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Y así fue como se formó la familia más extraña de toda la historia: El matrimonio heterosexual, el homosexual reprimido, la divorciada amigable, el joven padrastro bisexual, el bebe rubio, el niño genio y el bebe amargado… o dicho de otro modo: Los Uchiha, Minato, Kushina, Kakashi, Naruto, Itachi y Sasuke.
Contrario a toda expectativa… todo resulto maravillosamente bien, en un principio la incomodidad entre Minato y Kakashi era algo notorio, pero con el tiempo eso quedo de lado, retomando su amistad de antaño y Kushina por otro lado, le daba consejos amatorios a Minato, Itachi, de 11 años pasaba mucho tiempo con los infantes, ambos de dos años, sintiéndose como el hermano mayor de no solo uno, sino de dos niños, Mikoto adoraba cocinar para su numerosa familia y era quien regularmente mantenía la calma cuando algunas situaciones se ponían tensas, mientras que Fugaku figuro como la parte seria y razonable de la casa, pues en lugar de convivir con tres adultos aparte de su esposa, pareciese que había adoptado a tres hijos más, pues aunque entre Kakashi, Kushina, Minato y él no hubiese mucha diferencias de edades, el desarrollo mental de aquellos tres parecía haberse estancado en la adolescencia.
Pasaron dos maravillosos años, sin embargo la tragedia llego a esa particular familia, pues de la nada un cáncer agresivo le arrebato la vida a Mikoto, no hubo tiempo de quimioterapias, de tratamientos médicos ni nada y la penumbra reinó en el hogar… Fugaku, la cabeza y guía se volvió un barco a la deriva, mientras que Kushina no pudo resistir vivir en la misma casa en la que había vivido su gran amiga y confidente, por lo cual tomó sus cosas y con el más sentido pésame se marcho junto con su pareja e hijo, Minato por otro lado, no pudo abandonar a su amigo (y a los hijos de éste), a aquel que estuvo con él en los momentos más desconcertantes de su vida apoyándolo y dándole ánimos, por tanto, tomo la decisión de hacerse cargo de ellos, al menos hasta que el Uchiha fuera capaz de conseguir una nueva esposa.
Lo interesante del asunto fue que Fugaku nunca mostro la mínima intención de conseguirse una nueva esposa, en cambio mejor llegaba y le daba su sueldo a Minato para que él lo administrara, le preguntaba por los gastos de la casa así como los gatos que requerían sus hijos, inclusive absorbía los gastos que generaba el hijo de Minato cuando pasaba temporadas en su casa.
Mientras que el rubio había amoldado sus horarios de trabajo a modo que pudiese pasar tiempo en casa, preparando la comida y supervisando las tareas de los niños, a los cuales en ocasiones solía llamar “hijos” para después corregirse y llamarles por sus nombres, hacia las listas de la despensa y le preparaba los cambios de ropa a Fugaku, inclusive le arreglaba la corbata antes de salir… era obvio para todo el mundo que aquello era una familia en toda la extensión de la palabra, sin embargo había dos personas que aún no lo notaban:
-Me voy a mi habitación, ya tengo mucho sueño –Dijo Minato mientras bostezaba.
-Sí, duerme bien –Le Contestó Fugaku al tiempo que el ingresaba a su propia habitación.
Cada quien dormía separado, pues “Solo eran amigos”…
Itachi contaba con 14 esplendorosos años y ya habían pasado dos años desde la muerte de su madre y un año y medio viviendo en una casa donde se desenvolvía una bizarra familia, el chico era bastante observador, por lo cual no le fue difícil detectar que algo extraño estaba pasando entre los mayores con quienes vivía, pero parecía que era el único en notarlo pues los demás actuaban de una forma que pareciese que todo había sido así desde siempre.
