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Fugitivos I: Buscando Una Razón Para Vivir. por diidi1897

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Notas del capitulo:

¡Hola muchas gracias por leer!

Les recuerdo que la historia está disponible en wattpad (ahí puedo agregar separadores más fácilmente, así que dejaré una líneas punteadas cada que incluyo un separador en la narración)

Muchas gracias! 

 

 

 

En los laboratorios (Sin Narrador)

-¡Imposible!-el comandante gritó y golpeó con el puño cerrado su escritorio-¡¿Cómo mierda lo permitieron?!-se levantó de su lugar y observó a ambos científicos, quienes tenían manchas de alguna sustancia verde que aún desconocían, plasmadas en su ropa de trabajo.

Los análisis de esa sustancia verde todavía no estaban listos por lo que no sabían de qué se trataba, pero tenía un olor muy desagradable.

Era como si el experimento se estuviera descomponiendo por dentro

-Señor, hace tres días las pruebas terminaron con números positivos, yo mismo le traje el informe detallado de las últimas semanas y sus respectivos resultados, pero las pruebas de ayer en la noche se alteraron ligeramente y lo mantuvimos bajo observación, pero…-

-¡¿Pero qué?!-la respiración del comandante se alteró

-No… no sabemos qué sucedió-el científico negó-Sus niveles bajaron abruptamente y recibimos diferentes alarmas…-el científico relamió sus labios por los nervios y el sudor empezó a brillar en su frente-Las pruebas aún no están listas por lo que no podemos avanzar hasta saber con qué nos estamos enfrentando, esto…-

-Quiero una respuesta ¡Positiva! Antes de que termine el día-la mandíbula del comandante se tensó-En estos momentos estoy leyendo contratos de personas que me están ofreciendo mucho dinero para prestarles a mi experimento ¡No me hagan perder más dinero!-ordenó el comandante-No me importan las medidas que tomen, pero ¡Quiero en excelentes condiciones a mi experimento!

-Señor…-el otro científico intentó dar su punto de vista sobre la situación. Él sabía que la situación se había complicado, el experimento iba a morir tarde o temprano si se continuaba con el sobreesfuerzo

-¡Es una órden!-y como siempre, el comandante no era un hombre de ciencia, pero sus ambiciones lo estaban cegando.

Ambos científicos salieron de la oficina del comandante.

-Inútiles… no puedo creer que sean tan inútiles-el comandante volvió a tomar asiento y revisó un acuerdo que le estaba interesando más que el resto.

Era una misión para su experimento, por supuesto, en la que el experimento debía de trasladarse a una zona de guerra.

Al comandante le convenía la guerra entre esos rebeldes porque si conseguía dar una resolución al conflicto, iba a lucir una nueva medalla en su pecho y por supuesto que su rango iba a incrementar.

También sus ingresos iban a aumentar junto al reconocimiento de su nombre, lo buscarían automáticamente para cerrar más acuerdos y contratos en los que seguramente él iba a salir ganando.

Iba a ser el beneficiado absoluto.

Golpeó con su puño cerrado una vez más la mesa

-Pero ese maldito experimento…-negó varias veces y su rostro tomó una tonalidad roja.

Rojo de furia

-Tengo que asegurarme de que lo están haciendo bien, ya avancé bastante como para perderlo por unos resultados de la noche a la mañana-el comandante leyó una última vez el acuerdo y se convenció a sí mismo de que era una oportunidad única en la vida.

En su vida.

Y tenía que aprovecharla al máximo, no podía dejarla escapar como si nada.

El comandante guardó sus documentos y salió de su oficina.

Bien lo decían, si querías que algo saliera como esperabas, tenías que hacerlo por tu cuenta.

No iba a escatimar en esfuerzos.

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Los dos científicos salieron de la oficina del comandante después de haberle dado la noticia tal y como el científico en jefe les había explicado a pesar de que había estado bastante extraña la explicación tan vaga que les había dado el científico en jefe.

Pero suponían que sabía lo que estaba diciendo y el porqué.

Ambos decidieron no darle tantas vueltas al asunto y se dirigieron a la sala de observación.

Examinaron al experimento que ahora, era todo un desastre. La sustancia verde continuaba brotando abundantemente desde sus orificios nasales mientras que un tubo estaba conectado en la boca del sujeto, el cual le estaba ayudando en respirar.

El sujeto había despertado la noche anterior con molestias en el estómago y mediante las cámaras de seguridad, los científicos se percataron de que la sustancia había empezado a brotarle de sus fosas nasales y de su boca hasta el punto en que provocó el desmayo del experimento en su propia habitación.

Suponían que su desmayo había sido debido a la asfixia que estaba sufriendo en ese instante.

