Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

One shots y Drabbles por Conejo Prusiano

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí el segundo intento penoso de hacer algo Yullen. No se si quedo bien, o no, ya que mi beta no ha estado de buenas en estos días, y como no he podido mandarle su pago mensual por falta de recursos. He publicado sin betear. De ante mano, mil perdones por las fallas ortográficas.

Venga que esto tiene su dedicación. A las hermosas escritoras Yullen que son como días inspiradoras para mi.

Y ¬¬UU al durazno encebollado de Lavi. ¡Echigo~ Te adoro~!

Recuerde que los personajes de D.Gray Man son obra de Hoshino Katsura

 

 

00ooo000ooo00

¿Tienes a alguien a quien proteger, Allen?

00ooo000ooo00

Allen mantenía su vista fija en aquellos ojos que le hacían saber una gran consternación. Su cuerpo, se sentía un poco más pesado de lo que normalmente era.

— ¿Te encuentras bien?, -pregunto- Espero que no te hallas lastimado, Kanda –dijo-

El joven peli azul sin decir palabra y aun con la vista fija en el joven peli blanco, grito:

— ¿¡Qué demonios piensas, moyashi!? Nadie te pidió tu ayuda... –exclamo aun mas furioso al tiempo que volteaba su vista hacia un lado-

— Lo siento –respondió Allen con dificultad, sintiendo aun más el peso de rocas sobre si. Trato torpemente de poder hacer fuerzas y quitarse aquel molesto fragmento que poco a poco se le encajaba en su espina dorsal- Ya sé que no eres débil Kanda, pero, has gastado tu energía, ¿no es así? –inquirió-. Al menos, por ahora, es lo mínimo que puedo hacer... Me odiaría a mi mismo si te dejo morir –Allen rio con nerviosismo al encarar nueva mente al dueño de mugen-. Sabes cómo es que soy, un tonto que no dejara que nadie muera...

Kanda le miro, y comprendió con aquella sonrisa amable que le daba aquel moyashi, describía por completo lo imbécil que podía llegar a ser, y eso, era sin lugar a dudas lo que más le molestaba al joven samurái. Él comprendía de ante mano lo obstinado, y cabezota que podía llegar aquel brote de habas, tanto o más que él mismo. Suspiro un poco frustrado al darse cuenta que le conocía más de lo que pensaba.

r13; Moyashi idiota...

Allen solo rio nervioso ante aquellas palabras...

------

El día estaba completamente soleado, el peli blanco se encontraba cómodamente sentado sobre su cama, leyendo entretenidamente aquel viejo libro de cuentos infantiles. Trato de encontrar una mejor posición, pero, una punzada en la parte inferior de su espalda le hizo dejar salir una mueca de dolor en su rostro. Un hondo suspiro salió de su boca al recordar lo enfadado que había estado Kanda desde que habían decido regresar a la orden. Había pasado una semana desde ese incidente, y sin decir palabra alguna, cada uno había retomo su camino de nueva cuenta.

Allen no comprendía del todo el enfado del joven, porqué, deseaba suponer que el joven peli azul sabía perfectamente que clase de persona era. Ambos salían a las misiones por “x” o “y” cuestión, y, sin saber siempre terminaban peleando. No era que le molestara, muy al contrario eso era parte de la diversión. Sin embargo, algo le hacía siempre cuestionarse del... ¿Por qué nunca terminaban matándose mutuamente? Comprendía que ambos tenían un punto de vista muy particular. Él a diferencia de Kanda quería, ¡No!, más bien dicho, necesitaba salvar a los akumas al tiempo de poder proteger a todos los humanos a su alrededor, en cambio, para Kanda, eso era algo inconcebible.

¡Eran polos opuestos!

¡Eran antítesis!, pero, aun así, sabia de ante mano que, pese a todo, Kanda era un buen camarada.

Volvió a suspirar.

“Solo me falta una gran vaso de leche y este día será completamente perfecto”, pensó.

— ¡Oí! –Escucho que exclamaban de pronto al tiempo que su puerta caía destrozada-

r13; ¿¡Kanda!? r13;pregunto temeroso y sorprendido Allenr13;

— ¿Qué mierda haces levantado estúpido moyashi? –pregunto ciertamente colérico-

— ¿EH?

— ¿Qué haces levantado, idiota?

Allen le miro con los ojos entrecerrados mirándolo con odio.

