Día 9: Adicción / Minhyun y Aron
"¡Me voy a casa! ¡Me voy a casa!"
La ruidosa y alegre risa de su hyung fue el único aviso dado antes de que, de repente, un par de brazos se envolvieran alrededor de la cintura de Minki y tiraran de sus pies fuera del suelo.
Jonghyun entró al dormitorio unos segundos más tarde, mucho más tranquilo que el veinteañero, actualmente asfixiando al miembro más joven del grupo. "Pensé que prometiste que no abrazarías a nadie hasta la muerte." Él reprendió, riendo cuando Minki golpeó el suelo y Aron se trasladó hacia su próximo objetivo.
Minhyun sonrió y se puso al alcance del abrazo que se acercaba, un 'felicitaciones' en la punta de la lengua, sólo para ser cortado. Dongho lo interceptó con su risa habitual, recogiendo a Aron en el aire y girando en un círculo.
Una extraña pero no desconocida punzada golpeó el pecho del castaño mientras observaba a los dos reír en voz alta y agarrarse durante mucho más tiempo de lo que se consideraba necesario. De inmediato se sintió culpable por ello, por ser celoso cuando él no tenía derecho a serlo. Si hubiera sido Minki o Jonghyun el que hubiera conseguido la aprobación para ir a casa por una semana, habrían conseguido un igual de apretado abrazo de oso como el que Aron consiguió. Si a Minhyun se le diera la oportunidad de volver a casa, sería él.
Sus celos cuando se trataba de Dongho y el hombre mayor simplemente no tenían sentido. Aron había abrazado a Minki hace un momento y no se había sentido tan horrible como ahora.
Por último, por último, Dongho se alejó (pero sólo después de asegurarse de que el cabello de su hyung estaba revuelto a su satisfacción). Minhyun ahuyentó sus pensamientos egoístas con otra sonrisa, una vez que abrió de nuevo sus brazos para aceptar el abrazo que le dieron.
"Me voy a casa," Aron susurró, "Tengo que ver a mi familia." Sus palabras se sentían cálidas, sus suaves labios contra la oreja de Minhyun. No pudo evitar el escalofrío que le bajó por la columna vertebral.
"Estoy contento, hyung. Te lo mereces."
Aron se apartó un poco, sus brazos cerrándose alrededor de la cintura del chico más alto antes de que pudiera dar un paso atrás. Y entonces, justo ahí en medio de la habitación, con una sonrisa inquebrantable en su rostro, Aron lo besó.
"Fue agradable estar de vuelta en Los Ángeles, pero la verdad es que no podía esperar a volver."
"¿En serio? ¿Por qué?" Desde el momento en que habían conseguido ser lo suficientemente cercanos como para considerarse amigos en lugar de 'el otro trainee que va a debutar conmigo', Aron no había pasado ni un día sin mencionar su casa. A veces se sentía nostálgico, a veces él le diría a Minhyun sobre sus amigos o hermanas, o acontecimientos aleatorios de su antigua vida. A veces iba a terminar en lágrimas y otras veces él sólo sonreiría con cariño a cada recuerdo en que hubiera estado pensando.
Minhyun casi había creido que no iba a volver. No cuando se le había dado la oportunidad de volver a la vida que tanto extrañaba.
Aron se volvió hacia su lado, así que estaban cara a cara, con una sonrisa tirando el borde de sus labios, "Porque te extrañé."
A pesar de que había dicho las mismas palabras cuando lo había recogido en el aeropuerto, esta vez la frase envió una oleada de sangre a la cara de Minhyun.
De repente, él era muy consciente de la proximidad, de la puerta cerrada. De repente, su cama era demasiado pequeña, como si se estuviera reduciendo y obligándolos a estar más cerca.
"Yo también te extrañé, hyung." Para su alivio, su voz no salió tan débil como se sentía.
"¿En serio?" Aron se acercó más, "¿Cuánto?"
"Yo... uh..."
Muy cerca, demasiado cerca, no lo suficientemente cerca.
Sin esperar una respuesta a su pregunta, Aron juntó sus labios.
Esta vez, sin ser visto y escondido en la habitación de Aron, Minhyun no fue tan rápido en alejarlo. Casi había estado esperando esto, casi había estado deseando que llegue. Aron lo había besado una vez antes, por lo que parecía casi natural que lo haría de nuevo.
Bueno, no natural. Esto no era natural.
No se supone que se sintiera tan bien tener los labios de Aron - su mayor y muy hombre compañero de grupo - en los suyos, sentir sus largos dedos presionando contra su mandíbula. Y definitivamente no se suponía que Minhyun le devolviera el beso.
Antes de darse cuenta, se había convertido en un hábito para Aron acorralarlo y robarle besos cada vez que encontraba la oportunidad de hacerlo. En algún punto del camino, se convirtió en un hábito para Minhyun dejarle.
No había nada de malo en permitirle al otro darle un beso a su antojo. Minhyun nunca se sintió culpable por ellos hasta después del hecho, pero en realidad nunca protestó la siguiente vez tampoco. Los escalofríos placenteros corriendo por su espina dorsal cada vez que se encontraba con la lengua de Aron bajando por su cuello compensaba por ello.
Y, al menos su problema de celos con Dongho había dejado de existir.