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Psicosis. por Bou Craig

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Notas del fanfic:

 Es mi primer FanFic SasuNaru. Y nacio gracias a mi adiccion por estos temas, siempre me han gustado los casos policiales de asesinos en serie, esta vez les traigo  a Sasuke Uchiha como uno de ellos. Va a ser un gran reto tratar de describir los pensamientos de un asesino pero que puedo decir..me encantan los retos. Ademas de agradecer a mi gran lectora Riruka-chan por siempre alentarme y seguir escribiendo y darme la idea de hacer un SasuNaru.

 

Esta historia sera corta, pero llena de contenido. Cualquier duda pueden preguntarme. Como todo caso criminal habra un detective, o varios detectives, en busca de pistas.

 

Pero eso lo dejo como sorpresa.

 

Espero que sea de su agrado. Denle una oportunidad.

 

Y Espero sus criticas constructivas si es que tienen algunas :), me encantaria recibir sus reviews y saber que piensan de la historia. Saber si tiene futuro o no. Como siempre digo mis lectores son mi inspiracion.

Notas del capitulo:

Naruto no me pertenece, pertenece al gran Masashi Kishimoto y colaboradores.

Historia hecha sin fines de lucro.

Enjoy!

Psicosis.

 

By Bou Craig.

 

Prologo.

 

“La belleza siempre viene con pensamientos oscuros.”

 

—¡Espera!—Sentí la voz lastimera, llena de miedo. Los ojos cafés de quien una vez fue mi amigo se llenaron de un brillo temeroso y cuando ya me había dado cuenta el cuerpo inerte de mi confidente ya estaba en el piso, frio y liso, quejándose y revolcándose como un cerdo.

 

Un cerdo… un cerdo revolcándose en su propia porquería.

 

—N-No… por favor…—¿Por favor? ¿Significaba eso algo para quien te había traicionado sin ningún pudor?

 

—Eres más cínico de lo que pude imaginar, Suigetsu—Mi tono era de reproche y desaprobación mezclado con aquella frialdad que ameritaba la situación, necesita oír algo más que un simple “por favor”.

 

Necesitaba oír los lamentos.

 

—L-Lo siento… dis…—Un golpe un seco. Mis ojos se entrecerraron mientras de nuevo “mi amigo” gritaba de dolor.

 

El olor nauseabundo del lugar era incluso perfecto para la ocasión, el sótano en que nos encontrábamos estaba lleno de moho y productos solidos descompuestos, había elegido ese terreno precisamente porque nadie podría encontrarnos, al menos no en bastante tiempo, al menos no después de lo que iba a hacer.

 

Camine seguro por todo el lugar, echando un vistazo de vez en cuando a Suigetsu en el suelo, mis pasos resonaban mientras esperaba la noche. Las 7:00 exactamente, esa sería la hora clave para desatar por fin aquello que me estaba carcomiendo desde hacía ya tanto tiempo.

 

Y lo sabía.

 

Aparté mis cabellos hacia atrás con una mano mientras respiraba hondamente, los sonidos se volvieron frescos y el aire frio me recorrió la columna vertebral, mi traje color vino se hondeo al son de la pequeña brisa y vi una vez más el reloj que reposaba en mi muñeca. 6:57 P.M.

 

La oscuridad llego de sopetón y por un segundo olvide mi objetivo. ¿Alguna vez había sentido semejante placer? Como cuando sabes que ganaras algo y solo estas ansioso esperando que anuncien tu nombre con una perfecta entonación y precisión, con un ego que rebasaba incluso a los mismos Dioses.

 

Instinto. Esa era otra palabra que me había estado rondando. Cada día veía los noticieros plagados de notas informativas escalofriantes y tristes, “un niño muerto hallado en las afueras de Okinawa”, “una familia asesinada”, “tres jóvenes mujeres secuestradas”. Un minuto, ¿había dicho “notas informativas escalofriantes y tristes”? Ciertamente… ¡Eso era! Las personas temían a los asesinos y temían lo que estos pudieran hacerles. A eso lo llamaba instinto, ¿un asesino mata por instinto?

 

¿Y qué pasaría si desde hace mucho tiempo había estado reprimiendo todo aquello? Una sonrisa se formó en mi rostro, si… yo había estado reprimiendo mis ansias tanto que me confundí respecto a mis objetivos.

