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"Panecillos hacia un cachorro" por Han Rae Ri

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Notas del fanfic:

Oks... no se fijen del titulo y eso.. no estoy en mis mejores momentos :cc

 

y eso e-e

 

Gracias por leer! ;D

 

Notas del capitulo:

Oks...

no se si haya quedado bien, sobre todo porque escuchar Wolf no te saca tu lado maas romántico ._________.

 

pero es Jongkey y esta idea la pense ayer, mientras hacia nada e.e

 XDD

espero les guste y asi c:

 

 

Read & Enjoys n.n

-Hey Bum, me he encontrado con Jonghyun hace rato. Charlamos un poco– un chico rubio despegó la cara de sus rodillas, secándose las lágrimas que habían caído desde hace un buen rato, observando el rostro de la chica quien lo miraba algo preocupada.- se encuentra un poco triste por no vivir en tu casa.

 

-¿Si? –susurró con la voz entre cortada y menos chillona de lo normal. Su amiga se había dado cuenta del estado del otro, por lo que se sentó a su lado, acariciando la delicada espalda en señal de apoyo.

-Yo supongo que has de estar triste también, de todas formas es tu mejor amigo. –Kibum sentía cada palabra incrustarse fuertemente en su pecho. Él tenía la culpa.

-Ay SeKyung, ¡soy un total idiota! –chilló escondiendo su rostro junto a sus rodillas. Sus pequeños espasmos por los sollozos no cesaban y la castaña no sabía qué hacer para contentar a su amigo.  -¡Todo es mi culpa! Por mí no tiene en donde vivir, soy un egoísta, un mal mejor amigo –las delgadas manos envolvieron su espalda en un cálido abrazo. SeKyung era buena a la hora de calmar a las personas.

-¿Quieres contarme? –el rubio se limpió la nariz con el pañuelo que la chica le brindaba. Cruzó ambas piernas, atrayéndolas hacia su pecho y disfrutó un momento de la brisa del mar.  Ambos se perdieron por un instante en el bello paisaje que comenzaba a formarse, el cielo comenzaba a dibujarse en un tono melocotón y las nubes se miraban tan suaves y blancas, contrarrestando con los colores del mar azul y el atardecer.

-Es que, digamos que es muy vergonzoso…

-Entonces hablemos en clave ¿de acuerdo? ¿Es algo sentimental? –Kibum asintió.  –de acuerdo, cambiemos sentimientos por panecillos. –Kibum pareció no entender –lo siento, tengo hambre –sonrió y continuó –la persona puede ser un lindo cachorrito o cachorrita, tú dirás.

 

El rubio respiró con calma, mirando hacia el cielo y conteniendo las nuevas ganas que tenía de soltar lágrimas.  Podía confiar en ella, después de todo era su mejor amiga mujer.

 

-Ok, es que yo tengo estos “panecillos” en mi corazón, por un “cachorrito” –SeKyung aguantó unas risitas al saber que se refería a Jonghyun.  – y yo jamás había tenido panecillos de este tipo, siempre era para las chicas, pero este cachorro viene y me hace sentir como un… -se detuvo al pensar en las innumerables palabras que podrían describir el sentir atracción por personas de su mismo sexo. Porque tenía sentimientos mucho más amorosos a su amigo de toda la vida.

-Digamos ¿un panadero? –Kibum lo tomó bien, y SeKyung pareció haber entendido.

-ajá, soy un panadero y tengo miedo Kyunnie –abrazó el cuerpo de su amiga, sintiéndose libre de descargar todo el dolor que sentía en su pecho.   –Porque… es mi mejor amigo y no quiero que nada cambie sobre todo porque sé que él jamás tendrá ese tipo de panecillos hacia mí –la chica besó la coronilla rubia y levantó su mentón.

-¿Y por eso no quieres que viva en tu casa?

 

Porque los padres de Jonghyun decidieron que sería bueno mudarse a otro país, y con el chico negándose, estos le concedieron buscar un lugar donde quedarse y no acompañarlos.