Por supuesto que los científicos no contaban con un protocolo para atender esa emergencia ¡Nunca habían visto esa sustancia!

Cuando los científicos, con sus respectivos trajes de seguridad para pruebas químicas y los guardias, armados de pies a cabeza por cualquier posible plan del experimento, arribaron a la habitación, se percataron del desagradable olor que provenía de la sustancia. Era un hedor tan nauseabundo que no todos los científicos consiguieron ingresar a la habitación hasta que cerraron perfectamente sus máscaras de seguridad y solo así, pudieron ingresar para atender al experimento.

El experimento continuaba padeciendo de asfixia y los científicos temían que la sustancia hubiera alcanzado sus pulmones, de ser así, iba a ser demasiado complicado dar reversa a la situación.

La muerte iba a ser inevitable.

Pero nadie quería darle noticias negativas a su comandante, nadie se iba a atrever.

No sabían de lo que era capaz de hacer si le anunciaban que las cosas no estaban saliendo como él había ordenado

-Colóquenlo boca abajo-ordenó un científico en jefe mientras tomaba la cabeza del experimento-Así, no tan rápido-el resto de los científicos actuó siguiendo al pie de la letra las indicaciones

-Con cuidado, con cuidado-murmuraron algunos científicos.

Era la primera vez que estaban tratando a un experimento con delicadeza. Estaban seguros de que ellos no merecían ser tratados de esa manera y muchos menos aquel experimento que les estaba causando bastantes problemas.

Problemas para ellos, para su organización y a su comandante

El científico que sostenía la cabeza del experimento la acomodó de tal manera que quedara de lado y observó atentamente la sustancia.

Su color era verde. Era como un verde esmeralda que había sido manchado por otra sustancia negra.

El científico se colocó unos guantes que una ayudante le había proporcionado momentos después de haber ingresado a la habitación y se dispuso a tomar entre sus dedos un poco de la sustancia. La revisó visualmente y la frotó entre su dedo índice y el pulgar; entonces se percató de que se sentían una especie de grumos en la sustancia. Eso sí que le llamó la atención, podía llegar a ser algo realmente complicado.

Él no tenía ni idea de la situación, necesitaba realizar diversos exámenes de esa sustancia para poder tratar adecuadamente al experimento. Tenía que salvarlo

-De acuerdo, tomaremos pruebas de la sustancia verde y se realizará un hemograma junto a exámenes bacteriológicos-anunció el científico en voz alta-Lo llevaremos a la sala de observación e intentaremos mantenerlo estable mientras los resultados están listos-ordenó a los seis científicos que rodeaban al experimento.

Tomó su Walkie-talkie y ordenó una camilla para poder transportar al experimento sin que sufriera alguna alteración de más por movimientos bruscos. Revisó su pulso y lo encontró ligeramente acelerado a pesar de que el experimento continuaba inconsciente.

La camilla llegó poco tiempo después junto a otros tres científicos y, entre todos, acomodaron al experimento. Lo llevaron hacia la sala de observación y ahí, rápidamente le tomaron las cantidades suficientes de la sustancia para llevarlas a examinar.

Estaban trabajando contra reloj

-¿Ya habías visto algo como esto?-preguntó un científico a su compañero. Uno se encargaba de monitorear los signos vitales del experimento mientras que el otro se mantenía limpiando la sustancia verde que continuaba brotando de la nariz con un pañuelo desinfectado. Ambos cuidaban que el experimento no sufriera de ahogamiento

-No, nunca-el científico volvió a limpiar la nariz del experimento-En el laboratorio bacteriológico deben de estarse volviendo locos-negó levemente-Supongo que todo esto es consecuencia de las exigencias del comandante-comentó vagamente al no saber si ese otro científico se encontraba “ciego” por el comandante o también contaba con un criterio propio

-Probablemente-estuvo de acuerdo el científico-El comandante no sabe nada de ciencia y exigió muchos resultados en poco tiempo, alguien con conocimientos básicos sabe que este experimento se trata de algo más que solo números positivos-el otro científico se encontraba a nada de preguntar más sobre ese comentario, pero por suerte, el científico que ya llevaba más tiempo en ese laboratorio, habló otra vez-Pero es el comandante y tenemos que darle lo que pide, nuestra opinión no existe para él-terminó con su argumento-Cuidado, está brotando más sustancia-el científico reaccionó y retiró la sustancia.

Su compañero dio vuelta momentáneamente para empezar a revisar algunas máquinas que estaban conectadas al cuerpo del experimento y entonces aprovechó el momento para examinar de pies a cabeza al chico.

Pobre, se veía muy mal.

