Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡¡Todo por culpa de Yuki!! por hideky

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola

Se que hace muuucho no actualizaba pero como prometi asi tarde años lo terminare, no voy a excusarme 

tuve el capitulo guardado y nunca lo  subi no se porque pero ya lo recordare.

No prometo actualizar seguido debido al el fianl de mi año de estudios y pues se viene el examen de ingreso para la Universidad y estoy apuntando a una donde tienes que dar examen asi seas el presidente.

 

 

Tras uno de los tantos episodios de Itachi tratando de acabar con su hermano para proteger la castidad de su pequeño sol, Kurama ya hastiado decidió intervenir propinándole un buen combo soñador a su querido rey, los nobles se habían dispersado al ver a la mirada de Kurama.

 

Kyu-chan no deberías ser tan amargado – reprendió infantilmente Ayato con un mohín haciendo enfadar al mayor, que en ese momento llevaba como costal de papas a Itachi.

 

Acaso quieres morir – siseo erizando la piel del contrario ante el aura púrpura que emanaba.

 

Kurama ayudó al pelo celeste a acostar a Itachi, Ayato sonrió mientras lo cubría, acercó su mano queriendo apartar un mechón del rostro sereno del azabache pero se sorprendió al ser sostenido por la muñeca.

 

Ayato… esa mirada nuevamente – susurró el azabache abriendo por completo los ojos, Ayato enmudeció un instante pero luego sonrió como siempre zafando el agarre de manera felina.

 

Oh…me atrapó, y yo que quería verlo con una flamante cabellera rosa esta vez – bromeó riendo al ver la cara de espanto de su líder.

 

Yo diría que sin una flamante cabellera se vería mejor – sugirió Kurama asustando nuevamente al pelo negro – te espero… Ayato – recordó mientras se dirigía a la salida para dejarlos solos.

 

Bien, Ita-Sama ¡es hora de la siesta! – Exclamó con efusividad – espero que descanse bien, nosotros daremos unas rondas en estos días – informó.

 

Espera…Hey, dime porque te sentí triste – pidió reincorporándose, Itachi no pudo notar la rigidez de Ayato.

 

No es nada, solo recordé cuando nos conocimos por primera vez y pensé – hizo una pausa en gesto – ahora es menos flojo de lo que era antes – sonrió.

 

Mhn… oye, no he sido flojo nunca – reaccionó tras despabilarse.

 

Ambos rieron después de escuchar tal declaración, Ayato se acercó a la puerta.

 

Descanse Itachi-Sama – deseó observando de reojo al azabache.

 

Gracias, Aya-chan – susurró sabiendo que ese mote le daba pena al peli celeste.

 

Sonrió al oír un portazo, luego de esto cerró los ojos.

 

Fuera de la habitación Ayato escondía su mirada, una gota cristalina cayó seguida de otras, Kurama observaba esto apoyado en una de las paredes, incluso no paso por alto cuando el peli celeste soltó una risa disimulando un gesto para limpiar sus lágrimas.

 

Su cara fue tan cómica cuando le dijiste que se quedara calvo – comentó observando a Kurama, sonrió triste al ver la seriedad del pelo rojo.

 

No puedes engañarme a mi Ayato… sabes bien que esto puede destrozarte más si… –

 

Lo sé, Kurama – interrumpió aguantando de forma imposible sus lágrimas – pero el ama a ese Aoi, ama esa mentira – susurró con voz quebrada, sus hombros temblaron un poco, Kurama se acercó a èl.

 

Pero no ese Aoi y lo sabes bien – Kurama sujetó la muñeca del peli celeste y en un instante se encontraban en una parte solitaria del bosque, Ayato ocultaba su mirada mientras liberaba tenues sollozos y apretaba la mano de su amigo.

 

Quiero que lo recuerde como el Aoi de sus sueños, no quiero que me odie – un nudo se formó en su garganta – Yo no soy digno de él, después de todo lo engañé… –sonrió con amargura.

 

Los hechos dicen lo contrario Ayato, sacrificas mucho por él, te destruyes y buscas su felicidad cuando eso solo lo conseguirás con ese Aoi que no es mentira, porque lo sostengo en este momento para que no se derrumbe – refutó Kurama abrazando al menor.

 

Sé bien que soy su Aoi… pero no puedo decirle la verdad, las heridas mentales de aquel incidente no me lo permiten – abrazó a Kurama – sólo dame tiempo – pidió.

 

Espero eso – aceptó haciendo dormir al menor en sus brazos – por ahora velare tus sueños de las pesadillas que te atormentan, mocoso.

 

 

Zero observaba el rostro sereno de Kaname, se sonrojó de golpe al recordar que se había quitado ya esa vergonzosa ropa, Kaname aun dormía, poseía una expresión serena, Zero nunca pensó ver de esta forma a Kaname.

 

Espero que sea la última vez – susurró buscando un cambio de ropa para dormir del castaño.

