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Bajo las Sábanas de un Hospital por ByouBunJikan

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Notas del fanfic:

¡LEMON!

Espero les guste tanto como a mi

¡PERDÓN POR HABERME AUSENTADO TANTO!

La escuela no me dejaba subirlo -____-

He estado muy ocupada y el editarlo me fue un poco complicado, pero me gustó el resultado

DISFRUTÁDLO!

Notas del capitulo:

contiene LEMON

de la serie

100 MANERAS DE AMARTE

Esa noche Kaito estaba saliendo del trabajo temprano, ya no tenía nada que hacer, ya estaba todo listo para que llegara a casa y se pusiera a limpiar, a ponerle agua limpia a los peces, a seguir su monótona vida de diario... a Vivir algo que no disfrutaba, porque pensaba que no era algo que se mereciera disfrutar.

 

O al menos eso creía él.

 

-Lo siento- escuchó una delicada voz disculparse por haber chocado con él

 

-No te preocupes, estoy bien- respondió Kaito, dándose el lujo de perder segundos para observar al joven disculparse

 

Una melena café claro, ojos miel y piel clara; era muy curioso y lindo. Traía el uniforme del bachillerato que quedaba a unas cuadras de ahí.

 

-De nuevo, lo siento- dijo, mirándole con una dulce sonrisa -Gracias por no haberme hecho nada-

 

Eso provocó en Kaito una ola de confusiones 

 

¿Cómo una sonrisa pudo hacerle eso? Peor aún ¿Cuándo fue la última vez que había visto una sonrisa auténtica?

 

-De nada- respondió en automático

 

-¿Hay algo que pueda hacer por usted?- preguntó el ojimiel, parándose frente a Kaito

 

-Nada en lo absoluto, solo... te lo agradezco- dijo seriamente en un tono sereno

 

-Eh, ha-hai- dijo después de escucharlo, ya que en cierta forma le intimidaba la respuesta y la altura de aquel hombre que le había parecido muy apuesto

 

Kaito le miraba desde arriba, era una distancia de quizás 20 centímetros; el chiquillo de físico débil e indefenso frente a él junto con el frío viento y la fuerte lluvia lo hacían ver como una niña perdida. 

Sabía a la perfección que a tales horas como esas cualquiera lo tomaría del brazo y lo violaría sin remordimiento, no quería eso. Incluso teniendo un corazón cerrado y un alma vacía, tenía el cerebro funcionando, y su sentido común no le permitía dejarlo solo ahí.

 

-¿Qué tan lejos vives?- dijo de nuevo en ese serio y fuerte tono

 

-Ah, vi-vivo en el centro de la ciudad- dijo muy intimidado, ese tono de voz le erizaba la piel.

 

-No es muy lejos de aquí- susurró -Te llevaré a tu casa-

 

-¿Q-qué? pero no es necesario, y-yo puedo irme solo, no se moleste-

 

-Dije que te llevaré a tu casa- dijo nuevamente, tomando la mano del castaño y llevándolo a su auto

 

Al estar dentro del auto compacto, y de abrocharse el cinturón, Kaito preguntó al castaño el lugar donde vivía; éste sin poder pensar dijo su dirección...

 

-¿Por qué estoy tan nervioso?- pensaba el joven ojimiel

 

-Por cierto... dime tu nombre- dijo Kaito

 

- Kotaro, Kotaro Yun- dijo el castaño, muy apenado y quieto, sentado en su lugar sin hacer nada.

 

Kaito emanaba cierta sensación de terror que lo invitaba a no buscar problemas, por eso mismo Yun guardaba silencio y respondía sin titubear

 

El mayor notó que cierto castaño mostraba mucho terror en vez de calma -Creo que es porque no sé interactuar con la gente- pensó, tratando de aligerar el ambiente

 

-Mi nombre es Hinamori Kaito- su tono de voz invitó a Yun a voltear y observar que se le veía sereno y tranquilo, aun cuando parecía esforzarse por verse así

 

En el camino no hubo ningún tipo de interacción social, hasta que se despidieron

 

-Hinamori-sama, gracias por traerme hasta casa, algún día le devolveré el favor- dijo sonriente, acomodando sus cosas y aproximándose a él de manera inesperada para Kaito -Sayonara, Hinamori-sama- el joven estudiante depositó en su mejilla un beso y salió del auto de manera veloz, se le veía apenado

 

En cambio, cierto ojiverde quedó sorprendido y anonadado, solo esperó a que la puerta se cerrara y arrancó directo a casa

 

-¿Qué me está pasando con este chiquillo?- pensaba, dejando caer las llaves y maletín en el sofá, caminando a la ducha, desvistiéndose en el camino.

