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Simplemente di: "Te quiero" por Etiel

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Notas del fanfic:

Realmente no pensaba subirlo, hasta que tuviera la segunda parte, pero me gustó tanto que me he animado. Espero que a ustedes también les agrade tanto como a mí. 

 

 

Sea esta la regla de nuestra vida: decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. En suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos.

Séneca

Eran cerca de la 1 de la madrugada y Goten aún se encontraba despierto; acostado en la cama y con las luces apagadas de su cuarto, pero sin poder conciliar el sueño. Principalmente, porque mañana sería el cumpleaños de Trunks, su amigo de la infancia, y cumpliría 18 años. Todos los años, sus familias se juntaban en la casa del cumpleañero y festejaban en grande el evento. Claro, que después de dicha celebración, ambos amigos se la pasaban juntos, siempre había sido así. Era como un pequeño ritual que sólo les pertenecía a ambos. Sin embargo, este año las cosas iban a hacer un poco diferentes, porque Trunks se había conseguido novia y no con forme con eso, ya no le parecía tan divertido salir con su amigo.

Goten, se movió en la cama, triste porque las cosas hubieran dado ese cambio. Era decepcionante para él, que después de compartir un lazo tan fuerte y estar unidos con la técnica de la fusión, Trunks le dijera simplemente que ya no tenía interés de perder el tiempo con juegos para niño con él. Eso fue un golpe bajo para Goten, que no supo responder y simplemente desapareció de la vista de su amigo o ex amigo. De eso hacía una semana. Una semana en la que se reusó ir a la escuela y en la que se perdía en las montañas para entrenar.

-          Estúpido, Trunks…- murmuró colocándose la almohada en el rostro- estúpido, estúpido… estúpido…- repitió una y otra vez, mientras apretaba con fuerza la almohada, a tal punto que no pudo controlar su fuerza y terminó por romperla.- ¡Maldición!- gritó. Tiró la tela al piso y se sentó, para quitarse las plumas de la cara.

Él sabía que ya no eran unos niños, entendía porque tenía novia, hasta a él mismo le gustaba una chica de su curso, lo que no entendía y lo que no alcanzaba a comprender del todo; era porque de un tiempo para acá, las cosas se habían complicado tanto. No entendía por qué tenía que hacerlo a un lado y por qué tenía que comportarse de esa forma tan altanera para con él.  Goten había soportado sin decir nada todas esas cosas, pero la gota que derramó el vaso, fue cuando Trunks prefirió irse con su novia, a pasar el día con él, como se suponía que habían planeado. Cansado, dolido y furioso, Goten lo confrontó, pero la única respuesta que tuvo fue: “que molesto eres, estás peor que las mujeres”.

-          ¡Arrgg!- se revolvió los cabellos con desesperación, al recordar esas palabras y esa mirada despectiva que le había dirigido- ¡no necesito de un idiota como él! ¡Sí, eso es! ¡No tengo por qué soportar su horrible carácter!- golpeó sus mejillas con fuerza y sonrió, por primera vez después de varios días de depresión- ¡Le demostraré que yo tampoco necesito de su compañía!

-          ¡Goten!- gritó su madre prendiendo la luz de la sala y luego dirigiéndose a la habitación de su hijo- ¡Duérmete de una buena vez, que no me importa que tan mal te sientas mañana, vas a ir a la escuela! ¡Me escuchaste!

-          Sí, mamá- murmuró, tapándose con las sabanas hasta las narices.

-          ¡Bien!- dijo ésta, satisfecha por que a pesar de la edad de su hijo, aun lograba dominarlo.

-          Estúpido, Trunks. Nadie necesita de ti- espetó, con el orgullo hasta las nubes.

 

Se dio la vuelta en la cama y abrazó la última almohada que le quedaba. Se acurrucó y bostezó sonoramente. Hacía días que no dormía como era debido y por ello, tenía unas horribles ojeras bajo los ojos y el cansancio lo estaba matando. Pero, por muy cansado que estuviera y aunque deseara tanto dormir; no pudo. No podía dejar de pensar en Trunks.

*~*~*~*~*

-          ¿Goten, realmente te sientes bien?

-          Sí, sí… sólo me duele un poco la cabeza-contestó, fastidiado de que todos sus compañeros le preguntaran lo mismo.