¿Cuántos años tendría? Parecía que no pasaba de los 20 años, pero ya estaba en esa situación. Tan deplorable y riesgosa.

Él no se encontraba a cargo de él y jamás había estado tan cerca del experimento, solamente se encontraba de apoyo en ese momento. Del poco tiempo que llevaba trabajando en ese laboratorio, había escuchado bastantes rumores sobre ese experimento que anteriormente era conocido como GH65. También lo había visto una que otra vez en los pasillos y recordaba su rostro porque casi siempre llevaba una expresión de preocupación junto a una de cansancio.

Era normal esa expresión suponiendo que no se sabía si un día ibas a estar bien y al siguiente ibas a convulsionarte.

También se había enterado de los intentos que el experimento había creado para conseguir escapar y estaría mintiendo si decía que no se había sorprendido. Se notaba que el muchacho quería vivir.

El joven científico sintió pena por el experimento, tenía bastante mala suerte en lo poco de vida que seguramente llevaba.

-Van a matarlo-el científico murmuró sin dejar de observar al experimento

-Ya lo creo, están haciendo algo que debió de manejarse con calma-respondió el otro científico sin darse vuelta

-¿Por qué no intentaron advertirle al comandante?-

-Por supuesto que lo hicieron-el científico observó de reojo al joven-Pero él no escuchó nuestros comentarios, Borja intentó explicarle la situación, pero tampoco lo escuchó e incluso lo despidió por eso-

-¿Qué? ¿A Borja?-se sorprendió ¿Esa era la razón por la que Borja ya no revisaba sus medidas químicas?

-Sí, lo despidió a pesar de que era el que contaba con más conocimientos sobre el experimento-el científico elevó ambos hombros sin darle importancia al asunto ni a las consecuencias de ese hecho. En realidad, no le interesaba mucho la situación. Él tenía otros planes en mente que estaban muy alejados del experimento porque sabía que intentar mezclarse con él era algo muy estresante-Después encargó a Conrad, pero el experimento lo asesinó-y sabiendo eso, se convenció aún más de que quería permanecer alejado de GH65.

De hecho, la mayoría de los científicos en ese laboratorio se negaban en tomar las riendas del asunto. No querían desperdiciar su tiempo en un experimento que había sido condenado al fracaso por un grupo de expertos que evaluaron toda la situación junto a sus pros y contras; en donde los contras eran mayores a las ventajas.

Se perdía más de lo que se esperaba ganar si es que las cosas no funcionaban

-¿Quién tomará la responsabilidad si todo sale mal?-el joven científico volvió a limpiar el exceso de sustancia que continuaba deslizándose desde las fosas nasales

-El comandante es quien será el responsable, otros laboratorios lo están presionando para que les entregue el experimento, y de hecho he escuchado que le han ofrecido grandes cantidades de dinero por venderlo, pero el comandante no lo quiere para nadie más-el científico negó mientras empezaba a presionar unos cuantos botones que había en la máquina que estaba controlando-Si esto sale mal, el comandante quedará con mala reputación entre los laboratorios por negarse a sus peticiones-se acercó al experimento y empezó a revisar las piernas del experimento-Y al parecer, esto va para peor-chasqueó su lengua y negó unas cuantas veces-Mira, en sus piernas se están formando grandes hematomas, su sangre se está moviendo más despacio, a este paso, su cerebro va a dejar de funcionar-el joven científico verificó el tamaño de los hematomas e hizo una mueca al verlos-Si no muere, va a sufrir de algún problema físico o mental de por vida-

-¿Por qué?-

-Será como si hubiera recibido un golpe en la cabeza, se le dificultará hablar e incluso moverse-el joven científico prestó atención-La sangre contiene oxígeno, entonces si la sangre no llega al cerebro, el oxígeno tampoco; es por eso que puede provocarle un daño cerebral-y el joven científico, sintió más pena por ese muchacho.

Observó la expresión del sujeto y encontró una de sufrimiento; probablemente no iba a conseguir terminar el día.

La puerta del área de observación se abrió abruptamente y por ella ingresó el científico en jefe con una jeringa entre sus manos. La jeringa estaba llena con una sustancia amarillenta

-Sosténganlo-ordenó y los dos científicos que habían estado junto al experimento lo obedecieron de inmediato.

