Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Estética por _special

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Notas del capitulo:

Para Tere, ¡porque inspira muchas cosas! Si, lo sé, esto es totalmente diferente a tu estilo pero bleh, es MinKey y esta hecho con amor. Gracias por hacerme feliz con tus fics <33

Te veo y siento que es cierto: hay cosas infinitamente hermosas en esta vida. Tu rostro, tu cuerpo, tus voz, tus gestos... No hay nada que me llene más que contemplarte de martes a jueves frente a tu caballete, dando pinceladas suaves que a veces se tornan en agresivas sobre siempre un nuevo lienzo. Kim Kibum, ¿por qué incluso un nombre tan común puede llegar a sonar único si hace referencia a ti?

"Choi" giras un poco la cabeza para verme, alzas una ceja, me diriges tu tan común mirada de disgusto. "¿No te dije que ya no te quería en mis clases?"

"No está impartiendo una clase ahora, Mr. Kim" respondo sonriente, poniendo un énfasis de burla en el apodo que meses atrás te ha hecho salir de tus cabales. Recuesto mi espalda en el marco de la puerta del salón de artes, todo está lleno de cuadros, esculturas, cerámicas y demás. El piso ya no se distingue por las capas y capas de papel periódico que se ha dispuesto sobre el. Eres muy cuidadoso de los espacios que involucran tu trabajo, esa es una de las cosas que me gustan de ti.

"No, pero estoy ocupado, ¿podrías largarte?" Vuelves tu rostro al lienzo, haces como que no estoy ahí y sigues con lo tuyo. Eres elegantemente grosero, otra cosa que me fascina de ti. La luz que se filtra entre las hojas de los frondosos árboles frente a las amplias ventanas de la habitación define tu perfil en contraste. Siento que algo cae pesado en mi estómago y mi corazón se acelera con solo delinear la línea de tus labios.

"Profesor, quiero volver a las clases de arte." Digo, con inocencia, poniendo cara de niño bueno así como tomo una silla y me pongo junto a ti. Y oh sí, me odias, tu gélida mirada me lo hace saber. No querías tener esta conversación de nuevo, me lo dijiste hace dos semanas; no me rendiría, te lo hice saber también.

Dejas tu pincel y demás instrumentos de lado, inhalas y exhalas fuerte. Me miras casi con compasión pero puedo identificar vergüenza por el leve carmín que aparece en tus mejillas, ¿será que recuerdas...?

"Choi, tu ni siquiera tienes talento. ¿Por qué no vas y sigues jugando fútbol? Deja de desperdiciarte en cosas en las que no tienes futuro..."

"Pero..."

"Pero nada, ya causaste muchos problemas con esa guerra de pintura y... y... ese incidente. "

Sonrió amplio y desvías nuevamente tu mirada. El movimiento hace que el holgado cuello de la camiseta blanca que llevas me deje ver un poco de tu hombro derecho y más claramente la deliciosa línea de tus clavículas. A veces me cuesta creer que eres mayor que yo, que hay una brecha de seis años de por medio, que fácilmente podrías ser mi hermano mayor... Que me sienta tan encantado con tu físico y personalidad. No puedes ser humano. Eres muy hermoso para serlo.

Incidente. Así eliges llamar a esa declaración rápida y torpe que dio paso a mi expulsión de tus clases.

"¿Ha bajado de peso?" Pregunto sin quitar la mirada de los finos huesos. Lo notas y reacomodas la camiseta nervioso y sin dejar de mirarme a los ojos con nerviosismo.

"No... No es algo que te interese."

"Si me interesa."

"No hay razón para ello."

"¿Que me guste no es una buena razón?"

"¡Choi!"

"Si no me deja volver a sus clases, al menos acepte tener una cita conmigo."

Y el silencio, te has puesto muy, muy rojo. Se me hace muy tierno y lo sé, he sido claro esta vez, si lo hubiera podido transmitir mi sentir con tanta claridad ese día… El silencio se extiende y no puedo soportarlo.

"Lo entiendo. Puede olvidarlo." Me levanto, con mi corazón apuntó de salir de mi pecho. Odio perder, y podría insistir en una respuesta pero eres tú. No podría forzar más las cosas. Hace dos semanas casi me pateas fuera del aula en que, igual que ahora, solo estamos ambos. No, mantendría algo de compostura y orgullo esta vez.

Cuando estoy a punto de cerrar la puerta tras de mí, tu voz me llama. Mi nombre se escucha raro en tus labios, es la primera vez que lo escucho de ti. Me fascina y siento la inmediata necesidad de escucharlo otra vez y otra y otra, infinitamente.

"No puedo... Salir contigo. Pero podría haber... Una cita de prueba."

"Entonces tendremos una cita." Reafirmo, más contento que nunca, sin creerlo, volviendo a tu lado casi corriendo.