¿Es qué acaso era tan evidente que estaba deprimido?

Salió del salón, pues el timbre del descanso había sonado y la verdad era que tenía mucha hambre. No había podido desayunar, porque su mamá lo sacó prácticamente de la cama a patadas y aunque intentó dormir en la nube voladora, no tuvo mucho éxito. Ahora más que nunca deseaba comer lo que fuera para aliviar su estómago y olvidar por completo todo lo relacionado con Trunks. Estaba arto de sentirse triste y mucho más de sólo pensar en su amigo. Pero cuando estaba buscando la forma de olvidar ese tema y seguir con su vida rutinaria, se encontró con un cumulo de muchachas en el patio, las cuales gritaban histéricas y se comportaban más extrañas de lo normal.

-          Ah, es cierto. Es el cumpleaños del idiota- murmuró, mirando despectivamente ese lugar. En el mismo instante que volteó, pudo divisar a la novia y a su amigo, que se encontraba recibiendo los múltiples regalos de las chicas con una sonrisa carismática.- Tsk. Estúpido.

Furioso, dio media vuelta y se dirigió hasta donde se encontraban las instalaciones de la escuela. El hambre se le había quitado y ahora lo único que quería era estar solo y maldecir a gusto a Trunks; así que con pasos pausados e intentando controlar su ki, se adentró de nuevo a su salón. Se sentó en su lugar, cruzó las piernas y le dio un pequeño golpecito a su escritorio, lo que bastó para que éste se partiera a la mitad.

-          Maldición- susurró, poniéndose de pie, asustado de haber roto su escritorio- creo que lo mejor es que me vaya, antes de que alguien se de cuenta- tomó su mochila y elevándose en el aire salió por una de las ventanas de su lado derecho.

“Lo siento, mamá, pero si me quedó un minuto más aquí, terminaré por darle una paliza a ese idiota”

Se convirtió en super saiyajin y voló a una velocidad impresionante, alejándose todo lo posible de la escuela. Sin embargo, no tardó en darse cuenta que el ki de Trunks se acercaba a una velocidad superior a la de él. Cosa que terminó por desquiciarlo, así que liberando todo su poder, aumentó la rapidez de su vuelo, pero Trunks lo imitó.

-          ¡Ya deja de comportante de forma infantil…! ¡Goten!- se escuchó un fuerte gritó a la distancia.

“Infantil… ese idiota me dijo infantil”

En ese instante se detuvo y se volteó hasta donde se encontraba el ki  de Trunks, esperando a que llegara. Pero no tuvo que esperar demasiado, pues al ritmo que iba, tan sólo tardo un par de segundos para llegar a donde se encontraba un Goten furioso. Frente a él apareció un joven de cabellos lila, ligeramente largos, ojos azules y piel blanca. Vestía unos jeans, una camisa de manga larga y una pequeña chaqueta con el logotipo de la corporación capsula en el pecho.

-          Si que has aumentado tu velocidad- dijo Trunks, tan pronto como llegó- hace un par de meses te hubiera alcanzado sin ninguna dificultad.

-          ¿Qué es lo que quieres?- le cortó.

-          Hablar contigo…

-          ¿Hablar? ¿Y de qué? Creo que la última vez que hablamos, dejamos más que claras las cosas o mejor dicho, dejaste.

-          Vamos, no te pongas en ese plan. Ese día estaba un poco enojado y dije cosas hirientes.

-          ¿O sea qué cada vez que te enojes voy a tener que aguantar tus cambios de humor, tus desplantes y que me trates como si fuera tu criado? Disculpa, pero la verdad es que no tengo ganas ni ánimos de aguantar tu asquerosa actitud.

-          Lo siento. En serio. Sé que estos últimos meses me he comportado como un patán, pero te juro que no volverá a suceder.

-          ¿Y crees que con una disculpa mediocre y con tu palabra de que las cosas van a volver a hacer como antes, todo se va a solucionar? No, yo creo que no.- se respondió él mismo.

-          ¿Y eso qué significa?

