-¿Tú eres Mello, cierto? ¡Pasa, está lloviendo demasiado como para que estés afuera solo con eso! -Dijo con gentileza la mujer.

-No importa, lamento llegar nada más así. ¿Está Matt? -Preguntó Mello, tratando de sonar amable, y dejando el paraguas recargado sobre una pared.

-En su habitación, pasa. Seguramente le caerá bien tu visita, últimamente lo veo algo decaído. -Comentó la pelirroja, con preocupación.

Mello asintió y se dirigió a la habitación de su amigo, arqueando una ceja, ¿Por qué Matt estaba "decaído"? ¿Acaso era porque lo había estado ignorando...? No debía sacar conclusiones apresuradas, por lo que era mejor preguntarle directamente, por eso se encontraba ahí en ese momento, ¿O no?

Suspiró, y tomando algo de valor, tocó la puerta con los nudillos, esperando al pelirrojo, quien no tardó demasiado en abrir.

-¿Q-que ha-haces aquí? -Matt trató de decir algo coherente y sin tartamudear, sin embargo, eso fue lo único que sus labios pudieron articular. Se movió del marco de la puerta para dejar que Mello pasara, y de suerte no cayó al piso ahí mismo.

-Vine a aclarar algunas... cosas. -Totalmente decidido, Mello entró y cerró la puerta tras de sí.

-Yo... M-mello... Quería decirte q-que.. -Ni bien Matt terminó de hablar, su amigo lo interrumpió.

-Déjame hablar. -No quería sonar tan frío, pero parecía que pensaba una cosa y hacía otra. Un escalofrío recorrió a Matt, ¿Y qué tal si ahora decía que todo fue una confusión y en realidad no le gustaba para nada? La simple idea lo atemorizó un poco, se sentía un idiota por no haber hecho nada cuando tuvo la oportunidad.

Matt se sentó en en suelo, y observó cómo Mello lo seguía, para después sentarse junto a él. Ambos se sonrojaron levemente, mientras que por unos instantes se quedaron viendo fijamente los ojos del otro.

-Todo lo que dije... Es verdad, ¿Sabes? No fue solo un impulso. -Aclaró Mello, con sus mejillas levemente rojas, y la mirada completamente decidida.- Seré directo -Tomó aire y prosiguió- ¿Qué es... Lo que sientes tú? -Matt se sonrojó de forma violenta al escuchar la pregunta de Mello.

-Y-yo... E-es qué... Me haces sentir... Cosas demasiado complicadas, que nunca había sentido antes... Y... -Matt notó como, a pesar del frío que hacía, las manos comenzaron a sudarle, además de que había comenzado a temblar, algo que no pasó desapercibido por Mello, debido a la cercanía.

-Hey... Tranquilo... Yo... Tampoco quería que te pusieras así.. -Mello tomó ambas manos de Matt, tratando de tranquilizarlo, a lo que su amigo se sonrojó más de lo que ya estaba. "¿Qué debería de hacer ahora?" Pensaba Mello.

¿Por qué Matt se comportaba así justo en ese momento? Incluso ya había admitido que le gustaba Mello, ¿Entonces por qué no podía armarse de valor para decírselo?

De repente, se observó una luz fugazmente, para después escucharse un estruendoso trueno, que sobresaltó a Matt, y por instinto, abrazó a Mello.

-¿Le tienes miedo a los rayos? -Preguntó Mello de manera burlona, tratando de deshacer la atmósfera algo tensa que se había formado.

-Sí... -Murmuró Matt, de una manera apenas audible, sorprendiendo a Mello.

-Idiota... -Mello solo se dejó abrazar, si fuera alguna otra persona la hubiera mandado al demonio, pero no era un simple persona... Era Matt...

-Lo siento... -Una vez que el susto de Matt pasó, deshizo el abrazo, tratando de guardar distancia.

-Matt. -Lo llamó Mello, y al observar como su amigo se alejaba un poco, se acercó más a él, tratando de poco a poco, acortar la distancia.