Ambos científicos tomaron los brazos del experimento y el científico en jefe se acercó, elevó la playera del experimento, colocó la punta de la jeringa justo sobre el ombligo y la insertó con un movimiento rápido. El líquido amarillento empezó a acabarse hasta que la jeringa quedó vacía por completo

-No lo suelten-ordenó y ambos científicos tomaron con más fuerza al experimento quien, a los pocos segundos, empezó a convulsionarse. La sustancia verde brotó exageradamente de sus focas nasales y oídos

-Enderécenlo-ambos científicos acataron la orden y consiguieron sentar al experimento en la camilla justo cuando otros 4 científicos ingresaron al área-Muy bien, como les había mencionado en el laboratorio de pruebas, vamos a realizarle algo parecido a la plasmaféresis-mencionó en voz alta el científico-Le extraeremos una gran cantidad de su sangre y la filtraremos para intentar limpiarla, después la devolveremos y evaluaremos los resultados-todos los presentes asintieron-De acuerdo, traigan las máquinas y empiecen a acondicionar el lugar-

Los científicos pusieron manos a la obra mientras el científico en jefe pensaba la manera de obtener un poco más de tiempo por parte del comandante.

El procedimiento iba a llevarles por lo menos doce horas y creía que no iban a disponer de más por parte del comandante si le explicaban la situación, así que…

-¡Apresúrense!-ordenó y todo el equipo de trabajo se movió con más velocidad.

El científico en jefe salió del área y fue en busca del comandante para intentar obtener más tiempo mientras tres máquinas enormes ingresaban al área siendo arrastradas por 5 científicos cada una. Una la colocaron a la derecha del experimento y las otros dos del lado izquierdo

-Empecemos a conectar mientras otros se dedican a encender y programar las máquinas-habló en voz alta otro científico que había entendido la situación. Sus manos se movieron entre la gran variedad de mangueras con las que las máquinas contaban.

Sus dedos se movían rápidamente mientras conectaba y desconectaba mangueras del cuerpo del experimento, debía de buscar puntos clave para conseguir un tratamiento efectivo.

Al poco tiempo, el científico en jefe regresó al área y observó a todos trabajando

-He conseguido más tiempo, apresurémonos-habló en voz alta mientras el resto de los científicos continuaban conectando cables, mangueras médicas y otros aparatos complicados.

Hablar con el comandante fue complicado, pero no imposible. Había conseguido persuadirlo y ahora debía de obtener buenos resultados.

Todo eso que estaba haciendo era el resultado de algo que se le había ocurrido cuando vio los resultados de la sustancia verde; en el examen se encontraron grandes cantidades de todas las pastillas, sustancias e inyecciones que le habían suministrado al experimento para conseguir un funcionamiento efectivo en sus poderes.

Ahora entendía mucho mejor el que se dijera que todo en exceso, era malo.

Se habían excedido con el experimento para obtener los resultados que esperaban, pero eran unos resultados que forzaron al extremo el cuerpo del sujeto.

Aún no sabía si había sido un error o si así debían de ser las cosas, pero prefería no arriesgarse.

Tenía que eliminar esa sustancia verde del cuerpo del experimento para mantearlo con vida, después se encargaría de explicar detalladamente la situación al comandante, aunque tuviera que recurrir a las mentiras.

Las máquinas eran de última generación y eran únicas en el mundo, también debía de utilizarlas sabiamente si no quería tantos problemas en su futuro. El procedimiento que estaba a punto de llevar a cabo, se encontraba evaluado en millones de rublos.

Una de las máquinas se iba a encargar de suministrar vitaminas y defensas al experimento para que su cuerpo soportara la extracción completa de sangre, la segunda máquina se iba a encargar de extraer la sangre del sujeto y, por último, la tercera máquina la iba a activar cuando verificara el actuar de la segunda máquina.

Si la segunda máquina extraía y conseguía separar la sustancia verde de la sangre, tal y como se conseguía con el plasma, entonces podría ser algo positivo, pero tenía que mantenerse atento; si algo llegaba a complicarse, por mínimo que fuera, tendría que actuar rápidamente o podría terminar con la vida del experimento.

-De acuerdo, extraeremos la sangre desde su yugular, procedamos a conectar el filtro-los científicos empezaron a moverse alrededor del experimento-Le suministraremos las vitaminas mediante su antebrazo izquierdo-los científicos acataron las indicaciones.

El sujeto quedó conectado a las máquinas por medio de catéteres de gran tamaño y una gran extensión de mangueras médicas

-Bien, primero suministraremos durante 10 minutos una cantidad de vitaminas para que su cuerpo resista la extracción y después empezaremos a filtrar la sangre-el resto de los científicos asintió-Empiecen con el suministro-el científico en jefe observó su reloj de pulsera en cuanto la máquina se puso en funcionamiento y se encargó de colocar una pequeña alarma que le iba a permitir manejar sus tiempos a la perfección.

La máquina, después de haber sido preparada con una cierta cantidad de vitaminas, empezó a trabajar. Por medio de las mangueras, una sustancia transparente salió de la máquina hasta que llegó al antebrazo del experimento e ingresó a su cuerpo.

