Y así pasaron los días restantes, jugando a esconderse de los problemas, sin importarles las consecuencias, besándose innumerables veces y hablando de una infinidad de cosas, tal vez Jongin era joven aun, pero su pensamiento iba más allá de su edad y tal vez por eso encajaba tan bien con Kyungsoo, era un hombre con una apariencia común, que en realidad era más de lo que aparentaba.
Jongin jamás llego a saber por qué a su profesor le gustaba tanto seguir rutinas, pero imaginó que tal vez era por simple costumbre y se alegraba de haber sido el culpable de que el orden en su vida se rompiera.
Kyungsoo jamás llego a entender al moreno, intentaba adivinar en lo que pensaba cada vez que se callaba y miraba a un punto distante, pero poco a poco se dio cuenta de que no era necesario entenderlo, solo estar a su lado y sacarlo de su ensimismamiento con un beso en la comisura de sus labios.
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Poco después Kyungsoo tuvo que renunciar como le había prometido a Joonmyeon. En las vacaciones de fin de año y mientras todo el mundo celebraba la navidad, le preguntó a Baekhyun si había hablado con él, y este siempre respondía que no era necesario que se preocupara por Joonmyeon “estará bien, solo está molesto porque perdió su dignidad, déjalo, luego de un tiempo volveremos a verlo”
Kyungsoo no podía dejar de pensar que a Joonmyeon lo hubiera gustado escucharlo cantar junto a Jongdae como le había dicho antes, pero luego miraba a Jongin en la última mesa del bar, con su chaqueta de cuero, intentado parecer un adulto para que lo dejaran entrar al establecimiento y sonreía.
“¡¡¡Deberías trabajar aquí Kyungsoo-ssi!!!” lo animaba Chanyeol cada vez que lo escuchaba cantar, mientras le daba palmadas en el hombro, Kyungsoo reía al ver a Jongin con el ceño fruncido, ya que a pesar de que le aclaró mil veces que Chanyeol era novio de Baekhyun, aun sentía celos cada vez que se le acercaba.
No fue sino hasta después de que Jongin cumpliera la mayoría de edad, y Kyungsoo se sintiera más viejo, que pudieron hacer pública su relación, los padres de Jongin se negaron a aceptarlo, haciendo gala de una moralidad inexistente en su familia, pero ya no había que preocuparse por ello, Jongin era mayor de edad y sus padres ni se molestaron en impedirle que hiciera lo que quisiera con su vida.
Con los padres de Kyungsoo fue algo más difícil, él no quería herirlos, ni decepcionarlos pero, tenía que aceptar lo que era y a quien amaba y quería que ellos lo entendieran. Luego de una cena con ellos, en su casa a las afueras de Seúl, con un invitado que ellos creían era su amigo, les confesó despacio lo que sentía por él, sin contarles los detalles, ellos con una expresión confundida se miraban sin decir nada y Kyungsoo sintió la mano de Jongin apretando la suya debajo de la mesa y su mirada de apoyo.
Sus padres al principio no podían entenderlo ni aceptarlo, pero ¿qué podían hacer? A pesar de las citas a ciegas con mujeres hermosas que su madre preparaba, Kyungsoo llegaba a casa furioso, rogándole que dejara de hacerlo, rechazando cada cita, así que ya no les quedaban opciones y tuvieron que aceptarlo.
“Más vale tarde que nunca” le repetía Jongin al oído y luego seguía estudiando para sus exámenes en la universidad.
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Una tarde soleada, Kyungsoo se sentó en el sofá de la sala, observando a Jongin mientras leía su libro de econometría, acostado boca arriba en el piso.
-¿No te cansas?-
-¿De qué?- preguntó sin despegar la vista del papel.
-De venir aquí a pesar de que tienes parciales…- Jongin se incorporó sentándose y dejando el libro a un lado para mirar a Kyungsoo.
-Pues… sería más fácil si me dejaras mudarme aquí o si te mudaras a mi casa-
-Lo hago para que no te desconcentres, para que tengas más espacio en tu casa, pero siempre terminas aquí-
-¡¡¿Lo ves?!! No sirve de nada, no entiendo por qué sigues negándote- se levantó del suelo y se sentó a su lado acercándose lentamente hasta dejarlo recostado debajo suyo- tendríamos más tiempo de hacer otras cosas-
-Jongin… tienes un parcial mañana- le recordó, sin ánimos de apartarlo, como hubiera hecho hace tiempo.
-Sabes que aunque no estudie lo pasaré, además necesito un descanso- se excusó mientras besaba la piel blanca de su cuello, y Kyungsoo se retorcía debajo de su cuerpo, mordiéndose los labios.
