El pelinegro dejó caer su pesado bolso en la cama.
El departamento se veía demasiado vacío sin los chicos.
—Sin Kyu—murmuró y sus mejillas se enrojecieron levemente.
Un mes entero sin ver ni una vez a los muchachos era demasiado para el frágil corazón de la voz principal de Super Junior.
Se dejó caer en la cama que, desde hace un mes, no compartía con el maknae, recordando todas las veces que el más alto le había hecho el amor en ella.
Los dedos de Kyuhyun recorrieron la clavícula de Jongwoon, haciéndole cerrar los ojos y suspirar.
—Eres lo mejor que me ha pasado, ¿sabes, hyung?
Ése día, Yesung había llorado al escucharle cantar sólo para él mientras sus cuerpos se fundían como uno mismo.
Sonrió con nostalgia y se levantó de la cama.
Sus recuerdos no iban a hacer que Kyuhyun se teletransportara desde Indonesia hasta Seúl.
Preparó la bañera y se colocó sus audifónos del reproductor musical, dejando que la música se adueñara de sus pensamientos y, por un momento, los despejara de su amante.
This the making
Of another cold blue awakening
It’s been too long anticipating
A real formal demonstration
So give undivided attention
Okay, light speed
Turbo, to get to me
Don’t play, jump around
One shot, you’re killin’ me
Sonrió y dejó que la voz de Britney llenara su cabeza, haciéndola moverse al compás de la música.
Por un momento, logró despejar su mente, pero la siguiente parte de la canción lo regresó a la única en su cerebro: Cho Kyuhyun.
I’m going crazy, got me waiting
Come and take it from me
Ésas sencillas dos frases trajeron a su mente diez mil recuerdos.
Principalmente, el día en que sucumbió ante las insinuaciones del menor.
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La fiesta de cumpleaños de Heechul estaba en su punto de clímax y, el festejado no hesitaba en bailar y hacerse selcas con quien estuviera en frente.
—¡Hey, tortuga!
El apodado volteó y encontrándose a un Heechul pasado de copas, sonrió, negando con la cabeza.
—¿Tan rápido se te sube a la cabeza, Chula?—se mofó el menor.
El Kim mayor hizo una mueca con la lengua y jaló al más bajo hacia él.
—A ti, que tanto te encanta sacarte selcas. Tómate una conmigo—pidió.
Yesung sonrió y tomó el teléfono del pelirrubio, acercándose más a éste y sonriendo para la cámara.
Heechul, satisfecho con el resultado, pegó un brinquito de alegría y le dió un sonoro beso en la mejilla al pelinegro, quien sólo arrugó la nariz ante el afectuoso agradecimiento del hombre de las manos hermosas.
—¡Me encanta!—vociferó el mayor, pero después hizo un puchero—Tengo fotos de todos, menos de Kyuhyun.
El de negros cabellos se tensó; Kyuhyun y él estaban en buenos términos desde siempre, pero después de tener que grabar "Your Eyes", el mayor de los chicos se sentía incómodo cada vez que estaba cerca del maknae.
El rubio frunció los labios y pusó sus manos en la cintura.
—Definitivamente debo tener una foto de ése pequeño diablillo—comentó, más para él que para Yesung.
El amante de las tortugas hizo un gesto de afirmación y volvió a sentarse en el banquito negro.
—¡Tortugo!—le llamó Heechul—Ve a buscar a ése hijo mío.
Jongwoon, con los ojos como platos, se levantó nerviosamente de la silla.
—Emm, Heechul hyung—vaciló—Yo no creo que...—
Heechul le mandó a callar con un manazo.
—¡Tú no andes creyendo nada, hombre!—le dió una palmada en el hombro—Sólo ve por ése niño y hazlo que venga. No me importa si tienes que traerlo cargando.—una sonrisa, extraña, se extendió por el rostro de la apodada "Chula".
Yesung no entendió la razón del gesto, pero asintió y se dispuso a buscar a maknae del grupo.
Pasando por una de las puertas cerradas del pub donde estaban, unos extraños gemidos lo distrajeron.
Tratando de no prestar atención a ello, siguió caminando hasta llegar a un rincón un tanto apartado, donde se encontraba Siwon, con un par de señoritas a su alrededor.
—Siwon-ssi, ¿has visto a Kyuhyun?
El menor sólo alzó la vista y negó.
Yesung le agradeció y continuó con su camino.
¿Por qué estaba haciendo éso?
Ah, ya va.
Porque si no cumplía el capricho de Cinderella, seguro sus hijas lo pagarían.
Todo fuera por sus niñas.
Encontró por fin al maknae, sentado con las piernas cruzadas, en un sofá de cuero grande, jugando en su PSP.
—Hey—le llamó.
El más alto sólo asintió, sin despegar la vista del dichoso aparato.
—Hola, Jongwoon.
Ésa extraña confianza (o poco respeto, según el punto de vista) que le tenía el más joven le inquietaba.
—Emm—vaciló—¿Estás ocupado ahora?