Los padres de Kibum conocían al chico desde el primer día que se mudó enfrente de su casa y habían aceptado dejarlo vivir con ellos, pero el rubio le había brindado otro tipo de respuesta por el miedo que sentía.

Y no era raro el haberse enamorado de él,  pues siempre lo protegía, le escribía canciones y le decía lo mucho que lo quería. Simplemente era el chico perfecto, con una perfecta personalidad, perfecto cuerpo y perfecta sonrisa.  El sueño de cualquiera.

-Porque no soportaría verlo. Siento que algunos de esos días terminarían confesándole lo que siento y no quiero perderlo, porque es demasiado importante para mí -  su labio tiritaba y no precisamente por el viento que comenzaba a soplar. 

 

-Yo digo que se lo digas Bummie

 

-¿Cómo hacerlo sin que sienta asco de mí? ¿Sabes que la mayoría de las chicas de la escuela se mueren por él, como tú?

 

-Escucha, ¿sabes la razón por la cual terminé con él? –Kibum negó, con aparente curiosidad, pues desde el momento en que supo del noviazgo de ambos algo dentro de él se había movido y no precisamente por el hecho de que  eran sus mejores amigos, si no que se sentía mal cada vez que se besaban. Estaba celoso.  –Fue por ti

 

 

Ok, ahora se sentía mucho peor, al sentirse demasiado obvio cuando los miraba.

 

 

-Gracias, ahora solo aumentas mi culpa.

 

-No, porque sabía que estaba haciendo mal. Vamos, él es por así decirlo el más popular del colegio. Guapo, atlético y romántico, simplemente el hombre perfecto. Y tú eres igual un chico popular, bello, sexy y amable. ¿Sabes cuantas personas quieren verlos juntos? – su quijada no se desprendía solo porque estaba bien pegada, lo cual le sorprendía. ¿Había personas que deseaban verlos juntos?  

 

-Explícate

 

-Bueno… -la chica se acomodó el cabello detrás de su oreja y prosiguió - ¿sabes porque casi nadie se le confiesa a ninguno de los dos? –Kibum negó de nuevo, se le había hecho raro el no recibir alguna confesión después de tanto tiempo –porque un día que ustedes faltaron, el colegio comenzó a hablar de lo bien que se verían juntos. Y todos acordamos el no meternos con ustedes para que por fin pudieran ser novios.

-A ver señorita sabelotodo, ¿Cómo rayos pretendes que eso pase si el no da muestra de que le gusto?

-Aquí también te equivocas tonto, es mucho más que obvio cada vez que te abraza de la cintura, llena tu mejilla de besos y anda diciendo la infinidad de canciones que ha escrito para ti ¿y me dices que no le gustas?

-Bueno… yo… -las mejillas se le tiñeron rosas, al subir la mirada y descubrir que su amigo se aproximaba a donde estaban ellos.

-No pierdas el tiempo y díselo. ¡Fighting!  -le sonrió mientras se paraba de la manta extendida y caminaba en dirección contraria –adiós Jjong –saludó al chico y con las mismas abandonó el lugar.

 

-¡Bummie! –comentó feliz el mayor, sentándose sin previo aviso y pasando ambos brazos detrás de su espalda, forzando a Kibum a quedarse acostado a su lado.

 

-¿Qué haces? –preguntó lleno de nervios. Su estómago se removía, sintiendo las famosas mariposas haciéndole cosquillas. Sus mejillas aumentaron de temperatura, cubriéndose de un lindo color carmín.

 

-Aprovecho los últimos dos días a tu lado.  –y si, podría quedarse todo el tiempo de esa manera. Acomodó su cabeza en el fuerte pecho de su amigo, pasando su mano envolviendo la cintura ajena. Cerró los ojos, evitando el llorar en ese momento. Sintió una mano acariciar su espalda justo en el momento en que se cuerpo daba pequeñas convulsiones, cosa que Jonghyun notó.  - Key ¿te encuentras bien?

