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~Raindrop~ por Louis_Bouquet

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Notas del fanfic:

Bueno, este ya lo tengo desde hace un par de meses atrás; y aunque lo pensé como un One-shot, la verdad es que XD me emocioné y lo seguí. Subiré solo una parte, haber si les gusta, aclaro, que, todavía no lo tengo terminado, asi que bueno... me estoy arriesgando (?) por que me conozco.

Pero... quizás necesito que alguien me presione para terminarlo.

Perdonen si por allí se van faltitas o dedazos u-u

- “Yah! Ven aquí, espérame!” - la menor de las chicas que corrian a través de aquel camino tapizado por hojas secas y cercado por árboles inmesos con hojas de tonalidad maple, intentaba con todas sus fuerzas, alcanzar a la chica que ya llevaba un buen par de metros de distancia; iba montada en una bicicleta y se acababa de detener, solo para girarse y mirar con una sonrisa juguetona a la chica de la larga melena castaña.

- “Tú no quisiste subir, Jiyeon-ah, asi que vamos, mueve esas piernas más rápido” - Le dijo la pelicorta con una de sus lindas sonrisas llenas de amabilidad. La menor formo un puchero y le miro de mala manera, deteniendose al momento. No era que no quisiera subir a la bicicleta con Eunjung, era solo que se le hacia rematadamente cursi solo imaginarse como se verían. Pero no pensaba seguir corriendo detrás de la chica.

Desvió la mirada, cruzándose de brazos, murmurando- “Vale, regresa, subiré.” - Solo podía escuchar el ruido que hacian la cadena y las llantas de la bicicleta al aplastar las hojas. Pronto una mano se coloco sobre su hombro - “Sube, solo sujetate bien, prometo no ir muy rapido” - le aseguro aquella chica que siempre parecia estar alegre. Jiyeon obedeció, colocandose sobre el portabultos, rodeando la cintura de la otra chica con suavidad. Reiniciaron pues aquel paseo, pero el silencio suave que existia entre las dos, estaba inquietando a la menor. Algo pasaba. Y no solo era que el dia era hermoso, con un cielo pintado de un intenso azul, donde las nubes parecian verdadero algodón; donde el viento mecia suavemente sus cabellos. Sentia una especie de nudo en su garganta, mientra apoyaba su cabeza en la cálida espalda de la mayor. Se limito a intensificar el agarre, cosa que no paso desapercibida para la chica que pedaleaba con algo de esfuerzo, por lo que apretó sus manos un momento y sin decir más, comenzó a tarear una melodía que hacia días sonaba en todos lados. Era de ritmo fresco y amigable. Jiyeon no pudo menos que sonreir, asi era su Eunjung, llenando de pequeños detalles espacios donde las palabras a veces no funcionan.

Más tarde, dejaban la bicicleta detrás de unos arbustos, y comenzaban a caminar por aquel solitario paraje, tomadas de la mano. Al llegar hasta una parte en la que tenian el mar extendiéndose por todo lo ancho, ese mar que les mandaba su fragancia salada, mientras se sentaban a ver como el sol comenzaba a tomar ese tono miel, ese tono que indicaba que pronto se iría para dejar salir a la Luna y su luz color plata. Eunjung paso un brazo por los hombros de su chica, quien, cariñosamente, apoyo su cabeza sobre el hombro ajeno. No habia nada mas que el rugido de las olas al romper varios metros más abajo y el rumor de las hojas mecidas por la brisa. Y el repiqueteo de dos corazones ansiosos. Su novia tenía mala memoria, Jiyeon lo sabía perfectamente; aún asi, era de las cosas que más amaba de ella. ¿Sería que esta vez, no había olvidado su aniversario? ¿Prepararía aquella curiosa cita, sorprendiéndola con alguna “cena” improvisada? Es posible que Jungie se hubiera limitado a traer algunos bocadillos o golosinas en su mochila. Jiyeon se había sorprendido bastante cuando su chica llegara a su escuela, sonsacándola de faltar a las ultimas dos horas. Pero vamos ¿Como resistirse a los pucheros de Ham Eunjung? 

- “Jiyeon-ah...” - susurró la joven Ham, Jiyeon apenas se movió, haciendole saber, que si bien no le miraba, estaba al pendiente de cada palabra. La mayor, tomó aire, y la mano que apoyaba sobre una de sus piernas, se transformó en un puño. Fue allí, cuando Park comenzó a preocuparse.- “Yo... no sé como... decirte esto. La verdad es que he pasado los últimos días pensando una manera apropiada...”

- “Eunjung... no me asustes” - le cortó la menor, con la voz ligeramente quebradiza, separándose del cuerpo de Ham, para poder mirarle de frente, con los ojos fijos en el rostro contrario, que sorprendentemente, le sostenía la mirada, aunque se le veía que estaba costándole bastante. La menor entonces, buscó la mano que Eunjung apretaba y la sostuvo entre sus dos manos, aferrándole de manera intensa - “¿Que sucede? Vamos... sabes que podemos decirnos cualquier cosa....”