-          Lo que te estás imaginando- respondió, terminando con la etapa de super saiyajin y regresando a la normalidad- no tengo ganas de ver tu horrenda cara por un tiempo. No al menos hasta que dejes esos cambios de humor tan desquiciantes y tengas tiempo de pasar un rato conmigo, sin quejarte de las cosas y sin estar apurado porque tu novia también solicita de tu precedencia, lo cual es cada tantos segundos. ¡Ni siquiera te deja ir al baño en paz!

-          Vamos, Goten. Deja de estar bromeando- comentó, un poco sorprendido por la actitud de su amigo. Era la primera vez que le habla de esa forma y aún más extraño, era lo molesto que se encontraba. Era cierto, que se había pasado de la raya, pero no para que Goten se comportara de esa forma tan esquiva- Cualquiera que te viera, pensaría que estás celoso.

-          Bueno, pues tal vez tengas razón- respondió, frunciendo el ceño y cruzándose de brazos. Indignado.

 

Trunks sonrió derrotado y suspiró de la misma forma. Goten definitivamente era la única persona que conocía que podía llegar a ser tan inocente y decir ese tipo de cosas abiertamente; sin sentirse avergonzado. Aunque también, debía de admitir de la misma forma, que era la primera vez que su amigo no quería saber nada de él, ya que Goten siempre lo había seguido a todas partes y se había convertido en el hermano menor que nunca tuvo.

Bueno, al menos hasta que se di cuenta que ya no veía a su hermano con los mismos ojos que cuando eran unos niños. Ahora y sin darse cuenta en que momento, empezó a pensar en Goten de una forma muy distinta. ¿Por qué no decirlo abiertamente?, lo amaba tanto, que ese amor dolía, porque sabía mejor que nadie las cosas no iban a cambiar, no al menos como a él le gustaría. Estaba seguro que esta vez, Goten no lo iba a seguir, como siempre.

Al principio fue realmente duro aceptarlo y por ello la relación de ambos había cambiado tan drásticamente. Lo que antes para Trunks eran cosas simples y rutinarias; ahora, se habían convertido en una completa tortura. Ya no podían dormir en la misma habitación ni entrenar ni bromear como antaño ni mucho menos bañarse juntos, sin que él tuviera pensamientos e impulsos que en los últimos meses ya no eran soportables. Estaba en sus límites.

 Por eso se apresuró a conseguirse una novia, pues pensó, ingenuamente, que tal vez eso era lo que necesitaba. Sin embargo, al darse cuenta que ella no lo satisfacía en ningún sentido, vino la desesperación y frustración sexual. Su novia afortunadamente era una muchacha muy tranquila y reservada, por eso no había llegado a un nivel en donde tuvieran que tener relaciones sexuales, pero era consiente que si llegaba el momento, él no sería capaz de corresponderle. Principalmente, porque ella no movía nada en él. No lo excitaba. Lo único que lograba aliviarlo un poco, era los recuerdos de Goten desnudo y su amplia imaginación, pero hasta eso comenzaba a perder su efecto.

Sin embargo, el hecho de que no quisiera inmiscuir a Goten en todo ese enredo de sentimientos, no significaba que estuviera de acuerdo en perder su amistad. Eso ni siquiera estaba en discusión, ya que si no lo podía tener como amante, por lo menos, quería encontrarse cerca de él y si eso era lo más cerca a lo que podía aspirar. Lo aceptaba, sin importar lo mucho que doliera.

-          Lo siento- murmuró, bajito. Completamente arrepentido- arruiné todo, pero te juro que no era mi intención- juntó las manos y bajó la cabeza- prometo que las cosas serán como antes.

Él no era las personas que se rebajaba a suplicar y Goten lo sabía mejor que nadie. Ya que anteriormente siempre terminaba convenciéndolo, cuando le decía que le iba a regalar un juguete, pero claro está, que de eso hacía muchos años y  ese truco ya no funcionaba para convencerlo de que lo perdonara. Ahora, lo único que podía hacer era demostrarle a su amigo que de verdad lamentaba lo que había sucedido y asegurarle que se mantendrían como siempre, aunque le doliera decirlo en voz alta.

 

-          ¿En serio?- parpadeó un par de veces, antes de entrecerrar los ojos- ¿Lo prometes, Trunks? ¿Me prometes qué nunca más te comportaras como un idiota?