 

Esa noche para Kaito había sido todo un dilema; no sabía con exactitud qué sentía, no tenía idea alguna de cómo interpretarlo y mucho menos, no quería quedarse con la duda.

 

-Deberé un día ir a buscarle- pensó, sintiendo cómo su corazón se sobresaltaba al pensar en eso.

 

A los días, Kaito no sabía nada del chico, no tenía idea alguna de cómo localizarle, ya que le daba un poco de pena ir al instituto y preguntar por él, le parecía algo muy tonto

 

-Soy todo un niñote, no crezco con mi forma de buscar a alguien que hace que mi corazón duela- pensaba mientras guardaba sus cosas y salía de la oficina

 

Esa noche tenía planeado llegar y dormir como nunca, era de nuevo una lluviosa tarde donde las calles tenían ríos de transparente vida, creía que pronto podría llegar a casa, pero tras tener un auto en el mecánico tuvo que caminar más, hasta llegar a la estación de metro. Ahí se dio la sorpresa de encontrase con ese joven que lo tenía con un dolor en el pecho

 

-Es... él- pensaba Kaito, ahí parado a mitad de la central, admirándole

 

Esa desacomodada y húmeda cabellera exigían que le acariciaran un poco, sus ojos demostraban soledad y su cuerpo, tan frágil y carente de calor lo hacían ver más que incomprendido que nunca

 

-Me pregunto por qué hace tanto frío si apenas es octubre- susurró su dulce voz, la estación estaca silenciosa y sola, solo estaba él, Kaito, y los trabajadores

 

Kaito al escuchar esa dulce voz se fue acercando, con ese penetrante silencio que asustaba, se quitó el saco con calma y lo colocó en sus hombros

 

-Conseguirás un resfriado si no te cubres adecuadamente- le decía en su mismo tono de voz serio y frío

 

-¡Hi-Hinamori-sama!- dijo emotivo el chico, volteando a verle, realmente asombrado

 

-Buenas noches Kotaro- dijo mientras se colocaba a su lado

 

Él también estaba empapado, su chaleco estaba algo mojado y sus zapatos también, el resto de su ropa estaba bien, pero eso no quitaba que su cabello estuviera mojado a fondo, desacomodándolo con el viento

 

-Me alegra mucho verle- decía el chaval, realmente emocionado de ver al mayor

 

-Igual a mí, Kotaro- decía igual de serio y tenebroso que siempre, solo que su expresión representaba mucha calma y serenidad

 

-Se le ve muy tranquilo ¿tuvo un buen día?- preguntó curioso

 

-No realmente, me fue pésimo con mis novatos, pero ha mejorado desde que llegué a la central del metro- dijo sincero, demostrando su razón de tranquilidad

 

Yun veía esa serenidad tan pura, tan capaz de calmar todos sus inconvenientes en su vida, hasta que recapituló aquello que le dijo 

 

''Ha mejorado desde que llegué a la central del metro''

 

-¿Será que se refiere a mi presencia? Si es eso, entonces estoy muy feliz- pensaba mientras le sonreía a la nada y bajaba la mirada

 

-¿Todo está bien?- preguntó el mayor, observando cada acción del jovencito

 

-¡Por supuesto, vamos, el tren está por acercarse!- dijo apenándose en el proceso en que caminaba al vagón y se sentaba 

 

Kaito observó al menor sentarse y sonreírle, le decía que se diera prisa, pero Kaito levantó la mano y saludó, en forma de despedida, abriendo la boca en el proceso 

 

-Yo tomo el siguiente tren al otro lado de la ciudad-

 

El vagón se cerró y dejó ver a cierto joven anonadado y boquiabierto al notar que aquel hombre lo había dejado solo en el tren

 

-Pero, su saco- susurró, oliendo aquel mentolado aroma -Huele muy bien-

 

Cuando Kaito vio el tren partir, dio la vuelta y se sentó, esperaría a que llegara un tren más para partir a casa 

 

-Oh... Dejé que conservara mi saco, qué despistado soy- pensaba mientras bostezaba al viento -Espero verle pronto- susurró, levantándose para tomar el tren y llegar a casa.