"¡Yah! No es una cita propiamente, es una cita de prueba." Retrocedes un poco, hasta casi chocar con el banquito frente al taburete ya olvidado.

"¿Cómo debo tomar eso?"

"Como que no debes emocionarte tanto."

Río, tú me miras con duda.

"Conozco una cafetería muy buena."

--

El verano es implacable, temperaturas tan altas no recordaba haber sufrido y eso amenazaba con arruinar nuestra cita de prueba. Mi elección del día en cuanto a atuendo no variaba mucho de lo que usaría para salir con mis amigos: el jean, la camiseta Adidas al igual que el calzado deportivo eran lo más nuevo e impecable en mi closet. Realmente me sentía un idiota porque aunque la combinación de blanco y negro esta bien no estoy seguro si es lo más adecuado. Por ti Kibum, soy demasiado inseguro.

Llegué quince minutos antes de la hora acordada sentado en la mesa más discreta y apartada que encontré en el lugar, era un manojo de nervios y me enloquece el solo hecho de pensar poderte hacer esperar. No eres la persona más paciente en este mundo, no quiero que por mi idiotez se arruine lo que me costó tres meses en lograr. Parece que al fin tenía una oportunidad contigo o tal vez solo me harías esperar por horas solo ahí en la cafetería hasta que me diera cuenta de que no llegarías o…

Cuando las dudas empiezan a recorrer mi mente, siento una mano en mi hombro. Volteo y ahí estas: aún sin sonreír parecías brillar. Tu cabello castaño se oculta bajo una boina negra, dejando ver solo las hebras siempre sobre tu frente en un flequillo que va de derecha a izquierda. Un poco más de tu cabello impecable se muestra a los lados. Traes gafas, tu camiseta es blanca, sin mangas, siempre holgada, con un diseño abstracto y colorido al frente; cuando te diriges a sentarte frente a mi noto los gloriosos jeans desgastados y apretados que traes (más glorioso como definía tu trasero); tu calzado es único. No me siento capaz de describir bien esas botas pero lucen genial como solo en ti podrían hacerlo.

Cuando ya estas sentado frente a mí, te quitas las gafas y las depositas en un bolso que recién noto que traes. No importa el bolso, tus ojos están delineados sutilmente (nada de ti puedo pasar por alto).

Me miras confuso.

"¿Qué sucede?" Preguntas, como si no advirtieras tu propio encanto.

"Nada. Luce bien." Respondo, mirando por la ventana tras de ti la gran avenida y la gente caminando por todo lugar.

Te encoges de hombros. Un silencio incómodo amenaza con iniciar, oportunamente se interrumpe por la camarera ofreciéndonos la carta.

Tomada a orden y en la brecha de la espera por los aperitivos, me veo sin saber que decir realmente, tú te distraes mirando tu celular. Intento justificarme ante mí mismo con el hecho de que este día parecía imposible de llegar, por más que practiqué mil y un discursos toda la noche nunca podría estar preparado.

"¿Por qué dices que te gusto?" Sueltas la cuestión al aire, intentando no darle importancia. Pero me miras directamente y puedo notar cierta ansiedad.

Trago saliva con dificultad.

“¿Está seguro de que desea escuchar?"

"Llegado este punto no creo necesario que seas tan formal, no estamos en la escuela..."

"Por mi está bien, pero sigues siendo mi hyung"

"La edad y los formalismos sobre ello... Son fastidiosos. Sólo trátame formal allá, por rango. No por edad."

"¿La edad no es importante para ti entonces?"

"Lo es. Pero creo que haya mucha diferencia entre ambos. Aunque eres mucho más inmaduro que yo la verdad." Rodaste los ojos y aunque te burles mí me parece adorable. "Responde: ¿Por qué dices que yo te gusto?"

La confianza que gané por unos minutos me abandona. Podría explicarte con detalle porque pero sería muy cursi y vergonzoso,

"No lo sé, me pareces..."

"¿Te parezco?"

Decirle a un chico "lindo" o "hermoso" no lo creo adecuado...

"Atractivo."

...

...

"Gracias." Sonríes levemente y te sonrojas. Eres precioso y no puedo ser más sincero.

Las malteadas llegan, poco después una porción de pie de limón para ti y un sándwich (más grande de lo esperado) para mí. Descubro que te gusta mucho la fresa por lo feliz que degustas tu malteada; una vez encuentras un tema de conversación no puedes dejar tu boca tranquila y de paso reafirmo que el movimiento de tus labios me atrae y enloquece. Tienes un tic nervioso de rodar los ojos espontáneamente, lo sabes y te apena. Estas interesado en muchas cosas: tus hobbies son infinitos y sobre todos ellos te entretiene mucho la cocina.

