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Fugitivos I: Buscando Una Razón Para Vivir. por diidi1897

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Notas del capitulo:

Hooolaaaa

Aquí Actualizando XD 

¡A leer!

Narra Lucy

 

-todos se ven inquietos - escuché que hablaba Maxim

-sí, un poco...- le respondí mientras revisaba la hora en mi reloj de pulsera- ya son casi las 8- verifiqué 5 veces la hora; eran las 7:50 de la mañana y casi todos estaban en la sala; sólo faltaban James, Ana y Sean. Suspiré.

-tranquila, todo va a estar bien- Maxim volvió a captar mi atención. Ambos estábamos al lado de la puerta que daba a la cocina. Algunas personas salían y otras entraban de vez en cuando.

-eso espero... Toda esta situación es tan estresante- jugué con las puntas de mi cabello que estaba amarrado en una coleta alta

-me lo imagino- observé de reojo a Maxim, se le veía muy fresco y relajado. Se cruzó de brazos- la verdad, me sorprendió mucho cuando Sean nos contactó-sonrió y un pequeño hoyuelo se le formó en la comisura de sus labios

-Ustedes y él son amigos ¿verdad?- no quería quedarme únicamente con la explicación tan vaga que Sean me había otorgado

-Heinz y yo nos conocemos desde que éramos unos niños; primero fuimos ratas de laboratorio, luego nos "subieron" de puesto y logramos ser parte de un grupo especializado que estaba buscando espías alemanes, americanos y coreanos que hacían de las suyas aquí, en Rusia- su espalda tocó la pared por completo- fue hace 4 años que llegamos a este país, Heinz y yo estábamos en un hotel que no llegaba ni a las 2 estrellas porque debíamos de trabajar sin dejar rastros, muchas organizaciones y gobiernos nos estaban buscando; vivos o muertos- volvió a sonreír- el primer año aquí fue muy difícil para ambos, teníamos solamente 22 años; tener que matar y no ser rastreados, fue una locura y muy parecido al "tira y afloja"- se carcajeo- la madrugada en la que conocimos a Sean, Heinz y yo nos estábamos preparando para caer de sorpresa a un pequeño grupo de hackers que habían sido localizados en Moscú pero... fue Sean el que nos encontró primero; casi nos cagamos cuando lo vimos en la puerta de nuestra habitación - se carcajeo con más fuerza.

 

Escena retrospectiva (Flash Back)

-4 años-

 

Narra Maxim

 

-pásame las granadas de humo- terminé de guardar unas municiones en su respectiva maleta

-toma-Heinz me las entregó- me caga tener que hacer maletas todo el tiempo-sonreí

-es parte de nuestro oficio-acomodé las granadas junto a una pequeña munición de las cuatro 9mm que teníamos

-deberíamos de dedicarnos a otra cosa- vi que cerraba la última maleta de 2 pequeñas que él tenía y se sentaba en el piso recargando su espalda en la pared que había al lado de una pequeña ventana, la cual nos otorgaba una vista única y espectacular hacia un callejón lleno de vagos y sexo-servidoras muy caras para el horrible servicio que daban. Experiencia propia.

-¿En qué otra cosa eres bueno aparte de hacer volar sesos y usar tus poderes de manera estúpida?- sonreí

-también soy bueno disparando a otros órganos vitales, que no se te olvide- lo voltee a ver de reojo, se había cruzado de brazos

-de acuerdo ¿En qué otra cosa eres bueno aparte de eso?- cerré mi última maleta y suspiré, tampoco me gustaba hacer maletas. Me senté en un espacio vacío de la cama y saqué un cigarro de mi mochila en donde guardaba computadora, celulares y dinero; encendí el cigarro y empecé a fumarlo

-soy bueno quejándome, debería de existir un concurso que trate sobre eso, me pasaría a todos entre las piernas- me carcajee

-puede existir en Japón o en China, allá hay de todo un poco- ambos nos reímos y luego nos quedamos en silencio

-¿Qué hora es?- preguntó Heinz después de que me terminé mi cigarro, revise mi celular.

-son 2 y media de la madrugada- guardé el celular y me frote con ambas manos mi rostro, ya quería unas merecidas vacaciones

-ellos son más activos de 2 a 6 de la madrugada- Heinz se levantó del suelo y se acercó a su maleta más pequeña; sobre ella había 3 hojas con información del trabajo que debíamos de realizar esa madrugada, examinó en silencio las hojas y luego bufó- caray ¿Quién trabajaría de noche y dormiría de día?, son tan estúpidos- dobló las hojas por la mitad y se las guardó en la parte trasera de su cinturón al lado de su pistola de bolsillo, cubriendo todo con su playera negra de manga larga, muy típica en nuestro trabajo

-creo que esos estúpidos somos nosotros- me levanté de la cama y me acerqué a la ventana. Jalé un poco la cortina y observé hacia el exterior; el callejón estaba tranquilo, conté a 9 vagos que habían decidido descansar ahí por esa noche

-deberíamos de irnos ya, este cuarto de mierda me tiene harto- bajó las maletas de la cama

-pero debemos de llegar al lugar a las 4:30 y el lugar nos queda a 15 minutos de aquí, ¿Crees que hay tráfico?- me burle un poco. Heinz terminó de colocar las maletas a un lado de la puerta y bufó sonoramente

-no importa, en lo que entregamos las llaves y acomodamos las maletas en el auto con suerte y nos dan las 4-sonreí

-si lo hacemos con tu lentitud puede que si- me alejé de la ventana y volví a sentarme en la orilla de la cama

-como quieras, te espero en la recepción- vi de reojo que Heinz quitaba el seguro a la puerta y lentamente la abría.

 

La bala pasó muy cerca de nuestros rostros.

 

Me quedé estático por un momento, pero gracias a mis entrenamientos y años de práctica logré tomar mi arma y apuntarle directamente en la frente.

-¿Quién carajos eres?- me levanté rápidamente de la cama. Heinz estaba estático frente a esa persona, que tenía dos armas con su respectivo silenciador; estaba apuntándonos a ambos y mi dedo rozaba peligrosamente el gatillo.

Observé al intruso.

Era alto. Sus ojos estaban negros en su totalidad y unas líneas negras delgadas salían desde sus ojos hasta su mandíbula, ¿tenía poderes?

Hubo silencio por unos momentos hasta que, para sorpresa de Heinz y mía el sujeto dejó de apuntarnos

-¿Qué puto hotel tiene los números de las habitaciones repetidos?- Heinz y yo nos observamos de reojo

¿De qué carajos estaba hablando?

Las líneas negras de su rostro fueron desapareciendo lentamente hasta que sus ojos volvieron a la normalidad

-al lado de esta habitación hay otra con el número "15", tuvieron suerte en que abrieron esta puerta antes de que yo lo hiciera- guardó un arma en su cintura y se alejó de nuestra vista

-¿Qué?- Heinz y yo nos vimos por un momento al hacernos la misma pregunta al mismo tiempo.

Heinz se asomó hacia el pasillo y yo me acerqué a él, aún con mi dedo sobre el gatillo.

Ambos vimos que el tipo abría la puerta que estaba al lado de la nuestra. Después de cinco segundos apenas y se lograron escucharon 2 disparos. Heinz y yo salimos de nuestra habitación y nos acercamos con precaución a la otra.