 

Después de ese día en que Kaito dejó que la puerta se cerrara y las llaves junto con su maletín cayeran al sofá, supo que su corazón se sentía acelerado y a punto de estallar solo cuando pensaba en Yun 

 

-Y no se diga cuando te pienso, eres increíblemente una explosión en mi tranquilidad- pensó Kaito

 

Ese día supo que le gustaba Yun...

 

Cuando ese día pasó, Kaito quiso tomar el tren siempre, rechazaba el directo y subía con él. Se veían, no platicaban mucho en el tren, pero Kaito le acompañaba hasta la cuadra de su casa y se quedaba en la esquina de esa calle hasta que se metiera. Esos días se había convertido en semanas y luego en meses.

 

Nueve meses habían pasado desde esa extraña comunicación, tan extraña que Kaito quiso llevarla a un poco más íntima

 

¿Cómo más íntima? Sencillo: después de bajar del tren le invitaba un café de lata y platicaban en un parque durante un pequeño rato, pláticas donde pasaban conversaciones tranquilas y se conocían más y más, un día de esos Yun logró hacerle reír

 

-Pero qué sonrisa más hermosa tiene- pensaba el castaño al ver a tal ojiverde sonreír de oreja a oreja por aquella anécdota tan graciosa del joven -Quiero verle así siempre- al pensar esto, Yun se sonrojó intensamente, y Kaito le miró, su sonrisa se sinceró y le acomodó unos cabellos

 

-¿Todo anda bien? te haz puesto muy rojo de la cara- Kaito tenía una mentalidad muy estratega, por ello sus formas de hacerle sonrojar más le eran muy sencillas, ya que lo sencillo resultaba y tenía un efecto elevado

 

-Est-estoy bien, solo que el café está algo caliente, es todo- eso no tenía sentido, el café era frío.

 

Conforme pasaban los días, más confianza nacía en ellos, Kaito le sonreía solo cuando lograba sacarlo de sus pensamientos o le sorprendía, solo Yun tenía el privileio de verle así

 

Un día Yun había salido temprano de la preparatoria, y Kaito terminaba un par de papeles, Yun fue hacia aquella parada y caminó un poco más, buscando alguna fábrica o empresa grande y lujosa por la cual fuese posible que Kaito trabajara. Cuando llegó a una empresa que era una discográfica decidió entrar, fue a la recepción y preguntó a la chica que atendía ahí

 

-Etto.. buenas tardes, busco a Hinamori-sama-

 

-¿Tiene una cita?-

 

-Eh, ¿una cita? no lo siento-

 

-¿Cómo se llama?-

 

-Kotaro Yun-

 

-Un momento por favor-

 

La chica tomó el teléfono y marcó a la oficina de Kaito, quien atendió sin hablar

 

-Hinamori-sama, un joven llamado Kotaro le busca, ¿desea que pase?-

 

-Deja que pase- colgó y empezó a acomodar su oficina, no había mucho por arreglar, solo recoger toda la millonada de papeles

 

-Pasa, es la oficina cinco del tercer piso- dijo la chica mientras colgaba el teléfono

 

Yun caminó a las escaleras y fue subiendo con calma, al estar ya en el tercer piso respiró hondo y tocó la puerta no. 5

 

-Espero que abras rápido, hay muchos hombres mirándome horrible y yo solo quiero verte a ti- pensaba mientras tocaba con insistencia

 

-Hai hai- fue a abrir la puerta y al verlo lo toma de la mano y lo hace entrar -Hola- le dijo, abrazándole con mucho cariño, tomaba su cuerpo con tanto afecto que pareciera que el joven castaño por fin había roto esa coraza de frialdad en él

 

Yun no tuvo mejor opción que abrazarle de regreso, pasando sus brazos por la figura tan bien formada del ojiverde con mucho gusto. Se quedó ahí con él durante el tiempo que Kaito quiso estar, el cual fue tan eterno para ambos que pudieron haberse quedado así para toda la eternidad

 

-Sé que estas trabajando y pensé que podría venir a visitarte, no creí que estuvieras tan ocupado, pero si necesitas que me vaya esta bien- decía mientras caminaba por la oficina y la observaba, amaba ese olor a menta

 

-Me gusta tu compañía, así que no me molesta que te quedes, ya casi termino, podríamos luego salir por ahí, no lo sé ¿te gusta el cine?- decía mientras terminaba de guardar unos papeles y se desabrochaba un par de botones de la camisa, dejando ver el nacimiento de su pecho, es piel tostada que a Yun le volvía rojo de la cara