Una pequeña sonría afloró en el rostro del peli lila, antes de alzar la cabeza y asentir repetidas veces.

 

-          Sí. No volverá a suceder y para que veas que estoy hablando en serio, ¿por qué no vamos a comer algo a ese restaurante que tanto te gusta? Puedes comer lo que quieras, la cuenta corre por mi parte- tal vez ya no podía utilizar los juguetes como escusa, pero aun quedaba la comida como opción.

-          ¡En serio!- gritó, olvidándose por completo de su enojo. Era tan simple como su papá. - ¡Bien, porque tengo mucha hambre! ¡Vamos a comer… vamos a comer!- se acercó hasta donde estaba Trunks y lo tomó de la mano con total confianza, antes de acelerar.

Toda la mañana se la pasaron juntos y por la tarde tuvieron que asistir a la fiesta que le habían hecho a Trunks en su casa. Goten intento aparentar que se encontraba feliz y divertido, a pesar de que por alguna extraña razón, que él no entendía, se sentía molesto cada vez que veía a Trunks y a su novia, acaramelados. Al principio pensó que eso se debía a que por culpa de ella todo esos acontecimientos agrios entre los dos habían sucedido, así que no le dio mayor importancia y sólo se dedicó a disfrutar de la fiesta.

La noche llegó, como era de esperarse y para ese entonces casi todos los invitados se habían ido, aunque aun quedaban los amigos más cercanos de Trunks de la escuela y los antiguos amigos de Bulma, o sea, Krilin, número 18, su hija, Ten Shin Han, el maestro Roshi, Gojan, Videl, etc. Los más jóvenes se encontraban haciendo escandalo aún en la mesa de los invitados, afuera; mientras que los mayores se encontraban adentro, charlando animadamente y jugando cartas.

-          ¿Goten, por qué no vas afuera y te diviertes con tus amigos?- preguntó Bulma, con una bandeja de tés.

-          Pan y yo nos estamos divirtiendo, ¿verdad, Pan?- preguntó a la niña al lado de él, que sostenía el control con el que estaban jugando videojuegos y lo movía con rudeza.

-          ¡No te distraigas Goten, si no te voy a ganar!- le advirtió la pequeña Pan, tan emocionada que no era capaz de  apartar la mirada de la televisión.

-          ¡No es justo! ¡Espera, espera!- se apresuró a decir, pero cuando regresó su vista al televisor, se en la pantalla se leyó la victoria de la niña- ¡Demonios!

-          ¡Sí, sí, sí. Gané!- gritó, dio una vuelta en el aíre e hizo su pose de vitoria, alzó la mano e hizo una seña de amor y paz.

-          ¡Maldición!- murmuró, golpeando su mano contra su frente y riéndose suavemente- ¡Bien, quiero la revancha!

-          ¡Claro!...

-          No… no. Goten, tú vienes conmigo- dijo Trunks, que había salido de quien sabe donde y había agarrado a su amigo de la sópala de la camisa- mamá, vamos a salir. Nos vamos a quedar a dormir en la isla.

-          Ok, cariño. Tengan cuidado- dijo Bulma con un juego de cartas en la mano.

-          ¡Goten, no te vayas a desvelar. Mañana tienes escuela!- habló, Milk desde la cocina.

-          Sí, mamá- contestó antes de salir por la ventana volando, junto con su amigo.

-          Estos niños, han crecido mucho y aun así no han cambiado nada; siguen con sus juegos infantiles- murmuró Milk, limpiándose con una toalla.

-          Sí. Son como Goku y Vegetta. No cambian en nada- argumentó, Bulma, tomando un poco de té. Mientras que Vegetta estornudaba, al salir del baño.

*~*~*~*~*~*

Ambos se encontraban volando alto y jugando en el aire: empujándose, golpeándose suavemente y riendo con fuerza, como en los viejos tiempos. Para Gotens, era como si hubiera regresado todo a la normalidad, pero como era de esperarse, para Trunks las cosas eran un poco diferentes, pues aunque disfrutaba la compañía de su amigo, en algunas cosas tenía que limitarse. Ninguno de los dos, nunca había sido afectuoso el uno con el otro, y si ahora comenzaba con un comportamiento así, entonces las cosas se tornarían mucho más raras de lo que ya eran.