 

Ahora podía soltar todo aquello. Podía calmar….

 

—¡Déjame ir! —Gruñí.

 

—¿De qué hablas, Suigetsu?—Mis pensamientos habían sido interrumpidos por ese imbécil, pero de todas formas me hallaba reconfortado, había mucho tiempo después para sacar partido de todo eso.

 

—¿Qu-Que?—Mi amigo titubeo mientras me acerque hacia él, podía ver en sus ojos de nuevo el miedo. Un miedo que me hizo sentir orgulloso.

 

Vi por última vez mi reloj, 30 segundos para las 7. MI corazón dejo de latir en ese momento, mi sangre se enfrió y mis ojos adoptaron la visión de un Suigetsu mas aterrado, mientras se debatía en salir corriendo o no de mi presencia. Vi como trataba de levantarse en vano del suelo, como temblaba de pies a cabeza al oír mi carcajada que salió sin ánimo de hacerle creer que todo esto era una broma.

 

No era una broma.

 

Lo hice retroceder hasta la pared más cercana y me detuve a verlo. No había cabida para las palabras, arruinaría el momento, y alguien como yo no necesitaba, por supuesto, de pérdidas de tiempo. Lo agarre del cuello y lo levante, por suerte mi largas sesiones en el gimnasio dieron fruto, pues sentí su peso más ligero que una pluma. Lo levante hasta la altura de mis ojos y con mi otra mano saque una navaja.

 

—No…

 

Era un idiota. Había arruinado el suspenso.

 

—Por favor…

 

El filo se acercó hasta su cuello y note como trago duro.

 

Instinto.

 

Había una frase mucho más atractiva.

 

Instinto asesino. Lo tenían los asesinos seriales, lo tenían absolutamente todos en mayor o menor grado.

 

Yo lo tenía…

 

Ansiaba poder ver correr la sangre y ansiaba poder observar como después de la muerte los ojos perdían brillo. Lo había estado ansiando por tanto tiempo.

 

Lástima que Suigetsu no pudiera compartir conmigo este momento. Lástima que me hubiera traicionado.

 

—Es-espera…—MI amigo me miro rogándome piedad, yo mientras tanto solo veía el clímax de mis acciones—¡Espera! —Sus gritos no tenían efecto alguno. Mi navaja solo punzo levemente la tráquea de mi víctima, sentí como la sangre recorría sus venas a un ritmo acelerado. MI sonrisa se extendió más—¡No!...¡Sasuke!...¡Sas…!

 

Lo atravesé.

 

Y la sangre se escurrió por mis manos.

 

***

 

—Y en otras noticias nos acaban de informar que un nuevo cadáver se halló en un edificio abandonado. Se sabe que la causa de muerte fue una puñalada, mientras los policías tratan de encontrar al culpable vemos como el número de víctimas aumenta. Hasta ahora los detectives no han podido establecer una relación entre los asesinatos pero la población tiene esperanza en que tarde o temprano hallen al asesino…

 

—Esto es increíble…—suspiro y apago la radio. Sus ojos verdes se hundieron en una profunda reflexión mientras trataba de que el miedo no se apoderara de ella. Hace ya un año que ocurrían esos asesinatos y aun la policía no podía dar con el culpable, según lo que decían “el asesino era muy precavido y pudo ocultar sus huellas”, ciertamente todo eso era una excusa. ¡Y que excusa! ¡Hasta ella tenía miedo de ser la próxima víctima!

 

Soltó otro suspiro y trato de alejar ese asunto, de todas maneras no era algo que le incumbía. Saco unos papeles de su cajón y se acomodó en la mediana mesa color blanco a seguir haciendo su trabajo, si lo hacía bien quizás pudiera obtener la atención de su jefe. Sus ojos brillaron soñadores. Sabía que a su jefe le encantaban las mujeres maduras y responsables, si ella era así de seguro le echaría el ojo.

 

Podría tener una cita con el famoso y elegante, además de frio pero totalmente atractivo Sasuke Uchiha.

 

Si, él mismo. Su jefe era el blanco de muchas mujeres, famosas o no, pues tenía un alto prestigio al manejar una empresa él solo. Era un excelente inversionista y gracias a ello había podido hacer un dineral, relacionándose con otras industrias y manufacturas. Tener todo eso además de un inigualable atractivo lo hacía apetecible para muchas mujeres, incluso para ella. Se acomodó su cabello rosa. Sakura Haruno y Sasuke Uchiha… sonaba tan bien.