 

-Me gusta mucho el cine- dijo casi en automático, desviando la mirada para dejar de sonrojarse, ya que verle la piel, observarle en su área de trabajo lo hacía verse más sexy de lo que ya era y no se diga cuando le sonreía, uf, moría por él

 

-Bueno, podemos ir al cina cuando termine, es viernes, no creo que tengas toque de queda en viernes, ¿o si?-

 

-Pues no realmente, solo de lunes a jueves y si el viernes llego más tarde debo de avisar a casa

 

-Entonces avisa, quisiera que después de ir al cine fuéramos a tomar algo- a Kaito se le veía sereno, pero en su cabeza había un mar de emociones al tenerlo ahí, sólo para él

 

-Me parece excelente, un viernes contigo será increíble, Hinamori-kun- decía muy feliz, ya que en sus pensamento había un mar de emociones, solo externaba lo que era necesario

 

Después de haber terminado de arreglar su oficina salieron de ahí y se encaminaron al auto del mayor, quien dejó que entrara el joven en el lugar de copiloto y luego arrancó a una plaza algo lejana del lugar.

Al llegar a esa plaza caminaron hacia el cine, dejó que un escogiera, éste se decdió por una de terror

 

-¿Estás seguro?- dijo algo dudoso

 

-Por supuesto- dijo seguro de sus palabras

 

Kaito y Yun entraron a la sala solo una bebida y una barra de chocolate que pensaban compartir.

 

Al empezar la película, Kaito había colocado su brazo en la silla de Yun, por comodidad (según él) y Yun se apresuró a abrazarlo en la primera escena de terror

 

-Tranquilo, solo es ficción-

 

-Lo sé, pero me asusté- dijo mientras seguía aferrado a él 

 

-Hai- miraron la película y en cada susto que Yun tenía, más juntos estaban el uno del otro

 

Cuando la película terminó, salieron camino a buscar un café, pidieron dos tés de hierbabuena para llevar y al tenerlos salieron camino al auto.

 

Dentro del auto empezaron a platicar, Yun pronto cumpliría 17 y Kaito recientemente cumpliría 21, ambos pensaban en celebrar juntos ambos cumpleaños y estaban platicando acerca de qué hacer ese día

 

Pasaron las horas y se hacía más noche y más noche, hasta que Kaito arrancó el auto y lo llevó a casa

 

-Arigatou, Hinamori-kun -dijo mientras se quitaba el cinturón y velozmente le daba un beso en la mejilla -Nos veremos después- sonrió y salió del auto

 

-Hai- susurró el mayor, viéndolo entrar a su casa para luego arrancar a casa. 

 

Cuando llegó supo muy bien que no era del todo ignorado.

 

Algunos meses después...

 

Yun iba camino al bachillerato, tomó el tren y al estar dentro respiró tranquilo, se le había hecho algo tarde. 

 

-Quien sabe si hoy venga- pensaba 

 

Entre sus pensamientos, Yun imaginaba cómo sería pasar un día entero con él, tan sumido terminó en sus pensamientos que no supo en qué momento el tren sufrió un fuerte frenón, haciéndolo reaccionar 

 

-Haaa!!!- gritó mientras salía disparado al suelo

 

Se levantó del suelo a como pudo y se agarró de un tubo, venía solo. Tampoco notó que una de sus piernas sangraban

 

-Voy a morir- pensó fatalista

 

El tren había sufrido un ataque terrorista, y la gente ahí había sido secuestrada prácticamente, Yun no llegaría a la escuela, no saldría de ahí, dentro de muchas, muchas horas...

 

-¿Qué es lo que pasa?- preguntaban muchos entre sí, había personas que se conocían y por ello se quedaban juntas, los que estaban solos como Yun se quedaban ahí parados, sentados, solos, sin nadie con quién hablar.