-          Oye, Trunks. ¿Y tus amigos?

-          Querían que fuera a otro lado, pero no tenía muchos ánimos. Además, recuerda que es tradición ir a nuestra isla, después de mi cumpleaños- le giño un ojo a Goten.

-          Pensé que lo habías olvidado- murmuró, más para él que para el otro.

-          No digas tonterías. Eso es algo de lo que nunca podría olvidarme.

-          Más te vale- sonrió de forma espontanea, acelerando para llegar un poco más rápido a su lugar secreto y poder pasar un buen rato juntos.

 

La Isla era eso, una pequeña isla, que había comprado la familia de Bulma y que habían equipado como centro vacacional exclusivamente para familiares y amigos. Había varías cabañas, aun lado de una mansión que se encontraba cerca del mar, pero a una distancia prudente, como para que el agua no llegara del todo a éstas. Las luces de la enorme casa se encontraban apagadas y las puertas cerradas. Sin embargo ellos no se dirigieron directamente a la casona, sino más bien a la playa.

Goten se quitó la ropa tan pronto como tocó la arena y corrió hasta el mar, sin llegar a meterse del todo al agua. Estaba esperando que su amigo lo acompañara, pero al parecer éste no tenía muchas ganas de nadar. En su lugar se sentó en la arena y lo miró fijamente desde su posición. Harto de esperar,  lo llamó para que lo acompañara, pero éste simplemente negó con la cabeza. Al final, se encogió de hombros y entró al mar solo.

Truks miró la espalda y el trasero bien formado de Goten con un deseo mal contenido. Su miembro había despertado por completo y sabía que si se acercaba en ese estado de vulnerabilidad por parte de su amigo, lo terminaría sometiendo a la fuerza. Tenía un grado de autocontrol, pero sabía que lo perdería si se metía al agua con Goten desnudo. Se mordió el labio con fuerza y apretó los puños con desesperación, al sentir los tirones y el dolor de su pene contra la tela de sus pantalones.

Respiró profundamente y se obligó a sonreír al ver a Goten, caminar lentamente hasta él. Mostrando su bien esculpido cuerpo, el agua correr por sus músculos y cabello. Trusks sintió que la boca se secaba y que la poca condura que le quedaba terminaría por irse al bote de la basura. Miró el miembro de su amigo y no pudo apartar sus ojos de ahí, a pesar de que se gritaba mentalmente que si lo seguía mirando tan insistentemente, éste se daría cuenta. Pero en su imaginación lo único que se veía haciendo era dándole a su amigo la mejor mamada de la historia.

-          ¿Qué pasa?- preguntó Goten, al notar el rostro super rojo de Trunks y su expresión tensa.

-          Nada. Sólo creo que no me siento muy bien- intentó excusarse, tomando la ropa de Goten y zapatos, para luego levantarse- tal vez sólo necesito descansar un rato.

-          Claro- iba a tomar su ropa, pero Trunks se negó. Era lo único que cubría su erección y, como es lógico, no estaba dispuesto a que Goten se diera cuenta- ¿seguro qué estás bien? Si quieres podemos regresar y….

-          No, es necesario. En serio, estoy bien. No te preocupes- murmuró con los labios bien apretados.

-          Ok.

Le miró de reojo y se encogió de hombros, comentando sobre lo divertido que había sido la fiesta y sobre como la pequeña pan le había ganado en los videojuegos. Habló y habló, sin parar intentando ignorar de la mejor forma el comportamiento extraño de Trunks. Sabía que a duras penas lo estaba escuchando, pero no le importó. Sólo se dedicó a hablar haciendo un lado el sofocante silencio, que se cernía sobre ellos y que por alguna extraña razón lo intimidaba.

Goten tomó un baño, mientras Trunks calentaba algo de comida para ambos o al menos eso fue lo que creyó Goten. Pues tan pronto como entró al baño, Trunks fue a otro y alivió con la mayor rapidez posible, su dolorosa erección. La imagen tan erótica de su amigo desnudo, aún estaba plasmada a fuego en su pupila. Con ese material podía imaginar escenas, en donde Goten se le ofrecía voluntariamente o lo seducía, sólo con eso bastaba para que se viniera en su mano. Al terminar, su conciencia ganó terreno y no pudo evitar sentirse culpable y asqueado de su propia actitud.