Nos asomamos con cautela hacia el interior de la habitación y vimos al tipo hurgando entre las maletas que de seguro eran de los dos cuerpos que yacían sobre la cama, uno sobre el otro, seguramente se habían estado divirtiendo por última vez sin que lo supieran. El tipo estaba de cuclillas frente a una maleta revolviendo ropa pero no encontró lo que buscaba porque se levantó con brusquedad del piso y se dirigió al pequeño armario que el hotel ofrecía a cada habitación. Estuvo revoloteando por toda la habitación hasta que encendió la pequeña y fea lámpara que había en el buró izquierdo de la cama, abrió el primer cajón pero no encontró nada; abrió el segundo cajón y sacó varios papeles de él.  Los estuvo leyendo alrededor de 3 minutos hasta que volvió a apagar la lámpara.

Caminó hacia nosotros con los papeles en mano y nos pasó de largo, sin siquiera darnos una mirada de reojo. Vaya tipo tan despreocupado.

-¡oye, casi nos matas! ¿Lo recuerdas?- le gritó Heinz pero el tipo ya estaba caminando rumbo al elevador con la vista aún en los papeles -¡te estoy hablando cabrón! - observé a Heinz

-déjalo que se vaya- caminé hacia nuestra habitación

-de eso nada, nos debe una explicación- escuché unos pasos pesados alejarse, me giré intentando detener a Heinz pero ya era tarde.

Heinz se aproximó al sujeto y lo tomó con fuerza del hombro para lograr que diera media vuelta y nos diera la cara, también sabía que lo había hecho para poder tomar "prestados" sus poderes.

Fue cuestión de segundos en que vi caer a Heinz en medio del pasillo.

Volví a tomar mi arma y le apunte directamente a la cabeza

-¡¿Qué le hiciste?!- el tipo vio a Heinz con el ceño fruncido

-nada- seguí apuntando hacia su cabeza mientras avanzaba lentamente hacia él intercambiando mí vista de Heinz al sujeto. Cuando tuve a Heinz muy cerca de mí me agaché ligeramente y le busqué el pulso en su cuello.

Todo bien. Suspiré y me volví a enderezar, el tipo me estaba viendo con una sonrisa de lado.

-ni lo toqué, él me tocó a mí- soltó una risa seca y luego su rostro volvió a estar inexpresivo.

-Heinz...- lo patee ligeramente para ver si reaccionaba pero nada.

Mi mano aún estaba firme apuntándole directamente a la cabeza. Nos observamos y el silencio me incomodó, tenía una mirada rara

-¿Por qué los mataste?- hice un ligero movimiento con mi barbilla señalando hacia la habitación en donde aún estaban los dos cuerpos, él hizo una mueca

-es algo privado- vi que estaba apretando con fuerza los papeles que llevaba en manos, suspiré y dejé de apuntarle a la cabeza. Sin dejar de verlo guardé mi arma y él hizo lo mismo pero con más lentitud. Una vez con nuestras manos libres y sin dejar de vernos le extendí mi mano en forma de saludo

-Maxim- me presenté

Él vio por largo tiempo mi mano extendida y cuando creí que me iba a dejar con la mano en el aire, la tomó

-Sean- se presentó en medio de un suspiro. Nos dimos un fuerte apretón y el ambiente mejoró

-Mucho gusto, Sean-nos miramos fijamente- sí que nos diste un buen susto apareciendo de la nada y de esa forma-

-me lo imagino, vi sus rostros- soltó una sonrisa casi invisible

-claro... y bueno, ¿Puedo hacerte una pregunta?- Sean no respondió, simplemente asintió

-¿Qué poderes tienes?- seguía viéndome fijamente mientras tardaba un poco en responder

-una mezcla de tantos- se cruzó de brazos y se recargó en la pared.

Arriba de su cabeza había una pequeña lámpara que se encargaba de alumbrar el pasillo y que de vez en cuando fallaba-¿tú tienes?- volvió a verme de reojo y a Heinz también

-claro- le sonreí- ¿Qué te parece tomar un poco de café para platicar mejor?-Sean lo pensó un momento

-no, será mejor que me vaya, aún tengo cosas que hacer- se alejó de la pared y me dio la espalda, avanzó unos cuantos pasos más hasta que estuvo frente al elevador y volvió a mirarnos-cuando tu amigo despierte...- llamó al elevador- dile que sea más precavido a la hora de intentar robar los poderes a las personas, puede que su cuerpo no soporte algunos- las puertas del elevador se abrieron al igual que mi boca de la sorpresa. Sean se perdió en el interior del elevador.

¿De dónde era ese muchacho?, ¿Cómo sabía que Heinz había intentado tomar sus poderes? Me quedé en el pasillo unos momentos intentando descifrarlo pero no lo logré. Vi a Heinz aún en el piso y suspiré. Era el más pesado de los dos.

 

Aventé el cuerpo inconsciente de Heinz sobre la cama, él rebotó ligeramente

-cabrón, deberías de dejar las botanas por un tiempo- me sobé los hombros y me senté en la orilla de la cama. Busqué otro cigarro y lo encendí. Me quedé pensando en la misma escena de Heinz tocando a Sean una y otra vez, no le encontraba solución a la solución a la que Sean había llegado.

 

Cuando mi cigarro se terminó recordé los cuerpos de la otra habitación, vi a Heinz y él aún no reaccionaba; por segunda vez, me aseguré de que aún tenía pulso y me levanté de la cama.

Salí de la habitación con destino a la otra. Eché varias miradas al pasillo para verificar que nadie estaba en él y cuando estuve seguro de estar solo me moví con rapidez a la otra habitación, entré y cerré la puerta a mis espaldas; la habitación estaba en penumbras.

Me moví con sigilo hacia la lámpara que había en el buró y la encendí usando el nudillo de mi dedo índice.

Me acerqué a los rostros de los cuerpos; el cuerpo que estaba abajo era un chico. Muy joven y delgado; tenía pinta de ser un sexo-servidor. El cuerpo de encima era el de una mujer. Se veía de entre 30 y 35 años de edad. Su cabello era rubio y corto. El brazo del joven estaba colgando ligeramente de la cama y pude notar que tenía unos piquetes en su antebrazo. Malditas drogas.

El rostro de la mujer no lo reconocí, probablemente estaba en una buena situación económica porque en su cuello tenía un collar de lo que parecían ser perlas y en su muñeca, que estaba doblada de una manera extraña se podían ver varias pulseras de oro junto a un reloj Rolex. Vaya pareja que se divertía sin saber que iban a morir. Tomé un pequeño pañuelo de mi bolsa y me acerqué a la puerta. Limpié muy bien la perilla y la envolví con el pañuelo, la giré y salí de la habitación. En el pasillo volví a limpiar la perilla y me guardé el pañuelo. Regresé a mi habitación.

 

Una vez en mi habitación vi que el cuerpo de Heinz aún seguía en la cama, ya me estaba preocupando ¿Sean en verdad no le había hecho nada?

Revisé la hora, eran las 3:25. Vaya que el tiempo volaba con la acción.

Encendí otro cigarro y me acosté a un lado de Heinz.

Cuando empecé a sentir que el sueño me estaba llegando decidí levantarme de la cama, apagué el cigarro y lo tiré en el cesto de basura del baño. Me eché agua fría en el rostro para despabilarme y luego fui hacia mi maleta de mano, tomé dos bebidas energizantes, una para mí y otra para el huevón. Empecé a tomarla.