— ¡Que es Allen! ¡Allen, Bakanda! –Grito violentamente- Cuantas veces debo de repetirlo cabeza de chorlito...

— Recuéstate –ordeno el otro. Allen le ignoro- Que te recuestes... –volvió a decir antes de tomarlo por la camisa para aventarlo con fuerza en la cama-

El peliblanco se quedo recostado sin saber que decir o que hacer al sentir al joven samurái encima de si, ¿¡Qué demonios le pasaba al Bakanda!?

— ¿¡Ka-kan-da!? –pregunto dudoso. El samurái le miro antes de perderse en sus recuerdos-

-----

— ¿Y?, ¿Para qué me has hecho venir? –Pregunto el samurái-, si no mal recuerdo el moyashi está bien, ¿no?, ¿Qué esa estupidez de que yo debo cuidarlo? –volvió a repetir-

— ¡Eh~ Yuu~! Bueno, tu sabes que Allen está un poco mal...-comento el Bookman- ¿Has ido a verlo?

— No... –Comento escuetamente el peli azul- Y no es mi obligación ir a verlo... –le dijo con cierto enojo- Deja de decir estupideces... –comento al tiempo que le daba un pequeño golpe-

Milagro que no me dijo conejo tonto”, se dijo Lavi.

— Yo no tengo la obligación de ir a verlo, ¿lo entiendes? –le dijo de forma tranquila-

— ¿Te sientes bien pensando así Yuu? –Pregunto el peli rojo- Tu sabes, Allen es un poco terco en esas cuestiones, pero, sabes muy en el fondo que él es así, por eso pregunto ¿Estás bien si dejas esto? –volvió a preguntar de forma más relajada-

Kanda le miro antes de suspirar.

— Bueno, pensé que siendo samurái, es tu deber es pagar cualquier deuda, es por eso que pregunto... ¿Estás bien con esto?

— ¿¡A que viene eso!? –le dijo con alterada voz, antes de salirle un pequeño tic- Deja de mencionar eso... ¿¡Entendiste!? –Exclamo al tiempo que lo jalaba con fuerza de la camisa-

Es es el Yuu que conozco”, se dijo Lavi con nervios.

— Solo digo que si Allen te salvo, por lo menos deberías ir a verlo, o cuidarlo por mientras que se recupera, eso no es malo, al final... el moyashi casi muere por protegerte...

Kanda se quedo mirándole nueva mente con su puño en alto. “Ciertamente tiene razón”, se dijo. Bufo.

— Bien, deja de molestarme, iré a ver como esta... ¿¡Feliz!? –Grito antes de salir azotando la puerta-

Que carácter”, pensó Lavi con una gran gota en su cabeza.

-----

— Debes descansar, ¿no es así? No deberías estar de pie... –explico Kanda- Solo vigilo que lo hagas, estúpido moyashi... A partir de hoy te ayudare en todo lo que deba ayudarte... Con tu cintura lastimada de esa forma, no debes hacer mucho esfuerzo...

— ¿Estas diciéndome, que inclusive me ayudaras a bañarme? –Pregunto con una amable sonrisa sarcástica en su rostro-¿¡Acaso soy un niño Kanda!? ¿¡No verdad!? ¡Puedo cuidarme solo! ¡Así que... bájate! –ordeno-

Kanda le ignoro.

— Oe... –le llamo de pronto aun encima de él-

— ¿¡eh!? ¿¡Que pasa!?

— Desvístete –le dijo Kanda antes de quitarle el listo que adornaba su ropa-

Allen le miro sin comprender, antes de sentir unas grandes ganas de matarlo ahí mismo...

— Viéndote desde esta perspectiva, tienes una piel muy pálida, ¿En serio? ¿No eres una chica? –Pregunto con burla-

Una venita de enojo empezó a palpitar en la cabeza del albino. El samurái le volvió a ignorar. Allen con enojo a flor de piel le tiro un puñetazo, Kanda solo le detuvo con una de sus manos al tiempo que ensanchaba aquella sonrisa desgraciadamente ladina que hacia mosquear a cualquiera.

Allen se enojo a un mas, y sin saber... ambos terminaron peleando de nueva cuenta...

