MUDANZA
Ocho años después de ese negro episodio en la vida de los Uchiha-Namikaze la vida seguía para todos. Sasuke era más agrio y malvado que antes, sus hijos eran iguales. Resentidos, sufridos, llenos de odio hacia aquel que les había dado la vida. El doncel que los había llevado en su vientre había intentado acercarse a ellos varias veces, pero solo había recibido rechazos y desprecios. Cansado había dejado de insistir desde hacia seis años. El Uchiha se había casado nuevamente, no con Karin ni Sakura como ellas esperaban, si no con Subaku no Gaara, un doncel, mejor amigo de su ex esposo y ex prometido de su primo. ¿Por qué se había casado con el? Simple, venganza. Se entero que Sai había sido uno de los amantes del rubio, y le quito a su pareja. No lo quería, pero debía reconocer que era bueno en la cama y excelente con sus insufribles hijos, así que lo soportaba.
Su hermano Itachi había abandonado a su cuñado. Ambos lo habían acusado de ser otro de los amantes del rubio menor al ver que lo defendía con tanto afano. El Uchiha no respondió nada, pero un día se marcho sin avisar y no regreso. Más que unas llamadas a sus hijos para sus cumpleaños la familia no sabia nada más de él.
Todos pretendían que nada había pasado, que Namikaze Naruto jamás había sido parte de sus vidas.
La vida en la capital del país estaba viciada y el hijo mayor de Sasuke ya había sido expulsado de todos los colegios de la zona por su mala conducta. Inclusive estuvo a punto de ir a parar a un correccional de menores, por lo que el Uchiha decidió tomar decisiones drásticas. Una mudanza. Una pequeña ciudad que estaba en auge de expansión. Había comenzado como un pequeño pueblo y con los avances tecnológicos y sus grandes personalidades era una de las mejores zonas residenciales de Japón. Le costó mucho a Sasuke conseguir una casa para su familia, otra para sus padres, sus ex suegros y su ex cuñado. Todos querían huir de la contaminación de Tokio y de los malos recuerdos que allí habitaban. Se mudaron a un barrio privado aun en construcción y Sasuke consiguió que sus hijos asistieran al mejor colegio del país, tuvo que pagar mucho, firmar un código de honor, y hacer una gran donación para que con los antecedentes de Akira lo admitieran. Sus sobrinos también asistirían allí, una niña y un niño. Hijos de su hermano con el hermano de su ex esposo.
Llegaron un par de semanas antes del inicio de las clases para instalarse y conocer los alrededores. A pesar de ser una ciudad en crecimiento todos los Uchiha notaron que la vida era cálida por esos lugares y que sus pretenciosas personalidades no encajarían perfectamente.
El día de clases llego y los adolescentes partieron rumbo a su nuevo calvario. Akira de 19 que aun no había acabado la escuela por sus constantes expulsiones, pero estaba en último año de preparatoria. Sora de 17 que estaba también en último año, él no era problemático pero no gustaba mucho de estudiar. Yuki de 15 era el más responsable y aplicado aunque totalmente antisocial, no hablaba con nadie salvo que fuera absolutamente necesario y por ultimo la pequeña Rin, una hermosa niña de 13 años, rubia de piel dorada y ojos negros. Muy risueña y divertida pero que se veía totalmente limitada por sus hermanos y su padre que le reprochaban cualquier intento de socialización o de sobresalir, ni siquiera la dejaban vestir como niña, pues temían que se volviera como su papi, una furcia. Se fueron con sus primos, Ayame de 16 años y Shiushi de 13, los hijos menores de Itachi y Deidara, la mayor, Hana ya iba a la universidad pues tenia 20 años.
- Veamos que tal es esto – murmuro Akira harto, odiaba los colegios no quería ir y no entendía por que su padre lo obligaba. El lugar era enorme, y muy hermoso y funcional. En la entrada algunos docentes les indicaban donde dirigirse para el acto de bienvenida. Fueron al gran auditorio y se ubicaron. El director del establecimiento les dio un discurso e indico a los nuevos estudiantes donde estaban los salones de su respectivo año.
Akira y Sora fueron a los de último año y se ubicaron al fondo cerca de la ventana. El sensei llego y las clases comenzaron con las típicas presentaciones y aclaraciones sobre como iría el curso. En la tercera hora ambos varones notaron que el salón se revolucionaba, la mayoría de sus compañeros del mismo sexo pedía permiso a quienes ocupan los primeros bancos para que los dejaran allí por las próximas dos horas. Los Uchiha no entendían nada.