 

Me acerqué a la ventana y corrí la cortina, di un vistazo; nada anormal sucedía.

Volví a ver mi reloj. Ya eran las 3:45, me decidí por despertar a Heinz.

Me subí a gatas sobre su cuerpo, tomé mi celular y empecé a grabar su rostro. Me reí. Preparé mi puntería y le di una fuerte cachetada en la mejilla izquierda, su rostro giró hacia la derecha y él despertó sobresaltado. Todo estaba grabado y sería usado en algún momento.

-caray- murmuró mientras empezaba a despabilarse, me levanté y regresé a un lado de la ventana fingiendo que todo estaba normal- me arde la mejilla- me reí

-el golpe que te diste al caer no fue muy bueno- me acerqué a las dos bebidas que había dejado al lado de la televisión que ni servía, tomé una y se la aventé. Heinz la cachó sin problemas.

-¿En dónde está el tipo?- ambos dimos sorbos a nuestras bebidas

-se llama Sean y... no lo sé, lo invité a tomar un café pero decidió irse-

-¿Qué?, ¿Se hicieron amigos cuando estuve inconsciente?-

-no jodas, claro que no-sorbí a mi bebida- me presenté y él también, tiene poderes raros y quería platicar un poco sobre ellos con él ¿No te diste cuenta genio?-

-claro que sí, cuando lo toqué...- aquí venía la explicación que quería escuchar-sus poderes me recorrieron rápidamente pero... chocaron entre sí y regresaron a su cuerpo, fue algo extraño. Jamás había sentido algo como eso- tomó el resto de su bebida- y vaya que he sentido muchas cosas- también terminé con mi bebida, ambos aplastamos las latas.

 

Chequé la hora en el reloj, ya faltaban 5 minutos para las 4 de la madrugada.

 

Era momento de la acción.

-vamos- me dijo Heinz. Él se levantó de la cama, tomó sus maletas y abrió la puerta. También tomé mis maletas y ambos salimos; caminamos en silencio hasta el elevador.

-¿Aún siguen ahí los cuerpos?- las puertas del elevador se abrieron y ambos entramos

-espero que si- me reí- me cago si los veo caminar por el pasillo- ambos nos reímos

-idiota, tú y tus malditos chistes baratos-

Llegamos a la planta baja y vimos que la recepcionista nocturna era una mujer joven, cuando habíamos llegado nos atendió un señor obeso y con bigote de morsa

-buenas noches ¿ya se van?- dejó de ver la pantalla de su computadora para prestarnos atención

-sí, cometimos un error al reservar nuestro vuelo-sonreí- sale a las 6:30 de la mañana-ella sonrió con un poco de lástima

-a mucha gente le pasa- no quitaba su sonrisa- su llave por favor- la saqué de mi pantalón y se la entregué; aproveché para rozarle un poco los dedos, su sonrisa ahora era de timidez. Guardó la llave en un cajón y empezó a teclear varias cosas

-gracias por visitarnos señor Roberto y señor Adolfo, que tengan un excelente viaje y esperamos volver a verlos-

-muchas gracias- respondimos al mismo tiempo, nos entregó un folleto con información del hotel y Heinz y yo salimos para siempre de ese horrible lugar.

 

Fuimos al pequeño estacionamiento que tenía el hotel, localizamos nuestro auto y acomodamos las maletas. Una vez todo listo me senté frente al volante y Heinz de copiloto

-ya son las 4:05 hay que apresurarnos- encendí el auto y salimos del estacionamiento. Heinz colocó su celular sobre un pequeño soporte que teníamos sobre el tablero y puso un poco de música.

Conduje lentamente y en silencio por varias calles hasta que Heinz lo rompió

-ya quiero ver la cara del señor gordo de la recepción al enterarse que tiene a 2 muertos en su hotel- se carcajeó- la que me da lástima es la chica, estaba linda- yo solo lo fui escuchando todo el camino.

Cuando tomamos una diagonal Heinz fue verificando su arma.

-pobres chicos, no tienen ni idea de lo que les espera- guardó su arma y bajó un poco su ventanilla, el aire frío de madrugada entró al auto.

Conduje un poco más y cuando estuvimos a una cuadra de distancia de nuestro objetivo Heinz apagó su celular y yo el auto.

La calle estaba tranquila, era un barrio con pocas casas y muchos terrenos. Desde el lugar en el que estábamos estacionados teníamos la vista perfecta de la casa; era de dos pisos, tenía una cerca descuidada en frente y el vidrio de una ventana del segundo piso estaba roto. El lugar  perfecto para hacer trabajos ilegales.

Estuvimos en silencio esperando la hora, todo lo teníamos calculado.

-¿listo?- le pregunté a Heinz

-todo listo- asentimos y salimos del auto.

 

Cruzamos la calle y caminamos en silencio, nuestros pasos apenas y nosotros los escuchábamos.

Cuando estuvimos frente a la casa que, aparentemente no era ocupada por nadie nos hicimos mutuas señales.

Heinz iba a entrar por la parte trasera y yo por la delantera. Ambos teníamos grabado en la mente el plano de la casa, sabíamos a la perfección cuántas puertas, cuartos y ventanas había exactamente y en dónde. Heinz caminó en silencio y en medio de la oscuridad hacia la parte trasera de la casa.

Caminé hacia la cerca y la brinqué sin problemas. Me situé al lado de la puerta principal y me agaché un poco. Giré la perilla con ayuda de mi pañuelo y noté que no tenía seguro. ¿Acaso se habían olvidado de ponerlo?

No le di muchas vueltas al asunto y me decidí por entrar, de seguro Heinz ya estaba revisando la cochera.

Cuando estuve en el interior de la casa activé mis poderes.

Pude escuchar el sonido de los dedos sobre las teclas de las computadoras en el sótano de la casa y las pisadas de Heinz que poco a poco se acercaban al lugar en el que yo estaba.

Escuché varias sillas con ruedas pasearse sobre un piso de madera y los ventiladores de las computadoras. Todo provenía del sótano.

Caminé hacia la pequeña puerta que había abajo de las escaleras y que llevaban al segundo piso, me recargué sobre ella esperando a Heinz. Bajé la intensidad de mis poderes y crucé mis brazos a la altura del pecho.

Al poco rato Heinz se unió a mí.

-todo despejado ¿y tú?-me alejé de la puerta

-despejado- ambos nos colocamos frente a la puerta que nos llevaría al sótano y tomamos nuestras armas listas para atacar.

Tomé mi pañuelo para poder abrir la puerta pero unos disparos me detuvieron.

-¿Qué fue eso?- me preguntó en un murmullo, mis poderes estaban activados, Heinz de seguro sólo había escuchado los disparos con el silenciador pero aún más distorsionado el sonido.

-fueron disparos- le contesté mientras soltaba la perilla de la puerta

-lo escuché diferente -

-recuerda que el sótano es algo insonoro-

-¿Qué hacemos?, ¿Hay alguien más con ellos o qué?- agudicé mis poderes y escuché unos pasos que andaban de un lado para otro

-si... escucho unos pasos- mis manos empezaron a sudar ¿Alguien más nos había ganado?

-tenemos que matar a quien esté ahí- Heinz tomó con fuerza su arma

-primero debemos de ver quién es y por qué se nos adelantó-. ¿A caso nos habían cambiado algunas cosas de la misión y no nos habían dicho nada?- entremos- giré la perilla de la puerta y Heinz y yo entramos.