 

Las horas pasaban y nadie sabía qué pasaba, ahí afuera de la central había una fuerte controversia:

 

El gobierno había sufrido un ataque terrorista y habían tomado a los trenes como fuente de rehenes para someter al gobierno a una suma de dinero exagerada, si el dinero no llegaba los rehenes morirían quemados

 

Kaito estaba en su oficina viendo las noticias, veía la hora y sabía que dentro de unos minutos Yun debería de estar en la escuela, cuando escuchó el incidente en aquel tren se alarmó un poco, ya que era el tren que estaba por abordar para los estudiantes. Se levantó de golpe del escritorio y tomó sus cosas, fue a con su secretaria y le hizo un par de preguntas 

 

-¿Hinamori-san, qué necesita?- preguntó asombrada al verle algo alterado

 

-Busca a Kotaro Yun en personas de la ciudad-

 

Después de seguir órdenes volteó el monitor y dejó toda la información a manos del mayor, quien anotó el número de teléfono del menor y corrió directo a la central de trenes

 

Estaba oscuro, los trabajadores intentaban ayudar a los atrapados a que salieran y quienes habían quedado bajo el subterráneo, como Yun, estaban en completa oscuridad

 

-Me pregunto cómo estará Hinamori-sama- pensaba el menor en aquel que venía corriendo con desenfrene a buscarle -Me pregunto si estará trabajando...- estaba comenzando a quedarse dormido. 

 

Las personas ya no hacían mucho ruido y su herida se agravaba conforme pasaban las horas, ya tenía un charco de sangre a su alrededor, pocos lo veían, ya que se había sentado en la esquina del vagón, a lado de la puerta de salida con otro vagón. Estaba perdiendo el conocimiento cuando sus ojos veían borroso, el ambiente se comenzaba a tornar café claro, con gamas amarillas y naranjas 

 

-¿Qué está pasando?- susurró, cerrando los ojos

 

Kaito corría en todo el subterráneo, corría y corría, aliviado de aún no ver ningún tipo de indicativo de muertes, tomó su teléfono y marcó al celular de Yun

 

-Por favor contesta- pensaba asustado

 

-¿Mmm?- se quejó, sacando su teléfono para ver el número -Desconocido...- aceptó la llamada -¿Quién habla?- preguntó entre adormilado y a punto de quedar inconsciente, el humo comenzaba a atontarlo

 

-Kotaro, soy Hinamori- esa voz hizo que el menor despertara por completo -¿qué número es tu vagón?-

 

-¿El número...? ¡Ah, es... el 319!- dijo mientras abría los ojos y notaba que había fuego -¡Ha-hay fuego Hinamori-kun! - comenzaba a exasperarse y perder la calma

 

-Tranquilízate Kotaro- decía mientras colgaba y corría más rápido

 

Yun estaba muy asustado, sus ojos solo veían sangre y fuego, gente gritando  y algunos logrando huir del vagón y él... él estaba aterrorizado, pensando en que moriría

 

Mientras tanto, Kaito corría y mientras más se acercaba más calor sentía, veía el fuego ahora, se estaba asustando

 

Yun comenzaba a llenarse de locura, comenzaba a cegarse por completo y su respiración se hacía más débil... estaba muriendo por derrame excesivo de sangre y 

falta de oxígeno. El fuego arreseaba, el calor lo adormilaba, las energías se le acababan, las fuerzas de estar despierto lo abandonaron por completo, su corazón tenía un pulso muy lento

 

''Hinamori-kun... ¡me gustas!'' ''Quisiera decirte que te he querido desde que te conocí ese día bajo el árbol en esa fuerte lluvia'' ''Te quiero muchísimo Hinamori-kun'' 

 

lejanos pensamientos, la necesidad mental de haberselo querido decir, él creía que ya nunca vería de nuevo a Kaito

 

-¡KOTARO!- Gritaba desesperado, miró el vagón y empezó por buscar una entrada, parecía estar vacío, pero mientras seguía buscando escuchó cómo un cuerpo se caía a quedar tirado en el suelo, lo vió en un mar de sangre y fuego, corrió a el y lo cargó, salió de ahí a como pudo, estaba ya lleno de manchas de suciedad, no sabía cómo pero logró salir

 

Al estar por fin lejos de ahí no pudo más y cayó al suelo con Yun encima suyo, estaba agotado, no podía moverse más, ya no tenía energía suficiente para cargar un cuerpo más aparte del suyo

 

sus pies tenían heridas por la pedregosa tierra donde pisaba y sus brazos le pesaban muchísimo, el fuego se propagaba y no sabía cómo salir de ahí

 

Kaito se puso de espaldas a un muro, colocando a Yun entre sus piernas, lo abrazó y con su saco le detuvo la hemorragia

 