 

Una vez que encontró un pijama de seda negro se dirigió al castaño y le observó nuevamente, suspiró resignado y comenzó quitando los zapatos del castaño, luego comenzó a desabrochar la camisa dejando descubierto el fuerte pecho nacarado del oji vino, Zero titubeó un poco al quitarle por completo la camisa y colocarle el pijama, luego procedió con los pantalones, acarició el puente de su nariz por tal situación.

 

Pero... que – antes de que prosiguiera, unos fuertes brazos lo habían precipitado a la cama, Kaname le observaba, Zero iba a reclamar pero se dejó hacer al ver la sonrisa del mayor, se sonrojó tenuemente apartando la mirada.

 

Idiota – susurró, Kaname lo rodeo por la cintura, juntando sus frentes.

 

Estoy tan feliz de tenerte así, Zero – confesó.

Zero se estremeció al sentir como su nombre era pronunciado por Kaname; le gustó la sensación del contacto con el cuerpo del mayor, el olor del perfume de Kaname, la forma de cómo lo estrechaba con suma delicadeza y ternura en sus brazos.

 

Kaname – el aludido se sorprendió pero luego se relajó, beso la cabellera del menor.

 

¿Qué ocurre? – inquirió, Zero se escondió en su pecho causándole gracia.

 

Yo… tal vez, te ame – declaró dejando por primera vez al rey vampiro mudo.

 

¿Yo te gusto? – preguntó el oji vino sin realmente esperar que el albino le respondiera, pues era casi una pregunta para sí mismo, ya que aunque no lo expresara deseaba besar en ese momento al ser entre sus brazos.

 

Sí, me gustas –

 

Gracias por amarme… Zero – besó la frente del menor y acomodó a ambos para descansar, le importaba poco en ese momento cambiarse, no quería separase del albino, ni de aquel dulce contacto que mantenían.

 

 

 

 

Kurama descansaba bajo un árbol, podía sentir claramente un enemigo a kilómetros a pesar de verse cómodo; desapareció en una bruma, el demonio no lo sintió hasta que fue atravesado por una mano.

 

Kurama frunció el ceño al reconocer el símbolo del pergamino que llevaba, lo tomó y rompió el conjuro de protección de este.

 

Maldito... Ayato no puede decir nada por esto, pero cuando te encuentre… juro que me encargaré de que no quede el más mínimo rastro de ti y tu padre, Aoi – sentenció.

 

Escondió el pergamino y envolvió el cuerpo de aquel demonio con llamas negras desapareciendo todo rastro.

 

Sé quién podrá ayudarme – recordó, tras esto regresó a la mansión, ingresó a su habitación donde se permitió tomar su forma de demonio zorro.

 

 

 

 

La tarde llegó y el sol se escondía lentamente mientras los residentes del dormitorio de la luna despertaban para ir a clases.

 

¡¡Sasu-chan!! – se oyó la voz del escurridizo y temerario peli celeste.

 

Ayato ¡será mejor que huyas! –

Era así como se iniciaba un nuevo día en los edificios de la luna.

 

Kaname y Zero salieron ya vestidos de sus habitaciones, por alguna razón Zero se encontraba súper sonrojado.

 

Nii-chan ¿estás bien? – inquirió inocente el rubio, a Zero casi le da un infarto por la repentina aparición de su amado hermanito.

 

Si solo pensaba un poco – se excusó, el rubito asintió sonriente en aquel instante apareció Itachi abrazando de forma asesina al rubio, seguido esto su hermano apareció para así, iniciar una persecución a su hermano mayor que tenía a su pareja en brazos.

 

Realmente… – susurró Zero con una gotita al ver la escena, Kaname se despidió de él con un beso; iría a terminar el papeleo pendiente con el director y regresaría para el toque de queda.

 

Zero se sonrojó un poco por la acción pero no negó nada del contacto; soltó un pequeño suspiro y pasando de la pequeña batalla campal tomó asiento al lado de un pensativo Kurama.

 

Y bien, que deseabas decirme – alentó Zero mirando como Ayato animaba una trifulca donde salían volando muchas cosas.

 

Necesito que ayudes a que Aoi se recupere – soltó de golpe, Zero se sintió confuso cuando Kurama le tendió una gema pequeña.

 

 

Aoi está muerto ¿qué debo hacer? – inquirió, no podía revivir muertos o al menos eso creía él.

 

Esa gema es una ofrenda para el alma, cuando le llames debes darle la gema – explicó tendiéndole un papel – después de esto podrán hacer funcionar el sello – terminó levantándose de su sitio – Aoi no está muerto – susurro mientras tocaba la frente del menor.

 

Zero abrió sus ojos impresionado, pudo ver pequeños fragmentos, Ayato estaba reverenciando a dos personas, un hermoso joven y otro hombre mayor, luego vio como si estuviera en una lucha con el peli celeste, después de esto vio al pelo celeste transformarse en el joven que había reverenciado.

 

Ayato… es – musitó, entonces cuando dirigió su mirada al mencionado pudo ver aquella sonrisa triste mientras observaba a un azabache de cabellera larga.

 

Todo fue un plan de asesinato a Lucifer, èl no pudo cumplirlo y su hermana pagó por eso, él realmente no perdona a su padre por ser tan imbécil e inútil– comento Kurama – asegúrate de que nadie te siga, tú eres el único que lo sabe a parte de mi – confió y tras esto desapareció.