Nos recibieron unas escaleras muy angostas, sus escalones hacían mucho ruido; debíamos de ir con calma si no queríamos alarmar al enemigo, ambos estábamos en un estado de alerta sorprendente. Todo lo escuchábamos.

Cuando llegamos al final de las escaleras un pasillo angosto nos esperaba; todo estaba muy oscuro y al final del pasillo se dejaba ver una pequeña luz. Heinz iba cubriendo nuestras espaldas y yo iba atento al frente, sabíamos cómo trabajar en equipo.

Al final del pasillo nos recibió una puerta metálica que estaba entreabierta, nos acercamos con cautela. Lo primero que se asomó por la puerta fue el cañón de mi arma, Heinz y yo nos miramos, asentimos en silencio y entramos casi al mismo tiempo. Ambos apuntamos hacia el sujeto que estaba de espaldas a nosotros

-no te muevas- le gritó Heinz. El sujeto dejó de moverse y aún sin voltearse dejó en el pequeño escritorio unos papeles que estaba leyendo. Di una mirada rápida al lugar; había 8 computadoras de diferentes tamaños en el piso y algunas tenían la pantalla estrellada, el piso estaba tapizado con papeles y cables que salían de todas partes, también había 5 cuerpos en el piso. Todos eran hombres.

-Da la vuelta muy lentamente- volvió a ordenar Heinz.

El sujeto empezó a girar lentamente

-¿Sean?- bajé mi arma y Sean también se vio sorprendido

-¿Acaso me están siguiendo?- se rio un poco más relajado

-¿Es el mismo tipo del hotelucho?- Heinz bajó solo un poco su arma- ¿Qué carajos?-

Me aseguré de que Sean no tenía ninguna arma al alcance y guardé la mía; me acerqué a él

-¿Qué estás haciendo aquí?- le pregunté mientras me colocaba a un lado del escritorio que tenía los papeles que Sean estaba revisando

-es algo privado- suspiré

-es la misma respuesta de hace rato-

-es lo mismo que he estado haciendo desde hace rato- Sean tenía una respuestas medio raras

-¿Entonces qué hacemos?- Heinz se acercó a nosotros, vi fijamente a Sean

-Escucha, vamos a desayunar a algún lugar tranquilo fuera de este pueblo de mierda y no acepto un no por respuesta, tenemos que hablar de todo esto- me crucé de brazos esperando una respuesta de Sean.

Él sonrió

-bien, pero primero pasaremos al lugar en el que me estoy quedando, me ducharé y luego nos vamos- Heinz y yo asentimos.

Todos salimos de la escena del crimen.

Caminamos en silencio hasta nuestro auto. Sean tenía el suyo a una cuadra de distancia.

Cuando Heinz y yo estuvimos en nuestro auto guardamos nuestras armas

-¿Debemos confiar en él?, mejor hay que matarlo-

-Heinz, estoy seguro de que no podríamos tocarle ni un cabello aparte de que quiero saber más de él- me acomodé en el asiento- es curioso que nos hayamos encontrado con él en dos lugares en menos de un día-

-tienes razón...- Heinz bajó el vidrio de su puerta-es muy sospechoso pero el tipo parece peligroso ¿Cuántos años tendrá?- bufó- le calculo como unos 20 o 21 años... pero de que es más joven que nosotros lo es-

-si...- observé a Sean caminando a lo lejos hacia un auto negro que parecía nuevo- puede que sea mucho más joven que nosotros- vi que se subía al auto y lo encendía, también encendí el nuestro

-debemos de estar atentos con él, lo interrogamos y ya está, cada quien a su vida-

-¿Y si es enemigo nuestro?- Heinz me observó ante mi comentario

-no lo creo... digo, el mató a los que nosotros debíamos de matar-

-sí pero nosotros no debíamos de matar a esa mujer y tampoco al sexo-servidor-

-¿Cuál mujer?-vi a Heinz

-tú estabas desmayado- me reí- eres una vergüenza para nuestra profesión- solté la carcajada completa y Heinz se puso colorado de las orejas

-pero no fue por cualquier estupidez, fue por ese cabrón que tiene poderes extraños- señaló hacia el auto de Sean que se acercaba a nosotros

-sí, no fue por cualquier estupidez- le confirmé a Heinz cuando el auto de Sean se puso a un lado del nuestro, él bajó su ventanilla y nos observó

-vamos-  empezó a avanzar y yo hice varias maniobras para dar vuelta en la calle y darle alcance a Sean, él conducía con una velocidad media

-¿Y si es una trampa?- Heinz estaba ligeramente paranoico- deberíamos dar vuelta, puede ser que nos esté guiando a nuestra muerte-

-no seas payaso- intenté mantener una buena distancia con el auto de Sean-creo que él es más de los que prefieren trabajar por su cuenta- Sean tomó una desviación y yo lo seguí

-¿crees?, pero alguien debió de darle la información de esos vagos y de la mujer que dices-

-puede ser pero también él pudo haberla investigado-

-¿Con el mismo fin que nosotros?, recuerda que nosotros íbamos a matarlos porque estaban haciendo su desmadre en la red y a los altos mandos no les gusta que husmeen en sus bases de datos-

-a nadie le gustan los posibles "grillos"- guardamos silencio unos momentos hasta que Sean nos empezó a adentrar en una barrio tranquilo, pasamos varias casas y unas cuantas áreas verdes.

¿Estaba viviendo en un lugar así? me parecía demasiado raro para alguien que iba matando a 7 personas en menos de un día

-espero que nos den unas buenas vacaciones con todo pagado por algún país que sea caro- mencionó Heinz mientras se cruzaba de brazos

-ojalá- lo secundé

Seguimos conduciendo por diferentes zonas hasta que entramos a una con edificios residenciales, vi que Sean encendía las luces de emergencia y se detenía frente a un edificio; detuve el auto atrás del suyo.

Esperamos pero Sean no bajaba del auto, estaba poniéndome un poco tenso hasta que vimos que una reja automática que había a un lado del edificio empezaba a abrirse, Sean encendió sus direccionales y volvió a conducir con dirección hacia la reja.

Lo seguimos y me di cuenta de que era un estacionamiento privado ¿nos dejarían pasar?

En la entrada había una pequeña caseta, por una pequeña ventanilla se asomó un guardia de seguridad. Activé mis poderes y fui capaz de ver que Sean le entregaba una identificación

-el auto de atrás viene conmigo- dijo Sean mientras hacia un leve movimiento con su barbilla señalándonos

-de acuerdo, sólo le tomaré los datos de sus placas- le respondió el guardia.

Le devolvió su identificación y Sean puso en marcha su auto. Avancé hasta que nos pusimos a un lado de la caseta

-Bienvenidos, anotaré sus placas y unas preguntas- Heinz y yo asentimos en silencio y el guardia salió de la caseta con una hojas y lapicero en manos. Anotó varias cosas mientras veía las placas del auto y luego se acercó a mi ventanilla

-¿Su nombre señor?- me preguntó

-Roberto- le respondí de inmediato

-su identificación por favor- saqué mi identificación falsa y se la entregué, él verificó la foto y el nombre y me la devolvió

-gracias señor Roberto- volvió a la caseta y nos dio el acceso al estacionamiento. Heinz y yo respiramos tranquilamente.

