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Todo esta bien. por Zoe_DBoris

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Notas del fanfic:

Una idea un tanto al flote e insistente en brotar.

Notas del capitulo:

Me he autoretado a esto, [-3-] después de terminar tan encantada con todos los actores de El Hobbit, principalmente Martin Freeman. [Lo amo, lo amo desde siempre.]    Bien, ubiquémonos: Es un Martin Freemanx Richard Armitage

Ok; pues ya. Uso a los actores fuera de su total aprobación, creo; pero sin nada muy perverso en la mente. Naah, nunca lo sabrán de todos modos. =D        ¡Poder Slash, yeah!   [Sí, aya deberia ir... Mmmm...]

Martin estaba bien. Realmente le había dado pánico las primeras semanas y ni hablar del primer día, pero bien lo había superado... O eso creía pensar.

Paso el mes y ya estaba muy bien acoplado a tal proyecto que era “El Hobbit“, emocionado y entablando numerosas relaciones con gente nueva y tan imponentes, como Ian McKellen, Cate Blanchett o Hugo Weaving; y el mismísimo Peter Jackson; pero de todos, el único con quien pese a lo mucho laborado juntos, a quien no parecía agradarle ni un poco era a Richard Armitage.

 

Martin era el no muy típico actor cuya persona era verdaderamente simple.

Se consideraba tranquilo, sincero y hasta tímido a veces; incluso algunos muy cercanos amigos y compañeros lo catalogaban como torpe, lindamente hablando decían.

Oh, su deber era caerles bien a todos, e inconscientemente lo lograba. Su estatura también tenia que ver, pero no le molestaba cuando se lo hacían saber de buena manera.

A veces Martin ni sabia de todo su poder por ser simplemente el.

Todo estaba bien... no, no lo estaba. Porque ahí estaba Armitage ensayando con el buen Ken Stott y McTavish; y ensayar con el era cero errores.

 

Desde que fue presentado como quien encarnaría al pequeño y famoso hobbit Bilbo Bolsón, sitio su ser empequeñecerse ante una mirada de aquel actor.

-El hobbit.- había dicho mientras estrechaban manos por primera vez, mirándolo de pies a cabeza y claramente relacionando la palabra con su estatura, frente a el, mas baja de lo que Martin normalmente estaba acostumbrado. -Bien.- esbozo una sonrisa ladina.

Y Martin sonrió. No recordaba bien porque; quizá por cortesía, quizá por costumbre, o porque también le había hecho gracia la relación de “Hobbit“ con su altura; no recordaba ni la manera en que lo había hecho, pero si recuerda haber sonreído solo un instante antes de que Peter lo halara y le continuara presentando.

Comenzó así, un Martin nervioso y un Armitage empeorando sus primerizas experiencias en un proyecto tan, tan grande como ese.

No sabía si era profesionalismo o si Richard nunca quisiera mirar a otra perspectiva, pero era un perfeccionista. Todo le salía bien y todo tenia que salir bien cuando a el le salía bien. O sea, a la primera.

A nadie le importaba de la misma manera que a Martin, pues a todos les alegraba su refinado trabajo, claro; pero Martin caía varias veces ante su ritmo pese a ser muy buen actor.

Sabía que Armitage debía odiarlo.

Y las cosas continuaron, y en un tiempo Martin ya hallaba seguridad en si; incluso Ian, en Nueva Zelanda ya, le catalogaba como excelente su profesional caracterización del papel de “Hobbit“ y a las aventuras de la historia.

Todo estaba bien...

 

-Buenos días.- sonrió a quienes ensayaban en el enorme, enorme set donde preparaban todo. Recibió un saludo tanto de William y Dean, pero no de Armitage, claro.

Se quito su chaqueta, tomo el libreto que en un lugar lo esperaba y se introdujo al ensayo rápidamente.

No podía evitar disfrutar eso. Imaginarse la escena total para luego montarla. Su sonrisa era permanente.

Hasta que llego la parte donde tenia que cruzar palabras con “Thorin“. Leyó nuevamente sus palabras, y cerro los ojos imaginándose la mirada tan fuerte de Armitage sobre el. Amenazante, “Thorin“, se coloco casi y muy cerca de Martin.

Martin dijo su línea sin importarle tenerlo ahí, ciegamente. De hecho, mucho le costo.

-Tú, ¿nunca dejas de sonreír?-

El británico alzo la mirada muy confundido. Obviamente esa no era la línea de Richard; y fue cuando noto que su propia sonrisa se borro de su cara.

“Oh, diablos. ¿Desde a que hora estoy sonriendo como tonto frente a el?“

Rápidamente quiso buscar una salida para no entrar en pánico y vergüenza, pero al ver las caras divertidas de los otros dos, y peor, ver a Armitage con una ceja levantado y una sonrisa de burla, Martin balbuceo.