- ¿Qué sucede? – pregunto Sora a una compañera que se había cambiado, la muchacha sonriente los miro.
- Nuevos ¿verdad? – Los dos asintieron – si se fijan en sus horarios ahora nos toca literatura – ambos chicos miraron que era verdad – cuando vean al sensei entenderán por qué todos esos babosos reaccionan así.
- ¿Les gusta el sensei? – pregunto Akira con media sonrisa, si era bonito iría tras el, nadie se resistía a sus encantos y ya habían caído varios profesores en sus redes.
- Están locos por el – hablo otra chica sonriendo también – es increíble ver como los mas vagos del salón tienen las mejores notas en esta materia, lo que hace una cara bonita – suspiro.
- Una cara bonita y un cuerpo de infarto – hablo un doncel que estaba cerca – el sensei es la representación de la perfección, tanto física como humana, pero ya verán – la puerta se abrió y el silencio inundo el lugar. Los dos hermanos observaron idiotizados al doncel que estaba al frente de la clase. Hermoso era poco para describirlo, rubio, ojos azules y como había dicho su compañero de figura infernal. Pero ellos no estaban encantados como hombres por aquel ser, ellos lo conocían ¿y como no hacerlo si tenían frente a sus ojos a su oto chan?
- Muy buenos días mis queridos alumnos – saludo con una hermosa sonrisa – mi nombre es Uzumaki Naruto y seré su sensei de literatura este año, espero que lleguen amar mi materia tanto como lo hago yo dattebayo – ya no tenían dudas, esa muletilla era prueba infalible – bien veo que hay rostros nuevos por aquí así que nos vamos a presentar de a uno ¿si? Así todos nos conocemos – miro al primer muchacho de la fila de adelante – Milo chan ¿Qué tal tus vacaciones?
- Muy bien sensei, fui a Venecia con mi familia e hice un tour para conocer algunos de los lugares que se mencionan en los libros que leímos el año pasado, fue increíble, le traje regalos – hablo el menor poniéndose de pie con una sonrisa boba pintada en el rostro.
- Que bien por ti, Venecia es una ciudad hermosa – le sonrió haciendo que toda la clase suspirara – ahora quiero que te presentes y digas algo de ti a la clase por favor – el chico asintió y se giro hacia sus compañeros.
- Mi nombre es Abrume Milo, soy de cáncer, me gusta la música y leer novelas de suspenso, el ultimo que leí se llama El psicoanalista – le sonrió a su sensei.
- Muchas gracias dattebayo, sigamos por aquí Hiro chan – el aludido asintió con una sonrisa e inicio su presentación. Y así siguieron todos, y cada uno mencionaba lo que le gustaba leer y cual había sido su último libro o cual era el favorito. Llegando a los dos últimos alumnos, el rubio los miraba con una sonrisa esperando que hicieran lo propio, al igual que todo el salón. Akira de mala gana se puso de pie.
- Uchiha Akira, no me gusta leer nada y no recuerdo cual fue el último libro que leí – mintió, porque lo recordaba perfectamente, había sido El principito y lo había leído con la persona que fingía no conocerlo.
- Uchiha Sora y lo mismo que el – dijo el menor menos altivo, pero sin quitar el gesto de asco del rostro.
- No se preocupen dattebayo en mi clase todos aprenden a amar los libros, ¿verdad mis pequeños? – la clase entera afirmo eufóricos, mujeres, varones y donceles por igual estaban idiotizados por el rubio. La clase siguió, hablando de que libros tratarían ese año y lo que habían leído en el verano, algunos estudiantes que gustaban compartir su opinión. Debates se sucedían y todos interactuaban, bueno casi todos, porque los dos Uchiha apenas si respiraban. El timbre que daba inicio al receso sonó y todos resoplaron molestos, no querían que la clase acabara – muy bien clase nos vemos el miércoles, no olviden leer los dos primeros capítulos de la novela – señalo la pizarra donde aparecía el nombre del texto. Agarro sus cosas y se retiro sonriente. Los Uchiha se miraron, escuchaban a sus compañeros hablar de lo “perfecto” que era el sensei y de lo mucho que les gustaría ser mayores para poder enamorarlo. Akira estaba furioso.
- ¿Para que quieren enamorarlo? – Pregunto de mala manera, todos lo miraron – es una zorra por un poco de dinero seguro se abre de piernas – el silencio solo se vio roto por el sonido del golpe impactado sobre su mejilla, un pelirrojo de grandes dimensiones le había roto el labio.