-----

— ¿Por qué haces todo esto? –Pregunto Allen respirando con dificultad desde el suelo- Me es raro viniendo de ti, enserio...-comento antes de sentarse y dar un hondo suspiro-

— Bueno, es mi obligación, al final... Es mi deber...-comento con calma- Es una ley dentro de mi dogma de creencias...-explico- A parte, Lavi me estaba molestado, solo quería quitármelo de encima...

— Solo por eso... –Allen se cayó de la impresión por su respuesta- Eh, veras, si no quieres hacerlo, simplemente no lo hagas, no es necesario... Yo le diré a Lavi que deje molestarte. -hablo con cierto dolor en su pecho por aquella respuesta-. No tienes por estar conmigo por obligación...-Allen le una sonrisa amable fingida-

— Deja de darme esa molesta sonrisa...-le dijo el peli azul en un susurro- Sabes cómo soy, ¿no es así? Sabes muy bien que si no quisiera hacerlo no lo haría –comento al tiempo de mirarlo a los ojos-

Allen se mantuvo escuchando callado.

— Por favor, deberías parar con eso... –le dijo Allen con cierta incomodidad- No es como si yo...

-----

— ¿¡Kanda!? –Pregunto con nervios Allen- No crees que esto es incomodo-

— ¿¡El que...!?

— El estar conmigo en todo lados...

Kanda chasqueo su lengua a modo de respuesta.

— Me da igual lo que piensas...

— Kanda idiota, déjame solo... –Allen corrió apresuro a su habitación-

Walker comprendía de ante mano lo testarudo y fastidioso que podía llegar a hacer el samurái. Él comprendía que eso de cuidarlo, de velar por él, de poder llevarle el desayuno a la cama y andar con él por todos lados se estaba volviendo cansado, irritable y en sobre manera extraño.

No es que no le gustara esas atenciones, era simplemente que no estaba muy acostumbrado, y más viviendo Kanda. ¿¡Era malo pensar así!? ¿¡No o si!? Es decir, Kanda siempre le trata mal, le ponía apodos, y de alguna forma siempre le terminaba recriminando sus debilidades, ¿¡Por que Kanda le hacía eso a él!? ¿¡En verdad, que carajos le pasaba por su cabeza!?

Allen suspiro al tiempo que se acomoda en su cama.

-----

Allen corrió apresuro por aquellas escaleras. El sonido de sus botas con el choque de la piedra hacía resonar de una manera ruidosa y delatora. El chico trato de tomar aire al tiempo que apresuraba sus pasos. Y entonces, recordó lo que le había dicho Lavi.

-----

— Moyashi chan~ -canturreo Lavi felizmente- ¿¡No iras a darle el adiós a Yuu!?

— ¿¡Eh!?

— El día de hoy sale a una misión por unas semanas, no le iras a despedir, tu sabes... No le veras durante un tiempo... –comento Lavi feliz-

— ¿¡Por que debería ir!? No es que el idiota de Kanda me estuviera esperando en la puerta de la orden... –le dijo a modo de respuesta-

— Hace mucho frio, espero que no se resfrié –dijo distraídamente el Bookman antes de sonreír-

-----

Estúpido bakanda”, le insulto. ¿¡Como era posible que le hiciera eso!? ¿¡Acaso Kanda era tan cruel, como para jugar con su sensibilidad de culpa!?

Allen apresuro mas el paso. Ya vería que le diría cuando lo tuviera frente a frente. “Lo más seguro, es que le dé un puñetazo”, pensó.

-----

Kanda se encontraba en la entrada de la orden, veía entretenidamente el caer de los copos de nieve. Una sonrisa tranquila salió de su boca al recordar el cabello blanco del moyashi.

Aun no comprendía del por qué la necesidad de poder cuidar al estúpido brotes de habas andante. Era sabido para él, que el pequeño ingles le era molesto, tanto por su comportamiento como por su forma de ser. El ingles tenía todo lo que odiaba en sobre manera.

Gentileza.

Delicadeza.

Debilidad por los demás.

Y una gran idiotez.

Aun así, el saber que el joven pudiese haber muerto por tratar de protegerlo, le hizo cuestionarse en esos días, ¿Qué era lo que significaba realmente el joven para él?

Kanda no lo comprendía. No entendía cómo era posible que por una ráfaga de segundo, al verlo encima de él con aquella roca clavándose en su columna, en lo único que pensaba era en poder ser más fuerte para evitar que ese suceso ocurriera de nuevo. Y fue entonces que comprendió algo.

Allen Walker significa más de lo quería admitir que significaba para él.