Empiezas a ser un libro abierto y la lectura de tus páginas me es más que fascinante.

--

Ya son tres semanas y hemos pasado por mucho, entre todas esas citas acordadas casualmente ya suman diecisiete. Alguien de la preparatoria jura habernos visto salir juntos de la cafetería de siempre por lo que los encuentros ahora rotan por lugares diversos: parques, exposiciones de arte, un partido de fútbol, parques temáticos... El patrón es raro pero ha funcionado y lo que más me sorprende es que quieres que sigamos viéndonos. Ahora puedo tomar tu mano pero tus labios aún son terreno prohibido, a pesar de los besos que depositas en mi mejilla como saludo o despedida. Pero no quiero dar un paso en falso, es mejor esperar a que la situación se dé.

Es tal vez la tercera ocasión que visito tu departamento, hasta ahora todo se ha restringido a ver una película en la sala, cocinar o conversar abrazados en tu cama. Usualmente llegar a eso implicaría el preámbulo o algo más pero nos lo tomamos con calma, y eso siento que hace aún más especial esta relación sin nombre que tenemos.

Special Girl de Infinite H suena en la radio y pocos segundos después estas riendo sin freno por mi versión modificada, dedicada únicamente hacia ti. 
Intento hacer una burda imitación del baile y parece que el aire te es difícil de obtener. Tu risa es maravillosa, aunque sea escandalosa.

"So sweet, so sexy, hey!" Al dejarme caer sentado a tu lado sobre el mullido sillón blanco, te acercas inmediatamente a seguir riendo sobre mi hombro izquierdo. "Oh, vamos. No fue tan ridículo." Reclamo, fingiendo enojo.

"¡Lo fue...!" Cuando alzas tu rostro, nuestras narices casi pueden rozarse.

Dios. Te quedas quieto, con tu mano derecha sobre mi hombro y la izquierda sobre la otra. Tus mejillas se ponen carmín, a mí me falta el aire como a ti hace unos minutos. Intentas alejarte, sujeto tu cintura impidiéndotelo.

"Te haré unas preguntas y solo puedes responder sinceramente."

"No creo..." Me doy manera para mover tu cuerpo y dejarte sentado frente a mí, sobre mis piernas. No te niegas, incluso cooperas y aunque es conveniente es extraño. Pareces un gatito a punto de ser castigado, lindo como siempre me miras mordiéndote el labio inferior y con una mirada dudosa. "Bueno..." Respondes poniendo tus manos sobre mi pecho con delicadeza. Sonrío.

"Cuando te confesé mis sentimientos... ¿Sentías algo por mí?"

"Si... ¡Pero eres muy idiota y no pude reaccionar bien!" Reclamas. Haciendo un puchero adorable, arrugando la tela de mi ropa bajo tus manos.

"Okay. Fue mi culpa. ¿te gustaba de verdad?"

"No, exactamente. Sólo me parecías... Guapo. Llamabas mi atención." Me abrazas por el cuello y escondes tu rostro entre él y mi hombro izquierdo.

"¡Punto a mi favor! Después de estas semanas ¿puedes decir que yo te gusto también?"

"Si no me gustaras tu no estarías aquí en primer lugar." Te alejas para mirarme, dejo un beso en tu pequeña nariz. Cierras los ojos y te pones más rojo aún.

"¿Te has arrepentido alguna vez de salir conmigo? A pesar del riesgo de que alguien pueda vernos..."

"...No." Doy un beso en tu mejilla izquierda y vuelves a morderte el labio inferior. ¿No te das cuenta de lo lindo que te ves verdad?

"¿Quieres ser mi novio?"

"...bésame."

"¿Eh?"

"Hazlo antes de que abra los ojos o nunca más..." No tienes que pedirlo dos veces.

Siempre imaginé que tus labios serían suaves, el rosa natural que poseen siempre me llamo la atención desde que te vi siendo presentado como el nuevo profesor de Arte ante todo el alumnado. Nunca pudo interesarme menos esa materia hasta que llegaste. Porque tú representas todo lo que arte puede llegar a significar.

Eres más que estética, eres más que colores mezclados, más que pinceles por doquier. Eres más maravilloso que la Mona Lisa o un cuadro de Van Gogh.

Eres Kim Kibum. Eres a quien amo.

Descubro este nuevo nivel de adoración hacia ti moviendo mis labios sobre los tuyos. Aferrando mis manos a tus caderas, sintiendo mi cuello prisionero en tus brazos.

Y te amo. Amo cada parte de ti.


Lo de tomárselo con calma queda olvidado con un ligero vaivén de tu cuerpo sobre el mío.

 

 

Notas finales:

Esta idea me quito horas de sueño y estudio. Así que los rw's son apreciados <33 AMOR A TODOS Y TERE WHO IS MY PRINCESS <33


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).