-No, yo... no lo malentiendas. Yo solo...-

-¿Tanto disfrutas esto?-

-¡Claro!- respondió rápido, pues eso sí era verdad. -Me gustan los ensayos. ¿A quien no?- sonrió nuevamente y miro a un lado, recibiendo aprobatorias del par otro, quienes también pararon y bajaron los libretos, estirándose e iniciando una charla entre ellos, pues claramente el ensayo había terminado. O pausado, al menos.

Martin quiso seguirlos, pero le detuvo la mirada de Richard aun sobre el, expectante.

Ahora él levanto una ceja y sus preciosos ojos los hizo pestañear rápido. Había algo indescifrable en el rostro del más alto. Algo familiar.

-¿Te gusta... trabajar conmigo?- pregunto a voz baja.

-¡Por supuesto!- contesto Martin en un tono alegre y un tanto obvio.

-Bien.- Richard llevo una mano a su boca y bajo al suelo la mirada. Duro así solo unos segundos para luego marcharse, pasando de lado al otro británico.

Este, por su parte, aun sentía algo y se giro para verlo salir del set en que estaban.

Acaso Armitage estaba... ¿nervioso? No podía ser. Pero su gesto... Era uno que Martin bien conocía.

Pero rápido fue olvidado ese episodio. Según.

El tiempo paso sin novedades mas grandiosas que continuar la grabación de magnifica película en magníficos lugares naturales.

Mentira. Martin no pudo evitar dejar nacer un sentimiento hacia el distante Armitage. Lo miraba ahora con detenimiento y algo lo hacia sentirse triste por el, sinceramente.

Richard era frio, muy directo y a la vez tan profesional en su trabajo, que parecía no importarle estar la mayoría del tiempo no usado en cámaras completamente solo.

Porque siempre se acompañaban tanto los actores y directores a hablar, o a comer, como mayoría de veces, claro; pero aquel era ajeno. No era una roca tampoco, pero mantenía la distancia.

-¿Te preocupa Armitage?- pregunto “Kili“ por detrás y sorpresa, lo que causo un salto en “Bilbo“.

-Ah, no... Es solo que... Se va solo otra vez.- susurro, y ambos actores miraron hacia el remolque ya cerrado de “Thorin“.

Aidan miro de reojo a Martin, ¡y como le encantaba hacerlo claramente desde arriba! Era travieso, y le caía muy bien el británico.

-Vamos Martin. ¡El es así por naturaleza!- el mayor lo miro. -Recuerdo haber leído en su perfil que era un sujeto realmente serio en su trabajo.- tallo con un dedo su nariz que picaba, ya que aun traía la barba. De hecho, traía aun la mayoría de vestimenta de “Kili“, así como Martin las prótesis y ropa de “Bilbo Bolsón“.

-¿Perfil?- torció algo la boca, gesto clásico en el al preguntarse algo.

-Si, todos tenemos uno; y Richard, cuando se mete a un proyecto, simplemente se vuelve ~Don Perfección~.- rio.

-Oye. ¡Eso no es malo!- bufo con un gesto que Aidan tomo como puchero.

-¡Ha! Me refiero a que es un maniaco con respecto a la privacidad de su vida personal.- resalto la palabra para ver la obvia reacción en el tan acogedor Freeman.

-¿Maniaco? ¡Hey!- frunció el ceño, haciendo que un “Bilbo“ se viera realmente molesto y enojado con alguien. Algo gracioso, pues.

Martin apretó las manos en puños; y antes de un imprevisto sermón, Aidan sonrió y le tomo el rostro, algo pequeño entre sus manos, acercando tan bellos ojos claros, sin feos y oscuros pupilentes, a su cara.

-Richard Armitage solo se muestra cuan persona es ante aquellos que realmente llegan a el.- le sonrió al gesto de Martin. -Je je... eres tan pequeño que seguro tu si le llegas.- un beso en la mejilla, y hecho a correr, cuan podía con las botas, a donde su maquillista lo desmontaría por completo.

Y Martin tardo en responder.

-¡Ah! ¿Me has dicho pequeño, acaso? Niño malcriado; ¡el enano eres tu!- grito, yendo tras Aidan.

Tal su voz, que llego a oídos de Armitage. Había entrado a su remolque pues fue uno de los primeros a los que le retiraron todo maquillaje y vestimenta después de pesado día.

Sonrió en su taburete, imaginándose al otro pequeño británico correr por ahí, pues últimamente no se lo sacaba de la mente; no cuando para nada era lo suyo hostigar con la mirada teniéndolo tan cerca.

Notas finales:

Bien, nada del otro mundo. [¿Que?] Quizá raro y fuera de lugar… pero Martin en muy lindo. [¡Si! ]

He he…  --- [Arriésgate, decía mi boscosita interna… Pues ya veremos.]


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