— Kanda –llamo de pronto el Albino, rompiendo ese momento de reflexión-

— Llegas tarde moyashi –dijo secamente-

— Ni creas que iba a venir, yo... solo... –le dijo nervioso Allen-

Y ahí estaba de nueva cuenta. Aquel sentimiento de incomodidad. De angustia. De frio. De miedo. Que mutuamente se hacían sentir.

Ninguna dijo nada. Ambos guardaban silencio, esperando que alguno se atreviera a romperlo. Allen le miro de reojo, el peli azul miraba detenidamente la caída de los copos de nieve.

— ¿A donde te ha mandado Kamui san? –
Pregunto Walker-

— A una cuidad cerca de Noruega

— Ya veo... –dijo Allen con cierta pesadez-

Y de nueva cuenta el silencio los inundo. Ahora, fue el turno de Kanda para mirarlo de reojo, el menor se encontraban tímidamente jugando con sus manos mientras un sonrojo por aquel frio inundaba sus mejillas. Kanda volteo a mirarlo.

— ¿Cómo está tu herida?

— Kamui san dijo que en unos días estaré completamente curado...

— Es eso es bueno...

Allen quiso decirle algo, pero, simplemente las palabras no salieron de su boca. Y entonces recordó aquella pregunta que una vez su padre Mana le dio...

¿Tienes a alguien a quien proteger, Allen?”

Allen en esos momentos no pudo responder. Abrió lentamente los ojos al darse cuenta que él, sin saber, ya había respondido...

— Kanda... –susurro-

— ¿Moyashi...? –pregunto curioso-

Allen le miro a los ojos antes de abrazarse sin saber al peli azul. Kanda abrió los ojos al sentir ese contacto.

— Moyashi...-dijo sorprendido el samurái-

— Yo te prometo ser más fuerte, y no ser lastimado... –le dijo antes de mirarlo a los ojos- Pórteme que regresaras sano y salvo –dijo el joven menor- De alguna forma, yo... de alguna forma yo siento que si no estás me falta algo, por eso prométeme que estarás siempre a mi lado... –explico-, perdóname por pensar de esa forma... Lo siento

Kanda también le miro a los ojos. Aquellos ojos platinados que en esos momentos tenían un singular matiz atrayente. Suspiro.

— Eres un brote de habas muy molesto –le dijo al tiempo que le jalaba la mejilla-

— Eso... eso... duele, ¡bakanda! –Respondió el otro con la mejilla roja-

— Camina idiota. Antes de irme tengo unas horas, vamos a comer al pueblo –le dijo Kanda, antes de empezar a caminar por aquel sendero cubierto de nieve- ¡Esto de las citas es problemático! –Exclamo con fastidio-

— ¿Cita? –Allen se sonrojo, antes de empezar a correr detrás del samurái-¿Me estas invitando a un cita, Kanda? –Kanda bufo- Kanda... –llamo de pronto el albino- Como esto es una cita, no será correcto tomarnos de la mano...

— ¿Eh? –Dejo escapar Kanda- No te será incomodo, al final somos dos chicos... –explico con seriedad- ¿Tu quieres que lo hagamos?

— Si, si a ti no te incomoda –respondió Allen-

Papa Mana, a decir verdad, por ahora...”, se dijo Allen.

Tengo una persona que deseo proteger. Es un poco frio, arrogante y ciertamente tonto, pero...”, Allen se callos unos instantes al sentir la mano cálida del joven sobre la suya...

Ciertamente Kanda es la persona que deseo proteger con todas mis fuerzas”...

— Cuando regrese, quiero poder verte recuperado moyashi... Sera un poco extraño meterme contigo a la bañera de nueva cuenta... –comento con burla-

— Mo~ Kanda, deja de molestar con eso... –respondió el otro con un puchero-

Porque simplemente es la persona que más amo en el mundo”, dijo al final con una sonrisa cálida en su rostro el albino.

-Owari-


Notas finales:

Menuda cosas me salen. Romanticon. Dulson. De esos mini One shots que dices: ¿¡Que!? ¿¡Y el lemon!? ... Solo diré que por cuestiones emocionales del moyashi, el me dijo que no quería por ahora follar con Kanda.

¡Mentira! Es que... deseaba escribir algo dulce por parte de ambos. Ya abra tiempo para los desangres colectivos.

Nos vemos luego.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).