Los signos vitales se regularon conforme las vitaminas viajaban por el cuerpo del sujeto

-Así es, muy lentamente-el científico en jefe revisó los diferentes botones de la máquina e hizo algunos ajustes en la pantalla táctil, también se encargó de revisar manualmente las mangueras que transportaban la gran variedad de vitaminas que viajaban hacia el experimento.

El científico estaba convencido de que era una buena idea, era lo único más viable por el momento.

Todos los presentes se mantuvieron atentos a todo movimiento hasta que se escuchó una pequeña alarma

-Muy bien, enciendan la máquina de filtrado-ordenó el científico en jefe y sus colaboradores lo obedecieron.

La segunda máquina que activaron creó más ruido en el área, era algo parecido al sonido de una aspiradora que se escuchaba en la lejanía

-Empecemos la extracción-mencionó el científico en jefe mientras ajustaba otro par de números en la máquina hasta que la activó.

La mezcla entre la sangre y la sustancia verde del sujeto empezó a viajar por la manguera que tenía conectada por medio de su yugular. El interior de la manguera se tiño del color de la sangre junto a esa sustancia verdosa hasta que, en un punto, la sangre dejó de fluir en la manguera

-¿Qué pasa?-varios científicos empezaron a revisar la máquina y golpearon con sus dedos índices la manguera que estaba transportando la sangre

-Algo está deteniendo el flujo-anunció un ayudante y entonces, el científico recordó los grumos que había sentido momentos antes

-Rápido, consigan una manguera más gruesa-ordenó y varios científicos salieron corriendo del área para acatar su orden-Ustedes, ayúdenme a golpear la manguera para que los grumos pasen-hizo la demostración y después otros científicos se unieron a él.

Poco a poco, la sangre empezó avanzar, pero lentamente

-Continúen haciéndolo-el científico en jefe se acercó a la máquina que vigilaba los signos vitales del experimento y los encontró en orden. Al parecer no estaba siendo afectado por esa lentitud.

Cuando le consiguieron una manguera más gruesa, el científico realizó el cambio desde el catéter que el experimento tenía conectado en su yugular.

Los científicos se mantuvieron expectantes hasta que notaron que la sangre reanudó su camino en la nueva manguera sin ninguna complicación

-Limpien el suelo-ordenó porque mientras había realizado el cambio, una pequeña cantidad de sangre había caído en la camilla y en el suelo.

El científico se acercó a la máquina que estaba a punto de recibir la sangre y observó atentamente el procedimiento. La sangre llegó al filtro principal de la máquina y, como lo había pensado, la sangre no se separó de esa sustancia verde.

Al parecer, esa sustancia verde era más pesada que el plasma, por lo que a la máquina se le estaba dificultando notar la diferencia

-Muy bien, enciendan la última máquina-la tercera máquina se trataba de un filtro más potente. Único en su clase y la más grande adquisición de ese laboratorio.

Iba a intentarlo a pesar de que estaba consciente de las grandes consecuencias que había de por medio. Si funcionaba, pondría punto final a todos los futuros proyectos que involucraban al experimento.

Lo sabía, lo sabía.

Observó al joven en la camilla. Se veía en mal estado, su salud no era la mejor. Seguramente se encontraba muy agotado por todo lo que había pasado durante tantos años.

Por lo menos, iba a otorgarle unos días de descanso antes de que la muerte lo reclamara.

Observó el funcionamiento de la tercera máquina y sonrió al ver que la sustancia verde y la sangre de GH65 se estaban separando exitosamente.

Todo estaba a punto de terminar

-Agreguen más vitaminas-fue su última orden justo cuando un par de guardias ingresaron al lugar

-Manténgase informados y sincronizados-ordenaron y volvieron a salir del área

-¿Qué pasa?-preguntó una científica a uno de los guardias antes de que se alejara por completo

-Al parecer, seis personas se infiltraron, pueden estar vistiendo batas como las de ustedes o trajes como el de nosotros, la noticia es desde la zona 232 en el área de pruebas avanzadas-los científicos asintieron y los guardias se alejaron para continuar dando la noticia

-A pesar de que estamos relacionados con ese laboratorio, la zona se encuentra lejos de nosotros ¿Por qué estarán tomando medidas en este lugar?-preguntó la científica al resto

-Puede que ese personal no autorizado tenga en mente ingresar a otros laboratorios que estén conectados a ese, mantengámonos en comunicación constante-mencionó otra científica que se había mantenido controlando la máquina que continuaba suministrando vitaminas al experimento.