Kyuhyun, sin cambiar su expresión o apartar la vista de la PSP, respondió : —¿Qué no me ves?
Yesung sintió su sangre hervir; por cosas como ésa, el maknae le desesperaba.
—Sólo me preguntaba si...—
Kyuhyun golpeó el asiento.
—¡Maldita sea!
El Kim se asustó.
—Aish, he perdido—guardó la consola portátil en su bolsillo de la gabardina y miró al mayor—Te sienta bien el blanco.
Yesung miró su propia ropa y se sonrojó.
—Gracias—balbuceó.
Kyuhyun se recostó en el respaldo.
—No te lo tomes como un cumplido—dijo—Pude haber insinuado que todos los demás colores se te ven fatal.
El mayor volvió a sonrojarse, pero ésta de vez por el coraje.
—Escucha—comenzó el mayor, tratando de no exaltarse—Yo sólo...—
Kyuhyun se levantó y lo miró desde arriba, imponente.
—Era broma—soltó una risita—Te ves bien con los demás colores también.
El halago descolocó un poco al vocalista y simplemente se limitó a murmurar un agradecimiento.
—¿Qué es lo que querías?—preguntó, un poco interesado el maknae.
Yesung recordó su encomienda y se repuso un poco.
—El Señor Mayor del Mal—tosió—Perdón, Heechul hyung, quiere que te tomes una selca con él.
Kyuhyun bufó.
—No me gustan las selcas.
Jongwoon frunció el ceño.
—No es de mi incumbencia—susurró Yesung—Vamos, complácelo. Es sólo una maldita fotografía.
El Cho sonrió de lado y se cruzó de brazos, acercándose más al mayor.
—¿Y por qué no contigo?
Yesung sintió su piel enrojecerse pero se hizo el loco.
—Ya se tomó una conmigo—informó—Además, tiene varias conmigo ya.
Kyuhyun ladeó la cabeza y atrapó la barbilla del más bajo en sus largos dedos y lo acercó a su rostro, dejando sus labios a milímetros de separación.
—Yo hablaba de tomarme una contigo—sonrió.
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Al ritmo de ésos recuerdos, la canción cambió y Taylor Swift resonó en sus auriculares.
I said, "Leave," but all I really want is you
To stand outside my window, throwing pebbles, screaming, "I'm in love with you."
Wait there in the pourin' rain,
Come back for more.
And don't you leave,
'cause I know all I need
is on the other side of the door.
La primera pelea que tuvo con el menor, llegó a su mente como un flash.
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Después de un día de skinship con el Kim más grande del grupo, Yesung se recostó, agotado, en su cama.
Kyuhyun entró minutos después y se dejó caer en la cama continua.
—Kyu~—bostezó el mayor—Ven a la cama.
El menor, sin voltear verlo, se arropó con su enorme manta con dibujos de Star Wars.
—Estoy cansado.
Yesung, en su media conciencia, frunció el rostro y se levantó a medias del colchón.
—Sólo quiero acostarme contigo un rato, baby Kyu—pidió con su mejor puchero.
Kyuhyun ni si quiera lo miró y apagó la lámpara.
—Buenas noches, hyung.
Yesung, rechazado y molesto, se levantó de su cama y se recostó en la otra, al lado de Kyu, abrazándolo por detrás.
—Hyung—se quejó—No quiero.
El más bajo, rechazado, molesto y ahora, dolido, se levantó como resorte y salió bufando por la puerta, cerrando de un portazo que seguramente se oyó por todo el edificio.
—¡Yah!—gritó la princesa del grupo—No rompas la puerta, tortuga.
Yesung no lo miró y se fue a echar al sillón, cuán largo era, recargando su cabeza en sus brazos cruzados.
—¿Te pasa algo, Yesung?—preguntó Eeteuk, un poco más comprensivo que Heechul.
El menor negó falsamente y se volteó, quedando bocarriba.
—Creo que Kyuhyun ya no me quiere.
Heechul frunció el entrecejo.
—¿Qué ha hecho ése niño malvado?—gruñó—Eres demasiado bueno con él y todavía se pone con sus moditos.—miró a Teuk—¡Éso es tu culpa! No lo disciplinaste bien y por éso ahora, TU HIJO, trata mal al pobre Jongwoon.
Eeteuk miró a Heechul y le enseñó la lengua.
—Ahora es solamente mi hijo—comentó—Pero cuando alcanza sus buenas notas siempre es "el heredero del gran Kim Heechul".
Cinderella le devolvió el gesto de la lengua a su novio y le acarició los cabellos negros al menor.
—Escucha, Yesung—dijo—Lo único que tienes que hacer para contentar a Kyu, es—dejó la frase al aire—¡Disfrazarte de la princesa Leia!
Jongwoon levantó la cara y negó frenéticamente con la cabeza.
—¡Nada de vestirse como chica!—gritó—Menos con ése traje tan raro.
Heechul hizo un gesto de restar importancia, con la mano.