 

 

Vamos Kibum, es ahora o nunca.

 

 

-Solamente no quiero que te vayas… - confesó mirándolo directo a los ojos. Dios, como amaba ese par de orbes color chocolate. Se le hacían tan puros y perfectos que podría pasar el resto de su vida observando sus lindos y tiernos ojos.  –Todo es mi culpa Jjong –una lágrima surcó su mejilla sonrosada, partiéndole el corazón al mayor.

-No Bum, nada es tu culpa. Simplemente tus padres no aceptaron –se apoyó en sus codos, teniendo el espacio suficiente para acorralar entre sus brazos al menor. Se sentía tan bien estar entre sus brazos.

-Es que… -buscaba el valor para decirlo ¿y si se molestaba? “Por favor, que me comprenda” –ellos si aceptaron.

La cara de Jonghyun mostraba confusión.  –a ver ¿Qué?  -

 

-Jonghyun es que yo…

 

-No me quieres en tu casa –afirmó. Y mentiría si dijera que no le estaba doliendo.

-No es eso… es que yo… -Jonghyun hizo el amago de levantarse. Kibum sabía que estaba molesto.

 

-Entonces dime, porque a mi ver, me mentiste para que no me quedara contigo ¿es que no me quieres a tu lado? – y trataba. Jonghyun en serio que intentaba de no perder la calma, pero se trataba de Kibum, su mejor amigo, su chico especial que jamás le había mentido. El niño bonito al que quería mucho. Su corazón experimentaba dolor. Y  más cuando Kibum no hizo nada por negarlo.

 

 

-Escucha… -lo tomó de las manos y lo obligó a sentarse enfrente de él. –Esto no es fácil para mí, así que lo diré en clave… -respiró profundamente y acarició el dorso de su mano con su dedo. – yo tengo unos panecillos fuertes hacia un cachorro, lo que me convierte en un panadero. Y no quiero que el cachorro me odie, porque sé que él no es panadero. No quería que te quedaras en mi casa, por miedo a que te enteraras de los panecillos que tengo hacia el cachorro.

 

 

 

 

Y Jonghyun parecía no entender. Porque se trataba del chico que no prestaba mucha atención en clases.

 

 

 

-Panecillos significa sentimientos, el cachorro eres tú y panadero… -dejó de hablar al sentir un par de brazos musculosos  rodear su cuerpo.

-Te amo Kibum -¿por qué su corazón de pronto se detenía? Las palabras eran mucho mejores a como las había escuchado en sus sueños. –te amo y eso no cambiará nada. E incluso me siento feliz de que te sientas así por mí.

-¿No estás molesto?

 

-Bummie, tu sabes que las canciones que escribo siempre hablan de amor. Pensé que no podía ser más obvio y tu tan tonto por no entender.

 

 

 

La puesta de sol, el mar con ligeros tonos naranjas, la brisa del viento. Todo, todo pasó a segundo plano, porque solo podía ver a ese chico perfecto en frente de él, acariciando su mejilla con cuidado.  Se sentía tan adorado, tan feliz.

 

 

Con cuidado, como si se tratara de fina porcelana, Jonghyun besaba por fin el par de labios bonitos y rosas.  Era simple roce, pero algo perfecto para ambos.

 

 

 

Su primer beso.

 

 

Se quedaron acostados encima de la manta, abrazados y besando las narices contrarias y uno que otro pequeño besito.  Esto era realmente bueno.

 

 

-Entonces, ¿puedo vivir contigo?

 

-Ajá, pero no creo que mi padre esté muy de acuerdo a que mi novio duerma en mi cuarto. – Jonghyun soltó unas risitas en el cuello del menor, dejando un pequeño roce de sus labios con la piel tan suave.

 

 

-Te amo

 

 

De ahora en adelante, Kibum trataría de enamorarse aún más del chico que lo estrujaba entre su pecho y sus brazos.

Porque era simplemente perfecto. 

Notas finales:

Gracias por leeeeeeeer! 


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