-Y ¿esta es tu idea de “descanso”?- cuestionó, riendo cuando Jongin mordió el lóbulo de su oreja.
-Exactamente-
Había perdido la cuenta de las veces en que una tarde de estudios se convertía en un “descanso” o en “dejarse convencer” pero no podía quejarse, de vez en cuando él también lo necesitaba.
Cantaba en el bar de siempre como trabajo de medio tiempo, y daba clases de literatura en una escuela entre semana, aunque esperaba trabajar en una mejor, todo era cuestión de tiempo y esfuerzo.
Jongin por su parte, trabajaba de mesero en el mismo bar que Kyungsoo, solo lo hacía para ganar dinero extra los fines de semana y de paso para jugar detrás de camerinos con Kyungsoo, mientras Baekhyun y Chanyeol intentaban que el jefe no los descubriera.
Los padres de Jongin aún seguían pagando su estudio y residencia, y de vez en cuando llamaban para avisar que ya habían depositado dinero en su cuenta.
Sehun de vez en cuando iba a la casa de Kyungsoo (sabiendo que Jongin también estaría ahí, como siempre, a pesar de que tuviera su propia casa) hablaba un rato con ellos y luego de que su celular sonaba y sonreía con timidez, se disculpaba por tener que irse y corría hacia la calle, probablemente a recoger a su novio, un joven chino mayor que él, cuyo padre era dueño de una tienda de bubble tea (En la que se conocieron).
Jongin y Kyungsoo solo lo habían visto una vez, el día de la graduación, mientras ambos se encontraban a la salida de la escuela, un chico que nunca habían visto les preguntó por Sehun, le dijeron que aún se encontraba dentro de la institución y luego de un tiempo lo vieron saliendo con su brazo enganchado al de Sehun.
El menor era algo extraño, no negaba que Luhan fuera su novio pero no quería presentárselo a Jongin ni a nadie más y siempre huía cuando le insistían o le preguntaban por qué actuaba de esa manera.
De todas formas era feliz, así que decidieron dejar de insistirle.
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-¿Aun recuerdas lo que dijiste hace tres años?- preguntó mientras enredaba sus dedos entre los del moreno.
-¿Cuál de todas las cosas que dije?-
-Ya sabes… cuando me pediste que me quedara a tu lado-
-¡Ah!… cuando me dejaste solo en el hospital- Kyungsoo lo miró con furia fingida.
-Estaba confundido y asustado, ¿Cómo querías que reaccionara cuando me pediste algo como eso?-
-No sé… sabes que en ese entonces era algo impulsivo- sonrió mientras besaba su frente, Kyungsoo se recostó sobre su pecho.
-Sigues siendo impulsivo-
-Claro que no…-negó acariciando el cabello de Kyungsoo.
-¿Recuerdas cuando dijiste que no te importaba lo que dijeran los más, o que yo fuera mayor que tú?-
-Sí, aun lo recuerdo, y sigo pensando igual-
-En serio, ¿sigues pensando lo mismo? Me hare viejo antes que tú y tendrás que cuidarme, entonces, tal vez me vuelva un anciano fastidioso… y se te olvidará todo lo que dijiste-
-¡La diferencia de edad no es tan grande hyung! Y no me importaría tener que cuidarte, también me volveré viejo, sabes que siempre me hago responsable de lo que digo, o ¿es que aún no estas convencido y tengo que convencerte de nuevo?- preguntó en forma sugestiva y Kyungsoo rio incorporándose de la cama, sentándose sobre las caderas de Jongin.
-Convénceme otra vez, Jongin- estaba loco por decir eso, lo sabía, Jongin le había sonreído de lado y ahora no podía retroceder sus palabras, le haría el amor como el demente que era y eso le encantaba, el ciclo que siempre se repetía, el amor y las caricias con las manos y los labios que nunca acababan.
-Me vuelves loco Jongin…-suspiró mientras el moreno bajaba por su cuerpo con parsimonia.
-Y tú a mí- respondió mirándolo con lujuria mientras soplaba aire por su nariz contra el vientre de Kyungsoo.
Jongin ya no era un niño, pero aún le gustaba jugar, todas esas veces en la cama de Kyungsoo, explorando su cuerpo de muchas formas, le hacían adoptar la necesidad de hacer algo nuevo, su gusto por los retos no había cesado y a Kyungsoo no le había importado dejar que hiciera con él lo que quisiera, aunque a veces le gustaba hacerse el difícil, solo para que Jongin se esforzara un poco, de algo le servía el poco autocontrol que tenía.