Con las nuevas indicaciones en mente, los científicos continuaron con su labor.

 

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Narra James

Suspiré

Tal y como se lo había prometido a Sean esa noche, lo estaba acompañando a la zona 232, exactamente en la parte de pruebas avanzadas para llevar a cabo una revisión a profundidad.

Maxim y Heinz la habían revisado desde un inicio de todo esto porque Sean estaba seguro de que esa zona era importante, pero me mencionaron, sin que Sean se enterara, que no habían ingresado por completo ya que la zona estaba muy bien vigilada por una gran cantidad de guardias y cámaras de seguridad, aparte de que los sensores de movimientos eran ultra sensibles.

Ellos me platicaron que se acercaron tan solo un poco a la zona y las alarmas de seguridad empezaron a resonar por toda el área; también me informaron que después de que pasó cierto tiempo, ellos regresaron para únicamente colocar un dispositivo que les iba a permitir obtener información.

Lo consiguieron, pero fue algo muy arriesgado.

Prácticamente Maxim, Heinz y Sean habían actuado por cuenta propia desde hace bastante tiempo en esa zona y nadie se enteró de nada hasta ese momento. Lo habían mantenido en secreto para poder idear diversos planes con muchas probabilidades de obtener buenos resultados.

Me preocupaba, por supuesto que la situación se veía y era muy complicada, pero al parecer, existía otra mínima posibilidad de que Daniel se encontrara en ese lugar y estaba seguro de que el resto no iba a importarle a Sean. No iba a escucharme si le decía que “Era una idea muy peligrosa”

-¿Y tienen algún plan?-me detuve para tomar aire. A esa altura de las montañas se me empezaba a dificultar respirar adecuadamente

-Claro, lo haremos a la antigua-Heinz se detuvo y volteó a verme, pero Maxim y Sean continuaron con el camino que, según ellos y su investigación, era de los mejores caminos para llegar a la primera caseta de seguridad. A pesar de que esos tres llevaban mochilas que se veían más pesadas que la mía, no parecía afectarles en nada.

Mi condición física no era la mejor y mucho menos en una zona como esa

-¿A qué te refieres?-nuevamente respiré con dificultad

-Vamos a infiltrarnos-Heinz sonrió-Es algo muy arriesgado, pero veremos hasta donde podemos llegar-

-¿Antes de que pase qué?-Heinz elevó ambos hombros

-Ya sabes, que nos atrapen-sonrió y estuve completamente seguro de que estaba rodeado de locos.

A ellos les encantaba el riesgo y las situaciones que parecían moverse en nuestra contra, pero no podía dar reversa, habíamos viajado durante horas hasta ese punto y el esfuerzo no podía ser en vano

-De acuerdo, estamos a 100 metros de la primera caseta de seguridad, colóquense los trajes-observé a Maxim

-¿Qué trajes?-y él me sonrió. Al parecer, la situación y el que yo no estuviera al tanto de todo, les parecía gracioso. A mí no me lo parecía en lo absoluto

-De guardias, Heinz los consiguió-me respondió mientras me lanzaba el traje negro que yo iba a utilizar-Son los que nos van a permitir ingresar a la zona-empezó a desnudarse frente a mí-Será mejor que empieces a hacerlo y dejes de observarme-sonrió.

Maldito el momento en que hice la promesa a Sean, pero…

Lo observé y lo encontré totalmente concentrado en colocarse el traje. Gracias a esa promesa había conseguido que descansara y de que se alimentara adecuadamente.

Ahora se veía con más fuerzas.

Empecé a quitarme la ropa y la sustituí por el traje negro. Al parecer, era de algún comando armado ¿Cómo los había conseguido Heinz?

Cuando los cuatro terminamos de vestirnos con los trajes, Sean sacó más cosas de la mochila que portaba y empezó a armar diversas piezas para al final, obtener armas largas.

Lo había hecho como si de un rompecabezas se tratara

-Tómala, no pesa y tampoco tiene balas-Sean me la entregó y fue toda una experiencia tener esa arma entre mis manos.

Nunca había necesitado de una porque mis poderes, en sí ya lo eran

-Colócate esto en el oído derecho-también me entregó una pequeña bola negra que se ajustó a la perfección en el interior de mi oído-Así nos mantendremos en comunicación-

-Muy bien ¿Listos?- Maxim se acercó a nosotros

-¿Para qué?-y otra vez, yo no sabía nada de lo que se avecinaba. Maxim sonrió

-James, eres muy listo y todo, pero justo ahora, me das ternura-se carcajeó

-No me explicaron nada-

-Así es mejor, tu actuación va a ser más creíble-

-No te sientas mal, yo tampoco sé todo el plan que Maxim y Sean tienen, creen que se los voy a echar a perder porque soy malo en la actuación-Heinz se colocó a mi lado

-Aún lo creemos-le respondió Sean-James-me llamó y dejé de prestar atención a la falsa expresión de tristeza que Heinz hizo-Tú vas a ir con Maxim-mencionó y de inmediato observé a Maxim.

