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Jealousy por Bithae

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Notas del capitulo:

Me entró la inspiración ayer, así que...

¡A leer!~

Sentado en el sofá de su casa, Lee Taemin cerró las manos en puños mientras miraba con absoluto horror la escena que se desarrollaba en el televisor. Contuvo el aliento y parpadeó constantemente al sentir que iba a llorar cuando vio a la joven y bella actriz girar el rostro y agarrar más de aquellos labios gruesos y esponjosos que él tan bien conocía.

 

Sintió un agudo dolor en el pecho al notar que ella estaba verdaderamente disfrutando del sabor de aquella boca. La expresión en su rostro la delataba, era demasiado natural como para creer que se estaba esforzando en actuar y hacer de aquello algo creíble.

 

Se llevó la mano al corazón y apretó suavemente la prenda que llevaba. Dios, dolía ver eso y le fue inevitable sentir un poco de odio hacia la chica, aunque Taemin sabía que más de la mitad de lo que estaba sintiendo, no era provocado por ella.

 

No.

 

Lo que de verdad le dolía y no podía soportar era ver a su novio, Choi Minho, respondiendo con absoluta adoración a ese ardiente beso. La forma en que sus grandes y elegantes manos agarraban la fina y delicada cara de ella era más de lo que podía soportar.

 

Agarró el control remoto y apagó el televisor. Sintió que su corazón se desprendía y desgarraba mientras se ponía de pie y caminaba hacia su habitación.

 

Siempre había sabido que tener un novio, que además de ser actor fuera extremadamente guapo, iba a ser un gran problema para alguien celoso como él. Enamorarse de Minho había sido la cosa más perfecta que le había pasado en la vida. Y Taemin no se arrepentía de eso en absoluto, pero los golpes que recibía su corazón cada vez que Minho hacía ese tipo de escenas, lo estaban matando poco a poco y cada día le era más difícil soportar toda esa agonía. Se estaba hartando de tener que compartir, aunque fuera un momento, lo que consideraba suyo.  

 

Dejando escapar un sollozo, se recostó en la cama en donde dormía desde hacía más de cuatro meses con Minho. Cerró los ojos y la imagen de su novio invadió su mente sin siquiera pedir permiso.

 

—Te amo tanto que me duele —susurró, frunciendo el ceño mientras trataba, inútilmente, de parar las lágrimas que amenazaban con salir rodando por sus mejillas.

 

No supo cuanto tiempo estuvo ahí, llorando como una niña, pero cuando escuchó la puerta principal abrirse, se sentó de golpe y alejó de un manotazo las lágrimas que empapaban su rostro. Minho no podía verlo así. Taemin sabía que si lo descubría, le iba a hacer un millón de preguntas y él no estaba para responder ninguna.

 

Miró momentáneamente el reloj de pared, sorprendiéndose al percatarse de que había estado lamentándose durante dos horas. Apartó la colcha de un tirón y se metió. Giró, poniéndose de costado mientras cubría su cuerpo completamente, un minuto antes de que la puerta del cuarto fuera abierta.

 

Taemin cerró los ojos con fuerza, rogando porque Minho no lo descubriera. Estaba seguro de que no iba a ser capaz…

 

La colcha fue arrebatada tan repentinamente de su cuerpo que le fue imposible no brincar cuando unas manos suaves y cálidas agarraron delicadamente sus hombros, levantándolo con demasiada facilidad.

 

—¿Qué ocurre, Taemin? —Susurró Minho, acunando tímidamente una de sus mejillas. —Desde que entré supe que algo estaba mal. ¿Amor? ¿Qué ha pasado?

 

 —Yo… yo…

 

Taemin maldijo en voz baja cuando una lágrima abandonó la seguridad de sus ojos, y odió ver la preocupación reflejada en la cara de su novio cuando notó la gota resbalando por su pómulo. Se sintió un completo miserable por tan solo atreverse a dudar del amor que Minho le profesaba, pero no podía deshacerse de ese sentimiento que le ahogaba. Simplemente no podía.

 

—Bebé…

 

—Lo siento —lo interrumpió Taemin—. Yo… esto es demasiado para mí, Minho. Ya no aguanto.

 

—¿De qué estás hablando? —Preguntó el alto. Su voz tenía un tono de alarma inconfundible.

 

Taemin parpadeó y sollozó. La mirada de Minho ahora reunía absoluta duda y terror. Y no fue necesario que él dijera nada para que Minho entendiera a qué se refería.

 

—No —demandó, desesperado—. No puedes dejarme, Taemin. No.

 

—Minho…

 

Los brazos fuertes, repentinamente, enredados alrededor de él, impidieron que siguiera hablando. Taemin trató de zafarse, esto solo hacía las cosas más difíciles y aumentaba su confusión.

 

Metió las manos entre sus cuerpos y empujó el amplio pecho hasta hacer que se separara lo suficiente como para poderse encontrar con su mirada.

 

—Yo te amo tanto, Taemin —murmuró Minho, impidiendo que hablara. —Más de lo que te puedes llegar a imaginar —el alto ahora lloraba, y eso a él le desgarró el corazón—. Dime qué es lo que te aflige y juro por Dios que trataré de arreglarlo, pero por favor, Taem, no te vayas.

 

Taemin estaba a punto de responder, pero Minho no se lo permitió.

 

—¿Es por mí, verdad? No te dedico el tiempo suficiente, ¿cierto? Te dejo solo la mayor parte del día. Lo sé, perdón…

 

—Minho, ese no es el problema. Tú eres perfecto y yo soy un imbécil.