-¿Tanta mamada para un estacionamiento?- Heinz tenía una mano extendida sobre su pecho

-de seguro vive gente adinerada en este lugar-

-ya lo creo, creí que en algún momento iba a sacar alguna cosa para la detección de metales y nos agarraría con todo el armamento- sonreí

-era una posibilidad pero Sean también va armado así que eso no ha de ser un problema- conduje hasta una parte techada y vi que el auto de Sean estaba estacionado al fondo. Había varios carros pero eran de color blanco, gris y rojo.

-Espero que este tipo se apresure, tanto susto me dieron unas tremendas ganas de acabarme un buen desayuno- sonreí mientras apagaba el motor del auto

-también me está dando un poco de hambre- revisé la hora, eran las 5:35 de la mañana.

Vimos que Sean bajó de su auto y se acercaba hacia nosotros. Heinz y yo también bajamos del auto.

-vengan-

Sean caminó adelante de nosotros hacia un elevador.

Todo el camino hacia su departamento estuvimos en silencio, Heinz y yo íbamos con los sentidos en estado de alerta, no debíamos de confiarnos tanto con Sean.

Anduvimos por varios pasillos hasta que llegamos frente a una puerta de madera con el número 27 en color dorado. Sean sacó un juego de llaves de su pantalón y abrió con maestría su puerta.

Nos dejó pasar primero y Heinz y yo casi nos íbamos de espaldas ¿Quién carajos era Sean?

El departamento era magnífico. Con muebles y decoración que me agradó.

-tengo dos baños, ocuparé el de mi habitación y ustedes pueden ocupar el de esa puerta- nos señaló hacia una puerta deslizable-en la cocina no tengo otra cosa más que botellas con agua- dejó su chamarra sobre su sofá-iré a ducharme y por mis maletas- vimos que Sean subía unas escaleras de metal en forma de caracol y se perdía en un pasillo

-vaya... este chavito sí que se la vive mientras anda matando- Heinz se soltó a reír

-a nosotros también nos pagan bien, que seamos poco sanos es nuestro problema- le respondí

-deberíamos de invertir en un departamento como este ¿te imaginas?, puras fiestas a reventar-

-no tenemos tiempo para eso- me acerqué a una pequeña estantería y revisé los pocos libros que había. El departamento estaba bien amueblado pero le faltaba cosas de "hogares" como fotografías familiares o de seres queridos, adornos, cuadros, libros o revistas y mucha más basura sentimental.

-en lo que tu buscas información del posible enemigo yo voy a revisar el "trono" del baño- vi que Heinz deslizaba la puerta del baño y entraba.

Me quedé a solas viendo a mi alrededor, dudaba en que Sean guardara información de sus misiones, se veía que era alguien precavido pero... a veces no hay que dejarnos convencer por lo que se ve.

Empecé a revisar uno por uno los libros que había y no encontraba libro falso o algo extraño. Luego revisé la cocina y encontré una mesa que se veía cara junto con 4 sillas que también se veían caras, en el refrigerador había lo que Sean nos comentó; sólo botellas con agua. Nada fuera de lo normal. Regresé a la sala de estar y volví a revisar todo pero con más calma.

-no encontrarás nada- me giré y vi a Sean con un pants y una playera sencilla. No se veía como alguien que acababa de matar a varias personas, parecía un tipo normal

-no estaba buscando nada- ni yo me la creí. Sean mostró una sonrisa muy leve

-soy muy cuidadoso con mis asuntos- se frotó el cabello con una toalla blanca y se sentó en un sofá de la sala; dejé en su lugar el libro que estaba revisando y me senté en el otro sofá que había en frente de Sean

-muchas veces los papeles vuelan sin que nos demos cuenta- vi que Sean revisaba las bolsas de su chamarra y sacaba cigarrillos Parliament, se colocó con destreza la colilla entre sus labios y luego lo encendió

-los míos no vuelan por arte de magia- le dio una calada al cigarro y sonrió. Ambos nos quedamos en silencio-¿Y tu amigo?, ¿Tocó algo de mi apartamento y se desmayó?- no pude evitar reírme

-no, está cagando en tu baño- Sean hizo una mueca de asco muy poco visible

-pues espero que no se desmaye porque no pienso entrar al baño con él en el interior- me reí y me relajé un poco más

-tienes un sentido del humor muy extraño- Sean no mencionó nada y se dedicó a fumar; yo lo estuve viendo en silencio. Después de un tiempo en que no hablamos vimos que Heinz salía del baño.

Ambos lo observamos mientras se acercaba a nosotros y se sentaba a mi lado

-muy buen baño el que tienes- Heinz se veía relajado- me parece muy genial que inviertas en un papel higiénico de calidad- sonreí, Heinz se fijaba mucho en cosas insignificantes pero que a veces nos sacaban de apuros.

Sean tampoco mencionó nada

-¿Y ahora?- volvió a hablar Heinz cuando nos quedamos en silencio pero lo ignoramos.

Los tres estábamos en silencio esperando una hora adecuada para ir a desayunar.

 

-¿Son amigos tuyos?- escuchamos una voz femenina que provenía de un pequeño pasillo que había al lado de las escaleras, Sean se giró de inmediato y la chica apareció frente a nosotros.

Estaba hermosa. Se veía que rondaba los 25 años, su cuerpo estaba bien proporcionado; pechos grandes y en su lugar, cintura delgada, caderas anchas y piernas de infarto. Estaba usando una playera que le quedaba muy grande; en su cintura tenía en nudo la playera para evitar que se viera muy larga y sus piernas eran cubiertas por un pequeño short de pijama.

-¿Aún estás aquí?- le preguntó Sean desde el sofá y esta vez dándole la espalda, la chica se acercó más y se sentó al lado de Sean

-¿Qué esperabas?, me dejaste cansadísima- soltó un bostezo

-será mejor que te vayas- Sean se terminó su cigarro y dejó la colilla en el cenicero que había sobre la mesa del centro que, también, se veía cara

-¿Por qué?, es de mañana, podemos hacer más cosas- Sean no le respondió y simplemente se frotó su rostro con ambas manos-¿Y ustedes quiénes son?- la chica nos prestó atención a Heinz y a mi

-mi nombre es Roberto y mi compañero se llama Adolfo- vi que Sean sonreía, claro, él sabía que eran nombres falsos

-mucho gusto caballeros, mi nombre es Minerva- se levantó levemente del sofá y nos extendió su mano, Heinz y yo se la estrechamos

-¿Y qué hacen aquí?- se recargó en el respaldo del sofá viéndonos con una sonrisa

-nos encontramos de casualidad- le respondí y Minerva vio a Sean con una sonrisa más grande

-que interesante, con Sam no existen las casualidades-se cruzó de piernas y sabía que la baba de Heinz estaba haciéndole un charco a Sean en su sala.

¿A caso había dicho "Sam"?.

Heinz no pudo contener una pequeña sonrisa ante el nombre falso que Sean se había puesto

¿No existían las casualidades con Sean?...

