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El plan de Itachi comenzó hace 10 años, todo comenzó con un suceso que podría clasificar como “Interesante”… Cuando tenía 15 años y llegó de la escuela antes de lo acostumbrado y vio a su viudo padre teniendo sexo rudo con su socio, amigo y al parecer amante, Minato, aquello si lo recuerda ahora, le resulta bastante cómico, aunque en su momento resulto incómodo para él y traumatizante para otros, pues su padre se congelo en el momento, después sacó su miembro del culo de su pasivo sin ningún cuidado y huyó desesperadamente hacia su despacho dejando a su amante en medio de la sala, con una mordaza en la boca, los brazos atados sobre su espalda, con el pecho pegado al suelo, las nalgas al aire y sus pies atados a las patas de los muebles; después de la patética huida de su padre, el rubio lo miró con sus enormes ojos azules y la cara roja de vergüenza, comenzó a intentar zafarse desesperadamente y al ver que su cometido no podría ser logrado (Fugaku era un experto del Bondage xD), simplemente bajo la cabeza y oculto su mirada llena de humillación, Itachi, como el joven genio que era se acercó al rubio y con una navaja comenzó a soltar los amarres del otro en completo silencio y finalmente le cubrió con la camisa que su padre dejo tirada en el suelo en algún momento y se retiro a su habitación.
Solo pasaron un par de minutos cuando la tormenta se desató
“¿Cómo pudiste dejarme ahí? ¡Eres un maldito imbécil!”
“Perdóname mi amor, es que yo, yo…”
“Tú, tú, ¡Nada! ¡Me dejaste amarrado frente a tu hijo! ¡Maldita sea! ¡¿Cómo planeas que le mire a los ojos ahora?!”
“Yo puedo arreglarlo mi solecito, perdóname, perdo…”
“¡Solecito tu puta madre! ¡Eres un desconsiderado, idiota, hijo de perra! ¡No puedo creer que me hayas abandonado en medio de la jodida sala!”
La verdad es que Itachi nunca había escuchado al señor Minato decir tantas groserías, bueno, de hecho no recordaba a verlo visto enojado ni una sola vez…
“Es que solo fue una reacción, yo lo siento de verdad, no lo pensé…”
“¡Claro que me di cuenta de que no lo pensaste! ¡Por qué tu no piensas! ¡Imbécil!”
La situación en el hogar Uchiha se tornó bastante depresiva, ya que después de aquel incidente Minato se negaba en rotundo a hablar con Fugaku y este a su vez se sumió en las peor de las depresiones y bueno, también estaba el hecho de que no tenía el valor de mirar a los ojos a su hijo mayor sin ponerse rojo de la vergüenza y huir como desquiciado.
-Hermano ¿Qué le pasa a papá? Le preguntó cierto día el pequeño Sasuke.
-Tiene severos problemas para explicar las cosas… aunque lo curioso es que no tiene que explicarme nada, lo que vi fue bastante explicito.
Sasuke lo miró con duda, sin entender lo que decía su hermano.
-Te lo explicaré cuando seas mayor –Contestó mientras le sonreía al pequeño de 6 años.
Itachi sabía que Minato era divorciado, lo sabía porque aquello no era un secreto, pues la abrupta separación del rubio y su ex esposa fue del dominio público, por demás escandalosa y bochornosa… Kushina Uzumaki atrapo a su entonces marido teniendo sexo con su asistente Kakashi y bueno, todo se hubiera manejado con toda la discreción posible si Kushina no hubiese mandado al hospital al joven asistente (víctima de fracturas junto con numerosos hematomas) y dejado al rubio en coma durante un par de semanas. La bomba exploto pero lejos de perjudicar la imagen de las empresas Namikaze, el morbo motivo a que varios accionistas voltearan la vista hacia el dueño de semejante empresa, pues aparte de ser un buen punto de inversión y negocios, el hombre era bello, tan bello que de seguro era ilegal y pues por ahí dicen que todos los hombres tienen su lado gay, porque aunque todos estaban casados y con hijos… ¿A quién no le vendría bien tener un amante millonario y guapo?
En aquel entonces, Fugaku fue el primero en ir a verlo al hospital, pues como buen amigo que era ya sabía sobre sus preferencias.
-Te dije que con casarte no te ibas a “enderezar” –Le dijo molesto –Eso no es una enfermedad Minato, tu desde siempre te has sabido homosexual y la verdad es que le doy la razón a Kushina, es normal que ella se sintiera utilizada y se pusiera furiosa…
-Gracias por los ánimos, amigo –Le contestó con desgano.
-Mira Minato, yo te quiero, Mikoto está muy preocupada por ustedes dos, ya sabes que ella era amiga de Kushina y…
-¿Era? ¿Qué ya no lo es? –Pregunto sorprendido
-Pues hasta hace dos semanas lo eran…
-Pero ¿por…?