-Kotaro... no mueras por favor- susurraba a su oído y le decía -Yo... en verdad no sé cómo es que permito que mi corazón sienta tanto dolor, no me lo permitía antes, yo... me enamoré de ti-

 

En ese momento, ambos cayeron en un desmayo, el fuego iba creciendo y ellos no estaban conscientes de eso

 

Una fuerte explosión se escuchó, mucho fuego, polvo, tierra, escombros, el subterráneo estaba colapsando, lo que hizo despertar a Kaito rápidamente

 

-¡¡¡¡¡¡¡AYUDA!!!!!!!- Gritó Kaito, desesperado se levantó y cargó a Yun, corrió como pudo y siguió gritando hasta poder ver a unos bomberos ahí, quienes le ayudaron con Yun, cargándole a él y ayudándoo a caminar fuera del derrumbe

 

Cuando menos supo se desmayó y  cuando volvió a abrir los ojos...

 

-¿Dónde estoy?- estaba en un hospital, donde residían todos los heridos del accidente 

 

-Estás en un hospital, eres afotrunado, solo tienes unas pequeñas raspaduras en los pies y brazos, hoy podrás irte- 

 

-¿Dónde están los demás heridos?- preguntó ya en sus cinco sentidos

 

-A tus lados, en otras habitaciones-

 

Cuando fue dado de alta y pagó por los servicios pidió saber el número de cuarto donde estaba Kotaro Yun

 

-Está en la habitación 16-

 

Caminó hasta esa habitación y al entrar observó a un castaño con un vendaje en la pierna, afortunadamente no le había pasado nada tan grave y ahora solo recibía un calmante, ya que la adrenalina que sintió bajó su presión cardiaca. Se incó a un lado de la cama, tomó su mano y la besó

 

-No tienes una idea del susto que me dio pensar que morirías-

 

Se le quedaba viendo, acariciaba sus mechones, admiraba su bello rostro, lo observaba tanto que  pareciera querer nunca olvidarse de ese cuerpo que pudo perder en un instante 

 

Las horas pasaban y derribaron  a Kaito a quedarse dormido, sosteniendo la mano de Yun

 

-Mhmmm- se quejó el castaño, despertando por fin, mirando a un lado suyo a cierto pelinegro aferrado a su mano -Estás aquí, estás conmigo, solo para mi... soy tan feliz de que estés bien- pensaba mientras se ponía de lado para verle mejor y sentir ese calor que Kaito siempre emanaba. -Hinamori-kun- susurró a su oído gentilmente

 

-¿Nani...?- preguntaba adormilado mientras sentía un calor ajeno pero cómodo 

 

-Acuéstate a mi lado, así dormirás más cómodo- 

 

En ese momento Kaito reaccionó de forma no brusca y le miró, observaba esa sonrisa tan sincera, se levantó y se quitó el saco, se quitó los zapatos y el cinturón, desabotonó su camisa y se acostó a su lado, bajo las cobijas, juntando su cuerpo con el de él para sentir más calor, lo abrazó con muchísimo cariño

 

-Soy tan feliz de que estés bien- le dijo al oído, besándole la mejilla con mucho cariño

 

Eso había hecho que el menor se sorprendiera, era una muestra de afecto tan dulce y expresiva por parte del pelinegro que provocaron en él un rojo escarlata en su cara

 

-Yo estoy... muy feliz- susurró, acurrucándose para poder verle, apenado, pero sin poder evitar verle

 

-Kotaro... cuando estábamos en el subterráneo temí perderte, prometo... prometo protegerte para siempre- decía, acariciando unos mechones en la cara del menor

 

-Hinamori... arigatou-

 

-Kotaro- sus rostros estaban tan cerca el uno del otro, estaban solos, en una habitación con seguro, con las cortinas bien puestas, bajo las sábanas y ...