Ham suspiro, y le dedico una media sonrisa dulce, pero al mismo tiempo triste. Su mano libre se movió entonces, para acariciar con ternura la mejilla de la pequeña Dino. - “No sabes cuanto te amo, Park Jiyeon. Eres aquello que hace que mis días sean tan cálidos y brillantes, lo que hace a mi corazón cantar de gozo. Eres el motivo por el que respiro. Jiyeon... nunca dudes de mi... No es algo que yo no quisiera. No es algo que no estuviera esperando. Y es algo que me resulta inevitable. Esas cosas que por más que intentes evadirlas, retrasarlas... simplemente, llegan a ti. Hay oportunidades, que por más que te pese aceptarlas, debes aprovecharlas, por que sabes, que por más díficil que sea, es lo que... deseaste”

- “Jungie... ¿quieres dejarme?” - volvió a cortarle la menor, mientras de sus ojos comenzaban a salir gruesas lágrimas que anegaban su mirada, volviéndola borrosa. Ham luchaba por no comenzar a llorar, pero la expresión de su rostro, le traicionaba por completo. Habia que ser un verdadero tonto, para no poder notar, que aquello le estaba doliendo a ambas. El corazón de las dos jóvenes, estaba siendo desgarrado de manera lenta. Ham asintió, incapaz de pronunciar nada en ese momento, en el cual, Jiyeon no lo soportó más y rompió a llorar, los brazos de la mayor pronto le rodearon. Estaba en shock como para apartarle o decirle algo más, simplemente, se dejo hacer, enterrando su rostro en el pecho de Eunjung, quien le estrechaba con fuerza.

- “Jiyeon... perdóname...” - su voz era tan frágil como lo es un copo de nieve en medio de una tormenta.- “Debo irme... fuera del pais... Se ha presentado una oportunidad realmente importante para mí... que no puedo dejar ir. Sé que es posible que... Sé que lo comprendes... Yo... Jiyeon, te amo cada día más... y por ello, no puedo retenerte. No quiero verte nunca infeliz. No quiero que padezcas de soledad mientras no estoy a tu lado. Quiero... que puedas sonreir siempre. Aún si no es conmigo... Yo... Yo solo quiero protegerte. Siempre lo he querido. Y es por esto, que... tomé esta decisión... Pero, a pesar de la distancia que nos separará, ten por seguro, que siempre miraré al cielo, en búsqueda de una estrella que pueda concederme un deseo. El único que mi corazón tiene, y ese, Jiyeon, es que tú siempre seas feliz.”

La menor, entonces, se separó de aquel contacto. Miró a la chica, que igual estaba destrozada, delante de ella. Tomo sus mejillas y con torpeza, intentó limpiar las lágrimas que surcaban aquellas mejillas – “Eunjung, yo no puedo... Yo... no importa donde vayas, ni cuanto tardes en volver. Yo te esperaré, y no pienses que es egoista de tu parte pedirme esto. Quizás, sea yo, por que también te estaría atando... pero... de verdad, estoy dispuesta a esperarte el tiempo que sea necesario. Te amo. Me amas. Y las personas que se aman con toda su alma como tu y yo, están destinadas a estar juntas sin importar qué. No digas que me terminas. Nuestro amor, esa llama de nuestros corazones, no puede extinguirse tan fácilmente, y eso lo sabes perfectamente. A veces, tenemos que hacer sacrificios en esta vida, y sabes? Creo que si es por el ser que amas, vale la pena.”

- “Jiyeon...” -el nombre de la menor se escapo de los labios de Ham, que no atinó a nada más que mirarle con ligera sorpresa. Al final, ella misma, limpió sus lágrimas con el dorso de su mano, y tomando la mejilla y una de las manos de Park, asintió lentamente. No podía rebatir las palabras de la joven.

- “Si asi lo quieres, mi princesa, así será. Mi corazón estará cerrado, solo tú tienes la llave, por que te pertenece. Te esperaré. Intentaré mantenerme en contacto. No quiero abrumarte. Tal vez sea más díficil ver cartas con tu letra, o escuchar tu voz a no hacerlo. No quiero que tu sufras. Sólo eso... Jiyeon, espera por mi. Y yo lo haré por ti... es una promesa...”

La menor asintió - “Si Jungie, no te preocupes por mí... Yo estaré bien.” -le dijo, mientras en su rostro se intentaba formar una sonrisa sincera.

- “Esto, no es un adiós, Jiyeon-ah, es un hasta pronto.” - y con un silencioso beso, sellaron aquel pacto.

 

Notas finales:

Bueno, allí esta. En serio no pensaba dividirlo como un fic largo, pero creo que era necesario.

Gracias por leer.


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