Aunque siempre terminaba perdiendo cuando Jongin lo subía sobre la barra de la cocina en la que comían juntos, cuando empezaba a quitarle la ropa despacio y tocaba con sus manos frías sus costados, entonces le sonreía mientras seguía mirándolo a los ojos, sus manos inquietas bajaban por su pequeño cuerpo y el solo podía soltar suspiros y leves gemidos.
A Jongin le encantaba volverlo histérico, a Kyungsoo no le gustaba hacer ruido, no quería molestar a los vecinos a medio día o a mitad de la noche, y Jongin era tan malvado que lo obligaba a gritar cada vez que lo tocaba.
“¿Qué quieres que haga hyung?, no quieres hacer ruido pero a mí me gusta que lo hagas” le decía sonriendo mientras apretaba con más fuerza su miembro entre sus manos.
“Kim Jongin, deja de molestarme, vas a pagar por esto” y entonces Jongin soltaba una carcajada, para después cargar a Kyungsoo hasta su cama, y besarlo desesperadamente.
El mismo no soportaba hacer todo tan lentamente, pero le gustaba jugar, sabía que si demoraba las cosas se divertiría más y Kyungsoo también, aunque no le gustara aceptarlo.
Le abría las piernas sin pudor alguno y Kyungsoo soltaba un gemido agudo cuando pasaba su miembro por su entrada, solo para torturarlo.
Al final Jongin terminaba dentro de él, embistiéndolo con fuerza mientras Kyungsoo le pedía que fuera más rápido, pocas veces no llegaban a un orgasmo juntos, pero siempre pasaban el resto de su tiempo abrazados, mientras Jongin le repetía lo mucho que lo amaba hasta que Kyungsoo se quedaba dormido.
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Obviamente los problemas nunca faltaron, Kyungsoo a veces lloraba sintiéndose frustrado por no conseguir una mejora en su trabajo o cuando sus padres se negaban a ir a una cena con él, entonces Jongin lo abrazaba y le prometía que todo mejoraría algún día.
Él se esforzaba en la universidad, algún día sería un economista y haría que Kyungsoo no tuviera que preocuparse nunca más.
Algunas veces ellos peleaban, los celos de Jongin lograban sacar de quicio a Kyungsoo y a veces duraban días sin hablarse, aunque luego Jongin se acercaba con la cabeza gacha pidiendo perdón, y otras veces hacia que a Kyungsoo le dieran celos también, solo para que supiera lo que se sentía. Kyungsoo también hacia que Jongin se enojara a veces, no le gustaba que fuera algo frio y no le dijera lo que le pasaba, que él quisiera ayudar y Kyungsoo se enojara, entre otras cosas.
Al final todo terminaba en una reconciliación, algunas veces una comida en un restaurante, un baile en su casa, solo ellos dos, porque a Kyungsoo le gustaba cuando Jongin bailaba para él y a Jongin le encantaba cuando Kyungsoo se disculpaba cantándole una canción al oído, o simplemente salir tomados de la mano para caminar por el parque, y entonces Kyungsoo se sentía un idiota por pelear con Jongin cuando este siempre hacia lo que podía por mantenerlo feliz, sabia lo mucho que le gustaba poder estar a su lado sin tener que esconderse .
A veces recordaba a Joonmyeon, pero Baekhyun le había dicho que estaba bien, simplemente era demasiado orgulloso como para volver a hablarle después de haberse visto tan patético frente a él.
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Entonces pensaba que la vida era graciosa, a veces ponía obstáculos que luego se volverían metas, y quitaba apoyos que podrían convertirse en barreras. Kyungsoo se había dado cuenta de que no existía una felicidad completa, ni mal que por bien no viniera y estaba seguro de que no se arrepentía de las decisiones que había tomado ni de lo que había obtenido y perdido con estas. Porque tal vez Jongin había sido el mejor obstáculo que la vida había puesto en su camino y sin querer queriendo había tropezado con él inevitablemente.
Su vida no había cambiado por ese obstáculo (aunque tal vez tuvo mucho que ver) cambió por su propias decisiones.
Ahora sería capaz de estar al lado Jongin por el resto de su vida y así ambos locos caminarían juntos, en un mundo de locos que creían estar más cuerdos que ellos. Aun se escondían de vez en cuando, ya que a Kyungsoo le gustaba ser discreto y Jongin había tenido que aprender a serlo por las malas.
Pero su historia no acabaría, porque tal vez el fin era algo que solo los locos desconocían…