Matt se quedó paralizado sin saber que hacer, Mello se estaba acercando poco a poco a él, acortando los centímetros que separaban sus labios, esos labios que tenía tantas ansias de volver a probar...

No supo cuándo ni cómo, pero el pelirrojo al igual que su amigo, ya se encontraba acercándose poco a poco, tratando de acortar esa distancia, para por fin poder sentir el tan anhelado contacto con esos finos labios.

"También se está acercando... ¿Eso significa que también quiere...?" Pensaba el rubio.

Se encontraban ya demasiado cerca, eran tan sólo unos cuantos milímetros los que los separaban, sus agitadas e irregulares respiraciones chocaban entre sí, haciendo que ansiaran aún más el contacto, mientras en sus rostros se notaría a distancia el rojo de sus mejillas. "Solo un poco más..." pensó Matt.

Cuando estaban ya apunto de que sus labios se unieran, algo hizo retroceder al rubio.

-Tu madre... Podría vernos y... No, no lo creo... -Suspiró, mientras Matt se alejó un poco, para poder observar bien sus ojos.

-No vendrá. -Fue Matt el que esta vez, buscó nuevamente los labios de Mello, a quien poco le importó lo que acababa de decir, e imitó a Matt.

Una vez más, estuvieron tan cerca, a escasos milímetros, que casi podían sentir un leve roce, hasta que...

-Matt, Mello, les traje chocolate caliente. -Escucharon del otro lado de la puerta, era la madre de Matt.

"Maldita sea... Esto solo puede pasarme a mi..." Pensaba Mello.

Ambos se alejaron de la manera más rápida pudieron, se levantaron del suelo, y prosiguieron a sentarse sobre la cama de Matt a una distancia bastante prudente.

-Pasa... -Suspiró Matt, tratando de eliminar ese rojo carmín en sus mejillas. La madre del pelirrojo no tardó en abrir, pasándole a cada uno una taza con chocolate caliente, mientras sonreía.

-Parece que ambos están algo sofocados... Que extraño, con este frío que hace. -Comentó la mujer, dejando escapar una risilla, a lo que ambos adolescentes se sonrojaron figazmente.- Matt, iré con tu padre por unos asuntos se negocios, no tardo. -Sonrió, a lo que Matt asentía con la cabeza, y seguidamente, salió de la habitación.

Matt observó a Mello dándole un sorbo al chocolate caliente. "¿Estaremos solos? Que bien... La vida es bella." pensaba Matt, con sarcasmo.

¿Y ahora que harían? Después de ese intento fallido de beso, el ambiente se puso algo tenso e incómodo. Y es que habían estado tan malditamente cerca, por dios... Matt se puso a analizar las cosas. Mello le gustaba, por eso siempre le había llamado la atención Mello, siempre sintió curiosidad por él, a pesar de decir que lo odiaba, quería de alguna forma lograr hablar con él, y la sonrisa burlona que seguidamente ponía... En resumen, todo del rubio le llamaba la atención, incluso su comportamiento tan cambiante tenía algo que lo atraía, ¿Acaso le gustaba jugar con cosas peligrosas? Pero no le podía llamar solo una simple atracción física... No, élamaba a Mello.

Un sonrojo invadió su cara al darse cuenta de lo que pensaba. Mello carraspeó, sacándolo de sus pensamientos.

-Sobre lo que decía... -Mello suspiró y se sonrosó levemente- Sí me gustaría saber que piensas tú eh... Al respecto, pero si te incomoda... Mierda, esto es incómodo. -Dijo lo último en un murmuro, y seguido, recargando su cara sobre una mano, cubriéndose la mitad del rostro.

-No hace falta que lo digas, además yo... También quería decirte que tú... Tú... Me... -Ambos de sonrojaron, y Mello levantó la vista, para observar con intriga los ojos de Matt, atento a lo que decía.- Me... Gu...-Antes de que Matt pudiera terminar esas dos palabras, esa simple frase, se observó de nuevo una luz de un rayo, que cubrió toda la habitación.

