El programa recién había terminado y las miradas nerviosas rondaban por el lugar, con ciertos aires de incomodidad. Minho miró de reojo a cierto pelinegro, con ambas manos sobre su regazo. Pudo notar en su mirada como trataba de ingeniárselas para tomar su mano, o al menos acercarse a una distancia más corta al mayor.
Era un buen 27 de agosto, el día en donde -ambos recuerdan con lujo de detalle - después de haber tenido ese tipo de entrevista, sintieron que no podían seguir ocultando lo que sentían, por lo que decidieron comenzar a salir y seguir enamorándose del contrario, lo cual era la felicidad para ambos.
Y ya era su aniversario, tanto el reloj como el calendario no les mentirían en una fecha que ellos recordaban cada mes, emocionados por lo que su pareja haría.
Era 27 de agosto, pero según los comportamientos que tenían, no se la estaban pasando de maravilla, cortesía de una mirada asesina y orbes filosos que los observaba de manera inquisidora desde el sofá de masajes, grabando en su memoria cada movimiento o los intervalos de tiempo entre cada respiro.
-Esta película me harta -La voz de Jonghyun les hizo suspirar, pues alguien se había dignado a romper esa clase de mala atmósfera.
Minho le echó miraditas cómplices al mayor, asegurando que su plan comenzara a llevarse a cabo. Jonghyun entendió el mensaje, soltando una sonrisa ladina al recordar el plan y la buena recompensa si no fallaban en su misión.
"Te dejaré follar con Kibum con tranquilidad durante todo un mes si lo sacas del departamento todo el día"
Y bueno, la carne era débil y más si se trataba de Kibum, por lo que no dudó en tenderle la mano en solidaridad a su pequeño dongsaen y amigo.
-Bum, ¿Qué dices si te llevo a comer? -Onew en verdad no estaba interesado en las salidas con cualquier pareja, pero en serio se le hacía tierna que sus compañeros fueran tan dedicados con sus respectivos novios.
El rubio sonrió adivinando los planes que tenía su estúpido con esa rana violadora de menores.
-¿Crees que soy estúpido al no darme cuenta de lo que tramas? Pero ¿Sabes? No ocurrirá lo mismo dos veces Choi -el dedo acusador se posó sobre su rostro, dejándole en claro que eso no era una simple advertencia, no, era una amenaza.
Minho tenía en cuenta que el año pasado, un policía llegó con refuerzos hasta el apartamento, por una llamada anónima de incesantes gemidos y gritos en el departamento de arriba. Cosa que Kibum no pasó en alto y se juró por su belleza que eso no volvería a ocurrir, por lo que ahora solo tenía sexo normal con Taemin.
Pero antes de siquiera rechistar, la madre del grupo se encontraba entre un par de brazos que lo jalaban hacia la puerta.
-¡Suéltame maldito animal! -Gritaba como loco, pegando y rascuñando el hombro del vocalista principal. Solo los gritos se escuchaban desde fuera del departamento, Onew se levantó con parsimonia, como si pensara seriamente en si intervenir era lo mejor, pero eran un grupo de 5 chicos y todos estarían preocupados si uno de ellos resultara asesinado.
-Me encargaré de que no maten a nadie. Disfruten mientras chicos - La sonrisa fue lo último que Taemin miró al ver desaparecer al líder. Su sonrojo no pasó por alto de la atención del mayor, quien se acercó con rapidez a tomar presos sus labios en un intento de satisfacer esas ganas de besarle con locura.
-Por hoy quiero un aniversario normal hyung. -susurró entre cada beso, regalándole una tierna sonrisa al mayor.
-Si tú lo quieres así amor -Taemin asintió, para luego agregarle que tenía unas enormes ganas de ver películas en la comodidad de su alcoba. Minho solo pudo imaginar que varias de sus horas se irían al caño por las películas de esos magos. Taemin acordó ir a preparar todo en la habitación mientras Minho hacía las botanas y servía un poco de la bebida favorita del menor.