-Pues Mikoto le dijo a Kushina que ella ya sabía que tú eras homosexual, Kushina se sintió aún más decepcionada y desde entonces no le habla…
-Maldita sea, también fue por mi culpa–Susurró el rubio mientras se cubría el rostro con ambas manos y se dejaba caer sobre la camilla. – ¿Y como esta Kakashi?
-Tu amante está bien, lo dieron de alta un par de días antes de que despertaras del coma... ¿Lo amas? –Le preguntó serio
-¿A quién? ¿A Kakashi?
-Pues ¿A quién más, imbécil?
-Ah, no, no lo amo… La verdad es que aún no sé como una plática que comenzó con un “¿Quiere café?” terminó en esto…
Y Fugaku solo lo miró con una ceja alzada mientras pensaba “Simplemente llevabas mucho tiempo reprimido…”
La historia después fue más torcida que un cheto; pasados dos meses de lo ocurrido, Kushina término saliendo con el chico que mando al hospital: Kakashi, pues el joven resulto ser bisexual y amante del sado, y después de la tremenda golpiza que le acomodo, el peligris sintió un descomunal amor por el “Habanero Sangriento”.
-Kakashi está saliendo con tu ex esposa, de seguro lo está amenazando ¿Qué loco saldría con la mujer que lo mando al hospital con tantas fracturas?… -Le comentó un sorprendido Fugaku.
-Pues no lo culpo, esa fue la cualidad que me atrajo hacia ella desde el principio –Comentó Minato mientras se acomodaba en su sillón detrás de su escritorio en su despacho.
-¿Qué? pero si esa mujer es una salvaje, con razón no te querías divorciar de ella. Le tenías miedo ¿no? te dejo en coma dos jodidas semanas y estuviste en silla de ruedas un mes más y nada más no te mato solo por que los de vigilancia te la quitaron de encima.
-Créeme… su fuerza no solo la usa cuando está enojada… -Y Minato le miró con una enigmática sonrisa…
Pasado el caos inicial, todas las cosas volvieron a la calma y como Kushina estaba entregada a su nuevo amor, el enojo se le pasó, volviendo a retomar su antigua amistad con Mikoto y dando paso a una relación más cordial con el padre de su hijo, pues lo que menos quería es que su pequeño niño creciera lejos de él.
Por otro lado, el rubio no la estaba pasando tan bien, pues en todas las juntas que sostenía con sus colegas, siempre le soltaban comentarios subidos de tono que resultaban incómodos y a veces ofensivos. Aunque todo se calmó cuando el Uchiha pasó a formar parte del comité de empresarios, pues todos sabían que Fugaku era un hombre de poca paciencia y que era un amigo muy cercano de Minato, así que mejor se ahorraron sus comentarios a menos claro, que entre sus metas de vida estuviese tener una muerte lenta y dolorosa.
Minato se volvió muy inestable, solía beber bastante y tener un aura depresiva que lo estaba apagando poco a poco, Kushina estaba preocupada por el, pues aunque ya no fueran pareja, aún era el padre de su retoño, además, compartieron excelentes momentos que no podría simplemente dejar de lado.
-Fugaku me ha dicho que casi no come, el aún no se siente bien con su condición sexual y el hecho de que lo acosen solo para tirárselo sin tomárselo en serio le está afectando, se siente como si fuera solo un juguete con el que los demás puedan jugar y desechar –Le comentó cierta vez Mikoto con un aire de franca preocupación, mientras se sentaba en el sofá y bebía de su tasa con té.
-¿Tú crees que el divorcio lo haya orillado a esto? ¿Qué haya sido mi culpa? –Le pregunto consternada la pelirroja.
-No, no lo creo, sinceramente él ha sido gay desde que lo conozco, tal vez la relación contigo lo mantenía estable, pues lo protegía de la sociedad pero ten en cuenta que lo mantenía reprimido y tarde o temprano iba a explotar… es más, tú misma me has dicho que después de concebir a Naruto dejo de tocarte, más bien su relación parecía la de dos amigos y ya ¿No es cierto? –Le contestó la pelinegra mientras se quedaba pensando.
-Sí, es cierto, pero yo aún lo aprecio, no justifico que lo que me hizo, o sea, usarme de tapadera haya sido bueno, pero entiendo su situación y pues ahora quizá podríamos ser amigos… no quiero que algo malo le pase, él es un persona muy valiosa y de verdad espero que encuentre a alguien que lo valore…
-Yo creo que el hecho de que viva solo no ayuda mucho…
El silencio reinó por unos instantes y finalmente una idea les vino a la cabeza…
-¡Vivamos todos juntos!
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