Con la mano temblorosa, el pelirrojo dejó la taza sobre su escritorio, y cuando se escuchó un fuerte trueno, atinó por meterse a la cama con rapidez, y tapándose el cuerpo completo con las sábanas, comenzó a temblar.

Mello, al darse cuenta de lo asustado que estaba su amigo, suspiró, dejó su taza con chocolate en el escritorio junto a la de su amigo, y se metió a la cama, cubriéndose con las sábanas al igual que Matt.

El pelirrojo seguía temblando, soltando unas cuantas lágrimas en silencio. Sintió el calor de Mello al lado de él, y pronto sus brazos rodeándolo de forma protectora.

-M-mello... -Susurró, de forma apenas audible.

-Está bien, me quedaré contigo hasta que se calmen los truenos. -Respondió, con las mejillas levemente rojas. Otro trueno se escuchó y Matt se aferró a Mello.

¿Por qué era tan distinto cuando estaba con él? Ni el mismo Mello lo sabía, si fuera otra persona jamás hubiera dejado siquiera que se acercara, y Mello tampoco la hubiera abrazado.

El rubio tomó por el mentón a Matt, comprobando su suposición, estaba llorando. ¿Tanto miedo le tenía a los rayos? Probablemente le traían un mal recuerdo o algo así... Mello le limpió con el pulgar las silenciosas lágrimas que salían de sus ojos y Matt le sonrió leve y tímidamente. Más bien, no era solo por eso, los nervios, sentimientos acumulados, confuciones, y demás, salían de esa forma, como excusa.

Estuvieron así un rato, disfrutando de la compañía del otro mientras seguían abrazados, hasta que la lluvia calmó, y Matt habló.

-Un día mis padres tuvieron que ir a una reunión de trabajo, y yo me quedaría solo hasta la madrugada. -La voz del pelirrojo sonaba algo ronca y quebrada, Mello solo lo escuchaba atentamente.- Por la noche comenzó a llover fuertemente, y seguido comenzaron a caer rayos y escucharse truenos. Nunca me gustaron, y en ese instante que estaba solo, mucho menos. Siempre me escondía debajo de las cobijas y de vez en cuando lloraba. Pero sabes... Me siento seguro contigo... -Matt se sonrojó y no tardaron en subírsele los colores a Mello.

-No pasa nada. -Mello le pasó una mano por el cabello, aún abrazando a Matt.

-Gracias...-Murmuró Matt, con las mejillas levemente rojas.

Mello observó como poco a poco su pelirrojo amigo iba volviendo su respiración constante y tranquila, por lo que supuso que se había quedado dormido. Pensó que era mejor descansar, además su mamá no podía tardar demasiado tiempo más en llegar, a pesar de que no quería moverse de la posición en la que estaba, con una de sus manos rodeando la cintura y la otra en la nuca de Matt.

Suspiró, y sin querer irse, se levantó con cuidado de la cama de Matt. Cuando estaba apunto de abrir la puerta con cuidado para no despertarlo, sintió como alguien lo agarraba de la manga de su chaleco. Volteó y se encontró con Matt, mirándolo con ojos suplicantes.

-Aún no te vayas. -Dijo, bajando la cabeza.

-Tu madre no tarda en llegar. -Respondió.

-No importa... -Volteó a ver a Mello, dedicándole una tierna sonrisa, a la que su amigo simplemente no pudo resistirse.

-No mucho tiempo... -Suspiró, a lo que ambos se sentaron nuevamente sobre la cama de Matt.

-Yo.. Sobre lo que decía antes... -Dijo Matt, agachando la cabeza- Quería pedirte disculpas nuevamente por lo que dije... Realmente nada fue verdad... Solo estaba algo molesto con Alice, y de alguna forma me desquité contigo, pero sé que eso no fue correcto, así que nuevamente, lo siento..

-Eso ya no importa. -Mello suspiró. Aunque le había dolido lo que había dicho su amigo, decidió que lo mejor era dejar eso olvidado, y no guardar rencor, era estúpido seguir ignorándolo.