-¿no tienes nada que hacer?- volvió a hablar Sean

-estoy hablando con Roberto y Adolfo- Minerva le respondió con diversión y Sean rodó los ojos mientras se levantaba del sofá-¿Desde hace cuánto que conocen a Sam?, yo apenas llevo 15 días- vi que Sean se colocaba atrás de Minerva y con dos golpes certeros en su cuello hizo que Minerva se desmayara sobre el sofá

-¿¡Qué le hiciste?!- Heinz se acercó a Minerva, le tomó el pulso y suspiró. Sean caminó hacia su cocina y sacó una botella con agua-¿Por qué le hiciste eso?- Heinz lo enfrentó en medio de la cocina. Sean abrió su botella y le dio unos cuantos tragos antes de responder

-habla mucho- pasó de largo a Heinz y volvió a sentarse frente a mí, Heinz se sentó a mi lado

-¿Quién es ella?- esta vez fui yo quien hizo una pregunta

-sólo sé que se llama Minerva- volvió a tomar un poco de agua- y que su familia es adinerada- nos observó en silencio

-¿Y qué hace aquí?, si es de buena familia deben de estar buscándola- le respondí

-creo que ahora van a estar más interesados en buscar a su tía- Sean sacó otro cigarro y lo encendió lentamente.

¿Su tía?

¿De qué estaba hablando?

Sean nos estuvo observando en silencio con una ligera sonrisa.

Recordé a la mujer rubia del hotel. ¿Ella era la tía de Minerva?

-¿la del hotel?- le pregunté en un susurro. Sean sonrió de forma divertida

-¿Quién más?-

-¿De qué hablan?- Heinz ni se imaginaba

-¿no crees que en la investigación pueden llegar a dar con este lugar?- pregunté

-existe un .4% de que eso llegue a pasar- se acomodó mejor en el sofá y se quedó viendo a Minerva-me aseguré de que no se puedan atar cabos- me observó

-te ves muy relajado- Heinz había sacado sus conclusiones mentalmente

-lo estoy- dejó la botella con agua sobre la mesa del centro- llevo trabajando en esto cerca de 3 meses, nada puede salir mal-

-pues nosotros llevábamos más de 3 meses en esto y llegas tú y te cargas a los que debíamos de habernos cargado nosotros- Heinz se cruzó de brazos

-fueron órdenes, tan solo me dieron unos momentos antes que a ustedes-

-¿Entonces si trabajas con alguien?- le pregunté

-con alguien no, para alguien-

-¿Quién?- resonó la pregunta de Heinz después de un largo silencio

-alguien que tiene el dinero suficiente para contratar mis servicios-

-¿Sólo vas matando a las personas que te manden a matar?- Sean me empezaba a parecer alguien de cuidado

-sólo me han mandado a matar dos veces; hace 4 años fue la primera vez y ésta es la segunda-

-¿Entonces no eres un sicario de tiempo completo?-

-no, solo robo y manipulo información pública y privada-

-¿Y por qué te decidiste por matar a esas personas?- le preguntó Heinz

-acabé con la vida de la mujer porque estaba alterando unos negocios que tiene la persona que me contrató, y a los demás porque estaban haciendo mal uso de la información- guardó silencio un momento-Iban a matarlos por lo mismo ¿Verdad?- nos preguntó

-así es- le di la razón.

Ahora me sentía un poco más relajado. Sean no tenía negocios tan turbulentos como los nuestros.

-¿Y ahora tienes más encargos?- Heinz se notaba interesado en Sean

-por ahora estoy libre-

Heinz y yo no mencionamos ni preguntamos nada más a cerca de sus trabajos. Nosotros a veces éramos más sucios en nuestros negocios.

-pues ya es momento de ir por unos ricos Hot-Cakes y un café bien cargado ¿No lo creen?- Heinz se levantó del sofá y se estiró para poder relajar sus músculos

-apoyo esa idea- imité a Heinz-¿Vienes?- vi a Sean que también se estaba levantando del sofá

-por supuesto- Sean se adentró al pasillo y al poco tiempo regresó con dos maletas negras de tamaño mediano

-¿Qué vas a hacer con ella?- mencionó Heinz cuando yo ya estaba con un pie afuera del departamento. Recordé a Minerva. Sean se acercó a ella y la cargó sobre su hombro

-sé en donde vive- tomé sus maletas y lo ayudé a colocarlas en el pasillo. Los tres salimos del departamento y Sean cerró con un sólo seguro la puerta

-¿no crees que ella regrese a buscarte?- le preguntó Heinz mientras tomaba una maleta y se la llevaba con él y yo tomaba la otra

-aunque regrese a buscarme, este departamento ya no será de mi propiedad- Heinz y yo volteamos a verlo

-¿A qué te refieres?- le preguntó Heinz mientras yo me adelantaba al elevador

-tiene un nuevo dueño desde hace una semana, hoy a las 10 de la mañana vendrán a recoger mis "pertenencias" y quedará listo para que sea utilizado por la tarde-

-¿Quién será el nuevo dueño?- le pregunté a Sean cuando me alcanzaron al elevador

-un tipo normal, tiene buena situación económica y es soltero- Sean entró primero al elevador con Minerva aún desmayada

-¿También lo investigaste?-Heinz le preguntó mientras presionaba los botones del elevador indicando el piso del estacionamiento

-solo un poco, me aseguré de que fuera una persona sin ningún tipo de problema con organizaciones u otras instituciones-

El elevador nos llevó hacia el estacionamiento y caminamos en silencio hasta el auto de Sean; él quitó los seguros de su auto e introdujo a Minerva en los asientos traseros.

Le entregamos sus maletas y las acomodó en la cajuela.

-primero iré a dejarla, luego podremos ir a donde ustedes quieran- cerró la cajuela

-de acuerdo, aún tenemos tiempo- le respondí. Heinz y yo caminamos hacia nuestro auto y Sean entró al suyo.

 

Al pasar por la caseta el guardia le preguntó a Sean sobre Minerva, él le respondió

-ayer tomamos mucho y se quedó a dormir. Era peligroso salir con las condiciones en las que estábamos, hoy debe de ir al colegio- el guardia se carcajeó

-la van a castigar-

-hablaré con sus padres, me llevo muy bien con ellos- el guardia volvió a sonreír

-espero que todo salga bien- le deseó suerte a él

-y yo espero que tengas unas buenas vacaciones-

-así será Joven, gracias-

El guardia dejó salir a Sean y luego el guardia nos atendió a nosotros.

 

Una vez en la carretera Sean nos guió a través de varios barrios y calles. Yo no mencioné nada sobre su plática con el guardia pero ya me imaginaba que todo eso era mentira.

Luego de conducir un tiempo Sean se detuvo frente a otra zona de departamentos. Estacionó su auto y salió de él. Heinz y yo hicimos lo mismo

-¿Vive en esta zona? Creía que iríamos a una mansión- le dijo Heinz mientras se recargaba en la cajuela de nuestro auto. Sean volvió a cargar a Minerva.

-ella vive aquí por su cuenta, no tiene muy buena relación con sus familiares- Sean se cruzó la calle y lo perdimos de vista por culpa de unos arbustos gigantes que rodeaban la zona

-es muy inteligente- mencionó Heinz

-bastante- estuve de acuerdo.

Estuvimos un tiempo en silencio mientras esperábamos a Sean; quien ya llevaba 10 minutos en el lugar.

 

Cuando Sean por fin apareció llegó sin Minerva.

-la voy a extrañar-le dijo Heinz a Sean- a ella y a sus piernas- Sean sonrió pero no mencionó nada.