-          Mierda, esto me está volviendo un enfermo…- murmuró limpiándose y regresando a la cocina, en donde terminó de calentar la carne y otras cosas.

Cenaron tranquilamente y con un ambiente mucho más relajado. Luego se sentaron en la sala a mirar un par de películas, pero más tardaron en escoger cuál, que el celular de Trunks en sonar. Ambos amigos se miraron y después al aparatillo. Trunks estuvo dispuesto a ignorarlo, pero después de tres llamadas perdidas y de que siguiera sonando, fue el mismo Goten el que lo tomó y se lo pasó.

-          Contesta. Tal vez sea importante.

-          Ok.

Al colocar el auricular en su oreja y contestar la llamada, escuchó la chillona y llorosa voz de su novia. Apresuradamente le explicó que sus amigos habían tenido un accidente en el auto y que fuera a ayudarlos. Él intento en la medida de lo posible que se tranquilizara, diciéndole que iría hacia allá. A pesar de que no la quisiera y todo, la muchacha seguía siendo su novia y no tenía la culpa de que no la quisiera.

-          Goten, tengo que…

-          Está bien- dijo el aludido, sin apartar los ojos de la pantalla- aquí te espero.

-          Prometo no tardar.

Lo único que recibió como respuesta fue un asentimiento seco y ni una mirada. Trunks ante esta verdadera evasiva y molestia por parte de su amigo, estuvo tentado a quedarse, pero luego de pensárselo unos segundos, salió volando por la enorme ventana. Goten, hizo una mueca de molestia visible y terminó por dejar caer su hombro contra el colchón del mullido mueble, sin dejar de abrazar la almohada.

-          Diablos, ¿por qué me fastidia tanto?

Se sentía furioso tanto con la muchacha como con Trunks, y más a un consigo mismo, por comportarse de una forma tan infantil. Por más que quería tomárselo con calma, no podía y lo peor de todo es que no sabía por qué. En un principio estaba enojado porque Trunks lo trataba peor que aun perro, pero ahora no había justificación alguna para que se sintiera de esa forma. No al menos una que encontrara coherente.

Celos

Fue la única palabra que encontró para definir, después de varios minutos, su comportamiento irracional. Es cierto, sentía celos, ardía en celos y ¿eso qué? Hasta cierto punto era normal. Estaba celoso, porque su amigo le estaba prestando más atención a su novia que a él. Ok, o tal vez que le prestara más atención a la novia que a él debía de ser lo normal. Sus otros amigos hacían eso y no le interesaba, ¿por qué con Trunks era diferente? ¿Por qué lo conocía desde que eran bebes?

En un principio intentó convencerse que era porque siempre habían estado juntos, pero ¿y eso qué? ¿Realmente esos celos que sentía eran por ese motivo? La respuesta para su desgracia fue un rotundo no.  Se quedó unos segundos pensando y pensando y pensando, pero no llegó a nada. A él no se le daba muy bien eso de rebanarse los sesos por algo que no llegaba a entender. Así que más pronto que tarde, terminó por cansarse de pensar y se levantó del mueble, dispuesto a ir al cuarto de Trunks a acostarse y mirar la televisión allá.

Apagó todas las luces de la planta baja y subió volando las escaleras. Abrió la puerta del cuanto de su amigo, encontrándose con una habitación pulcramente arreglada y llena de posters de bandas de rock, videojuegos, fotos familiares y de ellos. Cerró la puerta y se acostó en la cama, prendiendo la enorme televisión con el control remoto. Cambió los canales sin interés alguno y bostezando sonoramente, cansado.

Luego de darse cuenta que no había nada en la televisión, como siempre, fue hasta el closet de Trunks y miró dentro, para buscar algo que lo mantuviera despierto. Después de revolver las cosas bien ordenadas de su amigo, encontró en una cajita que contenía unos CDs sin nombre. Los miró unos segundos antes de guardarlos, al encontrar el PSP de su amigo. Tomó alguno de los juegos y regreso a la cama. Se entretuvo con un juego de peleas algunos minutos, antes que el sueño volviera a adormecerlo.