Él me sonrió con burla en todo su rostro. Suspiré

-Tranquilo, soy buen compañero-Maxim colocó un brazo sobre mis hombros-Yo no soy tan exigente como Sean en los momentos importantes-me apretó entre su abrazo y nuevamente suspiré.

¿En qué me había metido?

-Toma, es tu identificación falsa-Sean me entregó algo que me recordó a una credencial, pero ligeramente más pequeña; en ella se encontraba mi foto, pero el resto de los datos eran totalmente falsos.

Yo no me llamaba Tristan Fisher y tampoco era guardia del sector 7.

Un momento.

Pensé un poco más y comprendí la situación que estábamos a punto de crear.

No podía ser posible

-¿Qué? ¿Ya entendiste el plan?-Maxim por fin retiró su brazo de mis hombros

-Es arriesgado, se van a dar cuenta-

 -Claro que no, ahora estamos registrados en el sistema, Sean se encargó de eso-Heinz me respondió-Ya somos parte de ese laboratorio-me aseguró y observé a Sean.

Él contaba con muchas cartas bajo la manga.

Era increíble, pero demasiado peligroso al mismo tiempo

-Guarden su ropa en las mochilas-informó Sean y, después, su orden me asustó-¡Corran!-él empezó a correr junto a Maxim y Heinz. Yo reaccioné después.

Empezamos a correr entre las rocas filosas y árboles abundantes de esa montaña, no entendía por qué estábamos corriendo, pero suponía que era parte del plan.

Corrimos bastante hasta que, a lo lejos, divisé una caseta de seguridad

¡¿Pensaban entrar por el frente?!

Observé a los tres que iban delante de mí.

Sean iba gritando órdenes por el radio que llevaba en su mano derecha mientras que en la izquierda sostenía su arma larga falsa, Maxim también iba hablando por medio de otro radio y Heinz se veía casi igual de confundido que yo.

Los cuatro llegamos frente a la caseta y 2 guardias salieron en nuestro encuentro

-¿Qué sucede?-preguntó un guardia del laboratorio y me percaté de que llevábamos puesto el mismo uniforme

-Estábamos monitoreando el área y recibimos una notificación de que hay 6 infiltrados en el laboratorio, al parecer ingresaron por el acceso Noreste-

-No hemos recibido una notificación de ese tipo-me tensé, el guardia no estaba creyéndonos

-Mi identificación, estoy a cargo del área 15, debemos detener a los infiltrados en la segunda caseta-Sean nuevamente me sorprendió. Actuaba como si de verdad le interesara la situación.

El mismo guardia tomó la identificación falsa de Sean y la pasó por un equipo de seguridad, se me hizo eterna la espera, pero el acceso fue concedido

-Disculpa camarada, adelante-nos dio acceso y cada uno de nosotros presentamos nuestra tarjeta en la máquina.

Y sorpresivamente, los 4 conseguimos el acceso al laboratorio

-Bien equipo, ustedes dos vigilen la zona D, nosotros iremos a la U-otras nuevas órdenes de Sean y me perdí por un instante ¿Hacia dónde tenía que moverme?

-Andando-Maxim golpeó levemente mi hombro y lo seguí hacia donde debíamos de dirigirnos.

Solamente sabía que él era mi equipo.

Ambos trotamos hacia otra caseta y, el acceso fue mucho más fácil. Al parecer, los guardias de la caseta uno, ya habían dado aviso.

Maxim y yo ingresamos a la zona D y, una vez lejos de miradas, calmamos nuestras respiraciones, pero continuamos caminando por los pasillos

-¿Entonces? ¿Exactamente a dónde nos estamos dirigiendo?-pregunté

-¿Es la primera vez que vas a una misión con Sean?-me preguntó

-Así de peligrosa, sí-Maxim iba delante de mí, guiándome

-Entonces será mejor que nos apresuremos, él ya debe de estar obteniendo más información, empezaremos a revisar el resto de las áreas-

Y nuevamente, empezamos a correr. Sabía que no estábamos buscando a 6 infiltrados, pero no podíamos salirnos del papel porque nos encontramos con muchos otros científicos y guardias en el camino.

Estábamos sacando provecho del caos de la situación.