 

La confusión fue evidente en ese rostro tan apuesto, Taemin estuvo a punto de poner un dedo en medio de ese ceño fuertemente fruncido, pero en vez de eso, bajó la mirada y se apartó del cálido cuerpo de su novio.

 

—No soporto verte con ellas —dijo, caminando hacia la ventana para poner distancia entre ellos—. Sé que es actuación pero… ¡Mierda! Se me revuelve el estómago cada vez que las tocas y ellas a ti —Hizo una pausa—. Sé que es estúpido, pero no puedo controlarlo. Yo…

 

Taemin se sorprendió cuando fue girado rápidamente. El movimiento fue brusco y completamente inesperado, por lo que tardó en reaccionar al sentir unos cálidos, suaves y mojados labios reclamando los suyos con absoluta vehemencia.

 

Gimió, separando la boca para permitir el acceso de la apasionada lengua de Minho. Sabía que no debería de estar haciendo eso cuando tenía tanto dolor en el pecho. Pero a pesar de todo, amaba a Minho con toda el alma, y tratar de no responder a ese beso, era como intentar respirar bajo el agua.

 

Enterró las manos en el espeso cabello negro. Minho lo tenía largo. Todo porque a Taemin le gustaba así. Dios, por un momento se dejó llevar y olvidó todo. Ese era el efecto que el alto causaba siempre en él.

 

—Minho —murmuró, alejándose de a poco—. Te amo pero…

 

—Yo nunca te he engañado, Taemin —lo interrumpió de nuevo, agarrando su cara tiernamente, obligándolo a mirarlo—. Desde que te conocí supe que eras todo lo que necesitaba para el resto de mi vida —suspiró—. Y entiende muy bien que lo que ves por el televisor no es nada más que una simple actuación. Tú eres mi realidad, Taem. Mi amor por ti es real y para siempre, ¿entiendes? —Lo volvió a abrazar, poniendo la quijada encima de su cabeza. Taemin suspiró y enterró la nariz en su cuello, oliendo el olor masculino de Minho. —Por favor —murmuró el alto—, no me dejes. No lo podría soportar.

 

Taemin no respondió, en vez de eso, besó la piel expuesta cercana a sus labios. Sintió a Minho estremecerse y apretar el agarre que tenía sobre él.

 

—Está bien —contestó por fin—, no lo haré —como si pudiera, pensó—, pero por favor entiéndeme, amor —se retorció un poco para poder responder el abrazo enredando los brazos en la cintura estrecha de su novio—. O dime, ¿cómo te sentirías al verme besándome con alguien más aunque supieras que solo es actuación?

 

Minho se tensó.

 

—Lo mataría —gruñó, deslizó una mano por debajo de las rodillas de Taemin y lo alzó, llevándolo de vuelta a la cama para ponerlo en su regazo—. Tú eres mío y nadie más va a tocarte.

 

Taemin se rió.

 

—¿Ves? —acunó la mejilla de Minho en la palma de su mano. —Así me siento yo cuando veo a esas… —carraspeó—, actrices poniendo sus garras sobre ti. Es demasiado, no puedo soportarlo.

 

Minho giró el rostro para besarle la mano.

 

—Pero ellas no significan nada para mí —se inclinó para depositar un suave beso sobre sus labios y lo miró de esa forma tan asombrosa que hacía que Taemin se sintiera como el hombre más hermoso sobre la tierra—. Cada vez que tengo que acercarme mucho a ellas, me estremezco. Tampoco lo soporto, ¿y sabes por qué?

 

—¿Por qué? —Respondió, totalmente embelesado.

 

—Porque las únicas manos que quiero sobre mí son las tuyas —Minho suspiró—. No sabes lo difícil que es para mí no echarme hacia atrás y alejarlas.

 

Taemin frunció el ceño.

 

—Eso no me calma en absoluto.

 

—¿Sientes esto? —Demandó el alto, moviendo las caderas bajo él.

 

—Minho —jadeó Taemin, dándose cuenta de lo que rozaba su trasero.

 

—Esto solo lo provocas tú, Taem. ¿Cómo puedo hacerte entender? Tú eres el único. El único para mí. No dejes que algo como esto nos separe. Sabes que lo dejaría para que te sintieras más tranquilo, pero es lo único que sé hacer. Te amo, te amo, te amo, te amo, ¿te quedó claro?

 

—Yo también te amo —sonrió, pensando que su novio tenía razón. No debía permitir que algo falso como los besos que se daba con sus compañeras de trabajo le afectaran. Minho lo amaba y cada día se lo demostraba de diferente manera. —¡Jesús! Soy muy tonto, ¿cierto? —suspiró, de verdad era un hijo de puta inmaduro.

 

—No —Minho lo dejó caer sobre el colchón—, eres exquisito, ¿y sabes qué más?

 

Taemin negó, riendo cuando las manos de Minho subieron por sus costillas.

 

—Que eres mío —continuó el alto—, y así quieras salir huyendo como un cobarde lejos de mí, no lo voy a permitir. No te desharás tan fácilmente de este hombre, ¿me has entendido?

 

—Entendido.

 

—Bien —Minho sonrió de oreja a oreja—, ahora deja que te demuestre cuanto te amo.

 

Taemin le dejó hacer eso y mucho más. Sabía que tendría que trabajar para controlar sus celos, pero nunca más se atrevería a dudar del hombre que ahora le decía lo mucho que lo amaba mientras le daba pequeños besos en la boca y le sacaba suspiros de vez en cuando.

Notas finales:

Quien fuera Taemin ><

Esperaré sus reviews :D

Ciao~


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