 

Y su relación no era tan superficial, al menos ella no la veía así, como secretaria de Sasuke Uchiha podría decirse que sabía más de él de lo que muchas otras creían saberlo.

 

Se cruzó de piernas orgullosa.

 

—El hombre perfecto…

 

—¿El hombre perfecto? —Sakura asustada volteo a ver a la persona que rápidamente se acercaba a ella. La voz varonil y sin emoción de su jefe la hizo bajar de su nube de ilusión, sin saber cómo amontono unos papeles y se levantó a seguirlo.

 

—¡Sasuke-kun! —Le llamo con aquel terminativo con que siempre se había dirigido a él. Había otra cosa que no había mencionado, Sasuke Uchiha, reconocido empresario había terminado su carrera con calificaciones y criticas excelentes, desde su comportamiento hasta su apariencia, a la edad de 22 años. Tenían la misma edad, y no es que consideraba un fracaso estar trabajando como secretaria, ella sabía que se merecía el puesto que tenía en ese momento—Estaba indagando sobre algunas cosas y…

 

—No necesito explicaciones Sakura—Sasuke se detuvo frente a ella—Y menos de tu vida privada.

 

Las necesitarías si supieras que eres tú.

 

Pensó la mujer triste.

 

—Sí. Sasuke-kun—Se limitó a decir mientras veía como su jefe volvía a caminar a su oficina.

 

—¿Ya has revisado la lista de Aspirantes a Asistente Personal? —El pelinegro se sacó el abrigo y lo dejo en un perchero mientras hacia la pregunta, sus ojos se toparon fríos con los verdes de Sakura haciéndole perder la noción al momento—Sakura.

 

—Eh, si—La pelirosa se puso nerviosa mientras le daba el fajo de papeles que tenía en esos momentos—Los he revisado uno por uno y he reunido a los mejores—dijo esto con un leve enojo. No sabia porque su jefe necesitaba de un Asistente Personal si ya la tenía a ella.

 

—El resto déjamelo a mí—Contesto Sasuke mientras veía uno por uno los currículum vitae—Puedes retirarte, Sakura.

 

—S-si—La aludida trato de hacer caso omiso a su incesante necesidad que tenía desde siempre de mantenerse al lado del pelinegro. Con mucha fuerza de voluntad se dio media vuelta y dirigió sus pasos a la salida—Con permiso.

 

—Sakura—De nuevo el frio tono de voz de Sasuke la desarmo.

 

—¿Se te ofrece algo? —trato de aparentar naturalidad.

 

Su jefe solo le sonrió entre coqueta y arrogantemente—Te ves bien hoy—Declaro para después ver como Sakura se ponía nerviosa y cerraba la puerta tras de sí, tratando de ocultar la tremenda felicidad que le había causado esa insinuación.

 

Escuchando los pasos de la pelirosa alejándose y el silencio que reinaba en el lugar dio un gran respiro y se fue a sentar. Apenas se halló solo el pelinegro desparramo los papeles en su mesa y se dedicó a pensar.

 

Era algo imprevisto incluso para él el querer contratar a alguien como su Asistente Personal, pero la situación lo ameritaba, ya estaba cansado de tener que lidiar con el fanatismo de Sakura hacia su persona todos los días. Era excelente en su trabajo pero sabía que si por ella fuera se mantendría pegada a él como un chicle día y noche.

 

Por eso había optado por darle un poco de atención, la prueba más fehaciente se hallaba en su declaración de hace unos minutos. Diciéndole “Te ves bien” quizá haría que la pelirosa cesara de pensar en él tanto tiempo. Ella, como muchas otras, pensaba retenerlo a su lado por siempre.

 

Y honestamente odiaba eso.

 

Lo patéticas que pueden resultar las mujeres ciegamente enamoradas algunas veces lo hacía sentir repugnado. En toda su vida no había encontrado más que lascivia y ambición detrás de sus “Te quiero, Sasuke”. Sabía que gran parte se debía a su atractivo físico y otra gran parte a su dinero y a su actitud, no podía imaginar a alguien que no se fijara en eso, todas las personas amaban el dinero y él lo tenía por montones.

 

Nadie estaba excluido, nadie era la excepción.