- Límpiate la boca antes de hablar del sensei – aclaro con rabia.
- Eres un idiota defendiendo a una furcia como esa – ya no fue el pelirrojo el que lo golpeo, mas de diez alumnos se lanzaron contra el. Sora no tuvo más opción que ayudarlo. De los golpes acabaron en el pasillo. Yuki y Shiushi al ver lo que pasaba se unieron a sus primos. Akira seguía gritando que el sensei era una puta y muchas cosas más y los alumnos los golpeaban con más fuerza.
- ¡BASTA! – el grito retumbo en todo el lugar y la pelea acabo – el primer día y en peleas ¿Qué demonios les sucede? – era el director, un imponente hombre.
- Director estos infelices están insultando al sensei Uzumaki – hablo Milo apuntando a los Uchiha, el director miro a los aludidos.
- ¿Por qué harían algo así? – cuestiono a los nuevos.
- Porque es la verdad, es una zorra – escupió con odio Akira y vio como Milo y otros mas se le iban a lanzar de nuevo encima.
- Milo basta – dijo el hombre – vayan a clases y ustedes vengan conmigo – indico a los Uchiha – voy a llamar a sus padres – los adolescentes no dijeron nada pero siguieron a al mayor a la dirección. El hombre hizo las llamadas y media hora mas tarde, Uchiha Sasuke y Uchiha Deidara llegaban al lugar.
- Buenos días – saludo el rubio mirando desaprobatoriamente a su hijo - ¿Qué ha sucedido?
- Tome asiento señor Uchiha – indico el serio hombre. Sasuke ingreso en silencio y se ubico junto al rubio – sus hijos han peleado el primer día de clases – informo – y eso no es tolerable.
- Seguro habrá una buena razón para ello, mi hijo no es un pendenciero – dijo el rubio.
- Mas de diez chicos estaban golpeando a Sora y Akira – dijo Shiushi – yo los tenía que ayudar.
- Yo igual – dijo Yuki.
- ¿Ve? – Dijo mas aliviado el doncel – solo estaban defendiéndose.
- Así es – hablo Akira – esos idiotas nos atacaron y los castigados somos nosotros – miro a su padre – todo por culpa de esa zorra – Sasuke miro a su hijo a los ojos, solo había una persona que Akira llamaba así - es el sensei de literatura – el Uchiha mayor abrió los ojos como platos y se puso de pie.
- ¿Cómo pueden tener enseñando a esa escoria en una institución tan prestigiosa? – Pregunto furioso – exijo que lo despidan – el director sonrió de medio lado.
- No tengo motivo alguno para hacerlo.
- Es una persona inmoral, una puta cualquiera, si los demás padres lo saben – amenazo.
- Ya veo de donde sacaron sus hijos tan encantadora personalidad – ironizo el mayor – Naruto sensei ha sido galardonado por cuatro años consecutivos como el mejor profesor de la ciudad, sus estudiantes han ganado concursos literarios de todo tipo y como si fuera poco la ciudad le ha otorgado la llave por ser un ciudadano modelo, la verdad no entiendo porque habla así de él, no quiero saber sus motivos, porque conozco a mi empleado y pongo las manos en el fuego por el. Así que voy a pedirle a usted y a sus hijos que se guarden esos comentarios para cuando estén en casa porque si vuelvo a escucharlos los expulsare ¿he sido claro?
- Seguro también te lo follas ¿verdad? – Sasuke ardía de la rabia. El director apretó los puños, ese bastardo estaba jugando con fuego.
- Ni siquiera voy a responderle – dijo harto – ya saben lo que pasara si vuelven a referirse al sensei de mala manera, ahora largo, me hartaron – les indico la puerta.
- Esto no se quedara así, voy a quejarme y a lograr que lo echen como la basura que es – amenazo el Uchiha y salió del lugar, solo para encontrarse a alguien que hacia mucho no veía. Su hermano mayor, conversando animadamente con su hija y la hija de él.
- Itachi – murmuro Deidara impresionado.
- Buenos días – dijo el varón educadamente, pero frio – nos vemos pronto pequeñas, prometo visitarlas ahora que vivimos cerca – inicio el camino hacia la dirección.
- ¿Lo viniste siguiendo? – pregunto Sasuke, pero Itachi no le respondió, ni siquiera volteo a verlo, no pensaba gastar aliento en su estúpido hermano menor.