-Ahora vamos a donde ustedes digan- Heinz y yo nos miramos

-conozco un lugar en donde los Hot-Cakes que preparan están para morirse con uno de ellos en la boca- Sean y yo sonreímos

-entonces esta vez tu conduces- le aventé las llaves a Heinz y el las cachó en el aire

-muy bien- Sean asintió y fue hacia su auto.

 

Heinz conducía como un desquiciado cuando aún no había más carros por las calles. Sean no tuvo problemas en seguirle el ritmo.

 

Llegamos a una zona tranquila y muy familiar. Dejamos estacionados los autos y tan solo tuvimos que cruzar una gran avenida hacia el restaurante que ya tenía unos cuantos clientes en él.

Los tres entramos y las miradas de las meseras no se hicieron esperar.

Tomamos asiento en una mesa que estaba un poco alejada de las demás.

Estuvimos en silencio leyendo el menú hasta que una mesera nos tomó la orden. Cada quien dio su orden y no comenzamos a platicar hasta que la mesera estuvo lejos.

-¿Minerva y tu eran pareja?- Heinz hizo la pregunta con un tono pícaro

-la conocí en un bar y estuvimos juntos unas cuantas noches. Ella les dijo que llevábamos medio mes de conocernos, pero yo la conocía desde hace más de 2 meses-

-claro, tenías que formar tu estrategia- Sean asintió a mi especulación

-cielos-murmuró Heinz- ¿sabes? nosotros dos muy rara vez tenemos contacto con mujeres que estén tan buenas como Minerva-

-el cuerpo de Minerva no lo planee-

-suertudo- le dijo Heinz con odio a Sean

-¿Cuántos años tienes, Sean?- le pregunté después de un pequeño silencio que se hizo

-en dos meses cumplo los 18- Heinz y yo casi nos íbamos de espaldas

-¿18?- volvió a preguntar Heinz y Sean simplemente asintió- no jodas ¿Y cómo sabes tanto?, ¿Para qué organización trabajas?-

-yo aún estoy en un laboratorio, soy rango A, por lo cual me dan misiones- Sean recargó su cabeza sobre el cristal de la gran ventana que había a nuestro lado-¿Y ustedes?-

-nosotros ya no estamos en un laboratorio, actuamos casi por cuenta propia- le respondí un poco más tranquilo de la impresión

-¿Y no has pensado en irte lejos?- Heinz y su curiosidad- eres bueno en lo que haces, puedes irte sin dejar rastros-

-no- el tono de voz de Sean cambió ligeramente-aún no puedo irme- el ambiente que lo rodeaba cambió radicalmente

-¿Aún tienes asuntos que arreglar ahí?- le pregunté con un tono más serio

-sí- fue su seca respuesta

 

Volvimos a guardar silencio y luego la mesera llegó con nuestras órdenes.

Desayunamos tranquilamente y con una plática menos profesional.

 

Fin Escena Retrospectiva (Flash Back)

 

Narra Lucy

 

-Después de que desayunamos ese día, Sean tomó un rumbo diferente, tenía que ir a dejar reportes y volver al laboratorio- Maxim suspiró- ahora ya sé que él debía de regresar porque ahí estaba Daniel-

-claro, Dany en ese entonces tenía unos 13 o 14 años- susurré

-aún era alguien joven- guardamos silencio unos momentos mientras pensaba en la pequeña historia

-No puedo creer que ese Sean del que me hablas sea el mismo Sean que yo conozco- estaba un poco impactada con la historia de Maxim

-un espía o una persona que se dedique a ese tipo de trabajo debe de tener un buen nivel intelectual y un instinto de supervivencia muy fuerte- Maxim sonrió- aunque lo que te acabo de mencionar es muy importante, no es suficiente; también debe tener reflejos mentales especiales, gusto por el riesgo, buenos dotes comunicativos, control sobre sus emociones, discreción, buena percepción del entorno, capacidad de análisis y, lo más importante, una buena memoria operativa-

-puede que Sean tengan la mayoría de todo eso- ¿todo eso eran requisitos para ser espía?

-eso es la parte mental; también la física tiene un gran papel-

-¿ser guapo?- me burlé un poco

-¡claro!- Maxim volteó a verme con una sonrisa- la mayoría de las personas que son perseguidas pertenecen a la alta sociedad; eso quiere decir que hay que asistir a muchas reuniones sociales para lograr un buen acercamiento-

-¿algo como ser un James Bond?- me crucé de brazos

-puede ser- volteó sonriendo- pero él es algo ficticio que tiene grandes fallas-

-¿por ejemplo?-

-una persona que no cuente con los poderes que nosotros tenemos no podría enfrentarse a 6 u 8 tipos al mismo tiempo, es algo estúpido- me reí

-yo puedo contra 6 u 8 tipos al mismo tiempo-

-ya lo creo- Maxim me dio una sonrisa casi invisible y una mirada penetrante. Voltee la mirada en seguida y carraspee un poco antes de volver a hablar

-aún no aparecen- vi de reojo que Maxim regresaba su mirada a todos los presentes de la sala

-no tardarán-

 

Estuvimos en silencio un tiempo hasta que los vimos llegar

-buenos días a todos- fue lo primero que James mencionó al entrar a la sala de la fábrica en donde todos estábamos reunidos; eran las ocho de la mañana en punto

-buenos días - respondieron algunos en coro

James se situó en medio de todos y al poco rato llegaron Ana, Sean y Heinz

-antes de dar algunas indicaciones generales, por favor escriban su habilidad y nombre en el papel que Heinz está repartiendo-

-¿van a seleccionar los poderes que les sirven y los que no?-  se escuchó la voz de un chico joven entre los presentes

-toda habilidad aquí presente es necesaria; Sean, Ana y yo vamos a colocarlos en grupos que logren sacar el máximo potencial de sus habilidades- le respondió James con una voz llena de calma. No hubo respuesta ni más comentarios.

 

Heinz se apresuró a repartir un papelito cuadrado en blanco a cada uno de los presentes y cuando llegó a mi lado y al de Maxim también nos estregó el papel. Todos y en silencio, anotamos nuestras habilidades.

Después de 10 minutos los papeles con nuestras habilidades escritas en él estaban acomodados en la mano de Ana, quien ya empezaba a revisarlos rápidamente junto con Sean, y él estaba haciendo unas cuantas anotaciones en su computadora.

-antes de que formemos los equipos, quiero pedirle a los que tengan habilidades de rastreo o de entorno que se coloquen en frente de mi- hubo varios murmullos entre los presentes pero vi que 6 personas caminaban hacia James-de acuerdo, ustedes serán un equipo especial- James caminó hacia un pequeño pizarrón que estaba sobre un caballete a un lado del sofá de la sala-aquí tenemos anotados los laboratorios que se encuentran más próximos a este lugar; fueron revisados superficialmente por Sean pero queremos que con sus habilidades les den un nuevo registro, uno más profundo-

-disculpa... James- una leve voz se escuchó, era un chico que se veía muy joven y que estaba entre las 6 personas que habían pasado frente a James

-¿dime?- James le prestó atención

-yo tengo visión de rayos X desarrollada, tengo una sub-habilidad que me permite ver el rostro de las personas a través de muros que son más resistentes que el acero, por ejemplo, los que están hechos con Grafeno y Carbino... si los laboratorios están hechos de algún material que esté por debajo de esos dos... no debo tener problemas en atravesarlos con mi visión- el tímido chico hablo en susurro apenas audible pero que sorprendió a la mayoría; esos dos materiales que había mencionado eran de los más resistentes de los que se tenía conocimiento

-de echo- se escuchó la voz de Sean por primera vez- hay un laboratorio en la lista que fue construido con cristal metálico- ¿otro elemento resistente?