Con cuidado fue acomodando las cosas en el gran platón, cosas dulces que el detestaba pero que sacaban tiernas sonrisas en la cara de su novio. Las escaleras fueron un gran reto si no quería derramar nada. -Ya estoy yendo bebé -gritó desde la planta baja, averiguando como subir un escalón sin derramar nada.
Se extrañó al no escuchar respuesta del menor.
-¿Taemin? -el moreno llevaba ambas bebidas entre sus manos, con la tarea de moverse rápido sin derramar el contenido de los vasos. Taemin no respondía a su llamado y eso lo inquietaba más, con la mente jugándole malas pasadas y comenzando a interpretar ese silencio sepulcral de la planta alta como algo malo. -Tae, hyung no está jugando -reprendió a la nada, con la voz demasiado rasposa para continuar con las advertencias. De nuevo, la respuesta fue nula.
Con decisión, dejó las bebidas junto a la puerta, entrando a la habitación del menor con la esperanza de encontrarlo al menos dormido.
Pero eso que estaba enfrente iba más de su sano juicio y debía admitir que en lo más recóndito de su mente, esto le excitaba.
-Hyung, al fin llegas ~ -susurró con la voz infantil tan característica que usaba durante las promociones de Juliette, cuando quería conseguir lo que quería -He estado deseándote toda la tarde ~ - y si Minho era lo que el quería estaba dispuesto a dárselo. Su voz era como un conjuro para los oídos, dulce melodía lujuriosa para su cuerpo. El menor daba leves saltitos en la cama, lo que le hizo observarle el trasero envuelto en ropa interior amarilla. Ahora que se detenía a mirarlo, se daba cuenta de como las nalgas se encontraban humedecidas y entre éstas un curioso vibrador blanco jugaba con su estrecha entrada.
Oh Dios, en menos de lo que Taemin soltaba un ligero gemido, la erección de Minho se hizo más notoria.
Su rostro se deformaba en total excitación de solo ver a su hyung allí, observando como ese magnífico consolador le hacía vibrar sus paredes internas.
-¡Ah!~ -la sonrisa lasciva que le demostró al alto fue algo así como su incentivo a que se metiera a la cama a gozar del amor que se tenían. Y claro, Minho no puso resistencia, pues al meter el menor su mano para estrujar su húmeda erección, el mayor se posicionó encima de él, besándole igual o más apasionado que hace un rato.
Las manos anchas se encargaban de colarse entre la tela para quemar con su tacto la suave piel del menor, enviándole miles y millones de choques de placer. Los dedos de sus pies se contraían cada vez que Minho pellizcaba alguna porción de su piel. Sus piernas fueron abiertas con un poco de rudeza, permitiéndole así acomodarse entre ese par de tersos y deliciosos muslos que luego se tomaría la molestia de marcar. Con el bulto entre sus pantalones empujó un poco entre sus nalgas, haciendo presión al juguete en su cavidad.
-¡Ah hyung si! ~- a Taemin parecía gustarle la faceta ruda y de macho que Minho de por si trasmitía, por lo que esta vez no se iba a detener hasta tener a Taemin delirando de placer y gritando por más. Solo que no lo iba a necesitar tanto porque Taemin solo quería que Minho fuera más profundo. -¡Dame más! –los gemidos del menor se insertaban en sus oídos, repitiendo la melodía entre sus tímpanos y permitiéndole excitarse un poco más.
-Has sido un chico malo Tae, ahora hyung te castigará –con la punta de su lengua fue recorriendo desde el lóbulo perforado hasta la clavícula, dejando un mar de besos y chupetones que encendían más al pelinegro.
-Por favor, dame duro ~ -La súplica le excitaba. Notar así de sumiso a su novio era algo digno de disfrutar, sobre todo porque era ese chico al que ya le irritaba que le dijeran que hacer a cada rato.
Con suma precisión quitó la playera blanca que cubría el cuerpo levemente marcado, pasando su índice sobre el erecto botón marrón al que juraba sentía estremecerse con su tacto. Soltó una risa de autosuficiencia. Solo Choi Minho tenía esa clase de poder sobre el pequeño maknae de SHINee, el chico que quería crecer más rápido.