Maxim y yo recorrimos muchas áreas y en ninguna encontramos a Daniel. Al parecer, tampoco estaba en ese laboratorio

-No hay nada, vámonos-escuché la voz de Sean en mi oído derecho y acaté el resto de órdenes que Maxim me dio para que saliéramos del laboratorio.

Toda la situación fue tensa, por supuesto. Llena de adrenalina y mucho peligro.

Esperábamos alguna noticia positiva, pero no sucedió nada.

Dany tampoco se encontraba en ese laboratorio.

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En los laboratorios (Sin Narrador)

El comandante ingresó a la zona de pruebas y los científicos lo observaron con asombro

¿Qué es lo que estaba haciendo ahí?

-¿En dónde está?-el comandante ignoró las miradas que le dieron

-Comandante-un científico corrió hacia él-¿Qué hace usted aquí? Debe de pasar por la zona de desinfección y portar un traje especial como todos…-

-¡¿En dónde está mi experimento?!-

-En el área de observación, están realizándole una filtración-explicó el científico que estaba a cargo de esa área y del experimento que en esos momentos estaban examinando.

El comandante dio media vuelta y, más molesto que nada, se dirigió al área de observación.

Había esperado bastante tiempo para obtener la respuesta positiva que buscaba de su experimento y esos malditos no tenían noticias que darle.

Ignoró a todos los científicos que se le acercaron para intentar hablar con él, pero el comandante los ignoró y se enfocó en su destino.

No iba a perdonar los errores.

Entró abruptamente al área de observación y grabó en su memoria los rostros de esos 15 científicos que lo observaban en silencio. Él dejó de prestarles atención porque se percató de que su experimento estaba postrado en una camilla.

Inmóvil y con mal aspecto.

También en su campo de visión entraron las 3 máquinas enormes que rodeaban al experimento

-¿Qué está pasando aquí?-sus manos se hicieron puños al exigir una respuesta-Ya pasó más de un día y no he recibido ningún informe ¡¿Qué carajos está pasando aquí?!-estalló y todos los científicos presentes sintieron miedo, menos uno

-Señor, si me permite explicarle la situación…-el científico en jefe se alejó de la máquina número tres y suspiró con alivio al saber que la separación de la sangre y esa sustancia verde estaban completas.

Habían pasado 18 horas de todo el procedimiento, sus cálculos anteriores habían sido erróneos

-Escucho-el comandante se cruzó de brazos y el científico en jefe suspiró.

No tenía nada que perder, estaba harto de esa “vida” que llevaba; siempre lastimando a personas tan jóvenes y viviendo entre la ambición. Eso había dejado de ser ciencia para él.

Se había alejado de sus principios.

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-¡Lo echaste a perder!-el comandante enfureció al terminar de escuchar la explicación del científico en jefe

-Señor, fue algo complicado-intentó hacerlo entrar en razón

-¡Llévenselo! ¡Apártenlo de mí vista o lo mato aquí mismo!-el comandante ordenó y el científico en jefe fue sacado de la sala de observación por 4 guardias que seguían al comandante a todas partes-¡Este maldito experimento!-el comandante observó al experimento que continuaba inconsciente.

La rabia se desbordaba por todos sus poros. No podía creer que toda esa inversión se había ido a la basura

¡Ese experimento merecía ir a la basura como toda su inversión!

¡Era una despreciable basura! ¡Un maldito inútil hijo de perra!

Era una mierda que merecía algo más que una muerte rápida, fácil y sencilla.

Merecía más que solo eso.

El comandante se aproximó al experimento y lo golpeó con el puño cerrado en el párpado derecho.

Lo golpeó otro poco más y nadie interfirió.

El comandante se detuvo cuando el rostro del experimento quedó irreconocible por los golpes que le había proporcionado.

Y entre toda su rabia, recordó un lugar del que le habían platicado hace poco

-Escúchenme, no terminen con él-ordenó-Quiero que lo lleven a la zona cero y consigan que se cague encima ¡Quiero que él les suplique querer estar muerto!-ese desgraciado inútil no merecía ni siquiera tener el honor de una muerte rápida.

Él iba a sufrir hasta el último día de su inútil vida.

El comandante salió hecho una furia del área de observación y fue directamente hacia su oficina

-Hijo de puta, vas a pudrirte como lo que realmente eres-tomó asiento atrás de su escritorio y sacó de su cajón derecho los papeles que contenían toda la información referente al experimento. Los tenía preparados porque planeaba enviarlos a personas importantes, pero ahora, todo estaba perdido.

Tomó un sello que jamás pensó en utilizaron con ese experimento y, lleno de rabia y frenesí, empezó a marcar todas las hojas con ese sello.

Ese maldito experimento se iba a arrepentir por haberlo hecho perder millones.

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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