El que baje la guardia.
Mire mi techo, tratando de contar cuantas veces ya había caído en este hoyo. Mire a mi lado el pequeño bulto que se movía algo inquieto, saco su cabeza de las sabanas y sonrió cálidamente.
-¿Qué hora es? –levanté la mirada dirigiéndola a el reloj, eran pasadas las 4 de la mañana.
- Son las 4 –Me levante de la cama y me dirigí al baño, Sehun se levanto y empezó a cambiarse. Me di una ducha rápida, salí y el ya estaba poniéndose los zapatos
- Tengo que ir al trabajo –Dijo mientras se acercaba a mí y me besaba, yo solo correspondí sin moverme, camino a la puerta, cuando el salió mire la hora, eran pasadas las 5. Lay debía estar en casa esperándome, me levante y toma mis cosas saliendo del lugar.
Llevaba ya casi 5 años con esta situación, me estaba hartando... Cada noche era lo mismo, el le mentía a su esposo, yo a mi novio y nos veíamos en un hotel. Llegue a casa y tire las llaves en la mesa de la sala, Lay al parecer no se había levantado aún, camine a la habitación y me metí en la cama acariciando sus piernas y besando su cuello, el despertó soltando una risa y se volteo a mirarme, sonrió mostrando ese lindo hoyuelo que tenia
- Hola SuHo –Me dio un beso cálido y rápido, para después levantarse y empezar a sacar sus cosas, yo lo mire desde la cama y bostece
- Tengo demasiado sueño –Dije y me estire en la cama, el se acerco y m dio un beso en la frente para después bajara a la sala, yéndose ya al trabajo.
No sé por cuánto tiempo más aguante esta rutina, yo quería a Lay, bastante cierto, pero mas, amaba a Sehun, sin embargo las cosas podían cambiar, yo no podía dejar a Sehun y el podía ser feliz por mi lado.
Pero eh cambiado ya no soy aquel tonto
Hoy te quiero solo para mí
Las puertas de mi vida siempre están
Abiertas esperando tu llegada
Pero ya estoy cansado
Mire el reloj. 4:39 p.m. Me levanta y me puse mi ropa de trabajo, entre y comenzó a atender a los comensales. Se dieron las 12 de la noche y me dirigí como siempre al hotel, esta vez, yo quería que todo cambiara, yo lo quería de verdad.
- ¿Sehun, podemos hablar hoy? –El levanto la mirada y se sentó en el sofá, mirándome.- ¡Esto debe acabar, podemos ser felices juntos! Puedes dejar a Luhan, Sehun
- Imposible –Sehun levanto la mirada, tratando de captar mis emociones
- ¿Por qué lo dices si ni siquiera lo hemos intentado? –Dije, algo exasperado
- Ahí algo que jamás te había dicho, supongo que es tiempo. Tengo un hijo de 2 años –Soltó sin más, mi estomago se revolvió
- ¿Qué? –Solté mirándole incrédulo, el solo sonrió cínicamente
- Nuestra relación es mera satisfacción, no dejare a la persona que amo –Dijo y se levanto- Supongo que aquí acaba todo, nuestra relación no va ir más lejos
- ¡No! –Le tome el brazo y lo obligue a mirarme- Al menos, díselo, a él, a Luhan
- ¿Por qué? –Se soltó de mi agarre y me miro fulminándome- Algún día se lo diré
Confiésaselo, dile lo mismo que un día me dijiste a mi
Que no eres libre, que hay alguien que te ama
A ver si acepta compartirte como yo
A ver si tienes el valor de confesarle
A ver si ella te perdona como yo
Habían pasado semanas desde la última vez que lo vi, trate de no pensar en ello, varios días después que hable con él, Luhan llego a mi trabajo, enojado hablo conmigo, pidiéndome que le dijese a Lay la verdad, después de todo el selo había dicho y él lo había aceptado, fácilmente, porque le amaba. Yo se lo dije a Lay días después, lo tomo mal, muy mal pero se quedo conmigo, como siempre lo hacía, a los pocos días me entere de que sería padre, me puse muy feliz, mi vida no se iba a estancar ahí, sin embargo no voy a negarlo, le extrañaba y a veces no podía evitarlo e iba a verlo al trabajo, pero no debía no podía.
Un día iba caminando por la calle, mire hacia un lado y ahí venia, el con Luhan y un niño de unos 2 años y una bebe, el niño iba jugando frente a ellos, pero su pelota se fue a en medio de la calle, Luhan y Sehun estaban mirando a la bebe, por lo cual no vieron cuando el niños atravesó a un auto, corrí lo mas que pude y lo alcance, lo empuje, quedando yo en medio de la calle, un golpe, todo negro, lo último que logre escuchar fue la voz desgarrada de Sehun
-¡¡SUHO!! …
Acomode mi corbata negra frente al espejo, me dirigí a la camioneta con Luhan y los niños, JongIn miraba por la ventana, algo ido, mire a Luhan y a Krystal, Luhan la miraba, absorto en la bebe, conduje a aquel lugar, cuando llegamos me puse frente a aquel cofre, negro y grande, mire a un lado y ahí estaba Lay, mirando aquel cajón, llorando, tomando en brazos a un niño, de a lo mucho unos meses. Mire a la persona dentro de aquella caja, mire a Luhan y el sonrió medianamente, me acerque, y tome de mi bolsillo un colgante con una ala de oro en él y la deja ahí, sobre el cristal.
Adiós, Ángel guardián.
Entonces quien se vaya, el que baje la guardia seré yo.