—Sería otro traje—aseguró—Uno con sólo un sostén dorado y el bikini con la tela color vino y...¡Extensiones!—exclamó emocionado—Taeminnie tiene algunas todavía, a Jonghyun le gusta cuando las usa—se sacudió—Ése dinosaurio y sus fetiches.
Yesung se cubrió la cara sonrojada con las manos.
—¡Leeteuk hyung!—pidió por ayuda.
Eeteuk tomó de la cintura a la princesa y recargó su barbilla en su hombro.
—Yo creo que ésta vez el que debería tratar de arreglar las cosas es Kyu—comentó—No sé por qué se ha puesto así, pero seguro es una niñada.—opinó—Ya sabes que, a pesar de todo, Kyuhyun sigue siendo todo un niñato.
Heechul mordió el mentón de su "esposo".
—Estás hablando de nuestro baby Kyu, por si lo olvidas, omma pato.
Leeteuk gruñó y dejó un beso en la mejilla del menor.
—Los malos modos los aprendió de ti, gatito.
Yesung se enternecía cada vez que la pareja mayor del grupo se ponía afectuosa; era muy lindo.
—Entonces, ¿que debo hacer?
La voz grave del menor del grupo, rompió el cuadro.
—Kyu...—musitó Yesung.
El TeukChul se separó y Heechul cruzó los brazos sobre el pecho, golpeando el suelo con el pie.
—No pongas ésa pose de omma todopoderosa, por favor—dijo Kyuhyun, hastiado.
Heechul abrió los ojos desmesuradamente y Jungsoo le apretó el brazo, tratando, en vano, calmarlo.
—Y, ¡¿cómo quieres que me ponga?!—gritó, acercándose al más alto.—Éste chico—señaló a Jongwoon—es demasiado bueno contigo como para que todavía te pongas con tus moños con él.
Kyuhyun miró a Yesung.
—¿Me acusaste con mis padres?
Yesung se sonrojó y negó con la cabeza.
Heechul chasqueó los dedos obteniendo la atención del menor.
—Yesung no vino a decirnos nada—dijo—Me di cuenta que estaba triste y le he obligado a contarme.
Kyuhyun frunció el ceño.
—¿Y?
Heechul agarró de la camisa al menor.
—No quieras ponerte en tu plan todopoderoso, porque aquí, el único que puede hacer éso, soy yo, nene.—le dijo con voz dura—Ahora, discúlpate con Jongwoon.—tomó del brazo a Leeteuk—Tu omma pato y yo vamos a dormir.
Leeteuk hizo un puchero.
—¿A dormir?—se quejó—Pero, Heenim...Yo quería—
Heechul le pegó en la costilla.
—No tiene por qué enterarse, Teuki—masculló.
Ambos desaparecieron.
Yesung, aún mirando al piso, habló.
—¿Estás molesto?—preguntó.
Kyuhyun lo miró y bufó.
—No me gusta molestarme por cosas estúpidas.
Jongwoon casi pudo oír como su corazón hacía 'crack'.
—Ya veo—dijo, a media voz—Me voy, entonces.
Kyuhyun tomó una revista y la abrió.
—Que te vaya bien.
Con las lágrimas pugnando por salir, Yesung abandonó el departamento.
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Cuando sintió que sus dedos comenzaban a volverse pasitas, se quitó los audífonos y volvió a su habitación.
Solo que, ésta vez, había un enorme peluche con forma de tortuga sobre una de las camas.
Un post-it rojo en forma de corazón estaba pegado en la boca de la sonriente tortuga.
"Hyung, Kyu nos dijo que te diéramos ésto"
Sonrió, aunque aún le faltaba su lindo y malvado maknae junto a él.
Se vistió y recostó en su cama, boca arriba y ni siquiera notó cuando empezó a lloviznar y mucho menos, cuando cayó en los brazos de Morfeo.
Unos fríos dedos en sus ojos y unos cálidos labios en su boca lo hiceron despertarse.
Lo primero que vió fue el hermoso rostro de su novio, sonriendo con suficiencia.
El pelinegro no dudó y atrajó hacia sí a Kyuhyun, fundiendo su boca con la de él.
—¿No deberías estar en Indonesia?—inquirió Yesung—No quiero que te metas en problemas, Kyu.
El castaño mordió el labio del mayor.
—No te he visto desde hace más de un mes—entornó los ojos—Y, lo primero que haces cuando me ves ¿es preguntar si no debería estar trabajando?
Jongwoon gruñó y atacó la boca del menor.
—Como sea—dijo—Si te metes en una bronca, yo no me hago responsable.
Kyu hizo un puchero.
—Hyung~—susurró con voz melosa—Pero si yo sólo soy un niñito inocente.
Yesung iba a contestar, pero una traviesa y gran mano apresó su entrepierna por encima del pantalón.
Gimió y el maknae sonrió con malicia y suficiencia.
Se acercó al oído del más bajo y, apartando unos cuantos mechones, susurró : —Bienvenido a casa, hyung.