Regresó el PSP a su lugar mientras guardaba las cosas tal como las había encontrado, sus ojos se toparon de nuevo con esa caja negra, que había encontrado bien guardada y acomodada. Tomó uno de los CDs de forma indiferente y fue hasta el DVD, para ver qué película era. Bostezó sonora mente, mirando como cargaba el aparato. Iba a apagarlo antes de que se reprodujera la película, porque de repente se encontraba muy cansado, pero cuando iba a sacar el CD este se encontraba proyectando una película.

A primera vista aparecían dos hombres guapos y hablando. Se quedó unos segundos mirando y escuchando la conversación sin sentido para él. Cuando pensó que se iba a quedar dormido, una escena provocó que hasta el pensamiento de acostarse se fuera por el drenaje. En la pantalla de la televisión uno de los hombres se había arrodillado frente al otro y sacado su miembro erecto. Lo masajeó, sin dejar de mirar a su compañero de forma coqueta, antes de llevárselo a la boca y engullirlo completamente.

Goten a pesar de que se le había caído el aparato de las manos y que el ruido de la televisión estaba un poco fuerte, no pudo reaccionar ante lo que veía. Estaba totalmente en estado de shock, sin poder apartar sus ojos completamente abiertos de la pantalla. Estuvo inconscientemente varios minutos así, con una cara de total sorpresa y observando como uno de los hombres embestía al otro con fuerza.

Regresó a la realidad luego de que su miembro erecto reclamara su total atención. Al darse cuenta de su estado y de los gemidos de pacer de ambos hombres, algo le hizo perder la cabeza. Sin ser meramente consiente y guiado por el instinto humano, llevó su mano hasta su bermuda y comenzó a acariciar su pene por encima de la tela. Apretó los labios y una necesidad casi animal se apoderó de él. Sin pensar en lo que estaba haciendo, abrió sus pantalones y colocó su mano en lo duro de su miembro y bombeó con un poco de fuerza y desesperación.

Subió y bajó su mano, sin apartar sus ojos de la televisión, mientras que en su cabeza los protagonistas de esa escena eran él y Trunks. El sólo pensar en que su amigo le hacía ese tipo de cosas, algo en su entre pierna y cabeza, explotó. De su boca salió el nombre, mientras de su miembro el abundante semen. Respiró agitadamente por varios minutos, regresando a la dura realidad y dándose cuenta por primera vez, de lo que había hecho.

Traumatizado y sintiendo la culpabilidad pinchar su pecho, fue al baño a limpiarse y por papel para fregar el piso. Con el horror en sus aniñadas facciones quitó el CD, guardándolo de nuevo en su lugar. Apagó las luces y se acostó en la cama, intentando olvidar lo que había pasado, aunque su subconsciente no le hizo mucho caso. Tan pronto como tocó la cama, el aroma de Trunks lo abofeteó, haciéndolo sentir un cosquilleo en el vientre y que su corazón bombeara con mucha más fuerza de lo normal.

Aterrado de sus propios pensamientos y reacciones, se levantó de la cama y la miró como si tuviera víboras entre sus sabanas. Se quedó unos segundos ahí parado, sin saber que hacer exactamente. Al final decidió que lo mejor era irse a su casa. Ahí definitivamente no sería capaz de pegar el ojo o mejor dicho no sería capaz de dormir estuviera en donde estuviera. No al menos, después de enterarse que su amigo tenía porno gay en su armario y que él mismo se había excitado por eso.

Salió por la ventana y llamó a la nube voladora. Iba a volar, pero eso lo único que ocasionaría sería que Trunks se diera cuenta que se estaba moviendo y lo último que deseaba en estos momentos, era verlo. No podía, no después de que fuera él mismo el que se masturbara pensando en su amigo, CASI hermano. Estaba impactado por todo y por otra parte prefería pensar que todo había sido un mal sueño. Sí, así era mejor, antes de tener que aceptar una realidad para la que no estaba preparado. 

 

Continuara...

Notas finales:

¿Les gustó?

¿Sí?

¿No? 

 

Dejen su comentario, por favor. :D

PD: He abierto un blog, para mis fanfics, por sí a alguien le interesa. 

http://yaoi-etiel.blogspot.com/

Besos :3


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