Sus gruesos y esponjosos labios apresaron el pezón izquierdo, succionando con fuerza y disfrutando del dulce sabor que este tenía. Taemin se hundía entre las colchas y afianzaba ambas manos al colchón, sintiendo su cuerpo medio dormido por tantas sensaciones que lo invadían y que le hacían quedar mas caliente de lo normal. Posó ambas piernas sobre la cintura de su novio, causando que el bulto ajeno chocara contra el juguete que mantenía en su entrada, haciendo que fuese mucho más profundo. -¡Hyung! ¡Penétrame! ~ -Taemin no aguantaba las malditas ganas de ser poseído por su varonil y desarrollado novio, un simple juguete vibrador no se comparaba al miembro del amor de su vida en cuanto a producirle mucho placer.
-A eso voy hermoso ~ -La voz ronca del mayor le hacía estremecerse y gemir necesitadamente. De un momento a otro, los shorts y la ropa interior no hacían falta, al igual que la propia, quedando ambos en las mismas condiciones de desnudez. Minho se apretó contra su cuerpo, haciendo que sus miembros se tocaran de una manera que les hacía ver estrellas. El glande húmedo se frotaba contra el propio, creando oleadas de lujuria y deseo por más.
Sus labios se comían con tal avidez que por un momento se olvidaron que vivían del oxígeno. Las lenguas peleaban en las bocas ajenas, disfrutando del contacto de sus cavidades bucales y sintiendo como más debajo de sus pelvis el cosquilleo por empezar la acción se mantenía vigoroso.
La saliva fue la principal cubierta del cuerpo del menor, que era besado en cada parte de los costados y el vientre. Lamió desde la pelvis hasta el ingle del menor, encontrándose con un erecto pene al que no le venían ganas de saborear. Dejó un simple beso en la punta y paso de largo.
-¡Hyuuung! ~- el gemido de inconformidad había sido recibido por el mayor que se evitó soltar las risas por el comportamiento infantil del menor. Dirigió su boca hacia la cavidad del menor, besando alrededor de su entrada y masajeando levemente los glúteos del pequeño pelinegro.
Con su boca tomó el final del juguete y con la ayuda de sus dientes sacó el aparato, sintiendo como de pronto su boca vibraba por lo que estaba mordiendo.
-Te ves muy gracioso con eso –murmuró divertido. Minho lo miró de reojo, besando con fiereza sus labios.
-Veamos si te sigues riendo cuando mañana no puedas levantarte –con la voz ronca y sin ningún tipo de preparación o juego oral, se introdujo con fuerza dentro del menor. Este dejó escapar un grito de total satisfacción.
-De eso hablaba hyung. Muévase ~ -Con la fuerza de sus brazos, se colgó de la ancha espalda, meciendo sus caderas en busca de más contacto. Uno que Minho le dio al darle la primera estocada de forma ruda y salvaje. Se apoyó del cabecero de la cama, empujando con toda la fuerza que contenía en su cuerpo. Taemin se derretía en placer, sintiendo como su novio tocaba ese punto dulce una y otra vez sin parar.
-Tan delicioso~ -susurraba con la voz cargada de placer, lamiendo sus labios y a veces su oreja.
Las estocadas se hacían cada vez más duras y aceleradas, pegando contra las paredes estrechas y gimiendo en conjunto con el pelinegro.
Las piernas del menor colgaban de los hombros morenos, dándole más acceso a la estrecha entrada y llegando un poco más profundo.
-¡Me… me vengo! –Gritó ansioso Taemin, cerrando con fuerza sus ojos al momento de vaciarse sobre sus abdómenes.
-¡Taemin! - Gruñó con fuerza hasta embestirlo más profundo y derramándose en su interior.
Sus respiraciones después de haber golpeado el orgasmo se iban calmando, regalándose una sonrisa con cada respiración.
-Te amo Tae, feliz aniversario –acto seguido, besó ambas mejillas con la ternura que no había demostrado en su acto sexual.
-Yo también hyung –Cerró los ojos para luego abrirlos y reír con fuerza.
-¿Qué pasa? –preguntó curioso.
-Nunca le puse pausa a la película. -¿Qué diría Harry Potter luego de ver semejante acto de amor?.
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