 

Ese pensamiento produjo en él indiferencia. Solamente quería mantenerse alejado de su fanaticada pero eso era algo casi imposible pues su “fan número uno” era nada más y nada menos que su secretaria. Grandioso.

 

Sus ojos se volvieron distantes y echo la cabeza hacia atrás…

 

—No…

 

—Por favor…

 

—¡Espera!

 

—¡No!...¡Sasuke!...¡Sas…!

 

Cerró los ojos.

 

Eran recuerdos memorables sin duda…

 

—Sin duda…—Repitió Sasuke frio e insensible.

 

Si seguía a este paso la policía no lo atraparía y ser Sasuke Uchiha, el famoso Sasuke Uchiha, le dotaba de inmunidad.

 

¿Cuánto mayor podía ser su suerte?

 

Abrió de nuevo los ojos y tomo un folder entre sus manos, sus orbes negras se posaron en el  currículum leyendo sin prestar mucha atención. Había decidido contratar al que le pareciera más cualificado para el puesto, como era obvio.

 

Uzumaki Naruto, decía, Master en Administración de Empresas con experiencia en gerencia administrativa y comercial de sedes y puntos de venta bajo estándares establecidos por normas técnicas internacionales. Con formación y experiencia integral en los procesos fundamentales de toda Organización, como son Gestión Humana, Gestión Administrativa y Operativa, Gestión de Compras, Gestión Comercial y Gestión de la Calidad.

 

Manejo del idioma Inglés en un 85%.

 

Los ojos de Sasuke se hallaron curiosos. Sin duda tenía algo de experiencia y excelencia, ¿Por qué alguien con este nivel solicitaría el puesto de Asistente Personal?

 

No era algo impresionante de todos modos, seguramente no había encontrado el trabajo que quería y circunstancias desesperadas le habían llevado a aspirar solamente a eso. Dio la vuelta a la hoja esperando ver un hombre de mediana edad, con los ojos caídos y un traje sastre usado, el típico empleado que trataba de impresionar pero que daba más pena que el perro de la esquina.

 

—Hmp…—Con una sonrisa irónica se dispuso a ver a la persona pero se topó, para su sorpresa, con alguien joven y sonriente. Un pelo rubio bastante desordenando, unos ojos azules brillantes resplandeciendo a la luz del flash de la cámara y una piel bronceada.

 

Sasuke Uchiha se detuvo a ver detenidamente aquellos orbes color del cielo. Uzumaki Naruto, 21 años de edad.

 

—Uzumaki Naruto— El pelinegro dejo el currículum en su mesa echándose para atrás y entrelazando sus dedos a la altura de su mentón. No era una hoja de vida interesante ni mucho menos sorprendente, lo realmente sorprendente era el empleado.

 

Tuvo que medir sus propias palabras.

 

¿Qué estaba pensando? Se sentía mínimamente atraído por un empleado promedio.

 

¿Se sentía atraído por un hombre?

 

Eso era realmente ridículo.

 

Sasuke Uchiha no era homosexual.

 

Se levantó de su asiento calmadamente viendo de reojo, por última vez, la foto de aquel rubio.

 

—Sasuke-kun—La voz de su secretaria desde el altavoz le llamo la atención.

 

—¿Ha pasado algo, Sakura? —Interrogo Sasuke desinteresado.

 

—La lista de empleados…—con esa simple mención el pelinegro supo de qué se trataba.

 

—Uzumaki Naruto—Respondió escuetamente. El único nombre que dijo pasado unos minutos.

 

—¿Eh? —La voz de la pelirosa estaba confundida—¿Solo uno?

 

—Organiza una entrevista con él—Dijo Uchiha dirigiéndose a observar la ciudad desde el gran ventanal que tenía. De pronto la curiosidad se había despertado sin poderse alejar—Dile que ha sido elegido para aspirar al puesto de mi Asistente Personal.

 

Un silencio se posiciono del otro lado de la línea—Esta bien.

 

—Ponte tu mejor traje, Naruto.

 

“No sé el impacto que causa mi belleza sobre quienes me contemplan mientras transito por la vida. No creo en los halagos que me dedican. Su pasión tan solo me inspira desprecio”

.

.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado. Y espero sus reviews, pues como ya dije, quiero saber si esta historia tiene futuro o no.

Despues de eso decidire cuando actualizar :), Dispongo de mucho tiempo libre.

Sin mas que decir me despido.

Au revoir!


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