-¿Y cómo le hiciste para revisarlo?- le preguntó James

-fue el único laboratorio en el que sólo pude entré de forma cibernética, rompí el sistema y creé una pequeña distracción para obtener información confidencial-

-¿no entraste físicamente?-

-no, era imposible con mis habilidades- hubo varios murmullos y James pidió silencio

-¿Cuál es tu nombre?- James le preguntó al chico

-Martin- Él era un conocido de Ana ¿Verdad?

-bueno Martin, ¿Podrás revisar todos estos laboratorios en 2 semanas?, Sean tardó casi un mes y medio- Martin dudó un poco

-yo puedo ayudarlo con la velocidad- una chica se colocó al lado de Martin

-¿Eres rápida?- James se fijó en la chica que se veía de nuestra edad o un poco más grande

-muy rápida, muchas veces he logrado rebasar la velocidad con que viaja la luz-

-¿Cómo te llamas?-

-Megan-

-incluso tu nombre suena veloz- mencionó Heinz, puse lo ojos en blanco y Maxim soltó una risilla

-todo tiene que encajar- Megan le guiñó un ojo a Heinz y él casi se iba de espaldas

-me parece que pueden crear un buen equipo- murmuró James- de acuerdo- dijo después de un silencio muy corto- ustedes serán los encargados de la revisión a los laboratorios, así podremos sacar más provecho a las demás habilidades- Martin y Megan asintieron- en este pizarrón tienen la información que van a necesitar- James se acercó un poco más al pizarrón- y en estas hojas tenemos anotado el tipo de seguridad, cantidad de personal e incluso horarios que les pueden ser de gran ayuda- James les entregó las hojas en las que iba escrito el esfuerzo de Sean.

 

Martin y Megan se posicionaron a un lado del pizarrón; Martin tenía las hojas entre sus manos y Megan leía los datos del pizarrón.

-Muy bien, aún nos falta inspeccionar varios lugares que no son en su totalidad unos laboratorios y también, probablemente, descubrir unos cuantos más- James se acercó a Ana y tomó las hojas en donde estaban apuntadas nuestras habilidades junto a nuestro nombre-¿Ya están listas?- James le preguntó a Ana que estaba con la vista fija en la computadora de Sean.

-en un momento- le respondió Ana y James volvió a hablar con los demás.

Con rapidez me acerqué al sofá en donde Ana se encontraba sentada y tecleando en la computadora de Sean. Vi que presionaba con agilidad y rapidez varias teclas y al mismo tiempo muchos códigos salían en la pantalla.

-¿Qué es eso?- le pregunté a Ana una vez que estuve a su lado y señalé la pantalla de la computadora

-es un programa que Sean creó- me contestó sin dejar de prestar atención a las teclas que presionaba

-¿lo creó?-

-si- dejó de teclear y en la pantalla una lista empezó a mostrarse- hizo secciones para el nombre, habilidad y lugares, el programa analiza y evalúa los datos por sí solo para poder crear grupos automáticos.

-¿Cuándo lo hizo?- vi que en la pantalla salía una ventana emergente mostrando el mensaje de "Lista Completa"

-hace dos días- Ana se levantó del sofá y se acercó a James, quien aún seguía dando unas cuantas indicaciones generales junto a Sean.

 

¿Sean había hecho eso él solo?

 

James tomó la computadora entre sus manos y empezó a dictar los grupos.

Todos en la sala fueron agrupándose y presentándose o haciendo uno que otro chiste entre los que ya se conocían.

 

-Lucila- James mencionó mi nombre al final. Todos ya estaban en sus asuntos. Me acerqué a James un poco molesta

-¿Por qué estoy al último?- James me observó en silencio y luego suspiró

-tú vas a estar aquí, Lucy-

-estoy lista para ayudar- me crucé de brazos para que James se diera cuenta que no iba a dar mi brazo a torcer. James guardó silencio un momento

-¡Sean!- llamó a Sean quien estaba a un lado de August mientras revisaban unas cuantas cosas en su computadora. Sean se acercó a nosotros.

-¿Qué pasa?- primero observó a James y luego a mí

-¿Qué es lo que va a hacer Lucy?- Sean se giró por completo hacia mí

-escucha, todos vamos a estar lejos de la fábrica y por tus heridas y el problema con tus poderes me parece conveniente el que te quedes aquí-

-¿haciendo qué?- puse la cara más seria que tenía, Sean suspiró

-Te vamos a estar mandando información de los lugares a los que lleguemos y tú serás la encargada de darnos foco verde para avanzar o si debemos de retroceder; podrás saber en dónde está ubicado cada quien y, obviamente, tendrás acceso a los mapas, las cámaras de vigilancia, radares e incluso señales de radio de algunos guardias- observé a ambos hombres en silencio- aparte de que te mandaré la información que robemos de los sistemas para que la analices con ayuda de un programa que es aún más complejo que el que utilizamos hoy para que busques a Daniel entre las bases de datos-

-¿Crees que con eso sea suficiente?- James me observó, no tuve de otra más que suspirar

-De acuerdo- el lugar que me daban sonaba bastante interesante y agitado.

-bien- James me sonrió y yo le regresé la sonrisa.

 

August y Tom se encargaron de entregar equipo de protección y unas cuantas armas especiales que un amigo de August nos había conseguido a todos los miembros mientras daban una corta pero muy precisa explicación sobre su uso; también a mí me dieron mi equipo y el arma.

 

James y Sean dieron más indicaciones generales y de seguridad, no podía creer que ellos dos hubieran creado toda una estrategia a la que no le veía fallas ni espacios en blanco.

 

Observé el arma que tenía en mi mano derecha; era pequeña pero peligrosa, la demostración que James nos había dado era suficiente para darnos cuenta de que se podían hacer muchas cosas con ella.

Muchas cosas muy malas.

Notas finales:

Ya es el capítulo 50 ¿Pueden creerlo?

Yo la verdad no jajaja

Muchas gracias por seguir conmigo cerca de 3 años (creo) leyendo este fic que me ha costado escribir los dos huevos que no tengo XD 

Aún me complico mucho las cosas a la hora de escribir y el tiempo que le dedico (ahora) si es bastante y suficiente, pero la verdad es que de un 100% de cada capítulo un 75% me la paso imaginando las escenas (es muy fácil imaginar pero muy difícil plasmarlo en escrito) y solamente me quedo viendo la pantalla y re-leyendo y re-leyendo. 

Me es muy difícil escribir escenas que incluyan a Sean porque la neta no sé cómo va a reaccionar xD es un personaje que se creó solo y se maneja a su antojo :V 

 

De verdad, Muchas, Muchas gracias por seguir conmigo en vez de hacer otras cosas como estudiar o ver anime o todo eso que más aman. 

 

P.D Vuelvo a repetir: si quieren recibir un mensaje a su correo o alguna red social sobre cuando actualice déjenme su correo en un review o pueden mandarmelo a mi correo 

diidi1897@gmail.com

Con en Asunto de : Amor-Yaoi Fugitivos. 

 

Nuevamente Muchas Gracias. 

¡Nos estamos leyendo!


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