 

Ze-ro-tan será mejor que detengas a esos dos si quieres tener a tu hermano completo – exclamó alguien tras el dándole un susto de muerte.

 

Zero observó al pelo celeste y luego vio a su pobre hermano con una pequeña alma fuera mientras era jalado de un lado a otro.

 

¿Son tan revoltosos? – cuestionó, Ayato le restó importancia sonriendo suavemente mientras los observaba entrelazando sus manos tras él.

 

Son divertidos – respondió con cierta nostalgia y anhelo en su mirada.

 

Zero se reincorporó y sonrió de forma tenebrosa haciendo que los nobles cercanos huyeran al saber que significaba.

 

¡Vosotros dos par de infantiles! ¡Estaréis en primera fila en el toque de queda sin ayuda de los prefectos! – sentenció y más de un noble les dio el pésame minutos antes de que todos se reunieran en el salón para ir tras las puertas de la Luna.

 

Minutos después toda la clase nocturna se encontraba formada, incluso Aidou sabía que hacer desorden en aquel momento era un suicidio.

 

Ne… ne ¿Por qué todos parecen temerle a algo? – preguntó el rubio que estaba tras un Zero rodeado de un aura púrpura muy pesada y delante de él, encabezando las filas, estaban dos hermanos azabaches.

 

Quién sabe – respondió despreocupado el pelo celeste.

 

Takuma se acercó al pelo plata con mucho miedo, Kain observaba la escena con diversión.

 

Zero-chan creo que eso es un poco… –

 

¿Quieres acompañarlos Ichijou? – Takuma negó con vehemencia dejando a los demonios a su suerte.

 

Kaname que llegaba en aquel momento observo el orden con una ceja elevada, era tan extraño ver así a la clase nocturna sin su presencia - ¿me perdí de algo? – preguntó a su pareja besando su frente, Zero no respondió mientras seguía mandando ansias asesinas a los seres frente él.

 

Kaname comprendió que era mejor callar, le tendió su brazo a Zero para encabezar la fila pero fue detenido por el albino.

 

Espera Kaname, ellos dos saldrán primero, luego saldremos todos nosotros – indicó, Kaname asintió presintiendo que ambos demonios habían hecho enfadar mucho a Zero.

 

Entiendo – dio la señal a Seiren para que abriera solo un lado de la entrada.

 

Bien, id adelantando al edificio – ordenó, los demonios temblaron ante el tono y decidieron no tentar nuevamente su suerte.

 

Cuando la puerta se cerró y los demonios desaparecieron tras la puerta, la mayoría contuvo la respiración, un silencio muy pesado se mantenía, hasta que oyeron un grito de guerra de las diurnas, que les hizo temblar.

 

¡Eh parad ya! ¡Ese es mi pantalón!-

 

¡Diablos detente con esas tijeras, loca!-

 

¡Deja esa aguja!-

 

¡Mantén tus manos lejos de mi trasero!-

 

¡Que dejen de sacarme sangre! ¡Soy Rh si tanto queréis saber!-

 

Los nobles temblaron ante aquellos gritos de agonía, agradecían a aquellos grandes portones por protegerlos de las psicópatas de la clase diurna.

 

¿Por qué simplemente no las durmieron? – inquirió extrañado Kaname.

 

Kurama me regalo unos inhibidores especiales, debo agradecérselo luego – restó importancia, Seiren abrió de par en par los portones e inmediatamente pudieron observar como las jóvenes de alborotadas hormonas se ponían en fila, firmes y en orden.

 

Kaname se sorprendía de lo aterrador que podía ser Zero para ambas especies, sonrió y beso la mejilla de Zero ante la mirada de las diurnas que se desmallaron.

 

Sonrió al ver el tierno sonrojo de Zero, y así lograron pasar sin menor percance el tramo de muerte hasta los edificios.

 

¿Itachi-sama se encuentra bien? – inquirió con una sonrisa burlona al ver a los hermanos todos maltratados y con ropas hechas jirones.

 

Trataron de violarme – susurró Itachi con un alma fuera.

 

Yo me siento violado psicológica y físicamente, deberían tomar test psicológicos a esas locas que un poco de ayuda no les hace daño – musitó Sasuke mirando al vacío.

 

Oi, oi ¿estás ahí? – inquirió el peli celeste pasando una mano frente a cada pelo negro sin obtener respuesta.

 

Aún recuerdo cuando Zero te dio ese castigo ¿ya lo has superado Hanabusa? – preguntó Kain al rubio que sintió un desagradable escalofrío.

 

Ni me lo recuerde Kain, ni me lo recuerdes – pidió.

 

Fue en aquel primer día de clases que los hermanos Uchiha supieron que no debían molestar al hermano del rubio.

 

Notas finales:

 

Gracias por las personas que apoyaron esta historia en su debido tiempo.

Para aquellos que leis la version original ya la finalizare espero que me devuelvan el movil donde está los capítulos finales y pues sera hasta la otra semana creo no me comprometo debido a que desconocsco la fecha de devolución.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).