 

Yun estaba mirándole tan fijo que no supo en qué momento terminó encima del mayor, quien lo tomaba de la cintura y lo mantenía apegado a su cuerpo

 

-Aishite...ru- su sonrojo estaba al máximo

 

-Aishiteru... desu- el mayor acercó lentamente sus labios a los de Yun, besándolos con dulzura y cariño, mientras que el menor se llenaba de nuevas sensaciones

 

-Mmm, Hinamo- Kaito le interrumpió con otro beso mientras seguía manteniendo sus manos sobre la ropa

 

-Dime Kaito...- decía al oído de Yun, besándo su cuello con suavidad

 

-Ka-aaito- susurró casi en un gemido cuando sintió tanto calor de repente -Me siento muy extraño.. con mucho caor-

 

-¿Oh si? bueno... eso podemos arreglarlo, ¿sabes de lo que te estoy hablando, Yun?- ésto último se lo susurró al oído, lamiendo su lóbulo después de expresarse verbalmente

 

El menor gimió apenado al sentir la lengua de Kaito en su lóbulo, se estremeció que al mover su cadera Kaito logró sentir una creciente erección por parte del menor

 

-K-Kaito- susurró al oído del mayor y movió su cadera contra el cuerpo de éste -Yo... realmente te necesito-

 

-He llegado a mi límite de tolerancia Yun- dijo a su oído, infiltrando sus manos por debajo de la ropa de color azul que se le ponía a los pacientes para tocar su desnuedo cuerpo, un lento paseo desde sus glúteos hasta su espalada, estaba perdiendo el control con tan devorable cuerpo que su enamorado se cargaba

 

-Te amo Kaito- susurró al oído de éste, gimiendo, acercándose a besarle, ésta vez con pasión y locura, estaba tan ansioso de él que ya no tenía miedo a nada, ni a hacerlo en el hospital

 

-Te amo Yun- dijo, quitándole esa ropa de hospital para poder ver su cuerpo, tan frágil e inocente -¿Nunca te dije que tiene un cuerpo que me vuelve loco, verdad amor?- preguntó mientras veía cómo Yun sentado en Kaito movía sus caderas de manera necesitada, estaba realmente excitado -y eso lo puedo ver claramente- pensaba mientras lo tomaba de las caderas y se sentaba

 

Observó de primera mano cómo Yun tomaba con desesperación su ropa y lo desvestía de arriba, ya que estaba sentado encima suyo solo puedo dejarlo sin camisa ni saco ni corbata, podía observar ese torso moreno tan bien formado que lo volvía loco

-Kaito- le besó con fiereza, Kaito lo tomaba de los glúteos e hizo que se levantara un poco, para poder desabrocharse el pantalón y el boxer, los quitó y luego dejó que Yun se sentara de nuevo, ésta vez ambas erecciones rozándose, sintiendo el calor mutuo en ambas partes del cuerpo

-Yun, me estás volviendo loco- besaba su cuerpo, sentía un inmenso calor y luego sintió cómo Yun eyacualaba rápidamente entre ambos cuerpos, gimiendo sonoramente, pero sin detener su vaivén de en frente hacia atrás, notando que de nuevo volvía a sentir calor, quizás más en esta ocasión

 

-Apresúrate Kaito- susurró a su oído, ya que al parecer estaba esperando a que Kaito hiciera manos a la obra de una buena vez

Kaito sin pensárselo tan siquiera una vez introdujo uno de sus dedos lleno de la esencia del menor en su entrada, observando en primera fila el estremecimiento de éste, mirando con lujuría el cuerpo tan sudoroso del menor, tan... tentador que no lo pensó y metió los otros dos dedos, cuando menos supo el menor se había vuelto a correr, ésta vez, Kaito le acompañó, su vista en ese momento era realmente excitante, tanto que volvieron a ponerse erectos ambos miembros.

 

-Kaito...- susurraba el menor, imitando con sus caderas que lo estaban embistiendo, en este caso, con los dedos del mayor

 

-Yun, eres un pervertido- susurraba al oído de éste, lamiéndolo, utilizando su otra mano para masturbarlo, y cuando Yun estaba tan entretenido no supo cómo pero gimió increíblemente fuerte al sentir el miembro de Kaito dentro de sí, era grande y lo llenaba de mero placer, en ese mismo moemnto pudo haberse corrido, pero se contuvo y le besó desgarradoramente, lleno de locura y pasión

En ese vaivén revuelto de lujuria que los llevó al cielo en menos de lo esperado provocó en Yun y en Kaito un cansancio tremendo, Kaito salió de Yun y ambos cayeron dormidos en la camilla...

 

Al día siguiente, ambos se alistaron y salieron de ahí, habían comenzado una nueva relación que seguramente iba para largo, Kaito era una persona que finalmente había dejado de vivir en una rutina, todo gracias a aquel día en el que conoció a Yun

Al parecer por fin encontró eso que hacía falta en su vida...

 

 

FIN

Notas finales:

¡¡¡ESPERO LES HAYA GUSTADO!!!


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