-Y... Nadie podría interrumpirnos ahora... Y-yo.. Quiero.. Besar...-Tartamudeó Matt, con la cara completamente roja. Mello abrió los ojos en señal de sorpresa.

Mello sonrió con ternura, para después tomar las manos temblorosas de Matt y mirarlo a los ojos. Con mucho cuidado, Mello fue arrinconando a Matt en una esquina de la cama que quedaba pegada a la pared, donde apenas y llegaba la luz debido al clima nublado, además que ya comenzaba a oscurecer y la luz estaba apagada.

Matt se sonrojó a más no poder, y Mello, sonrió de forma divertida al ver la reacción de Matt. Se acercó, quedando a escasos milímetros de nuevo, y sin más rodeos, lo besó con delicadeza. El rubio colocó sus manos en el cabello de su "amigo" sin romper el beso, que al poco tiempo dejó de ser solo un roce de labios, y se convirtió en algo más, algo en lo que se demostraban lo que las palabras no alcanzaban, Mello atrapó el labio inferior de Matt, mordiéndolo suavemente, mientras los inexpertos labios del pelirrojo no quisieron quedarse atrás, ahogando un suspiro de Mello.

Cuando se les acabó el oxígeno, Mello no pudo hacer más que separarse, Matt observó como el rubio jadeaba con la respiración agitada con las mejillas completamente rojas, y no pudo evitar sonreír al ver esa escena que le pareció tan tierna.

-Mello... M-me gustas. -Dijo Matt por fin, quitándose un gran peso de encima, y aún más al ver como Mello le sonreía para después volver a besarlo.

Por fin, por fin Mello había escuchado esas dos palabras, que por más simples que parecieran, para él eran tan importantes.

Ambos lograban percibir la forma tan descontrolada en la que latía el corazón del otro, sin romper el beso, Mello recorría con sus manos desde el cuello de Matt hasta subir y llegar a el cabello pelirrojo de su amigo, jugando un poco con el.

Después de tanto tiempo ansiando ese contacto, por fin habían podido sentir con mayor claridad los labios del otro, además de un cálido y agradable sentimiento en su pecho. Si respirar no fuera una necesidad, habrían querido quedarse así por mucho más tiempo, pero para su desgracia, lo era, y tuvieron que separarse.

Quedaron a pocos centímetros, con sus respiraciones agitadas chocando entre si. Matt, quien estaba completamente sonrojado, apoyó su cabeza sobre el hombro de Mello, quien solo sonrió. Se quedaron de esa manera hasta que escucharon a la madre de Matt entrar nuevamente en la casa.

-Mierda. -Dijo Matt.

Ambos se levantaron de la forma más rápida que pudieron, y trataron de ordenar su cabello completamente desarreglado.

-Creo que ahora sí debería irme. -El rubio salió de la habitación con la cara completamente roja.

-T-te acompaño. -Matt lo siguió.

-Mello, ¿Ya te vas? Vuelve cuando quieras. -La madre de Matt le sonrió al rubio, que solo asintió.

Una vez ya afuera, ambos "amigos" se miraron sonrojados.

-Adiós. -Dijo Mello, para después voltear fugazmente a todos lados a ver si había alguien, y cuando se cercioró que no había nadie, le plantó un rápido beso en los labios al gamer.

-Nos vemos. -Dijo Matt, sonriéndole a Mello con las mejillas aún rojas.

Mello se despidió con la mano, y sin querer alejarse de su "amigo" se retiró a su departamento, sin poder evitarlo, con una "estúpida" sonrisa, según él.

Matt, por su parte, estuvo el resto del día de buen humor, tal vez iría a buscar a Mello al día siguiente. "2 de marzo..." pensó, mientras marcaba en el calendario esa fecha que siempre recordaría.

Notas finales:

Bueno, actualicé antes porque tenía muchas ganas de escribir este capítulo :3 

Espero les haya gustado porque me esforzé bastante... 

¿Reviews? >:3

Nos vemos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).