Por un lado se sentía triste, pues consideraba que todos habían olvidado a su madre demasiado rápido, pero pronto descubrió que en realidad Fugaku se refugiaba en el trabajo, Sasuke simplemente evadía la realidad y lo peor es que Minato era consciente de todo, pero hacia su mejor esfuerzo por cubrir la falta de Mikoto, pues al parecer sentía cierta responsabilidad moral.
-“Es un buen tipo” –Piensa Itachi y sin proponérselo, llegan a él las palabras que le dijo su madre antes de morir “No dejes que tu padre se hunda, ayúdalo a encontrar la felicidad, él merece ser tan feliz como yo lo fui a su lado” y eso lo deja meditando…
El día a día en la casa se desarrollaba de la siguiente manera:
Minato se levanta a las 5:35 de la mañana, se da una ducha rápida y baja a preparar el desayuno de Fugaku, lo deja servido en la mesa y sube a despertar a Sasuke, lo cual siempre resulta una osadía pues el joven Uchiha tiene el sueño muy pesado, mientras él realiza esta titánica tarea, Fugaku ya se ha levantado, bañado y vestido con la ropa que Minato le preparó la noche anterior, después baja y desayuna lo que le han servido; una vez que Sasuke se hubiese despertado y que el rubio lo ha arrastrado hasta la ducha, Minato se dirige a la habitación de Itachi y le toca un par de veces hasta que le responden con un
-Ya estoy despierto, en un momento bajo
Luego baja las escaleras, entra a la cocina y prepara el obento de los jóvenes, los deja listos sobre la mesa y se sienta a hacerle compañía a Fugaku, ha hablar sobre lo que harán en el día y una que otra trivialidad sin importancia, Sasuke entra al comedor todavía medio dormido, con el cabello mojado, el gel y la pistola de aire en la mano y se deja caer pesadamente en la silla del comedor, Minato se levanta y comenza a secarle el pelo al niño de 5 años pues no era prudente que saliera a la calle con el pelo húmedo pues podría enfermarse, luego le aplica un poco de gel y lo peina rápidamente, después se escuchan los pasos acelerados de Itachi, quien entra corriendo al comedor mientras se ata el cabello (también mojado) saluda a todos, toma su obento y el de su hermano y los guarda en su mochila, toma la mano del menor y se dirige corriendo rumbo a la salida solo para ser interceptado por Minato y su poderosa pistola de aire, como siempre Itachi refunfuña pero se deja secar el pelo, luego Minato le sonríe y le da un cálido beso en la mejilla
-Ten un buen día y no lleguen tarde a la cena.
Itachi siente ese calor maternal dentro de él y sonríe sinceramente -Llegaremos a tiempo- Contesta y se va.
Fugaku se levanta y toma su maletín, saca el dinero de su billetera y se lo da al rubio
-Este es el gasto de la semana- Le dice al tiempo que le entrega un fajo de billetes -Y aquí tienes lo del gas, teléfono, luz y agua- Y le da otro fajo igual al anterior, sonríe -Ya me voy, ten un buen día, el desayuno estuvo delicioso Mikot…- Y se queda callado, con los ojos muy abiertos y sorprendido por sus propias palabras, el silencio se vuelve sofocante, Minato lo entiendo y sonríe cálidamente
-No te preocupes, ten un buen día, ella estaría orgullosa de ti, nos vemos en la tarde.
Fugaku da un cabeceo afirmativo y se dirige a la salida, la mano de Minato lo detiene y le acomoda la corbata
-Estaba torcida- le explica y Fugaku le agradece para después desaparecer detrás de la puerta…
Minato sonríe mientras dirige su vista hacia la puerta por la que minutos antes salieron todos los Uchiha, suspira y se voltea para comenzar a hacer la limpieza antes de irse a trabajar, sin embargo algo lo mantiene intranquilo, derrrepente lo invade la sosobra, se siente como un intruso, como si intentara ocupar un lugar que no le corresponde “No, yo solo estoy ayudando a mi amigo y nada más…” Se dice, pero en el fondo sabe que quizá eso no sea verdad…
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